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El
documental cinematográfico, tan exitoso últimamente, parece querer consolidarse
dentro del cine español y la verdad es que trabajos como este Antonio Vega, tu voz entre otras mil,
ayudan mucho a este propósito ofreciendo una obra más que interesante y que
conjuga bien valores artísticos e informativos, dentro de uno de los subgéneros
documentales preferidos por los hacedores de este tipo de cine (y por el
público): el documental musical. La figura del músico, cantante y
compositor madrileño Antonio Vega
(1957-2009) era una perita en dulce que no podía ser desaprovechada en tanto
que la historia de una de las mayores leyendas del rock español marcada por su
descenso personal a las drogas y su peculiar personalidad influida por sus
curiosos intereses técnico-intelectuales (astronomía, física, mecánica) y su
carácter retraído pero tierno e ingenioso dibujan el retrato de un artista
irrepetible y genial más allá de los detalles trágicos y morbosos de su intensa
vida, bien reflejados (a veces en exceso)
en este documental. Autor de
algunas de las más maravillosas canciones del pop y el rock en castellano, el
creador de Cada uno su razón, Una décima de segundo, Atrás, Tesoros, Lucha de gigantes
o Chica de ayer merecía un filme
documental biográfico que le hiciese justicia y la realizadora Paloma Concejero,
proveniente de la televisión, sin grandes alardes lo ha conseguido pese a algún
error.
Hay que señalar que a la familia de Antonio Vega,
participante activa en este proyecto, esta película no le ha gustado nada en su
resultado final ya que según ellos se recrea demasiado en el lado oscuro del
músico haciendo hincapié en exceso en sus problemas con las drogas (constantes en
Antonio) y en las excentricidades negativas de su carácter especialmente en los
últimos años de vida cuando su deterioro físico y psíquico era imparable. Tal
vez tengan su parte de razón, pero también son críticas injustas ya que la
dimensión del Antonio Vega músico y creador singular es la que vertebra el
espíritu del filme sí bien sus adicciones están demasiado presentes hasta tal
punto que su constante reseña a veces corta de mala manera la progresión
explicativa del filme y todo lo referente al lado humano de Antonio Vega, que
da la impresión de que no está lo suficientemente desarrollado. Con todo, Tu voz entre otras mil, es una película muy trabajada y degustable que
hará las delicias de los fans de Antonio Vega y de su no menos mítico grupo
Nacha Pop, de los seguidores del rock español de los 80 y de los amantes de documentos biográficos
audiovisuales de primera magnitud. Hecha con un pulso entre contemporáneo y
nostálgico y trufada de animaciones en diferentes técnicas (oportunas e
ingeniosas, nada de pegote), escenas de El Gabinete del Dr. Caligari, Metrópolis
o Arrebato, montajes que crean nuevos
videoclips a través de diferentes imágenes “de biblioteca” y multitud de material de archivo sobre Vega,
Nacha Pop y la Movida Madrileña de los 80, tal vez peque de poco honesta en
algunos momentos pero cumple su función con creces: mostrar la esencia vital,
filosófica y creativa de Antonio Vega (algo que por otro lado no es nada
sencillo). Además de diferentes declaraciones y entrevistas a Antonio Vega (en
su inmensa mayoría material solo de audio poco antes de su muerte) se
entrevista a su madre Marilúz Talles -una señora con un aplomo admirable- a
tres de sus hermanos/as, a sus compañeros de Nacha Pop, productores, músicos de
su etapa y solitario y a su ex esposa Teresa Lloret. Resulta toda una sorpresa
cinéfila y periodística de primer orden la intervención de una enigmática
leyenda del cine español como Will More (Joaquín Alonso Colmenares Navascués)
el mítico Pedro del filme Arrebato y de su hermana la no menos legendaria musa
extraviada de la movida Carmen, a quien se le ha atribuido el meter a Antonio
en el mundo de la droga: un momento histórico y kafkiano. Y al final de la
película, la sensación de haber asistido a la semblanza de alguien tan
irrepetible como su música
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