viernes, diciembre 30, 2022

BROKER

 

*** y 1/2

La cinematografía de Corea del Sur nos está regalando últimamente obras de enorme calidad confirmando que el cine coreano es en este momento el cine no occidental en mejor forma. Broker, un drama con pinceladas de road movie e insertos de comedia e incluso de thriller policial resulta una cinta estimulante, sugerente y bien narrada cuyo principal lastre es una duración un tanto excesiva para lo que se quiere contar (le sobran minutos), pero su honestidad y su tono más o menos optimista pese a lo oscuro del tema la alzan como una película cuyo visionado merece más que la pena. Hirokazu Koreeda, director japonés que ya sorprendió en 2018 con Un asunto de familia se asoma a la vecina Corea del Sur para dirigir con su habitual buen hacer este drama social en donde la relación entre los personajes principales (unos sujetos de alguna u otra manera al margen de la sociedad) y la evolución de estos vertebran la historia, que fluctúa con increíble plasticidad entre la feel good movie y el melodrama más descarnado.

La premisa nos presenta a dos vendedores de bebés huérfanos que recogen a lactantes en un buzón de bebés abandonados, Sang-hyeon (Song Kang-ho) y Dong-soo (Dong-won Gang) que reciben la visita inesperada de So-young (Ji-eun Lee) la madre cuyo último niño recogido y puesto en venta quien desea que el bebé encuentre los mejores padres posibles, por lo que y pese a la sorpresa mutua inicial  por amabas partes decide acompañar a los dos hombres en la venta de su hijo a parejas que desean adoptar, una búsqueda que les hará recorrer Corea del Sur en automóvil, sin saber que son seguidos por dos policías. La comitiva, a la que se une un niño huérfano de la misma institución en la que se crío Dong-soo la cual visitan, llega a funcionar como casi una familia mientras comparten dificultades y vivencias al tiempo que la marginalidad y la delincuencia de los protagonistas parece querer reformarse o disiparse por acontecimientos inesperados pero con cierta carga positiva. De lo oscuro a lo luminosos, de lo sórdido a lo optimista, Broker consigue encandilar al espectador pese a que lo irregular de su ritmo no consiga una entrega absoluta pero sus buenas interpretaciones y su estupenda puesta en escena naturalista consiguen hacer llegar todo a cotas muy altas.  

lunes, diciembre 26, 2022

EO

 


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Un animal como protagonista en una película destinada al público adulto no es algo muy habitual y más si se trata de un drama, pero este filme polaco (con participación italiana) demuestra que con medidas dosis de simbolismo, poesía y por supuesto fábula y son salir de modo alguno del realismo se puede hacer un excelente filme con un asno de protagonista. Porque es un burro, el Eo del título, el personaje central y el hilo conductor de una especie de road movie-historia iniciática en donde el equino, mientras cambia de propietario y ubicación a lo largo y ancho de Polonia, es testigo básicamente de  injusticias y de las mas viles bajezas de la especie humana teniendo muchas veces que padecerlas y en no pocas ocasiones al borde de perder la vida. Una mirada inocente, la del animal, que no comprende mucho de lo que ve y sólo se siente reconfortado lógicamente con las contadas muestras de bondad que encuentra como el cariño que le dispensaban sus primeros  propietarios. Imágenes subjetivas, cámara de tonos rojos y algún curioso inserto simbólico casi fuera de contexto pero con significado trazan un filme original e inusual que pese a su realismo cuenta con un constante tono de irrealidad casi teatral y pictórica y un simbolismo basado en poderosas imágenes dispuestas en momentos claves que hacen de Eo un filme hipnótico y delicioso  

Un asno que conoció la felicidad trabajando en un espectáculo pero que es apartado de este a la fuerza por denuncias de maltrato animal se expone a un futuro peor a aquella primera realidad que vivió siendo recluido en establo, huyendo y refugiándose en un bosque, encontrándose con humanos que se apropian de el o lo roban…una aventura dramática y desesperada que podía ser vivida por una persona pero que aquí es un animal el que sufre precisamente las mezquindades del ser humano, recordándonos lo destructivo de nuestra especie. Personajes muchas veces extraños, inquietantes y contradictorios -simbolizando usos humanos como el poder, el dinero, la religión, el sentimiento compartido  o la violencia gratuita-  se toparan con nuestro peludo protagonista, destacando la siempre turbadora presencia de Isabelle Huppert como una extraña millonaria. La película termina logrando que empaticemos totalmente con el burrito, el propósito de una fábula lúcida y elaborada que no debería para desapercibida en nuestras pantallas.

viernes, diciembre 09, 2022

HISTORIAS PARA NO CONTAR

 

** y 1/2

Cesc Gay retoma el cine de episodios que le dio tan buenos resultados en Una pistola en cada mano (2012) con cinco historias presentadas en forma de comedia dramática con la finalidad de mostrar lo ridículas que pueden ser las actitudes humanas ante sucesos embarazosos y el uso de las omisiones de acción, las mentiras y los silencios como vías de escape, en este filme siempre con una finalidad cómica y  desdramatizadota. El problema es que el resultado no consigue alcanzar las expectativas y la mayor parte de los cinco sketches se quedan a medio camino por culpa de guiones irregulares y una excesiva responsabilidad del reparto coral que aunque una vez más cumple y con creces -es que estamos con auténticos pesos pesados de la interpretación española actual- en bastantes ocasiones tiene que lidiar con personajes que podrían estar mejor desarrollados. No obstante Historias para no contar consigue su objetivo de comedia crítica con ciertos comportamientos muy extendidos en la ciudadanía española actual y con su tono antropológico satírico, todo desde un esforzado costumbrismo genuinamente ibérico con los consabidos resabios azconianos-berlanguianos.

