lunes, abril 15, 2024

PEQUEÑAS CARTAS INDISCRETAS (WICKED LITTLE LETTERS)

 



**

Interesante aunque insuficiente intento de recuperar la comedia británica con un material de partida basado en una historia real acontecida en el Reino Unido en los años 20 del siglo XX, pero tal vez por lo poco arriesgado de la puesta en escena y del guion no consigue ser este filme un trabajo memorable. Si, se trata de una comedia de actores con nombres ciertamente reputados de la escena británica en su reparto (de diferentes generaciones), con diálogos ingeniosos y la consabida encantadora peculiaridad del humor inglés y un tono de thriller paródico que rememora a la intriga más familiar y de Agatha Christie, pero su obcecación por ser eso, una obra con muchas referencias estilísticas le termina restando credibilidad y hace naufragar en cierto modo el resultado final. A ello se suma que la película apuesta por un tono más bien bufo y caricaturesco en el que se imbuye todo el reparto, incluidas sus dos esforzadas protagonistas, la cada vez más ubicua Olivia Colman, en el papel de la sufrida y aparentemente víctima de anónimos vejatorios solterona de clase media Edith Swan y Jessie Buckey como la deslenguada y disoluta joven de clase baja Rose Gooding.

Como toda buena historia clásica de intriga británica, la mayor parte del filme es un whodunit sobre la autoría de las cartas, pero también vemos una comida negra sobre las relaciones y prejuicios de clase en la Gran Bretaña de principios del XX (con tono más paródico que realista) y un alegato contra la hipocresía social, todo ello de una manera muy light y excesivamnte amable que hace de toda al historia casi una mera anécdota. Nada cabe reprochar no obstante a una ambientación muy cuidada, a momentos de comedia muy divertidos y a unas competentes interpretaciones en donde Colman echa el resto como una mujer contradictoria, hipócrita y patética hasta decir basta y mientras que Swan convence en su rol de granuja encantadora (un personaje cliché precisamente muy británico pero que pocas veces a tenido su versión femenina) También intervienen Timothy Spall, Anjana Vasan, Gemma Jones, Joanna Scanlan y Elileen Atkins, todos ellos más que correctos. Una película que se limita a cumplir el expediente pero que gustará a amantes de comedias con cierto (unque justo) contenido.

miércoles, abril 10, 2024

LA PRIMERA PROFECÍA (THE FIRST OMEN)

 



** y 1/2

Otra muestra más de la comercial y nada original tendencia a hacer remakes, reboots, secuelas tardías y precuelas de clásicos o éxitos en taquilla que, una vez más, en realidad poco aporta.Esta vez le ha tocado a La Profecía (The Omen) (1976) de Richard Donner, que sigue siendo un clásico del cine de terror que tampoco ha envejecido mal y de alguna manera siguió la estela de El Exorcista en apuesta por el terror sobrenatural de tema satánico. Tres secuelas y un remake todos ellos claramente inferiores trataron de estirar el chicle esterilmente y esta precuela dirigida por la debutante (forjada principalmente en el campo de la televisión) Akasha Stevenson no resulta tampoco nada nuevo aunque no cabría esperarse mucho. La planificación del nacimiento y el alumbramiento de Damien Thorn, el anticristo protagonista de esta franquicia, es lo que se nos cuenta en una historia íntegramente ambientada en la Roma y el Vaticano de 1971. El protagonismo es para una joven novicia estadounidense enviada a Roma, Margaret Diano (Nell Tiger Free) quien entra como cuidadora en un orfanato de niñas con regido por unas inquietantes monjas a cuya cabeza se encuentra la no menos intrigante aunque en un principio afable Hermana Silvia (Sonia Braga). Margaret, también huérfana, ha tenido desde niña horrobles alucinaciones que una vez en Roma parecen repetirse con más fuerza, especialmente cuando conoce a una huérfana de 13 años aparentemente enferma mental, Carlita (Nicole Sorace) a la que las religiosas mantienen casi aislada y frecuentemente castigada con horribles encierros. La conexión de este filme con la original The Omen, es la presencia del personaje del Padre Brennan, encarnado aquí por el británico Ralph Ineson (de extraordinario parecido con Patrick Troughton, el Brennan original), uno de los pocos elementos de esta película que con sus apariciones añade el mismo punto de inquietud y suspense maestro que la película original ya que el resto, pese a algún buen apunte, es simplemente un mal llevado pastiche del universo de la saga con un inapropiado intento de -una vez más- adecuar a los cánones del terror de consumo actual una historia que no tenía por que precisar de sustos efectistas ni de momentos truculentos visualmente explícitos, tal y como ocurre con esta The First Omen que apenas se salva de la mediocridad.

