jueves, octubre 14, 2021

MADRES PARALELAS

 

** y 1/2

Las expectativas, una vez más, no se cumplen con Almodóvar. El director manchego tal vez haya dado todo de sí y siempre le estaremos muy agradecidos, pero es evidente y desde hace tiempo que ya no factura películas excelentes. En esta su última Madres Paralelas Almodóvar no parece atinar con un guión que trata de conjugar muy toscamente dos historias perfectamente independientes entre si y en donde además la que es en realidad la historia principal ocupando más del ochenta por ciento del argumento lógicamente se come a la otra que queda como un extraño añadido-apéndice pese a lo sugerente de su tema. No obstante, no habría que ser injusto con las virtudes de este drama en donde Almodóvar vuelve a mostrar una vez más su poderío narrativo (aunque aquí con fallo clamoroso), su innata habilidad para la dirección de actores y su maestría para mantener el interés del espectador, pero todo con la sensación de que cada vez el director se ha convertido en un esclavo de lo que la crítica y el público esperan de él

La contraposición entre dos personajes en situaciones casi idénticas y que de manera casual terminan en contacto entre sí compartiendo la repercusión de un inesperado hecho es en lo que se sustenta Madres Paralelas, en donde Almodóvar pretende, como refleja el título de la cinta, trazar un juego de paralelismos entre sus protagonistas femeninas unidas por el hecho de una reciente maternidad. Por una parte Janis (Penélope Cruz) una cuarentañera no en su mejor momento profesional pero con enormes ganas de luchar que se queda embarazada de un colaborador profesional y amante efímero Arturo (Israel Elejalde) y que tiene enormes deseos de criar a su tardía hija y por otro Ana (Milena Smit), una postadolescente preñada de padre desconocido que pese a la presión de una madre esquiva pero posesiva (Aitana Sanchez-Gijón) decide tener a su retoña. Entre ambas surge una amistad que se verá retada por un inesperado acontecimiento que las pondrá en jaque a ambas y a su visión de la vida y la felicidad. Aunque este planteamiento funciona correctamente en un primer momento pronto la cosa comienza a hacer aguas por inexplicables vericuetos de guión y una sensación de no culminar diferentes elementos relatados. Y por otra parte, el inserto en la historia de la búsqueda de fosas de la Guerra Civil -que daría para otra interesante película- se antoja como forzada pese a lo sugerente de como está tratada, algo que se hace evidente en los compases finales del filme. Las interpretaciones de Cruz y Smit eso si son excelentes y atesoran los mejores momentos de un filme que puede que decepcione incluso a los mayores almodovarianos del planeta. 


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