Las relaciones amorosas, los problemas de pareja, los vaivenes en las relaciones de amistad, el guardar las apariencias, las mentiras y los engaños, el sentido del ridículo, o la hipocresía son temas que tocan los episodios de la película de manera hábil creando en ocasiones momentos hilarantes en su inteligencia cómica y no exentos de cierto poso amargo y mala uva, pero no siempre se mantiene un nivel muy aceptable. La primera nos presenta a una joven casada, Laura  (Anna Castillo) atraída por su vecino Alex (Chino Darín) en un momento en que la presencia de este sube a casa de la muchacha puede provocar un malentendido con su marido (Javier Rey); la segunda es una historia de amistad mal entendida y de la imprevisibilidad del amor en donde Luis (Alex Brendemühl),  un hombre prudente y apocado consigue una cita con una bella aspirante a actriz, Sandra (Eva Reyes) por mediación de una pareja de amigos (Antonio de la Torre y María León); el tercer segmento presenta a tres amigas actrices (Alexandra Jiménez, Maribel Verdú y Nora Navas) en un casting con un secreto que aparentemente comparten pero al mismo tiempo van ocultándose otros más comprometedores; el cuarto es la historia de un profesor y escritor sesentón (José Coronado) cuya  relación con una joven ex alumna (Alejandra Onieva) da un vuelco inesperado; y finalmente la quinta viñeta (la mejor) nos presenta a un matrimonio (Quim Gutiérrez y Verónica Echegui) en un silenciosa crisis de sospechas, pistas casi detectivescas y ocultaciones mutuas que lógicamente terminará estallando. En realidad solo el primer y el último capítulo mantienen un nivel alto mientras que el resto no consiguen ser parejos con aquello en cuanto a calidad. Eso si, Cesc Gay sigue demostrando ser un narrador fuera de serie y un superdotado director de actores. La pena es que en esta ocasión no ha estado tan entonado como otras veces.   

domingo, noviembre 27, 2022

ARMAGGEDON TIME

 

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No es nada del otro jueves pero se deja ver y bastante esta interesante película de maduración que parte de una premisa autobiográfica de su director, James Gray, cineasta no excesivamente conocido pero con filmes  bastante destacables en su curriculum (Los Amos de la Noche, Two Lovers, Z la Ciudad Perdida, Ad Astra) que nos cuenta desdoblado en el personaje de Paul Graff su preadolescencia en Queens, NY dentro de una familia de origen judío que aspiraba a que sus retoños llegasen lo más alto posible (más de lo que habían llegado las generaciones anteriores) por medio de una esmerada educación y la inculcación de la cultura del esfuerzo. Pero para un chaval de 11 años soñador e imaginativo como Paul (Banks Repeta) las exigencias de su entorno familiar no le dicen anda en tanto que el no ven casi no ve ninguna conducta ejemplarizante salvo la de su abuelo Aaron (Anthony Hopkins), un hombre lúcido y de vuelta de todo  con el que Paul siente una especial conexión. Un cambio fortuito e inesperado como es el de que el pequeño tenga que dejar el colegio público al que asistía para acudir a uno privado y elitista hará que el muchacho se replantee muchas cosas.

La ambientación en 1980 esta cuidada y sin demasiados tópicos (como tampoco hay mucha estandarización facilona en el uso de la nostalgia) en una película que apuesta por una puesta en escena que tiende a lo teatral -gran parte de la historia se desarrolla en el hogar de los Graff- y en presentar diálogos jugosos con un punto emotivo. No obstante, no hay nada verdaderamente novedoso en el aspecto melodramático de la película ni tampoco se puede decir que estamos ante una historia intimista modélicamente presentada; este filme más bien se queda en un peldaño modesto aunque eso si cumple con creces su función de ofrecer una historia sugerente y con mensaje humanista y también político-social: el día que el neoliberalismo triunfó en EEUU (representado por Ronald Reagan) las cosas cambiaron a peor. La difícil y ambigua relación de Paul con sus padres (Anne Harthaway y  Jeremy Strong) es lo que en realidad vertebra y da sentido a la película además de la relación del chico con su abuelo, y todos estos aspectos funcionan correctamente en la película, en donde salen como personajes el padre y la hermana del mismísimo Donald Trump, entonces también empresarios de éxito, interpretados respectivamente por John Diehl y una Jessica Chastain que últimamente se apunta a un bombardeo. James Gray pese a demostrar unas grandes cualidades como director no termina de explotar plenamente, pero con películas como esta su prestigio sigue subiendo.    

domingo, noviembre 20, 2022

TORI Y LOKITA (TORI ET LOKITA)

 

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El drama de la realidad vuelve a asomarse a las pantallas en esta producción belga que bebiendo del cine social más inmediato y verista propio de sus directores, los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne (quienes siempre han tomado a Ken Loach de referencia) nos asoma a las miserias de la inmigración en Europa desde el punto de vista de los menores de edad. La vulnerabilidad de los menores no acompañados, como tema central de este filme, aparece de una manera más bien pesimista pero que en absoluto se hace incómoda gracias al carisma y la cierta inocencia de sus fos protagonistas, la adolescente Lokita (Mbundu Joely) y el niño Tori (Alban Ukaj) dos jóvenes africanos sin parentesco llegados a Bélgica poco tiempo atrás y que se ven obligados a convivir juntos para subsistir haciéndose pasar por hermanos y trabajando juntos en una pizzeria con el fin de reunir dinero suficiente para sus respectivas familias y que Lokita consiga los papeles, algo con lo que cuenta Tori. Su precaria situación es aprovechada por su empleador que los utiliza como repartidores de la droga que vende clandestinamente al tiempo que Tori es extorsionada por mafias que se quedan con el dinero que gana. Desesperada y con el deber sentido de cuidar del pequeño Tori, Lokita aceptará dudosas ofertas que harán empeorar aún más las cosas.     