Pese a que el filme se esfuerza en homenajear a la fuente original tratando de calcar la apariencia de un filme de los 70 con una fotografía de colores tenues y granulosos y en general la ambientación en la época es correcta (salvo algún error garrafal en la banda sonora incidencial en alguna escena) a medida que el metraje va avanzando todo se sume en lo predecible y lo farragoso, en parte replanteando premisas básicas de la serie (la relativas a la concepción del pequeño anticristo) que solo llevan a la confusión. No obstante el personaje de Catherine resulta interesante -en parte por el buen trabajo de la actriz protagonista- aunque su historia psicológica (de lo mejor de la película) no está bien aprovechada del todo: las mejores escenas del filme tiene que ver con ella, incluidos algunos planos simbólicos, algunos realmente perturbadores, que nos dicen que por estos y otros apuntes del filme Akasha Stevenson puede ser una gran cineasta. Por lo demás, al película flojea definitivamente en sus compases finales que deberían ser paradójicamente los más decisivos hasta llegar a un epílogo que nos anuncia que incluso pude haber una secuela a esta película cuya historia corra paralela a la saga original. Que poco aportan precuelas y demás.


domingo, abril 07, 2024

PUAN

 


***

Los cambios -casi siempre para peor- que están experimentando algunos países latinoamericanos están llegando a las temáticas de su cine. Argentina, un país siempre- y en especial en los últimos 25 años- con una cinematografía interesante y una industria cinematográfica que a trancas y barrancas y siempre con limitaciones económicas ha sabido abrirse paso incluso en los circuitos internacionales, esta viendo amenazado el futuro de su cine por la amenaza de la retirada de ayudas del gobierno ultraderechista de Milei además de otro tipo de recortes a la cultura y a al educación, que este inteligente y esforzado filme dirigido por la pareja María Alché y Benjamín Naishtat, denuncia y en cierto modo termina condicionando la trama. Pero Puan sobre todo es una entretenida y lograda comedia-drama de personajes que pone en solfa también los celos y las envidias profesionales y el cambio en los paradigmas de los modelos de líderes y de triunfadores; el contexto universitario e intelectual, concretamente en el ámbito de la filosofía, está también muy bien resuelto y se adecúa perfectamente al contexto y reflexiones del filme. El guion nos lleva a la facultad de Folosofía y Letras de una universidad bonaerense (sus modestas características a ojos europeos son una muestra más de la precariedad del mundo académico argentino incluso en estudios superiores) donde tras el fallecimiento de un catedrático el puesto parece que irá a su colaborador y amigo Marcelo (Marcelo Sibiotto), pero la súbita aparición de un antiguo compañero de Marcelo, el carismático, atractivo, embaucador y formado en Alemania Rafael Sijarchik (Leonardo Sbaraglia) con una visión diferente de la filosofía y el mundo universitario, pondrá en peligro dicha aspiración y Marcelo, un hombre de mediana edad enamorado de su profesión pero lleno de dudas morales y personales, ve su vida, sus principios y sus objetivos vitales tambalearse; ¿es el principio de un cambio?

La sobra de Woody Allen está muy presente en este filme, donde los actores protagonistas, de lo más selecto del panorama argentino, consiguen atrapar y convencer al espectador, especialmente Marcelo Sibiotto como retrato de un perdedor que jamar quiso ser tal y que se niega a serlo ahora. El resto del nutrido reparto por supuesto también cumple con interacciones y momentos sublimes. La aparición de viñetas y momentos de apariencia surrealista (las clases particulares de Marcelo sobre filosofía a una anciana rica o la bizarra fiesta que esta se monta con el profesor de improbable animador) no son más que ilustraciones de las contradicciones que el mundo intelectual parece vivir en ciertos contextos. En los momentos finales, la película muestra sus verdaderas cartas y asistimos a una catarsis-desenlace en los personajes que da sentido a toda la historia. Sin ser ninguna obra maestra, Puan cumple su objetivo de ser una película que hace pensar y además divierte

miércoles, marzo 27, 2024

CLUB ZERO

 

