lunes, febrero 21, 2022

LA HIJA OSCURA (THE LOST DAUGHTER)

 

***

Un ejemplo de como una aparentemente sencilla premisa acaba convirtiéndose en una gran historia. Aunque tampoco resulta justo considerar como sencillo al punto de partida de The Last Daughter cuando estamos hablando de una compleja narración psicológica ocasionada por el inevitable punto de inflexión vivencial que ocasiona traumas como el que condiciona a la protagonista de esta película. Basada en una novela de la italiana Elena Ferrante (enigmática escritora que se esconde tras ese pseudónimo), esta cinta eleva el drama existencial hasta momentos verdaderamente desgarradores jugando con el intimismo narrativo y la situación emocional de Leda (Olivia Colman), una mujer de mediana edad cuya interioridad mental se va revelando en el transcurso de la película desvelando la razón de su a veces extraño y desconcertante comportamiento. Una mujer con un más o menos exitoso status como profesora universitaria y traductora de italiano que en unas vacaciones en la costa griega se reencuentra inesperadamente con el aspecto más oscuro de su pasado haciendo que un remordimiento que creía superado vuelva a aparecer. El hecho de que la película este prácticamente focalizado en el personaje de Leda, sus sentimientos y sus circunstancias hace que el esfuerzo interpretativo sea magno no, lo siguiente, y en ese sentido Olivia Colman da un total recital que puede suponer el segundo Oscar de su carrera: está realmente exultante.  

 Aunque por un lado tenemos la historia de Leda, tanto en su estancia en Grecia en el momento actual de la narración como en los flashbacks que nos muestran su juventud (interpretada en ellos por Jessie Buckley), también resulta clave lo que supone la relación de esta con dos miembros de otra familia de turistas americanos - la joven Nina (Dakota Jonson) y su hija de tres años Elena- en donde los recuerdos más bien tortuosos de un momento de su maternidad volverán para atormentarla y convertir su estancia vacacional en un cúmulo de extrañas experiencias. Con una excelente combinación de diferentes momentos de intensidad dramática y la pura disección psicológica, la película logra su objetivo de contar una historia perfectamente creíble en un ambiente en donde el buen manejo del costumbrismo y los detalles realistas consiguen hilvanar una crónica más o menos cotidiana elevada a epopeya interna con un mensaje de que las decisiones (equivocadas) del pasado no solo pueden condicionar sino que tarde o temprano pueden derrumbar en momentos inesperados muros aparentemente sólidos.