martes, junio 17, 2025

LA RECETA PERFECTA (VINGT DIEUX)

 


*** y 1/2

Con planteamiento modesto, una historia sencilla y sin ningún actor profesional esta consigue ser una estupenda película que deja palpable que el cine costumbrista aún tiene vigencia y que cualquier entorno puede ser el escenario de una interesante historia. Un pequeño pueblo de Borgoña es la localización y el contexto es algo tan inusual como la elaboración del preciado queso de la zona, algo en lo que gira la cultura de esta región francesa de donde procede la directora de este filme, la joven Louise Courvoisier, una debutante que además cofirma el guión y cuya familia ha intervenido en diferentes aspectos del mismo (su madre y su hermano han compuesto la curiosa banda sonora, otro hermano es diseñador de producción); en esta ambientación rural discurre una historia de maduración y de paso fortuito de la adolescencia a la vida adulta, la que vive su protagonista el chaval de 18 años Totone (Clément Faveau) quien tras perder a sus padres tiene que lidiar con múltiples responsabilidades y hacerse cargo de su hermana de siete años, él precisamente que era un joven despreocupado y cabezaloca. La fabricación de un queso Comté para presentarlo en un concurso (y que gane) se plantea como una meta para Totone ya que con el dinero del premio podrá hacer frente a las dificultades económicas. A ello se dedicará con ahínco con la ayuda de sus (descerebrados) colegas del pueblo y la inesperada complicidad de una joven ganadera, Marie-Lise (Maïwène Barthèlemy) con la que vivirá una relación más allá de la instrumentalización sexual con las chicas a la que el muchacho está acostumbrado.

Totone es un inicialmente un antihéroe en esta historia, un chaval sin oficio ni beneficio y alocado cuya bravuconería y carisma le hace ser una de las personas más populares de su pueblo, pero pronto torna en un héroe a la usanza cuando una desgracia golpea su vida y entonces asume que debe luchar por el futuro de su hermanita y conseguir finalidades y objetivos, por una vez en la vida, nobles, que en esta película toman la forma de un tipo de queso del que Totone se propone elaborar la mejor versión posible. A ratos con tono de comedia, otros de melodrama, muchos de estudio psicológico de la adolescencia y siempre con la maduración como telón de fondo, Vingt Dieux es una película sencilla pero elegante -no todos los entornos rurales son capaces de alcanzar una estilización y un encanto similares al del campo francés- y que deja un buen sabor de boca a públicos variopintos por lo universal de su mensaje. Siempre se espera mucho del cine francés y sus mejores películas siempre cumplen.

lunes, junio 09, 2025

SIRAT

 


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Puede que no resulte muy fácil sumergirse en esta nueva demostración de la maestría fílmica de Oliver Laxe (Mimosas, O que arde), al menos al principio, pero conforme va transcurriendo el metraje uno, de un modo u otro, se va sintiendo más y más atrapado por un trabajo excelso, extraño, sugerente y poliédrico que según su director -un autor que no ha necesitado mucho ni tan siquiera pretenciosidad para alcanzar ese restringido título- pasa por ser su filme más político y poético de su aún no muy extensa filmografía. Pero más que esos dos adjetivos, que en realidad parecen cumplir una función muy contextual y simbólica, Sirat resulta una película onírica, social y con carácter de cuento-fábula. Si, es el mejor trabajo de Oliver Laxe hasta la fecha y por el momento la mejor película española del año, pero más allá de cualquier contexto espacio-temporal, Sirat resulta un filme poderoso e impactante con un mensaje universal que de nuevo nos pone en frente de las contradicciones de nuestra sociedad occidental. El Premio del Jurado en el Festival de Cannes de 2025 es un galardón más que merecido para esta inusual obra.

La zona desértica del sur de Marruecos es el escenario íntegro de la historia (aunque además del país norteafricano parte haya sido rodada en Teruel y Zaragoza), todo en exterior, todo en parajes naturales y con estilo casi de documental geográfico, porque aquí el paisaje, el terreno cumplen el papel fundamental. Actores aficionados -en su mayoría de nacionalidad francesa- conforman el reparto donde un descomunal Sergi López- intérprete de hecho con bastantes vinculaciones con Francia- es el único intérprete profesional dando vida a Luis, el personaje central de la historia. El protagonista acude junto con su hijo menor, Esteban (Bruno Nuñez, pequeño gran actor) a una aislada rave en el desierto poblada de la consabida fauna pastillera y colgada bailando al son de una hipnótica música electrónica; su finalidad es encontrar a al hija mayor, una adolescente que se fue de casa un día sin decir nada y de la qque su familia piensa que tal vez se encuentre. El entorno al principio es extraño, marciano e inquietante para Luis y Esteban y también para el espectador, que asiste desde el comienzo a una sucesión de imágenes y sonidos (electrónicos) sin apenas diálogos que dicen bastante claro que va a comenzar un viaje alucinante. La búsqueda de la muchacha parece infructuosa pero Luis no se rinde y termina aliándose con un quinteto de ravers franchutes que se desenvuelven bastante bien en castellano: Stefania Gadda, Richard “Bigui” Bellamy, Jade Oukid, Joshua Liam Henderson y Tonin Janvier, todos ellos (excelentes) actores no profesionales que se interpretan a si mismos: una extraña troupe de outsiders que en si misma representa en el relato el lado más oculto, freak y alternativo de una sociedad que se nos presenta como fracasada. Junto con padre e hijo, conforman una especie de “seis magníficos” contemporáneos que irán en busca de una persona extraviada en una película cuya estructura y estética le debe mucho al western, pero también a William Borroughs, David Lynch, Alejandro Jodorowsky y Lars Von Trier. Hasta hay alguna traza del Bergman del El Séptimo Sello y la saga Mad Max. Pronto lo que parece la trama central del filme se revelará como un McGuffin tramposo mientras la película proseguirá con su carácter visual y simbólico mientras los personajes llevan a cabo su viaje hacia ninguna parte encontrándose en medio con la tragedia y el caos.

Es este un filme que fluctúa con mucha maestría entre lo mágico (en apariencia) y cálidamente humano y lo social y realista: la guerra de Marruecos con el Sahara aparece de refilón y también el tema de los refugiados, siempre con la visión generalista de los desastres de la guerra que poco a poco se va adueñándose de la historia hasta extenderse y engrandecerse con el mal producido por el ser humano en general. El dolor, la pérdida, la desesperación se irán apoderando de los personajes en un viaje espiritual que no sabemos muy bien a donde lleva y de hecho cuando finaliza la película seguimos sin saberlo. La crudeza de muchos momentos azota literalmente la película y nos hace partícipes de ese extraño viaje que cada vez es más hipnótico y también más desesperado, captado por una poderosa fotografía y un sonido alucinante -más allá de la machacona y a veces desagradable pero a ratos fascinante música trance electrónica que se oye- que convierten a esta película en un muy grata experiencia cinéfila. Totalmente recomendable.

miércoles, junio 04, 2025

LOS TORTUGA

 


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Fue la película triunfadora en el Festival de Málaga y desde luego que merecidamente. Belén Funes, que con La hija de un ladrón (2019) entusiasmó a todos con su manejo del drama social en contextos más bien incómodos y de difícil narrativa en esta ocasión se doctora con un drama multitemático y muy bien ensamblado en sus aparentemente diferentes y heterogéneas piezas que conmueve y encandila y todo con mínimos estilísticos y narrativos eso si muy efectivos y con un enorme poder evocador y emocional. La inmigración (dentro de España y desde otros países), las dificultades de la España rural, la precariedad económica de muchos trabajadores, las dudas de la juventud, las relaciones familiares (y especialmente la maternofiliales), los desahucios y el duelo ante la muerte aparecen en este estupendo filme de una manera clara y muy directa (tal y como al directora hizo en su citada anterior película) y sin atenuantes. Diferentes escenarios geográficos (Andalucía, Catalunya), diferentes contextos (el rural, el urbano) y personajes casi todos marcados por el infortunio y la modestia económica conforman un retrato identificable convertido en una historia poderosa por su desagradable y verista sencillez. Belén Funes ya se postula como una gran directora.