***

Más excéntrica de lo habitual como comedia negra y con un oscuro tono de fábula social con demoledor tono crítico, esta coproducción entre distintos países capitaneada por BBC Film y rodada en el Reino Unido se antoja como un producto sorprendente y con bastante interés pese a no ser una gran película. Dirigido con tino por la austriaca Jessica Hausner bajo el planteamiento de película de actores- y en cierto sentido, coral- e historia sobre adolescentes, Club Zero alerta de los peligros de los fanatismos y el extremismo ideológico centrándose en el tan de moda mundo de las dietas nutricionales. Un grupo de alumnos de un elitista colegio privado de secundaria procedentes de distintos países acuden a la clase de nutrición de una joven y aparentemente carismática profesora, la Señorita Novak (Mia Wasikowska), quuien al principio les ofrece practicar una radical dieta de alimentación consciente para luego pasar tiempo después a no ingerir absolutamente nada, tal y como hace una organización a la que la docente pertenece, el Club Zero, una entidad de evidentes características sectarias. Los chavales, la mayor parte con motivaciones sociales, medioambientales o sociopolíticas (y también personales) terminan adoptando el delirante ideario del Club Zero lo que les enfrentará con sus padres por su negativa a ingerir alimentos y les cambiará su carácter e intereses pero, como suele ocurrir en estos casos, les unirá como grupo y les hará sentirse importantes. Pese al claro componente psicológico de la película (muy bien tratado desde la óptica adolescente) se apuesta más bien por el tono de crítica social en contra de adoctrinamientos y falsos profetas en un tiempo de influencers y tiktokers (aunque nada de estos elementos aparezca en el film ya que más bien toca el influenciamiento analógico) y en ese sentido el filme cumple bien su propósito.

La puesta en escena gélida y esquemática con escasos escenarios (dependencias del colegio y las lujosas casas de las familias principalmente) es un componente intencionado de una película que opta por la crudeza, lo áspero y lo desagradable para recalcar precisamente que estamos ante una historia bastante sórdida pese su aparente inocencia. La profesora que encarna Wasikowska es una antiheroína de aspecto más bien anodino de la que poco sabemos pero ni falta que hace para que pronto no se sienta mucha simpatía por ella (un buen trabajo de la actriz). También resulta muy interesante todo el universo de los alumnos, sus casi siempre difíciles relaciones familiares, sus no muy estructuradas aspiraciones y la relación entre ellos compartiendo ideario, aunque se echa en falta un mayor desarrollo de estos jóvenes personajes- muy bien interpretados, por cierto- ya que en la mayoría de las veces parecen demasiado arquetípicos e incluso recurrentes. A muchos les resultarán desagradables muchas escenas relacionadas con las bizarras costumbres alimenticias que los personajes van adquiriendo, pero estas escenas son parte del propósito de provocación de este filme, propósito que aquí no siempre se consigue de manera regular. Puede que los momentos finales sean un poco vagos y flojos después de todo el devenir de una historia más o menos compleja, pero Club Zero en todo momento se visiona como un filme sugerente e interesante.

martes, marzo 26, 2024

RADICAL

 


****

Otrora una cinematografía rica y con títulos fundamentales en la historia del Cine (en la época de Buñuel, básicamente), la mexicana a trancas y barrancas intenta hacerse un hueco en la industria cinematográfica mundial con el lastre de la falta de medios debido a la situación económica del país. Este filme que nos ocupa, dirigido por Cristopher Zalla, de alguna manera trata de recuperar un cine social iberoamericano que llegó a cultivarse también en México (precisamente podría ponerse como muestra Los Olvidados (1950), de Luis Buñuel) e inspirándose en una curiosa historia real se ha logrado un trabajo más que digno, un testimonio muy honesto de la cruel realidad de ciertas regiones del país azteca y con un mensaje de esperanza claro y nada impostado. Y dicho sea de paso de nuevo nos encontramos también con un tipo de cine que siempre que este bien trabajado resulta de una emocionalidad y sugestividad supina: los filmes sobre profesores y alumnos. En este segundo aspecto se triunfa también a base de nuevo de verismo y honestidad (siempre claro está con alguna licencia o exageración dramática) en una película que moviéndose entre la comedia y drama ofrece una obra emotiva y con espacio para la reflexión.