No estamos ante una película excesivamente amable ni esperanzada, estamos ante un testimonio desgarrador que aunque tratado de forma delicada y sensible gracias principalmente a la empatía que desprenden los niños nos pone de manifiesto lo difícil que es una vida en el límite y sin recursos. Un guión muy bien trabajado (como casi siempre en los Dardenne) no deja sin mostrar ningún aspecto posible de suceder en situación semejante haciendo pensar en todo momento que todo al final puede que no salga muy bien. El mensaje del filme hace pensar y nos muestra lo mal que sigue funcionando nuestra sociedad occidental, por ello bienvenida sea toda obra de creación que, como esta, nos enseñan y denuncian estos atropellos a la integridad humana.

miércoles, noviembre 16, 2022

AS BESTAS

 

**** y 1/2

La España rural en su vertiente más negativa; oscura, siniestra, irracional, salvaje, absurda. Mucho se ha escrito sobre la barbarie de la España profunda y ha inspirado notables obras de ficción en cualquier medio y es que el salvajismo rural forma parte de la cultura española y de su historia. Resulta plenamente creíble por ello el argumento de esta película dirigida por Rodrigo Sorogoyen en lo que es hasta el momento su mejor trabajo, un argumento basado libremente en hechos reales (el crimen de Santaolalla) en donde con una estructura y hechuras de western (idóneas para la historia que narra) nos sumergimos en una alucinante mixtura de elementos psicológicos, thriller y drama que da resultado prácticamente un filme de terror. Terror, si, pero no hay ni asesinos slasher (aunque si un asesinato), ni elementos sobrenaturales, ni criaturas monstruosas, ni tan siquiera sangre: lo que da miedo es la realidad, una realidad cotidiana y que tiene al propio ser humano como la gran amenaza para otros de especie, un ser humano corroído por el odio, la codicia, la ignorancia, la violencia, al envidia y en definitiva lo peor de si mismo. As Bestas retrata muy bien las bajezas del Homo Sapiens enmarcándolas en un entorno apartado de la “civilización” (en este caso una remotísima aldea de la montaña ourensana) en donde se enaltecen y terminan por mostrar su poder destructor. La metáfora presentada en el prólogo de la película, por otra parte, mostrándonos la polémica “Rapa das Bestas” adquiere su significado en una escena clave del filme constituyendo la esencia del mensaje del filme.

El excelente guión escrito por Sorogoyen e Isabel Peña, sin desdeñar los otros géneros que antes hemos mencionado, aprovecha enormemente las potencialidades del western en su vertiente más metafórico-esquemática: forasteros que son ciudadanos honestos contra intransigentes (y asilvestrados) lugareños que harán todo lo posible por desbaratar sus (honrados) planes y expulsarlos llevando todo a una espiral de odio y violencia aunque en realidad poco hay de explícitamente violento en esta cinta (y se agradece). El escenario es una perdida aldea gallega en pleno monte en donde desde hace un año un matrimonio francés de mediana edad, Antoine (Denis Ménochet) y Olga (Marina Fois) lleva instalado con el fin de instaurar una gran huerta ecológica y restaurar unas viviendas abandonadas para crear negocio de turismo rural, pero tanto sus propósitos como el hecho de no haber accedido a que una empresa de energía instalase en la zona un parque eólico e impidiendo así el enriquecimiento de la aldea a ojos de los escasos vecinos, les ha hecho ganar el odio de los locales, especialmente de los hermanos ganaderos Xan (Luis Zahera) y Lorenzo (Diego Anido). Pero incluso el hecho más trágico no parece que  vaya a cambiar las pretensiones y los sueñas de los visitantes, cuyo idealismo y fidelidad esta concentrado en el personaje de Olga, una mujer coraje cuya actitud ante lo trágico parece desconcertante pero en realidad tiene toda su profunda justificación.

 Unas interpretaciones de enmarcar - los intérpretes galos están formidables mientras que Luis Zahera hace una composición merecedora del Goya-  otorgan muchísima credibilidad a un filme que pretende ser inmediato, creíble y real, algo conseguido por su tono antropológico y naturalista, tomado sin duda del mundo gallego de Pardo Bazán, Valle Inclán o incluso el Cela de La Familia de Pascual Duarte. Y por supuesto, ahí están cosas como Solo ante el peligro o por que no, Perros de Paja. Un filme apasionante y rico que ya es uno de los mejores realizados en España en 2022.

domingo, noviembre 13, 2022

VASIL

 

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Una película sustentada en el trabajo de los actores es algo que siempre es difícil y más si se trata de un primer largometraje (todo un reto) como es el caso del primer trabajo de Avelina Prat: reto cumplido con creces firmando un filme social honesto y creíble en el límite entre el drama y la comedia y en donde el costumbrismo no se fuerza para nada en pos de hallar un relato creíble e identificable con el mundo real. La Seminci ha premiado justamente las interpretaciones de sus protagonistas, el omnipresente Karra Elejalde (haciendo uno de los mejores papeles de su carrera, alejado de su histrionismo habitual) y el excepcional actor búlgaro Ivan Barnev, también especializado en comedia. Los papeles que ambos interpretan son más escorados al drama y reflejo de dos realidades bastante habituales en la España de hoy: un inmigrante de excepcional valía humana pero obligado por las circunstancias a vivir casi en la indigencia y una persona jubilada que trata de encontrar un rumbo a su existencia. Ambos, Vasil y Alfredo, convergerán sus vidas cuando el segundo decide acoger en su casa (algo a regañadientes) al primero, que hasta entonces ha vivido en la calle. Vasil es una persona culta y carismática que además es un consumado jugador de bridge y ajedrez, habilidades estas que le han ayudado a integrarse en la vida de algunas personas de su país de acogida aunque las cosas no serán muy fáciles y máxime cuando la relación entre Alfredo y él comienza a presentar ciertas tiranteces. No obstante lo cierto es que Alfredo, descreído y taciturno, comienza a cambiar positivamente por su relación con Vasil