Las dos actrices principales mueven la película compartiendo protagonismo y una relación entre sus personajes complicada y cambiante, como pueden serla las de una madre y una hija marcadas en un primer término por la tragedia (la pérdida del padre/marido) y también por diferentes circunstancia que han terminado en un cierto distanciamiento. Anabel (Elvira Lara) una postadolescente barcelonesa de 18 años vive dividida entre el recuerdo de su padre andaluz -fallecido tiempo atrás- junto con la sencillez de la vida en una aldea cuando pasa veranos en el pueblo de Jaén con su familia paterna, y la influencia de su madre Delia (Antonia Zegers), una inmigrante chilena que trabaja de taxista en la ciudad condal que con su carácter despreocupado parece no haber asumido ni valorado del todo la muerte de su marido y las necesidades actuales de su hija, una muchacha que aspira a ser alguien - estudia comunicación audiovisual- y superar sus penas, complejos y los problemas económicos de su familia. Planteada como una historia cambiante con variaciones inesperadas y siempre centrada en las dos mujeres (especialmente en Anabel), la película se deja ver con enorme interés gracias a la calidez e inmediatez de las situaciones, que si bien muchas veces parecen no llevar a ninguna parte hacen que las protagonistas, con gestos, reacciones y diálogos nos muestren los entresijos y claves de su incomoda relación. Tanto Lara como Zegers están las dos impecables. El filme va cobrando interés a medida que va avanzando y todos esos apuntes del natural que se nos presentan y que- muchas veces por desgracia- reconocemos no hacen más que hacerse ganar nuestra complicidad como espectadores. Una pequeña grata sorpresa en lo que llevamos de año para el cine español.


lunes, junio 02, 2025

LA TRAMA FENICIA (THE PHOENICIAN SCHEME)

 


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Wes Anderson no solo se ha convertido en uno de los mejores directores de la actualidad sino que es ahora mismo uno de los cineastas con mayor tirón entre el público pese a lo aparentemente escaso comercial de su propuesta. Últimamente muy activo- sus últimas Asteroid City y el mediometraje de Netflix La maravillosa historia de Henry Sugar son relativamente recientes- Anderson deja un poco el perfil más modesto de Asteroid City para ejecutar de nuevo una obra ambiciosa que por supuesto contiene todos los elementos distintivos de su cine: imagineria artístico-manierista, colores chillones, encuadres estudiados, coreografiados y arty, inspiración comiquera, cierto surrealismo. No tan brillante como su obra maestra, La crónica francesa (2021) pero de nuevo una gran película, The Phoenician Scheme -echando mano otra vez de la ironía y la caricatura con afán de crítica- se sumerge esta vez en una visión bufa del capitalismo y la religión con unos resultados bastante sugerentes. El reparto coral de rigor del cine de Wes Anderson moviéndose entre engolados e imposibles escenarios que evocan a unos estéticamente unos exagerados años 50 en plena Guerra Fría nos regala personajes (ridículamente) muy interesantes e interpretaciones de chapó en una puesta en escena deslumbrante y divertida que consigue llevar a buen puerto una fábula muy gruesa y anecdótica en apariencia pero en realidad enormemente profunda y evocadora.

Hay que decir que el propio reparto hace destacar a tres personajes: Zsa-Zsa Korda (Benicio del Toro) un todopoderoso y realmente siniestro y despiadado magnate de un país indeterminado de Europa deseoso de eliminar a quienes precisamente tratan de eliminarle por su enorme poder, para, lógicamente, ver aumentada aún más su riqueza e influencia; su hija Liesl (Mia Theperton) una excéntrica novicia que se convierte en la principal aliada de su padre en su megalómano plan aunque hayan estado distanciados seis años, y el profesor Bjorn Lund (Michael Cera), un entomólogo noruego tutor de los hijos menores de Korda y tercera pata del vértice en los planes del empresario. Unas curiosas cajas con ciertos contenidos tienen la clave de los nuevos negocios de Korda, quien tras sufiir diferentes atentados contra su vida se encuentra casi siempre de paso en el Cielo y ante Dios en impagables secuencias de inspiración montypithiana, y una inexistente Fenicia del siglo XX será el país en el cual el millonario fije sus objetivos. Todos los entresijos del capitalismo en su mayor expresión aparecen caricaturizados en este perfecto grandguiñol de tiralíneas con explicaciones bizarras marca de la casa discurridas en el siempre pasmante espectáculo visual y narrativo de Anderson. Tampoco faltan críticas a la ambición humana, la hipocresía, la muchas veces apestosa relación entre política y riqueza, y el poder ambiguo de la religión tanto desde el aspecto personal-espiritual como el material.

Si se conoce más o menos el cine de Wes Anderson, se pueden prever pistas falsas y trampantojos que estallan de manera magistral y no por ello dejar de disfrutarlas, pero es posible que el expectador neófito o no acostumbrado a este tipo de cine se vea un tanto desconcertado. Hay que dejarse llevar siempre por el estilo sublime, audaz y realmente sugestivo de este gran autor que ha conseguido fusionar como nadie el estilo del cómic (y la ilustración en general) con el del cine. Tom Hanks, Willem Dafoe, Scarlett Johannson, Mathieu Almaric, Jeffrey Wright, Charlotte Gainsboourg, Riz Ahmed, Bryan Cranston, Bill Murray, Benedict Cumberbatch o F. Murray Abraham desfilan también por un filme que como todos los del director conviene ver y degustar.

lunes, mayo 19, 2025

JANE AUSTEN ARRUINÓ MI VIDA (JANE AUSTEN A GÂCHÉ MA VIE)

 


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Es increíble como la figura y obra de Jane Austen (1775-1817) sigue presente en la cultura del siglo XXI e incluso el mundo del cine sigue haciéndose eco de su legado. No son pocas las películas inspiradas en ella -incluso llevando su nombre en el título- a parte de biopics, y es que la autora de Emma o Sentido y Sensibilidad pese al paso del tiempo tiene en su obra tropos y temas que se han mantenido siempre, como las ansias de superación de la mujer joven o los dilemas del amor. En el caso de esta producción francesa debut en la dirección de la guionista Laura Piani (con algunos tintes autobiográficos) nos encontramos con la imposible traslación del mundo de la escritora británica a la vida de una joven parisina, Agathe (Camille Rutherford), bibliófila, culta, soñadora y admiradora de Austen, empleada en la famosa librería parisina especializada en literatura inglesa Shakespeare and Company, pero negada sentimentalmente e insegura pese a su brillantez intelectual. Aspira a encontrar el amor de su vida a la Austen y lógicamente esa meta por su dificultad no le plantea satisfacciones precisamente. Una gran oportunidad llega a su vida cuando se traslada a la campiña inglesa para participar junto con aspirantes a literatos e intelectuales en una residencia-seminario sobre la autora, gestionada por una familia de descendientes de esta. Allí Agathe conoce a Oliver (Charlie Anson) el hijo de sus anfitriones, un joven educado y muy british que parece mejor opción que Felix (Pablo Pauly), su no muy oficializado novio.

El filme supone una aproximación a manierismos del cine británico desde la óptica francesa en una operación que se salda con éxito y que no resulta ni paródica ni de homenaje complaciente. Moviéndose entre la comedia romántica (las más de las veces) y el melodrama, el filme está rodado con exquisitez y buen hacer con varios momentos muy bien llevados. Las escenas inglesas son casi siempre en interiores (los de la mansión de la residencia) en clara conexión con la tendencia inglesa a las ficciones audiovisuales sin apenas exteriores, algo en lo que fueron maestros -especialmente en televisión-en la segunda mitad del siglo XX. No obstante, lo mejor es todo lo que rodea a su protagonista y sus circunstancias, un pequeño y modesto estudio psicológico de la mujer del siglo XXI que desea vivir en el mundo de Austen de principios del XIX en lo tocante a las relaciones amorosas, ocasionando frustración, desarraigo y también por que no momentos divertidos. Una película modesta pero bonita, recomendable en tiempos tan poco edificantes como estos.

lunes, mayo 12, 2025

UNA QUINTA PORTUGUESA

 




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Un claro ejemplo de como con una historia muy sencilla se puede hacer una excelente película. Avelina Prat, que con su primer filme Vasil (2022) dejó muy buen regusto, en esta ocasión supera el listón con este curioso melodrama de corte psicológico sustentado en sus muy competentes intérpretes: no solo su protagonista principal, ese actor ya veterano pero redescubierto que es Manolo Solo, y su actriz principal la polifacética y superdotada María de Medeiros están sublimes, la serbia Branca Katic, que se hace cargo de un rol secundario pero fundamental y pivotal en la historia, está estupenda. No podía dejar de ser casi perfecto el trabajo actoral en una película donde la interacción de los personajes, especialmente entre los dos principales, es fundamental. Dos seres que en diferentes momentos reubican y rediseñan su vida de cero, viviendo de diferentes falsedades para huir de un pasado doloroso. Y junto a ello, el mensaje de entendimiento (y coincidencia) entre diferentes nacionalidades, idiomas y culturas, con la constatación de que determinadas situaciones y sentimeintos son comunes en todos los seres humanos; mensaje que ya aparecía en la anterior película de la directora, un valor en alza que supone una muestra más de la excelente nueva generación de realizadoras españolas que ha surgido en los últimos años.