Un artículo en la revista estadounidense Wired sobre una niña mexicana de 12 de la ciudad fronteriza de Matamoros con altas capacidades intelectuales (especialmente en ciencias) que gracias a la ayuda de su profesor pudo sortear las barreras económicas y sociales de su depauperado y socialmente conflictivo entorno geográfico para conseguir ser una de las estudiante más destacada de México, llevó a su director y al actor protagonista el veterano y polifacético actor y cómico Eugenio Derbez a interesarse por la historia de ese profesor, Sergio Juárez y sus alumnos de la Escula primara José Urbina López, acaecida en 2011 y que para muchos constituyó un milagro ya que aquel profesor nuevo con métodos pedagógicos inusuales consiguió ampliar la sed de conocimiento de su alumnado, niños y niñas provenientes de familias pobres, con pocas ganas de estudiar y sin ningún estímulo para ello y cuyo destino en la mayoría de los casos se encontraría en el crimen organizado o el narcotráfico inherentes a la zona. La película, con un buen elenco de pequeños actores que se esfuerzan en hacer creíble- y lo consiguen- el drama de unos niños limitados por su pésimo entorno, resulta un grato espectáculo para público de todas las edades por su elemento aleccionador y la positividad de sus mensajes. Eugenio Derbez se encuentra muy cómodo en el papel del maestro Juárez, un hombre dispuesto a lo que sea para sacar el potencial de su alumnado y enfrentado, claro está, a la dirección de su centro e incluso a loas corruptas autoridades municipales, una lucha muy difícil y con altibajos pero que él hará posible. Tal vez, Derbez resulte un poco mayor para un personaje que en teoría es más joven, pero su trabajo es estupendo. Momentos muy dramáticos hacen que no nos olvidemos de la realidad de esos menores pero siempre están los momentos más costumbristas y entrañables especialmente centrados en las figuras de los alumnos. Una película para todos aquellos que crean en que la educación es algo más que el programa escolar.


lunes, marzo 25, 2024

EL CLAN DE HIERRO (THE IRON CLAW)

 


**

No se le puede negar a este filme voluntad y recursos para ofrecer una historia interesante, un sugerente drama familiar basado en una historia real bien presentado pero irregularmente resuelto aunque logra una difícil coherencia ya que su trasfondo es el casi siempre bizarro mundo del wrestling profesional (la lucha libre americana). Se nos cuenta la trágica historia de los hermanos Von Erich, luchadores cuyo padre Fritz (Holt McCallany en la película) antiguo exitoso wrestler se esforzó en que fuesen los mejores pero la obsesión enfermiza por el éxito, el consumo de sustancias dopantes y otro tipo de desgracias inesperadas acabó literalmente con la vida tres de tres de ellos a excepción del mayor, Kevin (un mazado Zac Efron, de lo mejor de la película). Sean Durkin, joven director independiente pone de su parte y muestra en varios momentos que puede ser un gran director pero no logra dar con la tecla: como drama-tragedia flojea bastante ya que el guión, aunque más centrado en el personaje de Kevin, quiere abarcar lo más posible las historias de los otros tres hermanos tomando demasiados retales y sometiendo la historia a diversas fragmentaciones que si bien no impiden la correcta narración de la película si resienten su intensidad y su credibilidad. Con todo, el intento de hacer un drama deportivo (un subgénero no suficientemente reivindicado ni reconocido pero que ha dado grandes momentos en la historia del cine) digno se ha logrado, lo mismo que la excelente recreación de los 70 y 80 -donde no falta una muy interesante BS con temas de la época de Tom Petty & The Heartbreackers , Blue Oyster Cult o Rush- es digna de mención, así como el mundo de la Lucha Libre y sus coreografiados combates esta recreado de manera minuciosa ye espectacular.