 La película no tiene grandes mensajes ni pretensiones, simplemente se postula como el retrato de una situación y de unas personas con todas las situaciones posibles que pueden sucederse. La dialéctica interpretativa entre Barnev (el motor de la película) y Elejalde es inmejorable y cada uno de los intérpretes tiene sus momentos de lucimiento. Relaciones humanas narradas con sobriedad y sinceridad y un canto de esperanza a la amistad. No hay trampas ni sensiblería en una película que trata de ser lo más creíble posible, incluyendo personajes secundarios sin impostación de licencia dramática y con función en el guión. Por el contrario, su sobriedad y la puesta en escena a veces un tanto forzada impiden que la película abandone la modestia en pos de cotas mayores. Pero Vasil es una película honesta cuya visión nos reconcilia con lo mejor de nosotros mismos.

domingo, noviembre 06, 2022

EL CUARTO PASAJERO

 


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Alex De la Iglesia últimamente tiene problemas con la comedia. Ya no se ve a aquel cineasta que manejando la ironía, el costumbrismo ibérico, la cultura pop y los guiños cinéfilos hacía reír inteligentemente al público con obras  tales como El día de la Bestia, Muertos de risa, La Comunidad o 800 Balas. De acuerdo, aquello era hibridación con cine de género (y otros estilos), pero básicamente eran comedias. Tal vez la clave está en que a la hora de hacer comedias más en el sentido estricto el director bilbaino se pierde a la hora de culminar situaciones y perfilar personajes que muchas veces no salen del estereotipo, premisas básicas de cualquier comedia que se precie y en el que De la Iglesia no anda últimamente muy entonado. Con El Cuarto Pasajero, De la Iglesia acomete una road movie en clave de sátira y crítica social con resultados irregulares: a veces con gags entonados y perfectos, otras con situaciones más bien tópicas y forzadas y veces pueriles y fáciles,  pero eso si casi siempre con buenos diálogos y una esforzada dirección de actores, algo en lo que el director vizcaíno sigue siendo un maestro. No obstante el flojo guión cofirmado junto con su inseparable Jorge Guerricaechevarría se muestra sinuoso y la mayor parte de las veces no convincente lastrando una premisa bastante original tanto en el aspecto técnico como en guionístico. Hacer una película en el que casi todo se desarrolla en algo más de 24 horas en un coche que hace el trayecto Bilbao-Madrid y con gran parte de las escenas desarrolladas en el interior del vehículo constituye un esfuerzo cinematográfico considerable que el realizador consigue culminar más que satisfactoriamente, lo malo es que casi todo lo demás no está a la misma altura.

Cuatro personas salen de Bilbao rumbo a Madrid en un vehículo compartido propiedad de Julián (Alberto San Juan) un ejecutivo cincuentón con ínfulas de galán que acostumbra a llevar a gente en su coche compartiendo gastos. Además de llevar a una pasajera habitual, su amor platónico Lorena (Blanca Suárez), una atractiva treintañera, Julián también recoge a dos desconocidos, Sergio (Rubén Cortada) un joven músico bohemio de aparentemente plácido carácter, y el cuarto pasajero Rodrigo (Ernesto Alterio) un tipo intrigante de excéntrico comportamiento que no tardará en hacer del viaje una pesadilla de tintes surrealistas, esperpénticos y con vicisitudes inesperadas de todo tipo. Slapstick, violencia a veces un tanto salida de madre, ingenio verbal, enredos y malentendidos se dan cita con mucha rapidez para regocijo inicial del espectador pero al final todo resulta tan embarullado y apresurado que el sentido de la medida y la coherencia brillan por su ausencia y la decepción y el hastío no tardan en aparecer. Falta coherencia y verdadera convicción en todo lo que se cuenta, ya que el exceso de momentos caricaturescos no ayuda a la credibilidad de esta road comedy. Nada reprochable en cambio  para sus intérpretes especialmente para un Ernesto Alterio magistral con un curioso personaje que es lo mejor de la función. ¿Puede haber entrado Alex De la Iglesia definitivamente en crisis creativa?  Tal vez, pero con los grandes directores nada esta dicho hasta el último minuto.        

 

jueves, noviembre 03, 2022

QUESO DE CABRA Y TE CON SAL (DIE ADERN DER WELT)

 


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Otra nueva muestra de lo efectivo y sorprendente que resulta muchas veces el cine de latitudes lejanas que llega a pantallas occidentales, aunque como en el caso de este estupendo filme que nos ocupa  se trate de una coproducción con un país europeo. Queso de cabra y te con sal, película  mongola con parte de capital alemán, navega entre el costumbrismo, la denuncia y la crónica de maduración ofreciendo un relato relista y honesto en donde no cabe la sensiblería ni un lirismo mal entendido al apostar por un enfoque antropológico y etnográfico que siempre se agradece en películas asiáticas o africanas por su altísimo valor informativo y pedagógico sobre la realidad de otros países y culturas más allá de maniqueas e insípidas exposiciones turísticas. Con un niño de 12 años como protagonista, el filme nos narra la realidad de los pastores nómadas de Mongolia con un modo de vida, como en el caso de la película, al que es muy difícil de dar continuidad en un mundo cambiante y globalizado y como siempre, amenazado por una modernidad mal entendida y por los intereses económicos de las grandes corporaciones.