Fernando, un profesor universitario de Geografía, se encuentra de la noche a la mañana con que su mujer de origen serbio, Milena, con la que en realidad llevaba poco tiempo, ha desaparecido sin dejar rastro (el espectador conoce que ha abandonado a su marido sin previo aviso). Desesperado y desorientado, viaja a Portugal a olvidarlo todo donde conoce a Manuel, un jardinero español que muere súbitamente de un infarto. Fernando tomará la documentación de Manuel y viaja a la lujosa quinta donde el auténtico jardinero iba a trabajar para ocupar su lugar . Allí conoce a la propietaria de la propiedad, Amalia, una mujer rica y culta de afable carácter que pronto conectará con Fernando (al que aparentemente cree el verdadero Manuel) pero que también parece esconder o huir de algo. La excelente interpretación de aquella actriz que en buena parte de los 90 se convirtió en la estrella europea del momento empuja la película a momentos realmente sublimes en donde el intentar averiguar la verdad por parte de los personajes parece una necesidad que se alcanza de maneras inesperadas. Manolo Solo por su parte está perfectamente creíble como un hombre perdido y con muchas preguntas que en aquella mansión portuguesa llena de belleza decadente logra por fin la estabilidad hasta que casi por casualidad un hallazgo sobre lo que le impulsó a cambar de vida parece dar una nueva dimensión a todo. Se cambian muy bien los contextos dramáticos en esta película y ello constituye un espectáculo narrativo de primer orden, llegando hasta la curiosa catarsis final. Filme elaborado y grato de ver que no debe ebn modo algunos pasar desapercibido.

martes, mayo 06, 2025

LA HISTORIA DE SOULEYMANE (L´HISTORIE DE SOULEYMANE)

 


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Una nueva aproximación europea al fenómeno de la inmigración, y concretamente desde el cine francés, siempre acertado con cualquier temática social, con la novedad de que en esta ocasión se tocan items dentro del mismo tema que rara vez han sido objeto de una ficción, como es el caso de los “negocios” de personas que traman historias falsas para que un inmigrante consiga su regularización como refugiado político o las dificultades que el colectivo migrante en situación irregular tiene en sus trabajos no regularizados. Este filme de Boris Lojkine apuesta por un estilo verista y docuemntal centrándose en un personaje, Souleymane (Abou Sangare) un joven de Guinea Conarky que llegó a París poco tiempo atrás y que permiso de residencia ni de trabajo ejerce de repartidor en bici. Su esperanza es conseguir estatus de refugiado político para acelerar su regularización aunque en realidad no lo sea, pero otro individuo de origen africano le ayuda inventándose una falsa historia vital como perseguido en su país por razones política. Souleymane al principio de la película está a dos días de la decisiva entrevista con las autoridades de inmigración y trata de memorizar el falso relato mientras trata de hacer bien su trabajo- que le ocupa hasta altas horas de la noche-, se relaciona con otros jóvenes africanos y con sus clientes y pernocta en un concurrido refugio de sin techo. Se palpa su ansiedad por que todo salga lo mejor posible y su preocupación: un psicodrama muy bien planteado que además huye de convencionalismos sin dejar de estar centrado en los sentimientos del propio protagonista ante una situación límite.

Al estar la historia enmarcada en tres días, el factor tiempo y el ritmo de la narración son esenciales en este filme donde todo trtat de transcurrir de forma lineal mostrandoa demás los progresivos cambios en el estado de ánimo de Souleymane. Casi cámara en mano con planos largos y casi siempre en entorno urbano, la película consigue una total credibilidad y en sus instantes finales, el momento crítico para el muchacho, hace estallar toda una catarsis que de por si resulta enormemente esclarecedora e ilustrativa de la situación de muchas personas inmigrantes. La historia verdadera se enfrenta a la historia falsa, en un combate en el que se atisba que lo real tiene que ganar por sus propias características. Es muy esclarecedor el mensaje final que deja la peli y en ese sentido el propósito del filme se justifica por si solo. Queremos más películas así, por favor.

martes, abril 29, 2025

TODO LO QUE NO SÉ

 


*** y 1/2

Un debut prometedor en el largo el de la directora vizcaina Ana Lanbarri con un drama psicológico-costumbrista de texturas ásperas y sin edulcorante. Un ejercicio de psicodrama centrado en la lucha y ambición personal defendiendo lo que uno cree contra viento y marea y como esa lucha además de todo lo difícil que pueda llegar a ser, erosiona, condiciona e incluso daña a la propia persona. Con un guion muy directo y conciso y apoyada en el muy eficiente trabajo actoral , la película conmueve y hace cómplice al espectador, que logra empatizar con su protagonista, Laura (Susana Abaitua), una joven de 35 años ingeniera informática que intenta salir de la mediocridad personal en la que vive desde tiempo atrás (vivienda en piso compartido, trabajo de dependienta de una cadena de tiendas, ciertos problemas familiares) ante la repentina oportunidad que se le presenta de poder llevar a cabo un proyecto informático que ha intentado vender desde tiempo atrás. No será fácil la mayor dedicación a ese sueño que puede cumplir ya que su padre enferma terminalmente teniendo que cuidar de él a turnos junto con su hermana casada y con hijos y también la no muy clara relación con su novio comenzará a resentirse. El carácter de la mujer será cada vez más irascible afectando a la relación con sus seres queridos.

Hay mucha naturalidad en las situaciones descritas y la estupenda interpretación de Susana Abaitua ayuda mucho a magnificar un filme modesto en su aspecto formal pero con pretensiones narrativas y temáticas ambiciosas que llegan a muy buen puerto. En el reparto de secundarios brillan Natalia Huarte, Ane Gabarain, Andrés Lima, Francesco Carril e Iñaki Ardanaz. Muy bien filme que esperemos se mantenga bien en cartelera.


sábado, abril 26, 2025

CONFIDENCIAL (BLACK FLAG)

 


* y 1/2

Steven Soderbergh es un director empecinadamente prolífico además de irregular. En su basta filmografía hay títulos de todo pelaje y género y pese a que haya algún clásico como su ópera prima Sexo, Mentiras y Cintas de Video (1989), Grey´s Anathomy (1996) o el éxito comercial Erin Brochovic (2000) predomina lo olvidable y lo irrelevante- este es su segundo estreno de 2024 tras la cinta de terror psicológico Presence, la cual pasó desapercibida como muchas películas suyas anteriores- aunque se siga esperando alguna sorpresa que no llega y ni tiene visos de hacerlo. Jugando engañosamente entre el mainstream y lo indie cuando en realidad es un director comercial, Soderbergh vuelve a estrenar -y se acerca al largometraje 40 en 36 años de carrera- y lo hace con un thriller de espionaje supuestamente psicológico escrito por el prolífico David Koepp (otro autor sobrevalorado) que sencillamente no convence. Entremezclándose con el drama amoroso y ciertos tintes políticos, Black Flag resulta un filme predecible y rutinario que no se encuentra así mismo en ningun momento. Si, es un acierto que trate de evadirse de la norma de un thriller al uso con un planteamiento de personajes concretos y casi teatral con profusión de escenas de interior (mucho se desarrolla en el hogar de la pareja protagonista), pero la manera de contarlo todo no tiene ninguna originalidad no como filme de intriga resulta atrayente ni emocionante, por no hablar de el elemento dramático que resulta muy poco relevante.

Al tratar de apostar por los actores, la película se ha rodeado de intérpretes eficientes que sencillamente cumplen en un pequeño desaguisado. Michael Fassbender interpreta a George Woodhouse, un agente del Servicio de Inteligencia británico al que se el comñunica que su esposa Kathryn (Cate Blanchett), otra agente del MI6, es sospechosa de traición. El matrimonio, que ya de pos sí tenía una relación anómala debido a su ocupación, entrará en un crisis aún mayor de la parecía comenzar a vivir y comenzará un juego al gato y al ratón en el que entrarán los amigos y compañeros de la pareja, todos llenos de secretos personales y profesionales. Pese algún momento de lucidez aislado, el filme no llega a despegar en ningún momento con unos minutos finales tediosos-. Es curiosa la presencia-homenaje de Pierce Brosnan como un jefe del Servicio de Inteligencia, aunque su papel no aporte mucho. ESsuna pena constatar en lo que se ha convertido la carrera de un en otro tiempo cineasta muy prometedor.

lunes, abril 21, 2025

AMATEUR (THE AMATEUR)

 


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Es cierto, no es que sea especialmente novedoso ni aporte mucho este filme de espionaje ambientado en diferentes países, pero al menos se deja ver con interés - salvo algunos momentos de la segunda mitad de metraje en los que el ritmo no solo decae sino que al trama da ridículas vueltas sobre si misma- y regala buenos momentos de intriga psicológica, todo ello gracias al buen trabajo de su actor protagonista, el oscarizado Rami Malek, quien no ha tenido demasiada suerte desde que el otorgaran el premio en 2018, El Intérprete californiano da vida a Charlie Heller, un criptógrafo de la CIA que tras el asesinato de su mujer por unos supuestos terroristas decide entrar en acción y convertirse bajo su responsabilidad en un agente recibiendo entrenamiento como tal pese a las reticencias de sus superiores, con el fin de buscar y ajusticiar a los asesinos de su esposa. Un argumento con resonancias a otros muchos anteriores que en esta película simplemente cumple pero sin ningun relieve.

