domingo, octubre 01, 2006

EL REY ARTURO: LA CONSTRUCCIÓN DE UN MITO (I)

El buen monarca, justo y piadoso. El más bravo y noble guerrero. Cabeza de una orden de defensores de la justicia y de los débiles. Encarnación de los ideales de la caballería. Esta es la imagen que ha llegado hasta nuestros días del Rey Arturo de Inglaterra, todo un mito de la cultura occidental. ¿Fue un personaje real, existió realmente? Así parece, aunque no se tratase de un monarca. ¿Existieron también los caballeros de la Mesa Redonda, el mago Merlín, la Reina Ginebra, la espada Excalibur? Tan solo se tiene certeza de la existencia de un personaje llamado Arthur o Artorius, de cuya vida se sabe muy poco. Todo lo demás entra en el terreno de la leyenda.

¿Cómo se convirtió el misterioso Arturo real en un personaje legendario y literario cuyo mito, universo e historias, sumamente conocidas por todo el mundo le han conferido un carácter de mito universal muy pocas veces alcanzado por otras figuras legendarias? Es un recorrido apasionante a lo largo de varios siglos que comienza con la existencia documentada de un bravo guerrero britano en la Inglaterra del S.VI, aún bajo el yugo del agonizante imperio romano.


El verdadero Arturo: el Dux Bellorum

En el S. VI de nuestra era, la isla de Gran Bretaña consolidada como parte del Imperio Romano en época de Claudio (S.I), vivía unas época de gran turbulencia (que comenzaron dos siglos atras) debido a las invasiones de Sajones procedentes de Europa del Noroeste, los jutos del norte de Europa además de otros pueblos de la isla no romanizados como los pictos, que procedían de lo que hoy es Escocia. Los britanos o britones, ciudadanos de Roma, eran celtas romanizados a los que el imperio había dejado a su suerte hacia el siglo IV, cuando las legiones romanas se marcharon en masa a itálica para defender la península de los ataques bárbaros. Parece ser que en esa lucha (victoriosa) de britones contra los invasores hubo un caudillo militar que se convirtió en el cabeza de los nativos de Gran Bretaña, mas militar que política: Arturus, jefe de batalla o dux bellorum, según la terminología latina.

El documento escrito más antiguo donde se menciona a Arturo con este nombre (llamado en el Arturus), es la Historia Britonum del historiador británico Nennius, escrita en latín hacia el año 800. La mención de Arturo es muy breve en dicho libro, y habla de un jefe tribal del siglo VI que gracias a su talento militar fue elegido líder en las guerras contra los sajones, derrotados en 12 batallas. No menciona cuando y como murió Arturus.

No obstante, el propio nombre de Artorius, Arthur en anglosajón o Artús en britón, tiene un origen incierto que incluso va más atrás del S.VI. Varios historiadores (J.D. Bruce entre ellos) afirman que Arturus proviene del celta artos viros (hombre oso), también, manteniendo el término gaélico arth (oso), T.R. Davies, mantiene que viene del galés arth gwyr. En línea con estos nombres, varios historiadores proponen que el hombre que Nennius bautiza como Arturus posiblemente se trate de del capitán celta Owain Dantgwyn, que luchó contra pictos, jutos y sajones, ya que este era apodado “Arth” (oso). También hay varias teorías que identifican al caudillo Arturo con militares romanos afincados en Britania como Lucius Artorius Castus, del que solo tomaría el nombre ya que este comandante romano vivió en el S.II D.C. Mas enrevesada es la identificación con un personaje que parece ser que fue también origen de la leyenda de merlín, Ambrosius Aurelianus, del que hablaremos cuando tratemos la figura del mago. Solo diremos que en el S.VI el monje e historiador Gildas mencionó a este militar romano como vencedor de la batalla de Mons Badonicus contra los sajones, exactamente la misma batalla de Nennius atribuye a Arturus como su último combate. Muy posiblemente este último autor hizo una amalgama de dichos acontecimientos y atribuyó a Arturo una batalla en al que al menos, no fue él el jefe militar.

Del S.X es el siguiente documento donde aparece Arturo, los Annales Cambriae, en donde se narra como Arturo y el guerrero Medrawt (Mordred) se matan mutuamente en la batalla de Camlann (534). La aparición de este personaje con este nombre conecta el personaje histórico con un corpus de leyendas galesas, surgidas hacia el siglo VII y que hablan del dux bellorum Arturo y sus caballeros (sin Mesa Redonda). Estas leyendas tienen una curiosa equivalencia con otras también galesas, del llamado Ciclo de la Cymry, que hablan la deidad celta Artaius. Muchos de los personajes (familia, hijos) asociados con Artaius fueron descritos en narraciones de siglos posteriores, en Gales y la Bretaña francesa, como Arturo y sus caballeros, entre ellos su sobrino Medrwat. Es decir, surgió un ciclo de las leyendas orales donde se aunó la historia con la leyenda celta. El hecho de que ese Medrawt (no se indica ningún parentesco en los Annales) existiese o no, puesto que se pudo tomar ese nombre de la tradición popular, es una incógnita que se inclina mas a la ficción, lo que lleva a ver como leyenda y realidad se confunden y como antes entre los siglos VI y X Arturo se había convertido en el mundo britano en un personaje muy conocido y legendario admirado por su valor. De la confusión mito-realidad profundizaremos mas adelante.

