domingo, marzo 21, 2021

MINARI, HISTORIA DE MI FAMILIA (MINARI)

 

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Nunca estará explotada en el cine lo suficiente la crónica de la integración de las diferentes minorías étnicas en Estados Unidos, por ello es bienvenida este excelente filme que pone en visibilidad la realidad de muchas familias surcoreanas en la Norteamérica de la segunda mitad del siglo XX, un colectivo que tras la Guerra de Corea en los años 50 ha terminado por ser una de las minorías asiáticas más numerosas en dicho país. Lo más valioso sin duda del punto de partida del filme que nos ocupa es que está narrado en primera persona por un estadounidense hijo de coreanos, el director y guionista Lee Isaac Chung quien narra los recuerdos de su familia a mediados de los 80 cuando el era un niño de cinco años: por medio de momentos dramáticos y de comedia se nos cuenta lo difícil que fue en varios aspectos la vida de su familia, que desde California- estado donde se habían establecido y casado sus padres desde Corea del Sur- se trasladó a Arkansas para buscar una vida mejor por medio de la agricultura, pero todo resultó fallido y complicado. Un realismo familiar no exento de momentos crudos suavizados por cierto engañoso aunque efectivo aire de feel good movie  y de comedia costumbrista que convence por su realismo y por su honestidad, elementos estos que refuerzan la credibilidad de un filme que huye de planteamientos comerciales y del melodrama fácil y que burla burlando ya es una de las pelis favoritas en la noche de los Oscar.  

Chung busca como referencia tanto el cine europeo como, por supuesto, el asiático, aunque el peso específico del primero como influencia sea mayor y pese a que el cine surcoreano esté viviendo precisamente uno de los mejores momentos de su historia. El director tiene su alter ego en el personaje del pequeño David (Alan Kim, sensacional), un niño que trata de adaptarse a su nueva vida rural junto con sus padres y su hermana y que contempla inocentemente todas sus no muy felices vivencias siempre con la percepción de que ellos son diferentes en Estados Unidos estén donde estén y hagan lo que hagan. Jacob, el padre (Steven Yeun) es un hombre cabezota y poco afectivo que antepone el bienestar económico al cariño y el bienestar de su familia y eso les ocasionará a todos no pocos problemas. Su figura es crucial en este filme como retrato del nuevo americano que trata de integrarse en el American Dream pero cuya sujeción a las costumbres y herencias de su cultura hacen de eso una misión poco menos que imposible y al final no deja de ser siempre un perdedor. La llegada de la abuela del clan (Youn Yuh-jung) directamente desde Corea no hará más que complicar las cosas ya que precisamente ella representa todo lo que la familia quiere dejar atrás, al mismo tiempo que su arrolladora personalidad y su carácter oriental ejercerán una extraña fascinación en David. La excelente fotografía de LalclanMilne, con una singular captación del entorno campestre de Arkansas y las buenas interpretaciones apoyadas en personajes bien definidos y veristas aún en sus extravagancias (mención especial al agricultor que interpreta Will Patton), son otros elementos sobresalientes en una película cuerda y sensible que demuestra que en el cine estadounidense las grandes películas no tienen porque ser superproducciones de Hollywood. Como única pega, decir que en el doblaje al castellano no se ha respetado el bilingüismo del filme, hablado en coreano principalmente y en inglés, y todo se ha traducido indiferentemente al castellano. Pero no olvidemos, un filme cien por cien recomendable.      

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