Como filme de acción y espionaje, The Amateur ofrece más de lo mismo, pero también tiene sus aristas localizadas en otros aspectos: la evolución del protagonista de un brillante analista y criptógrafo de mente privilegiada a un action man sin que sus análisis sesudos y matemáticos disminuyan un ápice, un buen recurso argumental que otorga algo de fuste a un espectáculo más bien rutinario. Muchos personajes, algunos demasiado arqutípicos, y localizaciones internacionales como mandan los cánones del género de espionaje todo ello con ropajes de suntuosa gran producción en donde curiosamente la violencia no pinta mucho y si el thriller. La presencia de Laurence Fishburne como un veterano coronel de la CIA mentor del protagonista es un puro deja vu a su intervención en Matrix. Para pasar un rato entretenido

domingo, abril 13, 2025

MUY LEJOS

 


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No resulta fácil tratar de plasmar el sentimiento de duda, desarraigo y confusión al mismo tiempo en una persona, pero esta película lo consigue gracias al buen trabajo de su director y guionista, Gerard Oms, coach de interpretación y actor que se estrena en el largo con esta película, y de su actor protagonista, Mario Casas: es la historia real del propio Oms, quien en 2008 tras asistir en los Países Bajos al partido de la Europa League entre el Utrecht y su equipo, el Espanyol, dedició “perder” su cartera y pasaporte para quedarse a vivir un tiempo en Holanda para encontrarse a si mismo y hallar un sentido a su vida. Si, una premisa extraña (en la película al principio no sabemos que le motiva a Sergio- el alter ego de Oms interpretado por Casas- que le motiva a tal incomprensible e inquietante decisión) pero tan real como que ocurrió realmente y le sirvió al realizador para hallar respuestas en medio claro está de un total sentimiento de desarraigo. Rodada en Amsterdam y Utrecht en régimen de coproducción entre España y Países Bajos, estamos ante una drama psicológico de tono intimista y urbano en donde surgen temas que en siguen marcando la vida actual en todo lo que va de siglo XXI: el sentimiento de desarraigo de los inmigrantes, la fobia a los extranjeros, la falta de ética haciendo negocio de las desgracias ajenas, la dificil consecución de la interculturalidad… y ya dentro del plano personal, la sensación de no saber quien es uno mismo dentro de un mundo caótico. El “refugiado” voluntario en Holanda funciona como metáfora de todo lo antes descrito a muchos niveles; Sergio es un ser desnortado que quiere empezar de cero y que lógicamente no lo tendrá nada fácil además de que las cosas empeoraran cuando el joven se de cuenta que aún no conoce su propia identidad sexual. Mario Casas realiza un excelente trabajo- y es que cada vez actúa mejor- y resulta perfectamente creíble como un ser confundido y caótico en una película honesta, realista y muy bien rodada con actores de diferentes países y culturas (a parte de holandeses y españoles) y en varios idiomas (principalmente castellano, catalán, holandés, inglés y árabe). Gerard Oms, además de un excelente preparador de actores puede ser un gran director.

El personaje de Sergio es ya la historia del guion del filme en si mismo y su desarrollo personal y psicológico es básicamente lo que estructura la narrativa de eta película. En su cierto egoísmo por luchar por su propia supervivencia se encontrará con que se ha convertido en un ser sin hogar como otros muchos inmigrantes en Amsterdam de diferentes nacionalidades y con los que terminará aliándose pese a reticencias xenófobas iniciales: y es que el propio joven vivirá muchas veces la discriminación por ser extranjero. Su relación de amistad con Manel (Alex Verdaguer, también tremendo) otro migrante catalán en diferentes circunstancias parece ser un asidero pero pronto se dará cuenta de que su nuevo amigo no es lo que parece. Una película que parece haber llegado a las salas sin mucho bombo y platillo pero que resulta de lo más estimulante y bien hecho de lo estrenado dentro del cine español en lo que va de año.

jueves, abril 10, 2025

SORDA

 




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El mundo de los sordos vuelve a aparecer en el celuloide con la seriedad y dignidad debidas cuando se pretende hacer una buena película que además refleje la realidad de las personas sordas. Hay muchos ejemplos, pero no demasiados en el cine español, en este sentido esta Sorda constituye una oportunidad muy bien aprovechada para recordarnos a los espectadores ibéricos- casi siempre oyentes- la situación de estas personas y las (muchísimas) dificultades de su vida, poniendo en este caso énfasis en la vivencia sorda desde la perspectiva femenina y desde la maternidad. Si, esta es una película sobre el hecho vitalmente cambiante de tener descendencia por primera vez (tanto para el padre como para la madre) además de versar en la temática antes reseñada, lo cual le obliga a ser un testimonio más o menos complejo y matizado, algo que este filme cumple con creces aunque sin estridencias. La realizadora murciana Eva Libertad debuta en el largometraje con este filme, versión aumentada de un corto que rodó en 2021 haciendo un interesante trabajo. Como actriz protagonista, su hermana Miriam Garlo, sorda desde la infancia – no en el grado de su papel- quien realiza un trabajo de quilates en un film muy honesto, realista y agradable en su costumbrismo dramático con mensaje.

Ángela, una mujer sorda de cerca de 40 años casada con un oyente, Héctor (Álvaro Cervantes) vive feliz su matrimonio, sus amigos (en su mayoría sordos también) y su trabajo equilibrando su condición de no oyente en un mundo de personas oyentes principalmente con la ayuda de Héctor, quien entre otras cosas comprende y esta integrado en el mundo de silencio de Ángela y domina la lengua de signos. El inesperado embarazo de la pareja, que dará fruto a la pequeña Ona, empieza a cambiarlo todo: a la incertidumbre de cualquier mujer ante la maternidad se una la preocupación de la joven por su propio futuro, el de la niña- que resulta ser oyente- y el de su relación, ya que al ser ahora dos personas que oyen en la familia se abre una grieta que Ángela jamás pensó que se abriría y a partir del momento empezará a tomar especial consciencia de su condición. Con diálogos hablados, lenguaje de signos, subtítulos en toda la película y unos minutos finales bajo el punto de vista auditivo de su protagonista, esta película se esfuerza y logra en ser especial y consigue una historia cercana pero con todas las peculiaridades de estar centrada en un colectivo determinado y por desgracia con poca atención por parte de la sociedad, cumple su función y lo hace con un atractivo y sensible trabajo que no debería pasar desapercibido en cartelera..

martes, abril 01, 2025

THE ALTO KNIGHTS

 


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No tiene sentido reincidir en viejas fórmulas que ya lo han dado todo de si, como el de las películas de gangsters y de mafia italoamericana con Robert De Niro de protagonista. Sin necesidad de valorar si el cine de mafia puede a estas alturas seguir sorprendiendo u ofrecer nuevas obras maestras, lo cierto es que a sus 82 años De Niro no tiene ya nada que demostrar como intérprete, ni tan siquiera interpretando a los dos personajes principales de un mismo filme como ocurre en The Alto Kinghts, nuevo filme - después de diez años- del que una vez fuera un director interesante Barry Levinson. Basada en la historia real de los históricos mobsters del siglo XX Frank Costello y Vito Genovese - una bizarra y turbia crónica de odio-amistad y crimen como solo podía ocurrir en el mundo del crimen organizado estadounidense- ambos encarnados por un correcto y ultracaracterizado Robert De Niro al que ya se le nota el peso de los años, esta película resulta irregular y tediosa por bastantes momentos pese al importante esfuerzo de producción para reproducir las diferentes épocas en las que transcurre la historia (desde principios del siglo XX hasta la década de los 70 del mismo siglo). En la segunda mitad del metraje parece remontar el vuelo, pero termina pierdiendo gas y al final da la sensación que hemos visto una historia muy parecida a otras del género y con el deja vu añadido de que De Niro ya estaba en alguna de esas cintas (aunque no en todas).