El pequeño Amra (Bat-Ireedui Butmunkh) hijo de una familia de pastores de cabras en las estepas mongolas que también se dedica a otras ocupaciones (el padre es mecánico), vive desconcertado ante los múltiples y repentinos cambios que afectan a su familia y al resto de nómadas de la zona: al mismo tiempo que se le presenta la oportunidad de participar en un talent-show de cantantes infantiles nacional una corporación empresarial decide construir una mina de oro en las amplias tierras de pasto en donde trabaja su familia forzando a un cambio de vida de todos los pastores nómadas, los cuales debaten el hecho de tener que aceptar una indemnización con el padre de Amra en una postura negativa. La colisión una nueva realidad representada por  los intereses económicos y lo que se ha conocido hasta entonces es lo que describe con tino este filme siempre con los ojos de un niño, feliz con su modo de vida y que idolatra a su padre, un ser que pese a su aparente aplomo se ve superado con la situación. Si el cambio será para mejor o para peor no queda claro para Amra, pero entiende que este será inevitable. Hecha con mimo, rigor documentalista (actores en su mayoría no profesionales) y con una cuidada fotografía, Queso de cabra y te con sal es una película pequeña y necesaria que desde el humanismo y el posicionamiento de personas no occidentales trata de dar respuestas y puntos de vista a problemas sociales universales.               


lunes, octubre 24, 2022

MIRA COMO CORREN (SEE HOW THEY RUN)

 


*** y 1/2

Ante la imposibilidad de que The Mousetrap (La Ratonera) -la celebérrima obra teatral de Agatha Christie representada en Londres casi de manera continua desde 1952- tenga su adaptación cinematográfica ya que por cláusula contractual esta no puede hacerse hasta seis meses desde que deje de representarse (algo que no se sabe si algún día sucederá) aquí tenemos un curioso y delicioso pastiche en forma de esta comedia-thriller cuyo marco es precisamente una de las primeras representaciones de dicha obra contando una historia ficticia: en el Londres en 1953 tiene lugar un director de cine estadounidense Leo Kopernick (Adrien Brody) que pretende llevar a la gran pantalla la obra de Agatha Christie es asesinado en el escenario vacío del teatro donde se representa coincidiendo con la representación número 100.  Huelga decir que estamos ante un homenaje al mundo de la Christie pero no solo eso: un ejerció de metanarración principalmente desde la perspectiva cinematográfica (pero también bajo premisas del mundo teatral, ya que este campo recibo lógicamente su (logardo) homenaje) que busca el guiño cómplice del público sin dejar de ser una historia detectivesca de whodonnit (como La Ratonera) y un comedia satírica que parodia el cine negro, la ficción policiaca y detectivesca y el tono del cine de crímenes de los cincuenta. El resultado ha sido bastante satisfactorio aunque sin excesivo sentido del riesgo en una película entretenida y a ratos sublime pero que a veces puede pecar de predecible incluso en sus momentos de homenaje y en su pretendida vocación manierista. Ene se sentido se aprecia cierta influencia de Wes Anderson (en un tono más contenido) e incluso de almodóvar, referencia confesa del director, aunque eso sí en todo en un tono deliciosa y genuinamente british.  

Tom George dirige con clase y oficio un reparto coral eficaz con nombres de relieve de la escena teatral británica algunos no muy conocidos para el público fuera de las islas. Además del norteamericano Adrien Brody los otros rostros más o menos célebres corresponden a la pareja de policías protagonistas: el también yanqui Sam  Rockwell dando vida al embarullado inspector Stoppard, encargado de investigar el crimen y la irlandesa Saoirse Ronan como la agente Stalker, una joven policía de Scotland Yard aparentemente ingenua pero que casi siempre resulta más eficaz que Stoppard. En la historia nos encontramos con personajes reales como los actores Richard Attenborough (Harris Dickinson) y su esposa Sheila Sim (Pearl Chanda) o incluso la propia Christie (Shirley Henderson) interactuando con otros ficticios en una historia retorcida y con sus consabidos giros de guión que busca la entrega inteligente del espectador. La acumulación de los tópicos de las historias de crímenes y detectives y de la propia literatura de la escritora homenajeada aunque necesarios y oportunos puede que no siempre funcionen con eficacia pero el desarrollo de la película sabe mantenerse a flote y al final se puede decir que la película convence incluso a aquellos que en algunos momentos les cueste digerir el tono metarreferencial de la película. Se dice que puede haber secuela con los protagonistas, pero sinceramente lo mejor sería dejarla así, como una pequeña y modesta joyita.   


domingo, octubre 16, 2022

EN LOS MÁRGENES

 

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Prometedor debut en largometraje del actor, dramaturgo y director teatral Juan Diego Botto quien ha escogido como género de su ópera prima el cine social centrándose en el fenómeno español de los desahucios, tema que tristemente sigue de actualidad. Utilizando el esquema de historias diferentes- tres en este caso- levemente conectadas, En lo márgenes resulta  una película muy bien resuelta- redesarrolla en un marco temporal de 24 horas- que cumple con creces su función de denuncia politicosocial sin resultar pedante ni panfletaria apoyada en unas historias creíbles, interpretaciones esforzadas y un acertado estilo semidocumental que carga de realismo a las diferentes situaciones presentadas. Hay sin embargo falta de fluidez narrativa, irregularidad en la presentación de algunos personajes y algunos detalles de tramas que no parecen bien perfilados, hechos que impiden que la película llegue a cotas aún mayores. Con todo, poco es reprochable en un filme honesto y veraz.

