lunes, enero 15, 2024

YO CAPITÁN (IO CAPITANO)

 


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Un drama social de triste actualidad (la inmigración desde el áfrica subsahariana) contado por un cineasta total como Matteo Garrone. Y de una manera espectacular y efectiva, como él sabe. Sin filtros dulcificadores, sin excesivas dramatizaciones pero curiosamente sin renunciar al cine como espectáculo dotándose de un nada desdeñable presupuesto para rodar en diferentes localizaciones africanas desde Senegal hasta Libia pasando por el desierto del Sahara. Efectivamente, parece este un filme de aventuras y en realidad eso es lo que cuenta: la aventura de dos adolescentes senegaleses, Seydou (Seydou Sarr) y Moussa (Moustapha Fall) por llegar a Europa y huir de la pobreza labrándose un futuro como estrellas mediáticas en la sociedad occidental de tiktokers y youtubers .Obviamente el viaje será duro y dramático casi desde el primer momento: concesiones a las mafias de inmigración, difíciles controles de fronteras, detenciones, secuestros, amenazas de las mafias y de militares, torturas, dramáticos viajes a pie por el desierto...y todo esto antes de llegar a Libia, donde tampoco la cosa será fácil en el propósito de viajar por mar hasta Italia. Toda una visión hiperrealista, cruda y cruel de la experiencia migratoria de aquellos que son capaces de jugarse todo por una vida supuestamente mejor y aunque muchos se queden en el camino. Rodada con actores africanos no profesionales, escenarios reales, con situaciones presumiblemente extraídas de experiencias auténticas (es notorio que ha habido un enorme trabajo de documentación y entrevistas previo) y sin en ningún momento abandonar el realismo pese a mostrar viñetas fantásticas extraídas de los sueños de Seydou -en concomitancia con una suerte de realismo mágico onírico- se puede decir que Io Capitano es la mejor película sobre la inmigración de Africa-Europa que se ha hecho hasta el momento. Mateo Garrone demuestra que domina los tempos cinematográficos y que sabe narrar una historia enormemente dramática como nadie sin dejar de ser atractiva y sobre todo tocando al conciencia del espectador, el fin último de este filme, tal vez la obra maestra del director trasalpino.

Hay que tener en cuenta que esta no es una visión paternalista ni buenista del fenómeno migratorio, sino que trata ser una crónica lo más honestamente contada. Seydou, un chaval idealista y animoso que sueña con ser una celibrity en Europa se irá encontrando en su epopeya hasta Libia junto con su primo Moussa y otros emigrantes de Senegal y otros países del África negra con todo tipo de penalidades que ponen en juego su fe en conseguir su objetivo y que le separarán de Moussa sin que sepa cual ha sido el destino de su primo. Los dos chicos son dos héroes trágicos a su pesar, personajes inocentes y con pájaros en al cabeza a causa de su edad y de su entorno que no tardarán en madurar. El momento culminante del relato es cuando Seydou tendrá que comandar una destartalada embarcación cargada con medio centenar de personas desde Trípoli hasta el sur de Italia: la prueba definitiva para un niño de 16 años que busca ser algo más de lo que estaba destinado a ser en su país. Con momentos sublimes y destellos deslumbrantes de buen cine, su crudeza y dramatismo no debe impedir apreciar y disfrutar con una película de muchísimos kilates.