No se puede decir que los retratos de ambos capos sean completos o especialmente interesantes a efectos dramáticos en esta película, puede que en otro filme hecho con mayor ambición sí lo fuesen, pero la historia está tan rutinariamente llevada y supeditada al doble y meritorio trabajo de su protagonista que no se consigue salir de lo previsible: hay cierta intriga, cine de juicios, momentos de comedia, acción y todos los clichés imaginables -una vez más- de la mafia italoamericana. Tampoco se puede decir qe la caracterización y maquillaje sean de recibo ya que De Niro en realidad está muy parecido físicamente en ambos papeles además de dejar que desear la idoneidad de ciertas prótesis que hacen que los personajes parezcan a veces físicamente caricaturas (es curioso que como Frank Costello el actor a veces esta clavado a Peter Sellers cuando se disfrazaba) Una película que poco aporta salvo la constatación de que Robert De Niro aún sigue al pie del cañón

lunes, marzo 31, 2025

POR TODO LO ALTO (EN FANFARE)

 


*** y 1/2


Ser el último éxito de taquilla en su país del cine francés parece sinónimo de película más que interesante y con el justo equilibrio entre la calidad y la comercialidad, y esto es lo que le ocurre a este drama-comedia que toca varios palos temáticos de una manera convincente y no resulta en modo alguno un filme sensiblero pese a decantarse principalmente por el melodrama. En Fanfere, de todas formas, es algo más que un melodrama con ribetes de comedia ya que se percibe dentro de un costumbrismo inequívocamente galo una crítica social con las pocas oportunidades de las clases menos favorecidas como telón de fondo y una crónica de las relaciones humanas con dos personajes aparentemente muy opuestos que en realidad comparten mucho y más allá de los lazos familiares. Una película que se sustenta en sus dos personajes principales y en su increíble historia: Thibaut (Benjamin Lavernhe) un joven y prestigioso director de orquesta parisino que necesita un urgente trasplante de médula ósea y Jimmy (Pierre Lottin), un joven de clase obrera de un pueblo del norte de Francia que resulta ser el hermano oculto de Thibaut, ambos adoptados por familias diferentes aunque Thibaut lo ignorase: Jimmy además de ser el ansiado donante entrará en la vida de su hermano, demostrándole a este que el haberse criado en familias con condicionamientos sociales diferentes (acomodados en el caso de Thibaut y modestos en el caso de Jimmy) ha condicionado sus destinos y aunque ambos compartan el amor por la música, ya que Jimmy es músico en una banda local pero su hermano descubrirá que tiene casi tanto talento como él.

Los dos intérpretes están excelentes en un filme con un guión muy agradable y que va cambiando de registros e intensidades como mucho fundamento y oficio. No tiene este filme un tono claro de Feel Good movie impostado y su mensaje esperanzador está presentado de una manera muy inteligente, con los momentos más ligeros y los más dramáticos bien insertados y dosificados, con la música (clásica, jazz, pop, chanson francesa) como un protagonista más. Previsiblemente este filme aguantará bien en la taquilla española y en verdad se lo merece.

domingo, marzo 23, 2025

8

 


***

El regreso de Julio Medem siete años después de su última gran película, El Árbol de la Sangre (2017) está resultado atípico en el sentido de que además de esta 8 tiene pendiente el estreno de una película rodada anteriormente Minotauro, Picasso y las Mujeres del Guernica: extraño que al que en los 90 y 2000 fuese considerado uno de los mejores directores españoles (y europeos) le ocurran estas vicisitudes, indicador tal vez de que al industria del cine en España pese a los últimos logros aún tiene sus carencias y de que la figura de Julio Medem ya no tiene ese aura de entusiasmo entre crítica y público que tenía antaño, pese a lo magnífica que resultó su última película. Pero lo que nos interesa es 8, su último filme, un trabajo técnicamente muy bien realizado -casi todo en plano secuencia- con una historia sugerente y con mensaje pero que carece del elemento más o menos sorprendente y arrebatador que ha caracterizado la mayor parte de su excelsa filmografía, una carencia que ya se vio en filmes anteriores como Caótica Ana o Una Habitación en Roma . Esta película tiene un tono de epopeya familiar y de relato histórico (durante 90 años de la historia de España, de 1931 a 2021) similar al de El Arbol de la Sangre en lo que es básicamente la crónica de una historia de amor a lo largo del tiempo al estilo Medem: la de Adela (Ana Rujas) y Octavio (Javier Rey), ambos nacidos un mismo 8 de abril de 1931 en dos pueblos castellanos vecinos quienes sin conocerse de antes y tras algunos encuentros casuales a lo largo de los años terminan estableciendo una relación a la que en un principio parecían no estar destinados por el devenir de sus vidas. El elemento más interesante de esta película es precisamente el paralelismo que se establece a tres bandas y de carácter recíproco entre la historia de España en los últimos años y sus circunstancias, la crítica al carácter cainita del ciudadano español (las dos Españas de Machado que cita el cineasta como inspiración) y por último las relaciones personales y amorosas que a veces y como en el caso de esta película pueden estar influenciadas por las circunstancias anteriores. No hay un tono estrictamente político en esta película sino más bien social y humanista pero que tiene en todo momento presente el contexto histórico. Pero el resultado final de 8, aunque sugerente, a veces emocionante y muy bien narrado se antoja insuficiente para un cineasta como Julio Medem, que vuelve a repetirse a si mismo con sus historias de encuentros y circunstancias casuales y paralelismos, remitiendo claro está a Los amantes del Círculo Polar, Vacas (8 película como aquella está estructurada en episodios), La Ardilla Roja o la ya citada El Arbol de la Sangre. Una pena que Medem no haya querido arriesgar más, aunque sería injusto desdeñar las virtudes de este filme que son varias.

El realizador donostiarra es un tipo honesto que no engaña ni oculta sus cartas en cada filme y se esfuerza en dar a muchas de sus películas un tono aleccionador y didáctico, en este caso en torno a la historia de España (aunque superficialmente y más bien como McGuffin) y sobre todo al aspecto ético de las relaciones humanas hurgando en el origen de los odios, las envidias y en definitiva de la diferencia entre las personas y todo aquello que lleva inevitablemente al conflicto y en última instancia a la destrucción y ala muerte: un mensaje muy interesante en los tiempos que vivimos. El tono del filme es de reconciliación y esperanza, con la fuerza del amor que lo puede todo, personalizado en su protagonistas, un hijo de simpatizante del bando nacional que en un principio se integra en las estructuras del régimen franquista y una hija de republicano que casada en primera instancia con un militar franquista casi por conveniencia terminará buscando la libertad como mujer y como persona con el paso de los años. Octavio, que prefiere la pesca y los estudios de los cauces de los ríos a cualquier complicación política o familiar y Adela, que no se resigna a su papel de ama de casa de clase media-alta, terminarán viendo entrecruzadas sus historias con una multitud de circunstancias de por medio mientras que España va cambiando. No esta anda mal la paeja protagonista- tal vez mejor Javier Rey que Ana Rujas- pese a que muchas veces la historia tengo picos de falta de credibilidad y situaciones demasiado forzadas. Desde el punto de vista técnico poco es reprochable en 8, donde la ambientación de diferentes épocas está muy conseguida y el plano secuencia reserve momentos a veces espectaculares, pero eso si, resultan muy discutibles muchos recursos de iamgen con intención supuestamente poética que en otra época en el cine de Medem hubiesen entusiasmado pero que ahora resultan requetevistos y a veces pedantes. Pero 8 es una buena película que por su tomo e intenciones merece ser vista aunque ya no nos encontremos ante el Julio Medem de hace algunos años . Lo mejor de todo es constatar como el cineasta sigue manteniendo su buen pulso, sus ganas de contar historias con corazón y profundas y su afán de crear hermosas imágenes.

domingo, marzo 16, 2025

MORLAIX

 


*** y 1/2

Resulta muy curioso el afán experimentador de esta coproducción hispanofrancesa dirigida por un realizador tan peculiar y datado como Jaime Rosales (La Soledad, Petra, Girasoles Silvestres) y rodada íntegramente en Francia (en Bretaña y en París) en el idioma galo. Además de constatar el carácter transnacional del buen cine - para muchas historias no hay fronteras espaciales ni culturales ni tampoco para la manera de contarlas- este filme recupera el tono vanguardista que imperó en mucha de la producción europea de la segunda mitad del siglo XX en una curiosa operación de aplicar algunos preceptos de los ya vetustos Free Cinema o la Nouvelle Vague a una película de los 2020, logrando un atractivo efecto experimental vintage del que el realizador saca partido. Porque Morlaix es un melodrama de personajes y de maduración que pivota constantemente alrededor de los anhelos y las aspiraciones de la juventud en la vida, de las vicisitudes de las relaciones amorosas y de la relación del ser humano con la muerte, temas muy ambiciosos que en la película se tratan con la profundidad justa y necesaria (siempre desde el punto de vista de la adolescencia) y que por ello no resultan pedantes en ningun momento, si bien la pelícual muchas veces da la impresión de no avanzar en ese aspecto intencionadamente de una amnera un tanto impostada y poco clara. Una localidad costera de Bretaña, Morlaix, es el escenario en donde transcurre una historia que sorpresivamente termina albergando otra historia o más bien una realidad alternativa o ensoñación de los personajes, efecto este que se logra mediante el recurso simbólico del cine dentro del cine pero desde el punto de vista del espectador: esta metáfora-recurso narrativo es una de las principales bazas de la película desde el aspecto más formal y metacinematográfico junto con la alternancia del blanco y negro y el color, recursos que remiten a un manierismo muy europeo pero que tienen una función fundamental en el devenir de la historia aunque a veces su empleo pueda parecer algo arbitrario. La película pese a todo y aunque pueda despistar a espectadores poco habituados a trampantojos narrativos avanza sólida e interesante durante todo el metraje.

