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Dada
la poca abundante muestra del cine indio que llega a nuestras pantallas (la
principal industria cinematográfica mundial por número de películas producidas
anualmente) siempre es una buena noticia el estreno un filme de la India y
además de calidad, rompiendo además los últimamente implantados con fuerza
estereotipos occidentales sobre las características del cine de este país: no
todo o casi todo son filmes musicales. Aunque se trata de una coproducción de
India con Francia, Alemania y EEUU, The
Lunchbox pese a su tono
occidentalista y su evidente afán por llegar al mercado internacional es una
buena muestro de cine realista con tintes sociológicos y costumbristas hecho en
el país asiático, aunque principalmente se trate de un filme intimista y
romántico con sugerente mensaje. Una curiosa estructura epistolar (más propia
de la literatura que del cine) refuerza el atractivo de una película modesta
pero sugerente que entre otras cosas nos muestra el estado actual de la sociedad
india y su afán por salir adelante en un entorno sociopolítico y económico aún
empobrecido pero con voluntad de prosperar. Así, no debe extrañar el aspecto
occidental de la película (del que no es ajeno el hecho de que se trata de una
coproducción con países “del primer mundo”) que es casi una declaración de
principios sobre adonde quiere dirigirse la sociedad india.
Una extraña e imposible historia de amor inesperado
es lo que nos cuenta The Lunchbox, entre Saajan Fernandes (Irrfan Kahn), el
trabajador de una aparentemente próspera empresa viudo y a punto de jubilarse y
Ila, una joven casada con un matrimonio infeliz (Nimrat Kaur) que se conocen
por medio de las cartas que se intercambian tras mandarle Ida una primera carta
de disculpa por equivocarse al enviarle por error la fiambrera con la comida
para su marido, que Saajan consumió con entusiasmo. Así, se establecerá una
relación sin contacto que poco a poco cambiará a los dos personajes,
especialmente a Saajan. Bien contada y muy bien interpretada su ritmo a veces
mortecino puede resultar poco inadecuado, pero su inteligente combinación entre
comedia y melodrama consigue limar aristas y algunas imperfecciones de bulto. Para
espectadores que deseen comprobar como los sentimientos son transculturales.
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