Penélope Cruz, últimamente bastante activa de nuevo en el cine español, encarna a Azucena, una mujer de cuarentaitantos que encara su inminente desahucio con la ayuda de una asociación mientras que su entono más próximo parece no darle importancia al asunto, su marido incluido. Adelfa Calvo es Todora, una septuagenaria distanciada de su hijo Germán (Font García) a quien el ultimátum parece haber dado un vuelco a su vida afectando al sentimiento de culpa de Germán. Luis Tosar da vida a Rafa, un abogado superado por problemas familiares que decide investigar en la retirada de custodia de la hija de su vecina magrebí ante la escasa comprensión de su mujer y su hijastro.  Los tres relatos destilan desesperación y angustia sin ningún uso de situaciones artificiosas y de dramatismos impostados. Es muy posible que Juan Diego Botto- que también actúa en el filme como Manuel, el compañero de trabajo argentino de Germán, además de su hermana Nur Levi-  pueda llegar a ser un buen director de cine, este primer intento con evidentes ecos de Ken Loach es un buen comienzo y habrá que estar atentos.    

lunes, octubre 10, 2022

ARGENTINA 1985

 


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El turbio y trágico pasado de Argentina a finales de los 70 y principios de los 80 sigue siendo un material dramático de primer orden. Son muchas las películas que se han realizado sobre dicho periodo y todas lógicamente centradas en la denuncia del auténtico genocidio que la dictadura de la Junta Militar de Videla y Massera  llevó a cabo entre 1976 y 1983, tocando diferentes aspectos de aquel infausto periodo. Faltaba una crónica sobre el juicio a los miembros de la ya desposeída junta, aquel que se produjo en 1985 con la democracia restaurada y con el fiscal Julio Strassera como máximo protagonista y que trató de hacer justicia en uno de los juicios contra una dictadura más significativos del siglo XX y, por que no, de la historia de la humanidad, independientemente de lo insuficiente de su sentencia. Argentina 1985 llena ese hueco en forma de film histórico honesto, crudo e inteligentemente épico (como solo una historia real puede hacerlo) con un guión muy trabajado que entre el cine judicial (aunque sin caer en sus tedioso tópicos) y la epopeya políticosocial es capaz de ofrecer una historia emocionante e incluso apasionante sustentada en la estupenda dirección de Santiago Mitre (un realizador que por su juventud prácticamente no vivió los hechos acaecidos en la película y mucho menos los que dieron lugar a ellos) y una vez más el soberbio trabajo del  gran Ricardo Darín, en el papel de Strassera. Porque en líneas generales la dirección de actores en una película donde priman los diálogos y la interacción entre los personajes es excelente.  

 La película abarca dos años, de 1983 a 1985, en los que se preparó y se llevó a cabo el juicio contra los miembros de las Juntas Militares en una Argentina que acababa de salir de una auténtica pesadilla con miles de asesinados, desaparecidos y torturados por el gobierno. El fiscal Strassera con la ayuda de su joven adjunto Luis Moreno Ocampo (Peter Lanzani, uno de los rostros argentinos de moda) y un equipo de abogados recién licenciados se propuso ser el azote de los responsables de una auténtica masacre y de que la justicia cayese sobre ellos en medio de amenazas por los partidarios del antiguo régimen, presiones de los nostálgicos y de la confusión de un país que aún tenía miedo, aunque poco a poco y gracias a la participación como testigos de víctimas de torturas y de familiares de desaparecidos la conciencia del país comenzó a despertar al ser consciente de que aquellos criminales debían sentir el peso de la justicia. Todo esto está muy bien reflejado en la película en sus diferentes matices (las amenazas telefónicas y las coacciones desde distintos sectores, las dificultades de Strassera y su equipo para recabar testimonios, la influencia del proceso en las vidas familiares de Strassera y Moreno Ocampo)  y el crescendo dramático hasta el momento del juicio y su sentencia es sublime, resultando especialmente emotivo (y sobrecogedor) las declaraciones de las víctimas (transcritas y reproducidas letra por letra, con algún  inserto de imágenes de archivo del juicio real). Un filme necesario y que debe verse para no olvidar lo que puede ocurrir cuando el fanatismo y la intolerancia se adueñan  de todo y para saber que siempre habrá alguna esperanza de que la justicia ponga las cosas en su lugar.  


viernes, octubre 07, 2022

LA CONSAGRACIÓN DE LA PRIMAVERA

 


*** y 1/2

Cuando la honestidad y el realismo dominan en una historia cinematográfica casi siempre eso es sinónima de películas inusuales y a su manera, geniales. Esto es lo que le ocurre al torcer largometraje de Fernando Franco (La Herida), una pequeña gran  película que toca un tema desconocido y provisto de cierta incomodidad de una manera totalmente despojada de efectismo y de artificios melodramáticos: la asistencia sexual a personas discapacitadas. Pero no solamente se queda con eso, ya que La Consagración de la Primavera es una historia de maduración y de desarrollo moral y emocional, la que viven sus dos jóvenes protagonistas, Laura (Valeria Sorolla) y David (Telmo Irureta) cuya relación, fortuita e inusual, termina modificando ciertos aspectos de su vida y de su autopercepción, especialmente en el caso de la muchacha, el verdadero personaje central: una tímida universitaria fuera de su casa por primera vez y con cierta confusión vital especialmente en su relación con el sexo opuesto que accede a ser la asistente sexual de David, un joven tretrapléjico que vive con su madre , Isabel (Emma Suárez) y que además del sexo al que por su condición no puede acceder desea también algo más en la relación con una mujer. Laura en su relación con una persona como David, que para ella vive en un mundo parte irá descubriendo mucho y de una manera que ella no esperaba. Los dos actores que los encarnan están espléndidos con una Valeria Sorolla que lo da todo en un difícil papel lleno de silencios y cuya mirada refleja a la perfección no pocos estados anímicos y diferentes estadíos evolutivos emocionales haciendo avanzar literalmente toda la acción del filme. Y por supuesto Telmo Irureta resulta más que una revelación demostrando que un actor con parálisis cerebral puede estar más que dotado y haciendo además un papel casi autobiográfico en el que desprende valentía, humor y ternura. 