Esta claro que este filme ha apostado por ser una película de actores, donde aparte de los mencionados interviene como el resto de hermanos Von Erich Jeremy Allen (Kerry), Harris Dickinson (David y Stanley Simmons (Mike), quienes realizan interesantes trabajos aunque sus personajes estén desigualmente dibujados. No obstante,es precisamente en la relación entre los hermanos y sus circunstancias donde reside el principal fuerte de la película, una lucha de egos, de fidelidad y de supervivencia además de amor fraternal. Una lástima que al final del filme todo se quede a medio gas, pero no por ello este deje de ser un trabajo interesante de ver, sobre todo para quienes gusten de dramas familiares con chicha.

jueves, marzo 14, 2024

DESCONOCIDOS (ALL OF US STRANGERS)

 


****

La tradición británica de la ficción de fantasmas parece que se resiste a desaparecer, al igual que muchas de las ánimas de las historias de este género, pero lo más sorprendente (y grato) es que aún puede deparar en obras magníficas en el arte cinematográfico, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, tal y como lo demuestra esta curiosa y un tanto extraña pero efectiva y poética mezcla de drama, intimismo, historia familiar, amor y fantasía sobrenatural que ha dado como resultado un filme realmente fascinante. Pero es necesario señalar que el guion de esta cinta británica esta inspirado en la novela japonesa del mismo nombre de Taichi Yamada, fusionando teóricamente dos de las visiones del tema espectral más influyentes de la cultura universal, la nipona y la inglesa, aunque lógicamente en esta versión se decante por la segunda. Con todo, esta claro que All os us strangers no es solo una historia de fantasmas ya que su propósito es claramente intimista y humanista, centrado en el duelo y la reacción ante la muerte de seres queridos y todas las consecuencias que conlleva, el lamento por las oportunidades perdidas con las personas fallecidas y el deseo por mantener su recuerdo de la manera más positiva, aunque a veces esto no siempre sea posible. A ello se le añade tangencialmente una extraña historia de amor gay entre dos seres por razones distintas desesperados, melancólicos y desubicados que buscan un nuevo sentido a su existencia aunque diferentes acontecimientos convertirán esa relación en algo muy, muy extraño. Andrew Haigh dirige y gioniza con clase y determinación y no pocos elementos de cine indie y guiños audiovisuales y comunicacionales contemporáneos una película que es de lo mejor en lo poco que llevamos estrenado en este 2024.

Adam (Andrew Scott, estupendo) es un guionista y escritor rayando la cincuentena que aparentemente vive una vida bastante anodina y solitaria en un piso de un gris barrio de Londres, rodeado de recuerdos de infancia y viejos vinilos de los 80. Una tarde sale hacia las afueras de la ciudad para visitar la casa donde pasó su niñez antes de la trágica muerte de sus progenitores, ahora abandonada. Pero la vivienda está ocupada precisamente por sus padres (Jamie Bell y Claire Foy) quienes conservando su apariencia de treintañeros cuando murieron reciben con naturalidad a su hijo ya adulto mientras que el propio Adam aunque tal vez sobrecogido interiormente acepta ese “regreso” con una mezcla de ilusión por recuperar lo perdido y desconcierto. Las visitas de Adam a sus padres se repetirán como un intento de redención pro ambas partes mientras que el escritor inicia una relación con su misterioso pero locuaz y carismático vecino, el joven Harry (Paul Mescal). El extraño viaje que emprende Adam parece extraño e inquietante y no solamente con sus encuentros con sus padres fallecidos sino porque todo lo que le rodea a partir de ese momento- incluida su historia con Harry- parece incongruente y pesadillesco. Para mostrar todo esto la película no escatima recursos narrativos desconcertantes y varios trampantojos de guion y de imagen que remiten a Roman Polansky o David Lynch pasados por un tamiz modernista, recursos que hacen del filme a veces algo incómodo de ver pero que de modo alguno suprimen o reducen otras aristas del filme en cuanto a sus propósitos, el principal el de mostrar un psicodrama familiar con la muerte como telón de fondo en toda su crudeza: aquí la dialéctica entre los padres y el hijo al que nunca vieron madurar resulta efectiva, emocional y conmovedora con excelentes momentos cargados de inquietante simbolismo. La historia de la relación sexual y amorosa entre Adam y Harry lleva a otra simbología que enlaza el “poder del amor” (soberbia la utilización de la legendaria balada de Frankie Goes to Hollywood) con la victoria sobre la muerte y que quiere rememorar de manera reivindicativa retroactiva la dificultad del declararse homosexual en los años 80, década que se homenajea a su manera en este filme especialmente en su BSO. Puede que el final sea excesivo y la poca explicación de todo confunda a algún espectador, pero Desconocidos es una película diferente que puede gustar a públicos variopintos.