No es baladí que Moralix se centre en la etapa de la adolescencia para mostrar las contradicciones y debilidades del ser humano; su protagonista, la joven Gwen (Aminthe Audiard en su etapa teen y Mélanie Thierry como adulta) es una muchacha que siendo de las más carismáticas de su instituto y eje de sus amistades se ha cansado de la vida en su pueblo y tras la pérdida de su madre se replantea muchas cosas: es el ejemplo del adolescente desnortado y duditativo que por circunstancias se enfrenta de repente a los dilemas de la edad adulta. La llegada a la localidad de un inteligente y sensible chico parisino, Jean-Luc (Samuel Kircher) alterara en cierto modo la vida de la propia Gwen y de sus amigos con su modo optimista pero más maduro de ver la vida, al tiempo que entre Gwen y Jean Luc comenzará a surgir una extraña atracción mutua. Los jóvenes personajes discuten y reflexionan entre ellos sobre sucesos presentes, futuros o posibles en secuencias en las que conviene no perder ni un ápice de atención en lo que se dice y que al final acaban explicando el epílogo y el salto en el tiempo en el que les vemos convertidos en adultos con diferentes suertes en sus vidas. Hay que reseñar en todo momento que los jóvenes intérpretes están geniales, especialmente la pareja protagonista,que es la que da sentido y empaque a toda la historia en un reparto que en realidad es más bien coral y en el que también interviene el catalán Alex Brendemühl, con una Aminthe Audiard que literalmente se come todos los fotogramas en donde aparece. Excelente fotografía de Javier Ruiz Gómez y en definitiva un nuevo acierto del cine español esta vez con clara vocación internacional.

lunes, marzo 10, 2025

LEE MILLER (LEE)

 


*** y 1/2

Personaje de cierto renombre en la historia del fotoperiodismo pero no muy conocido a nivel popular, Lee Miller (1907-1977) tiene su biopic gracias a la productora y protagonista de este filme, Kate Winslet: una producción esforzada y cuidada que consigue poner énfasis más en los personajes y sus motivaciones (especialmente claro está, en la figura de la propia Miller) que en la propia acción y contexto aunque esto por supuesto condicione completamente ya que estamos hablando de la II Guerra Mundial. Hay que decir que tal vez esta película hubiese sido diferente sin la presencia de Kate Winslet, quien hace una magnífica composición de esta mujer, pionera en el periodismo de guerra femenino, gran innovadora del arte fotográfico y enigmática casi hasta sus últimos días: sus variadas facetas como artista, modelo, reportera, mujer reivindicativa, luchadora antifascista y también como mujer contradictoria e impulsiva aparecen muy bien reflejados por obra y gracia de Winslet que hace uno de sus mejores trabajos, aunque la película no desdeña al significación de otros personajes como su marido el artista, poeta y galerista Roland Penrose (Alexander Skasgard), el también fotógrafo y periodista David Scherman (Andy Samberg), la periodista francesa Solange D’ Ayen (Marion Cotillard), la editora de la revista Vogue Audrey Withers (Andrea Risenborough) o la musa del surrealismo Nusch Èluard (Noémie Merlant): bohemios y estetas en medio de un conflicto salvaje sin ningún atisbo de poesía.

Esta no es una película bélica en el sentido estricto de la palabra, es un drama más o menos psicológico con contexto histórico que pone de relieve las contradicciones del ser humano ante situaciones límite y el sentido del deber - en este caso, centrado en el compromiso de obtener la verdad como periodistas- en un entorno totalmente devastador. El filme esta muy bien rodado por Ellen Kuras, una directora que a sus 65 años debuta como realizadora de largometrajes tras un larga carrera como responsable de fotografía y directora de televisión y desde luego que deja su impronta en la faceta visual con unas imágenes muy realistas y unas estupendas recreaciones de algunas de las fotos más icónicas de Lee Miller. Por otra parte, tal vez la ausencia de un tono más lineal y de mayor amplitud de escenarios resten a la película bastantes enteros y por eso da la sensación de que tal vez podía haber sido algo más, pero tal y como está es una buena película. Y para que no falte de anda, su mensaje antibelicista es bastante oportuno en estos tiempos que corren.

domingo, marzo 02, 2025

A COMPLETE UNKNOWN

 


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En toda esta vorágime de bipics de leyendas del rock era cuestión de tiempo que Bob Dylan tuviese su película. El mítico bardo de Minnesota no precisa de muchas presentaciones: huelga decir que el legado de su obra es de los más influyentes en la historia de la música popular, su carrera larguísima con momentos memorables y situaciones que influyeron por si solas en todo el devenir de la historia del rock y por ello cualquier película centrada en si figura sería inabarcable si tuviese que contarlo todo. No lo ha hecho (gran acierto) este A Complete Unknown ya que se ha centrado en los tres primeros años de carrera discográfica del músico que nació como Robert Allen Zimmerman, es decir, entre 1962 y 1965: unos años clave para él en donde nació y eclosionó como el cronista de la contracultura estadounidense, el gran renovador del folk norteamericano (que a principios de los 60 estaba renaciendo entre la juventud norteamericana) y en definitiva en un ídolo de masas con canciones con mensaje, contestatarias y que reflejaban los cambios sociales que se estaban dando no solo en EEUU sino en gran parte del mundo occidental. James Mangold, director todoterreno que comenzó como independiente y últimamente parecía centrado en franquicias comerciales (Lobezno, Indiana Jones) y que por cierto ya dirigió una biografía musical, la de Johnny Cash (Walk the Line, 2005)- quien también aparece en este filme- ha realizado un estupendo trabajo, el mejor suyo en mucho tiempo, sustentado en una cuidad y perfecta ambientación de la época, una preponderancia total de las canciones de Dylan durante todo el film, un estupendo guión (firmado junto con Jay Cocks) y la genial interpretación de esa realidad que es ya Timothée Chalamet, quien se emte literalmente dentro de Bob Dylan y a buen seguro ha conseguido un antes y un después en su carrera.

El leiv motiv de la historia de A Complete Unknown es mostrar como se forjó el propio Bob Dylan como músico y personaje trascendiendo lo meramente musical para ser un referente en aquellos primeros 60 en donde muchas cosas ocurrían en Estados Unidos, poco antes de la muerte de Kennedy. La película en ese sentido es más una crónica histórica con el paralelismo de la historia del propio Dylan y un momento clave eb su cerera: su paso en 1965 de cantautor folk acústico a iniciador del folk rock con guitarra eléctrica en ristre y una banda de rock and roll de acompañamiento, cambio que inicialmente no fue aceptado por gran parte de sus seguidores ni por sus allegados, pero que reflejaba la evolución que América experimentaba hacia los tiempos modernos en medio de una lucha por los derechos civiles y las libertades sin precedentes en la historia norteamericana que de alguna manera dejaba atrás el americanismo más tradicional. Chalamet, quien interpreta todas las canciones del músico en el filme y lo hace estupendamente, hace perfectamente creíble ese muchacho afectado, arrogante, un tanto indeciso, de trato no muy fácil tanto para parejas como para amigos y colaboradores y siempre muy, muy enigmático (sus primeros datos biográficos fueron falsos e inventados por él) pero siempre convencido de lo que hacía. La vida sentimental del cantautor parece aquí como clave en el moldeamiento de su personalidad: primero superado por una mujer inteligente y comprensiva, llamada en el filme Sylvie Russo (trasunto de la verdadera primera novia de Dylan Suze Rotolo) (Elle Fanning) que no pudo seguirle el paso, y después fracasando de nuevo con una joven de enorme personalidad y talento como Joan Baez (Monica Barbado) cuya admiración mutua no sirvió para consolidar la relación. La amistad y veneración de Bob a sus maestros musicales, Pete Seeger (un excelente Edward Norton) y el gran Woody Guthrie (Scoof McNairy) por entonces enfermo casi terminal, es tratada aquí también como clave, sobre todo con Seeger, quien vió en Dylan todo lo que él no pudo conseguir con su música.