Las elipsis narrativas, lo nada anecdótico que resultan elementos que precisamente parecen anecdóticos (y que parecen pasar de puntillas), la aparición de personajes en un momento dado o lo casual de unos diálogos que en realidad encierran más de lo que parecen son muestras de lo bien que está planteada esta historia para conseguir una credibilidad naturalista e inmediata. Es cierto que el sexo es el elemento catalizador y en cierta medida Macguffin de la historia, pero su conexión con el aspecto amoroso y emocional y el devenir psicológico de la protagonista hace que esta sea una película más cerebral y sentimental  que sensual. Una historia no muy fácil que gracias a un excelente guión se hace sencilla y sobre todo muy agradable y emotiva. Otro nuevo acierto del cine español en este año y ya van varios.   


lunes, septiembre 26, 2022

LA CASA ENTRE LOS CACTUS


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Estamos ante una muestra más de que el cine español le está cogiendo cayo al thriller y es capaz de ofrecer trabajos muy que competentes: en este caso una novela de Paul Pen ha dado origen a una película de regusto europeo y muy bien armada que consigue con creces su objetivo de inquietar y mantener en todo momento el interés del espectador. Circunscrita espacialmente a un escenario muy reducido -una vivienda unifamiliar en lo más recóndito de la isla de Gran Canaria- y con una cuidada ambientación de mediados de los 70, La Casa entre los Cactus nos sumerge en una historia en donde sus protagonistas terminan mostrando su verdadera realidad pese a que inicialmente todo parezca en el sentido opuesto a lo que se percibe. Una numerosa familia rural aparentemente feliz formada por una pareja, Rosa (Ariadna Gil) y Emilio (Daniel Grao) y sus cuatro hijas entre 8 y 17 años recibe la llegada de Rafa (Ricardo Gómez), un joven viajero a pie aparentemente perdido que termina quedándose a pasar la noche en el chalet de la familia, ejerciendo una extraña atracción entre las niñas y una inquietud entre los padres. Son las propias hijas las que, directa o indirectamente,  hacen prolongar la estancia de Rafa, quien parece saber algo más sobre  sus anfitriones. Esta interesante premisa, pese a algunos altibajos, se va desarrollando y mutando de una manera oscura pero con cierta  dinámica gracias a un estupendo guión adaptado del propio autor de la novela al que la directora debutante, Carlota González-Andrio confiere pericia y  no pocos elementos de buen thriller costumbrista  echando mano también de elementos de western y de drama intimista.

Es posible que el filme a veces no consiga despegar a la hora de mostrar elementos de tensión  (algo que ese a todo si que está conseguido y no precisamente con medios convencionales) y que el elemento dramático, bastante centrado en las estupendas actrices menores (Zoe Arnao, Anna Picarolo y las gemelas Anna y Carla Ruiz Solera) no llegue a ser todo lo intenso que debiera, pero de principio a fin la película resulta disfrutable poniendo de manifiesto que el cine español, aún en proyectos modestos como este, va creciendo y es capaz de esta es una muy buena noticia.

sábado, septiembre 24, 2022

EL ACUSADO (LES CHOSES HUMAINES)

 


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Hay que comenzar diciendo que Les Choises Humaines no es un drama judicial en el sentido estricto de la palabra pese a que un juicio constituye la base de la película ni tampoco es una película que se proponga tratar a muy a fondo un tema tan actual como es la violencia sexual y todas sus consecuencias y posturas sociales, pero esta claro que es un filme hecho para reflexionar y remover conciencias sobre un asunto bien espinoso como es donde esta el límite entre la violación y el consentimiento. Yvann Atal (Una razón brillante) es evidente que es un director brillante a la hora de moldear dramas sociales más bien complejos (reflejando contradicciones existentes en la vida real) haciendo partícipe al espectador a la hora a la hora de atar cabos en la historia y sobre todo en valorar los hechos. Con esta película, el público de la misma se eleva a la posición de juez a la hora de elaborar un veredicto escuchando a los diferentes protagonistas de un caso, veredicto que por cierto oímos en el filme y con el que podremos estar de acuerdo o no. El guión, en donde no falta la crítica social actual en diferentes vertientes y no solo en el tema de la violencia de género y las políticas sobre la materia, esta espléndida y cuidadosamente dispuesto para ofrecer un relato duro pero inteligentemente sugerente.  

El joven Ben Attal, hijo del realizador, encarna muy dignamente a Alexandre Farel, un inteligente universitario hijo de un reputado periodista (Pierre Ardati), y de una intelectual feminista (Charlotte Gainsbourg) que es acusado de violación por su hermanastra Mila (Suzzanne Joannet) hija de la nueva pareja de su madre a la que acaba de conocer. Alexandre está convencido de su inocencia y Mila de ser víctima de una agresión sexual, mientras los padres del joven tratan por todos los medios de que todo salga lo mejor posible para él especialmente por el revuelo mediático ocasionado al ser hijo de dos personas públicas. La posición de Claire, la madre, por su condición de feminista militante (enfrentada con otras feministas más radicales) queda en entredicho mientras que Jean, el progenitor, reflexiona si su condición de mujeriego ha influido en la conducta de su hijo.  Acusaciones, razonamientos de los protagonistas, contradicciones en las declaraciones legales, reflexiones sobre la masculinidad y la sumisión de las mujeres, recapitulaciones de los hechos, todo desfila con buen hilo conductor hasta llegar al momento culminante del juicio que narrativamente se superpone con flashbacks del momento de los acontecimientos en donde no se nos muestran intencionadamente momentos clave, tal vez ni siquiera haga falta.