Parece cierto solamente que existió un Dux Bellorum llamado Artús que venció en 12 batallas, pereciendo en la última. No era rey ni se menciona a ninguno de sus caballeros ni a la corte de Carleon (Camelot).


Sir Geoffrey de Monmouth: Arturo se mitifica

El monje e historiador (aunque mas que dudoso) Sir Geoffrey de Monmouth escribió su Historia Regnum Britanniae (Historia de los reyes de Britania) entre 1135 y 1139. Vivió y escribió esta obra en Gales por lo que es más que probable que conociese las leyendas artúricas que pululaban. Por aquel entonces, la Gran Bretaña estaba bajo dominio de los normandos. Monmouth en dicha obra latina conmemora las hazañas de Arturo, que por vez primera aparece como rey, hijo de Uther Pendragon y de Igerna, personaje estos existentes en Mabinogi (cuentos) galeses, aunque solo se conocen su genealogías (prácticamente las mismas que en las sagas artúricas tal y como las conocemos) ya que apenas se conservan cuentos galeses sobre Artús. Aparece también el hechicero Merlín quien con sus artes consigue que Uther se transforme en el esposo de Igerna, el duque de Cornualles, y conciba a Arturo. Para todos los historiadores, en la HRB Geoffrey se inventa casi todo, por lo que los nuevos datos sobre la figura de Arturo son ficticios: con 15 años Arturo extrae la espada Caliburn y es elegido rey, posteriormente unifica Britania y vence a los sajones en las doce batallas. Conquista Inglaterra, Irlanda, Noruega, la Galia y Dacia (obviamente esto históricamente es falso). Parte a Roma para enfrentarse a los romanos y en su ausencia su sobrino Mordred (el céltico Medrawt) le usurpa la corona tomando a la esposa de su tío, Guanhumara (protonombre de Ginebra). La última batalla tiene lugar en Cornualles, en 542 según Monmourth, y Arturo mata a Mordred, pero queda malherido siendo llevado mas tarde a la isla mágica de Avalon para curar sus heridas.

Parece claro que para tales atractivas historias inventadas que el autor intentó hacer pasar como reales se tomaron como referencia las leyendas sobre el caudillo Arturo, tanto las galesas como sobre todo las de la Bretaña francesa, llevadas allí por galeses exiliados que comenzaron a llegar allí incluso en tiempos en que nuestro personaje vivía. En esta referencia artúrica ya aparecen casi todos los elementos básicos del mítico Rey Arturo: Merlín, los caballeros, Caliburn (del galés Caladvwlch) aún no llamada Excaliburn, y la corte de Arturo situada por el autor en la real localidad de Caerleon-On -Usk (País de Gales), del que posteriormente derivaría el mítico Camelot. Todos esos elementos en su mayoría estaban tomados de las ya mencionadas leyendas célticas galesas y bretonas. No aparecen aún la Mesa Redonda, el Santo Grial ni los nombres de muchos de los caballeros, tan solo el mencionado, Galahad y Gawain, ya aparecidos en el ciclo protoartúrico céltico. No se tiene ninguna noticia histórica de la existencia real de los caballeros.

El Rey Arturo literario ya ha nacido. Pero aún queda su popularización a nivel universal, no solo en Gran Bretaña y en Francia.



El Rey Arturo y la leyenda de la caballería

La Historia de los Reyes de Bretaña fue traducida al francés en 1155 por De Wace (Roman de Brut), quien añadió nuevas fuentes bretonas sobre el asunto.A De Wace se debe la aportación de la Mesa Redonda, concebida para que los 12 reyes de los reinos de Britania dejasen de combatir entre ellos y rindiesen obediencia a Arturo, sin que ninguno de ellos destacase sobre los demás, solo Arturo (Primun inter pares). Hay que decir que en esta versión de De Wace Arturo no se sentaba en la Mesa Redonda ya que estaba por encima de sus caballeros. El autor francés escribe en versos (romance) y asienta las bases de Arturo y su mundo como romance caballeresco, forma en al cual sería famosa la historia en todo el mundo. Layamon tradujo el romance de De Wace al anglosajón (inglés antiguo) con lo que tenemos la primera crónica artúrica en inglés y por lo tanto mas susceptible de llegara otras capas sociales que no fuesen la iglesia.En ese siglo XII, la mayoría de la gente tomaba la historia de Arturo como verdadera, incluidos los reyes de la dinastía Plantagenet, que gobernaban Inglaterra en ese tiempo, quienes se decían ser descendientes de Arturo.

Monmourth ya anacronizó la historia de Arturo situándola en la edad media de las armaduras y los caballeros, motivo por el cual popularmente se situa el ciclo artúrico incorrectamente en la edad media.


CONTINUARÁ

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