lunes, marzo 04, 2024

DUNE: PARTE DOS (DUNE: PART TWO)

 


****

Era prácticamente un hecho que tarde o temprano la segunda entrega de la nueva adaptación del inmortal de la ci-fi Dune por parte de Dennis Villeneuve- cuyo primer capítulo llegó en 2021- iba a asomar por las pantallas y también era totalmente esperable que su calidad iba a ser pareja a la de aquella magnífica primer parte. No solamente eso, se puede decir que esta Dune Parte Dos es ligeramente superior, algo en lo que influye también que se trata de la adaptación de la segunda parte de la primera novela original, el tramo más interesante de la obra que Frank Herbert escribió en 1965: la proclamación de Paul Usul Muad´Dib Atreides en líder de los Fremen de Arrakis/Dune y su caudillaje en la guerra contra los canallescos y siniestros Harkonnen y contra la corrupta casa imperial galáctica al tiempo que su viaje de iniciación y maduración personal parece concluirse, aún a costa de parecer un arrogante líder mesiánico destinado a gobernar todo el universo. El guion adaptado de Villeneuve y Jon Spaihts vuelve a ser esforzado y con enorme tino a la hora de abarcar la complejidad de una historia que une aventura, filosofía, religión o ecología y además triunfa a la hora de mostrar el devenir de la historia y sus varios recovecos, aún a costa de variar ligeramente algunos acontecimientos. Dennis Villeneuve demuestra ser un director con recursos y polivalente como muestra en en superproducciones como esta; está de todas formas por ver si se conducirá de modo similar en otro tipo de cine que no sea la ciencia-ficción o las grandes producciones, pero a buen seguro hará también allí buen papel puesto que en no pocos pasajes más dramáticos o intimistas de este filme demuestra buenísima mano.

Timothée Chalamet vuelve a encabezar el coral y eficaz reparto internacional en donde con respecto a la primera parte repiten Rebeca Ferguson (Dama Jessica), Javier Bardem (Stilgar), Zedaya (Chani), Josh Brolin (Gurney Halleck), Dave Bautista (Glossu Raban), Stellan Skarsgard (Barón Harkonnen) y Charlotte Rampling (Reverenda Madre Gaius Helen Mohiam) y se incorporan como rostros más destacados Cristopher Walken (Emperador Padishah Shadam IV), Florence Pugh (Princesa Irulan) , Léa Sydoux (Margot Fenrig) y el actor en alza Austin Bultler como Feyd-Rautha Harkkonen, sobrino del barón y malvado a machacamartillo que Butler interpreta con solvencia. De nuevo con escenarios y paisajes fastuosos (sobre todo los que se desarrollan el desértico planeta Arrakis) y escena de acción y batalla hechas con seso y con nada de la parafernalia barata que gusta de hacerse ahora, la película parece beber del encanto de viejas superproducciones como Los Diez Mandamientos o Cleopatra pero Villeneuve que es un tío listo y que además muestra ser un fan de la saga literaria no se queda en solo en eso sino que se permite insertar las diatribas filosóficas y oníricas de la novela original de una manera inteligente y magistral - en base a digresiones narrativas y consabidos insertos “visionarios” y de nuevo en el plano formal también nos regala curiosas y espectaculares secuencias como la filmada en blanco y negro que ilustra un combate de gladiadores, escena de la novela muy querida entre sus seguidores que por cierto David Lynch no pudo incluir por falta de tiempo en su adaptación de 1984 (¿homenaje al director de Montana?). Y por supuesto, una vez más, tenemos unos efecos especiales de los que quitan el hipo.

La renuncia a mostrar el acontecimiento apoteósico con el que finalizaba la novela y el hecho de que Lady Jessica no haya dado a luz a su hija Alia (ojo, sorpresa a con este personaje en este filme) indican que puede que haya al menos una nueva entrega de l nuevo Dune cinematográfico en forma de adaptación de las secuelas del primer libro, El Mesias de Dune e Hijos de Dune. Pues veremos, pero de momento, estas dos adaptaciones del primer título de la saga de Frank Herbert son verdaderamente excepcionales, esperemos que nuevas generaciones de espectadores y lectores sepan gracias a ellas que al ciencia ficción no es solo un espectáculo vacuo de buenos y malos.  


domingo, marzo 03, 2024

LA ESTRELLA AZUL

 