Una estupenda recreación de los conciertos y actuaciones (incluidas las de las varias ediciones del mítico festival de Newport y el casi mitológico primer y accidentado concierto eléctrico de Dylan), una estupenda plasmación de las calles de la América de principios de los 60, muchos personajes de la escena musical popular americana de entonces, y sobre todo la presencia de temas míticos de Bob Dylan cantados por Timothée Chalamet (están casi todos los de aquella época: A Hard Rain is Gonna Fall, Masters of War, It Ain´t Me Babe, The Times They Are a- Changin, Blowin in the Wind, Maggie´s Farm, Like a Rolling Stone y muchos otros) dan alas a una película honesta y disfrutable que no requiere de la condición de ser fan de Dylan pero que posiblemente haga aumentar el interés por el legendario músico a nuevas generaciones:  

domingo, febrero 23, 2025

EMILIA PEREZ

 


*** y 1/2

Ya se que llega tarde esta crítica de una de las películas más vistas en España en los últimos meses, pero hasta ahora no ha habido tiempo y oportunidades para verla. El insólito fenómeno en forma de una actriz transexual que ha roto barreras- y ha sido justamente premiada además como mejor actriz en varios certámenes (Premios del Cine Europeo, Festival de Cannes)- ha sido el principal reclamo de esta curiosa y estimulante película francesa con cierta vocación internacionalista (rodada en castellano e inglés en su mayor parte en Francia con un reparto con estadounidenses, españoles, mexicanos, venezolanos o israelíes y ambientada en el país azteca en el que prácticamente no han rodado nada salvo algunos exteriores) y que viene a reciclar- una vez más- el género del cine musical bajo una perspectiva un tanto caricaturesca y manierista principalmente para adecuar el tono un tanto exagerado pero sugerente de su original argumento. C (Los Hermanos Sisters (2019),sorprendente western) competente realizador de cierto regusto hollywoodiense, dirige con soltura y mucho acierto un producto esforzado y muy exigente desde el punto de vista técnico (muchos números musicales con sus coreografías, estética videoclipera y publicitaria, barroquismo a veces almodovariano y oras veces a lo John Waters, montaje complejo) pero que pese a contar con guión ingenioso y a veces audaz muchas veces no logra dar el tono de una historia que no se sabe si se toma o no en serio a si misma -si la respuesta fuera no, tendríamos claro que se trata de una obra genial, pero es que no se sabe a que carta quedarse- y por otra parte su banda sonora, firmada por Clément Ducol y Camille Dalmais resulta irregular en sus temas, aunque la mayor parte de los momentos de tonada sean asombrosos y logrados: pero no nos engañemos, a veces resultan algo previsibles dentro del género pero con momentos de innovación dignos de mención, como la sutil conversión de algunos diálogos hablados en basa rítmica de las canciones.

Jacques Audiard, además de fijar su mirada en Almodóvar y Waters- en realidad referencias más estilísticas que otra cosa- recurre como en otras ocasiones en su filmografía a los hermanos Coen o Tarantino en lo que se refiere al trasfondo de la historia: el sórdido mundo del narcotráfico mexicano, tocado aquí con cierta ironía-desdramatización-pseudomitificación (ese tratamiento del mundo del crimen es algo de lo que saben mucho los cineastas antes mencionados). Un influyente y millonario capo de la droga mexicano Juan “Manitas” Del Monte decide retirarse del negocio y fingir su muerte pasando a vivir con una nueva identidad convirtiéndose en mujer mediante una operación de reasignación de género. Como Emilia Pérez (Carla Sofía Gascón se encarga del personaje en ambos momentos con total credibilidad) el antiguo narcotraficante deviene en una rica filántropa que funda una ONG para encontrar a víctimas del mundo del narco – la mayor parte matadas por ella misma en su anterior identidad, logrando ser una mujer influyente y apriciada en su país. En todo ese embrollo Manitas-Emilia ha contado con la colaboración de la joven e idealista abogada Rita Mora Castro (Zoe Saldaña, su mejor papel hasta la fecha) que aunque escéptica y casi nada convencida accede a ser peón clave del plan de blanqueamiento de la protagonista, pero pronto las cosas empezarán a complicarse para ambas ya que un tercer vertice, Jessica (Selena Gómez) la supuesta viuda del narco, tendrá también algo que decir.

Pese a todas sus virtudes, entre las que se encuentra también unos actores-cantantes convincentes en ambos roles sobre todo Zoe Saldaña que nos muestra su formación musical y de bailarina- este musical con historia y tono propio de un narcocorrido, esta lastrado por su cierta irregularidad y todo lo antes mencionado que le impide ser un filme con excelencia. Pero nada quita para que el público se deleite con un vistoso espectáculo visual y una historia atractiva e interesante.

domingo, febrero 16, 2025

VERMIGLIO

 


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Premiada con el Gran Premio del Jurado en la Mostra de Venecia y nominada al Oscar a mejor película internacional, Vermiglio recupera esencias del cine costumbrista rural europeo y del neorrealismo italiano para ofrecer una historia cautivadora tanto en su mensaje de crítica transtemporal como en su forma de excelso filme naturalista y crudo en donde escuchando las palabras de su personajes y viendo sus acciones -la mayoría de las veces silenciosas- tenemos el testimonio de una época (últimos años de la II Guerra Mundial) y de un lugar (una remota aldea de los Alpes italianos) en donde el tradicionalismo y el aislamiento de la sociedad más moderna terminaron afectando totalmente a las gentes que allí vivían sumiéndoles en un estado en donde la evolución y el progreso eran una quimera. Pero siempre habrá pequeñas rebeliones y trangresiones, aunque al fin de cuentas queden anuladas por un entorno opaco ya asfixiante. Esto lo refleja muy bien esta película, segundo largo de ficción de su directora Maura Delpero, quien se ha inspirado en la historia de su familia y ha conseguido un filme bello e intenso a la vez que gélido y dirigido con maestría.

La historia se desarrolla en un año en sus cuatro estaciones comenzando con un crudo invierno en donde la extensa familia del maestro local de la pequeña aldea donde mayor parte de sus jóvenes están en el frente. Precisamente la llegada de dos desertores del ejército, escondidos de las autoridades militares, romperá la rutina local y la vida de la familia del maestro Cesare Graziadei (Tomasso Ragno) cuando su hija Lucia (Martina Scrinzi) inicie una relación al principio a escondidas con el soldado Attillo (Santiago Fontdevila). Cesare, muy preocupado por sus hijos y su futuro (tanto como padre como maestro) pero siempre dentro del riguroso concepto educativo de mediados del siglo XX, advierte de ciertos pequeños cambios en estos (no solo en Lucia) y es que muchos, especialmente las chicas, quieren que las cosas sean diferentes. El adolescente Dino (Patrick Gardener), el mayor de los varones, se rebela ante las imposiciones paternas, Ada (Rachele Potrich) vive atormentada por sus sentimientos religiosos en conflicto con su incipiente sexualidad aún no definida y el temor al pecado y la madre Adele (Roberta Rovelli) ve con resignación seguir aumentando la familia y aceptar los vaivenes del destino. El patriarca, un hombre en realidad sensible y amante de la poesía, la literatura y la música, no parece encontrar el rumbo de la familia en medio de un entorno hermético y esquivo. Muchas de las escenas tiene un enorme componente visual que hace que el frío clima alpino y las imágenes de las montañas nevadas sean un elemento fundamental de una historia precisamente áspera y gélida pero también al mismo tiempo humana, cálida y tierna. Puede tener sus opciones en los Oscar este filme que muestra nuevamente los excelentes productos que últimamente vienen desde el cine italiano.

domingo, febrero 09, 2025

MARIA CALLAS (MARIA)

 


** y 1/2

Se esperaba con entusiasmo el biopic de la gran diva de la ópera por excelencia, la grecoamericana Maria Callas (1923-1977) pero las expectativas solo se han visto cumplidas en parte. Parecía un papel genial par una actriz intensa, eficaz, versátil y con glamour como Angelina Jolie, pero la propia intérprete, que realiza un excelente trabajo, parece querer comerse el personaje desde el minuto uno de la película, casi como tratándonos de recordar que ella es ahora la imagen de María Callas y que el público ha de recordar a partir de ahora la imagen de la intérprete operística con los rasgos de Jolie. Insistiendo una vez más que no es culpa de la actriz lo descafeinada que resulta a veces esta biografía hay que referirse a las pretensiones de este filme, que son las de trazar un retrato psicológico de la Callas a través de las vivencias en sus últimos días de vida -prácticamente solo con la única compañía de su servicio, amargada, con dependencia a los fármacos- con insertos-flashbacks desigualmente resueltos pero que cuando funcionan son de lo mejor del filme. El chileno Pablo Larrain, eficiente director que fuera de su país ya ha dirigido dos biopics de mujeres célebres del siglo XX con similares pretensiones (Jackie, sobre Jackie Kennedy y Spencer, sobre Diana de Gales) hace un muy esforzado trabajo otorgando un cuidado estilo arty y casi documental con fotografía retro chillona setentera (la mayor parte del filme transcurre claro está en 1977) y blanco y negro en varios saltos atrás temporales, pero el guión y el desarrollo de la historia son morosos y con la perenne sensación que no se está explotando del todo a un personaje tan complejo y fascinante como María Callas.