Es cierto que la duración un tanto dilatada del filme lleve a veces a la fatiga y que  falta cierto elemento pasional, pero es que El Acusado es un trabajo que trata de ser realista y no ceñirse demasiado a apaños estilísticos del medio cinematográfico. El reparto, donde también se encuentra Mathieu Kassovitz, está estupendo tal y como corresponde a un filme de estas características. Una película necesaria y honesta.  

lunes, septiembre 19, 2022

LA VIDA PADRE

 


 

** y 1/2

El cierto encasillamiento que ha experimentado Karra Eljealde desde Ocho apellidos vascos parece haber ocasionado un subgénero dentro de la comedia española, el de la comedia vasca con Karra Elejalde. Allí podría adscribirse esta divertida aunque algo irregular cinta en donde el intérprete gasteizarra es amo y señor echando mano una vez más a su peculiar vís cómica pero repitiendo una vez más los tics de su ya mítico personaje de Koldo Zugasti: un vasco maduro cascarrabias pero entrañable. Sobra decir que este filme muy difícilmente hubiera podido ser concebido sin Elejalde, pero sería injusto no admitir que la película atesora una cierta personalidad propia con un humor inteligente entre Woody Allen y la comedia francesa y buenos momentos cuando se inserta un componente melodramático de inspiración familiar, especialmente en los compases finales. No obstante, su eusko costumbrismo a veces ramplón, lo poco trabajado de varios aspectos claves de su guión (obra del veterano Joaquín Oristerll), una dirección demasiado rutinaria y su ya comentada supeditación a la interpretación de Karra malogran lo que podía haber sido una más que aceptable comedia.

Pese a que muchas veces la película no facilita muchos momentos de excelso lucimiento actoral, el reparto funciona perfectamente - y no solamente su protagonista- con un Enric Auquer que demuestra ser un actor versátil y con futuro y un buen elenco de intérpretes (Megan Montaner, Maribel Salas, Gorka Aguinagalde, Lander Otaola), en su mayoría vascos, que consiguen momentos creíbles y algunas veces entrañables. La química entre Auquer y Elejalde funciona muy bien y en ella se basa la credibilidad del film, el primero como un joven y exitoso chef bilbaíno que con el restaurante heredado de su supuestamente fallecido padre parece haber tocado techo personal y el segundo como el increíblemente retornado progenitor que con una extraña amnesia parece haberse quedado estancado en el año de su desaparición (en 1990) y lo ve todo (la ciudad de Bilbao incluida) como si nada hubiese cambiado creyéndose aún el jefe de cocina de cocina del local. Entre la ternura, la ironía, el equívoco y la crítica social (la consabida cultura del éxito y el competitivo mundo de la alta cocina) el filme pese a no ser nada perfecto consigue entretener y generar sonrisa, al fin de cuentas el objetivo de cualquier comedia.

martes, septiembre 13, 2022

EL RADIOFICIONADO

 

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Pequeñas películas que dicen mucho. Iker Elorrieta, director debutante, se ha bastado de 84 minutos para contar una historia sensible y emotiva sobre la búsqueda: de la aceptación, de la felicidad y de un sueño. Con el autismo como telón de fondo, El Radioficionado es claro en su parábola: tenemos muchas dificultades para aceptar e integrar a los diferentes, y esas personas muchas veces buscan su lugar en la vida y el sentirse normales pero el entorno circundante (las demás personas) no cesa de ponerles trabas. Niko (inconmensurable Falco Cabo, también debutante) es un veinteañero autista que huyendo de su centro de acogida llega a su localidad natal en la costa vizcaina para cumplir el sueño de su madre fallecida, que es navegar en alta mar. Gracias a su afición por captar ondas de radio conoce la existencia de un puesto marítimo y de su operadora, que resulta ser una conocida de la infancia, Ane (Usue Álvarez) la cual consciente de su problema tratará de ayudarle. Nico consigue ser contratado como pintor de barcas en el puesto marítimo pero los problemas comportamentales y de relación derivados  de su enfermedad pronto empezarán a generarle problemas.                                      

La relación entre Ane y Niko, un intento de amistad con muchas dificultades, guía buena parte del peso dramático del filme. Los esfuerzos del muchacho por valerse por si mismo y la obsesión de Ane con que su recuperado amigo se sienta feliz y aceptado son dos pretensiones que chocan contra una realidad cruel e intolerante, representado por sus indeseables compañeros de trabajo. También la ayuda institucional recibe su crítica en esta película por su posible sobreproteccionismo, un hecho que a Niko no le gusta y que trata de evitar a toda costa. Que nadie se espere una película con grandes diálogos, situaciones dramáticas muy marcadas y en definitiva una aproximación manida del autismo: El Radioaficionado apuesta por la sencillez, el minimalismo descriptivo y de imágenes y por la emoción más contenida pero enormemente evocadora y cargada de sensibilidad. Hay momentos sobrecogedores mostrados con naturalidad en su carga de amargura y  que por ello resultan más efectivos a la hora de transmitir emociones. Una pequeña gema que puede ser en un futuro película de culto.