****

En la actual vorágine de bografías cinematográficas de músicos de rock tenía que haber sitio forzosamente para aquellos y aquellas situados en la categoría de los malditos; de momento no ha habido mucha película sobre estas figuras bastante abundantes en la historia del la música popular a excepción de Sixto Rodríguez, cuyo galardonado biopic documental Searching for Sugar Man (2014) es por cierto referencia hecha por la crítica española en relación a este sorprendente y muy logrado filme de ficción español que se acerca a la figura de un músico de culto no muy conocido pero con seguidores y muy talentoso: Mauricio Aznar (1964-2000), cantante, guitarrista, músico y poeta zaragozano cuya curiosa historia se nos cuenta en una película inclasificable y a caballo entre el docudrama y la ficción que de momento es una de las sorpresas más agradables de lo que llevamos de año en el cine español. Por supuesto, esperemos también que abra la veda a otros biopics musicales en el cine ibérico en años venideros, pero esta película hecha en coproducción con Argentina (en donde se ha rodado también gran parte) va más allá del biopic o del cine musical con una obra que en todo momento trata de huir del convencionalismo y que jugando con el drama, el costumbrismo y la comedia y con un constante enfoque antropológico y de retrato intercultural - en este caso entre Argentina y España focalizándose en la música- y con una sugerente utilización de la intertextualización metacinematográfica y de las fronteras entre lo real y lo recreado ofrece un espectáculo narrativo nada habitual en el cine comercial y que dejará con excelente sensación a cualquier gourmet cinéfilo. Javier Macipe, joven realizador forjado en documentales y cortometrajes, dirige magistralmente un filme que le augura un enorme futuro.

Esta historia de Mauricio Aznar, figura clave del rock aragonés, uno de los cabezas visibles del movimiento rockabilly en España, líder y fundador de la banda Más Birras y desde mediados de los 90 hasta su muerte volcado en difundir en la península el rico folclore argentino de la provincia de Santiago del Estero, esta centrada en la década de los 90 cuando precisamente Mauricio abandona la capital maña para viajar a Santiago del Estero para conocer de primera mano la música de ese lugar, que tanto le fascinaba y también para librarse de sus adicciones y tratar de reconducir su vida personal y familiar. Para ilustrar este aspecto que la película fija como clave se ha recurrido a las mismas y exactas localizaciones argentinas de la historia real con los mismos protagonistas sin trampa ni cartón: los Carabajal, la estirpre santiaguera de músicos que acompañó a Mauricio Aznar aquellos días ejerciendo en el tutela musical y personal y casi relación familiar se interpretan casi todos a ellos mismos, con el veterano cantautor y folclorista Cuti Carabajal interpretando a su hermano Carlos, mítico músico ya fallecido patriarca de los Carabajal y maestro de Mauricio. Ante estos datos, esta claro que estamos ante una película no muy usual en donde se recurren a todo tipo de recursos -dramáticos, poéticos, más costumbristas, y por no hablar de los momentos en los que se rompe la cuarta pared o la película de ficción se sale de si misma- para narrar un viaje inciático y de maduración, el de un ser desesperado en lo personal y superado por un negocio musical del que cada vez se siente menos parte que halla a bastantes kilómetros de su hogar el verdadero sentido de su existencia, unido a su cambio de percepción de la finalidad y la utilidad de la música y de la creación artística. Dentro de un casting lleno de juegos y trampantojos, Pepe Lorente, que encarna a Aznar, lo hace con solvencia, convicción y profesionalidad: se nota que el actor ha querido imbuirse del espíritu del personaje en una total inmersión - el mismo Lorente canta todas las canciones- y el resultado ha sido de chapó, con una interpretación matizada y prácticamnte diferente en cada uno de los instantes de la vida del personaje.

Con una excelente recreación de conciertos de Más Birras en los 90, una magistral oscilación y modelación dramática, unas interpretaciones de diez (con la mayoría no olvidemos actores no profesionales, especialmente los argentinos) y un especial cuidado en las escenas argentinas, La Estrella Azul ha resultado la sorpresa de la temporada. No faltan guiños como la presencia del no menos grande Gabriel Sopeña, gran amigo y colaborador de Mauricio, al final del filme o el cameo vocal de Enrique Bunbury, discípulo y admirador de Aznar, en forma de mensaje en el contestador. Una película que debe verse y degustarse.