El neófito sobre la figura de la prima donna griega no terminará sabiendo mucho de ella con este filme; lo que no impide que ya desde el punto de vista cinematográfico no puedan degustarse muchos buenos momentos principalmente servidos por la buena interpretación de Angelina Jolie y, por que no, con los muchos fragmentos de piezas interpretadas por la propia soprano que son todo un deleite. Hay que decir que los escasos momentos en que al película se pone en serio con la atormentada personalidad de la Callas son también bastante de recibo (sus fobias, los recuerdos de su juventud desdichada, su incapacidad para mantener relaciones amorosas como mandan los cánones) aunque recursos como las visiones y delirios por el excesivo consumo de medicamentos son desiguales: es sugerente el eprsonaje del periodista imaginario y biógrafo Mandrax (Kodi Smit-McPhee) pero su “reencuentro” con personas de su pasado muertas en realidad lo que es aportar no aportan ni dicen nada. Sus escenas con Onassis (Haluk Bilginer, que está clavado) aunque previsibles, tiene su aquel, cosa que no se puede decir de lo tramposos que resultan sus encuentros con los Kennedy (Caspar Philipson haciendo por enésima vez de JFK), A ratos interesante, otros tediosa, esta María Callas no pasará a la historia como un gran biografía cinematográfica.

lunes, febrero 03, 2025

MEMORIAS DE UN CARACOL (MEMOIR OF A SNAIL)

 


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El cine de animación para adultos ha dado muchas joyas a la historia del cine (muchas de las mejores películas animadas de todos los tiempos estaban pensadas y dirigidas para el público adulto), daría para largo enumerarlas, pero en los últimos años no se había estrenado un filme de estas características tan maravilloso como este. Usando la vieja técnica de la claymation (animación de figuras de plastilina), procedimiento que artísticamente casi siempre da mucho de sí, esta producción australiana consigue narrar una historia tierna, cruel, conmovedora, sarcástica, crítica, divertida y sobre todo muy humana que indaga en los más profundos sentimientos y reflexiones sobre el aislamiento humano y sobre todo aquello que hace que como los caracoles nos encerremos en nuestro propio mundo. La soledad y la tristeza pocas veces habían aparecido de manera tan delicada y sutil, con comprensión, sin ambages pero con mucha, mucha esperanza; bajo una perspectiva infantil- la de su protagonista, Grace- pero conectable con todas las edades: de ahí su inmediata sencillez que hace de esta historia, que no escatima en momentos más o menos terribles, una muy grata experiencia. Memorias de un Caracol es un cuento de hadas para adultos del que se sacan muy ilustrativas lecturas. Dirige y guioniza el especialista en animación stop motion Adam Elliot, quien ha realizado un estupendo trabajo en todos los sentidos: técnicamente es impecable (un esfuerzo de producción muy grande realizando un filme de estas características) y su libreto es sensacional y muy trabajado. La nominación al Oscar a la mejor película animada (se merecía alguna más) es uno de los numeroso reconocimientos que ha ido recogiendo esta película.

La protagonista, Grace Pudel, es al inciico de la películauna mujer de treintaytantos años o puede que ya cuarenta) que va narrando su vida a lo largo de loas décadas de lo 70, 80 y 90 del siglo XX: marcada indudablemente por su infancia (como casi todo el mundo), Grace creció en una bizarra y caricaturesca Australia (y el mundo en general) de cómic o de dibujos animados, sin madre desde su nacimiento, con un padre aspirante a ilusionista que devino en un ser fracasado y pelín grotesco pero de gran corazón y volcado con sus hijos que fallece cuando ella y su hermano mellizo Gilbert eran aún unos niños. Muy unida a su hermano, un niño vital e idealista que apira también a ser cómico callejero, pronto se separará d él cuando ambos sean enviados a diferentes hogares de acogida, ocasionando en Grace- ya de por si un ser retraido y muy emocional siempre víctima de bulling - una total tristeza y aislamiento del mundo. El amor de la muchacha por los caracoles- en una concha como ella- y la irrupción en su vida de Pinky, una vital y caótica anciana que será durante mucho tiempo su única amiga harán cambiar algo su existencia, pero siempre habrá dificultades, traspiés y maldad de otras personas. Sería muy difícil describir los muchos matices de sensibilidad y crítica social y antropológica de esta tragicómica historia, es preciso que sean captados cada uno a su manera por el espectador y que el/ella atrapen y sientan todos los mensajes. Imágenes en colores muchas veces tenues en concordancia con lso aspectos más grises de la historia que dan paso en bastantes ocasiones a tonalidades más alegres, un cuidado diseño de personajes que le debe mucho a Tim Burton y variados homenajes que van desde el mundo de la literatura hasta otros aspectos de la cultura pop estén presentes en un filme que burla burlando se ha convertido en lo mejor de lo producido en 2024.


domingo, febrero 02, 2025

THE BRUTALIST

 


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Regresando a un cine de época de grandes dimensiones y con mensaje, The Brutalist ya se ha convertido en una de las mejores películas de 2025 y en un serio candidato para los Oscar. Una inesperada obra maestra que encumbra a su joven director, Brady Corbet (Vox Lux) proyectándole en lo que puede ser una exitosa carrera llena de hallazgos. Con más de tres horas de duración y presentada con una estructura casi de libro- de libro-catálogo de arte- con obertura, dos partes, un epílogo y en el medio un intermedio de quince minutos de descanso (si, como las pelis largas de antaño) cronometrado en la pantalla (trampantojos manierísticos que hacen de este filme una experiencia casi diferente), la película es en sí un drama de superación y lucha personal muy bien contado que pretende además contextualizar y vincular la historia de su protagonista, un ficticio gran arquitecto húngaro llamado László Tóth (Adrien Brody), con los vaivenes y los cambios históricos de la segunda mitad del siglo XX en el mundo occidental. El mensaje de lucha por la afirmación personal contra las dificultades de todo tipo y la guerra entre la honestidad y la codicia recorre esta más que interesante historia cuya intensidad dramática se mantiene constante durante todo el extenso metraje y en donde se logra empatizar al completo con el personaje de Tóth, cuya historia se describe desde 1947 hasta 1980, gracias a la sensacional interpretación de Brody, posiblemente su mejor trabajo desde The Pianist incluso superándolo: una actuación desgarrada para dar vida a un hombre deseoso de volver a alcanzar grandes cotas tras caer en desgracia y en recuperar la felicidad junto con una esposa (Felicity Jones, también muy bien) que se ha convertido tras las penurias de la guerra un ser muy diferente, todo ello mientras combate las contradicciones y las dificultades de su nuevo país de residencia, Estados Unidos, un entorno descrito como hipócrita y egoísta.

Podría decirse que tal y como se presenta The Brutalist es un falso biopic- ahora que vuelven a estar tan de moda los biopics- con una biografía con momentos épicos que tanto gusta al público: László Tóth, húngaro de origen judío que ha sobrevivido a campos de concentración en la II Guerra Mundial- se encuentra en la postguerra en Philadelphia colocado modestamnte como empleado de una empresa de decoración y mobiliario regentada por un primo suyo emigrado a USA años atrás y dejando atrás su pasado como brillante arquitecto de la escuela Bahaus. El golpe de gracia para salir de la pobreza y de empleos precarios y en definitiva de su condición de inmigrante invisible es un excelente trabajo que hace en la biblioteca de un millonario, Harrison Lee Van Buren (Guy Pearce) que no tarda en encargarle un megalómano y ambicioso proyecto arquitectónico al enterarse de su pasado. Todo parece sonrreirle ahora a László, incluyendo el reencuentro con su mujer, otro ser destrozado por una época de injusticia, pero no todo podría ser tan sencillo en los EEUU de la segunda mitad del siglo XX. Las críticas al capitalismo más descarnado y la utilización del talento de als personas en beneficio propio están presentes en todo momento en medio de una puesta en escena de bastante regusto europeo y muchas veces arty y en ocasiones casi experimental -como dijimos, el propio estilo narrativo ya lo es- que en ningún momento se muestra pedante y si podemos decir que esta llena de humanismo y cierto aliento poético. No son pocas las escenas que con o sin diálogos (o incluso sin personas) dan que pensar, conmueven o inquietan. La película consigue ser un buen muestrario de emociones y miedos humanos y una ilustración de como la intolerancia, el orgullo, la avaricia y el odio al diferente pueden ser unas armas letales aunque puedan ser empleados sutilmente: el personaje de Van Buren con un Guy Pearce que ha obtenido una merecida nominación al Oscar a mejor actor de reparto, es la encarnación de todos los defectos de la opulencia americana. Una apuesta muy segura para ir a ver una gran película, The Brutalist es un filme inteligente, diferente y recomendable al cien por cien.