viernes, noviembre 03, 2017

¡LUMIÈRE! COMIENZA LA AVENTURA (LUMIÈRE !)





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¿Por que no estrenar en salas comerciales el legado conservado de los pioneros e inventores prácticos del cine, los hermanos Auguste (1862-1954) y Lois Lumière (1864-1948)? Las cinematecas no suelen ser accesibles al gran público y el medio televisivo lógicamente no hace justicia al formato original de las filmaciones; en cambio una sala de cine es el mejor homenaje que se puede hacer a las películas de estos primigenios cineastas que en 1895 patentaron su cinematógrafo, aquel artilugio que mejoraba el kinetoscopio de Edison, el primer intento por filmar y reproducir fotografías en movimiento. 108 filmaciones de 50 segundos realizadas entre 1895 y 1905 minuciosamente restauradas y conservando su curioso formato original del primer celuloide con los bordes redondeados se ofrecen en este documental que obviamente es toda una joya para losa amantes del cine y de sus curiosidades.

Thierry Frémax, que también ejerce de narrador, es el responsable de esta película que ofrece los cortometrajes en varios bloques temáticos (paisajes, escenas con niños, países del mundo, filmaciones humorísticas, etc) y en el que asistimos a los primeros intentos de creación del lenguaje y la imagen cinematográficas, heredando conceptos de la fotografía (campo en el que se habían iniciado los Lumiére) como el encuadre, los planos, pero innovando en el aspecto visual por el hecho de que ahora las imágenes estaban en movimiento. En este filme encontramos no solo pedazos de la historia del cine sino de la humanidad, ya que contemplar la primera filmación de la historia Salida de los obreros de la fábrica Lumiére en Lyon y otras películitas que los hermanos exhibieron en las primeras salas cinematográficas del mundo ante el asombro de los incrédulos espectadores de principios del siglo XX como La llegada del tren a la estación, Los herreros, El desayuno del bebé o  la que se considera la primera comedia de la historia y la primera filmación de ficción El regador regado, constituye algo más que un valioso documento visual. En total, hora y media de fantástico viaje por los orígenes de todo, por un metarrelato de lo que ha supuesto el cine siempre (entretenimiento y diversión pero también testimonio, ficción pero también realidad) y todo ello presentado como un homenaje no sólo a los invetores del cine sino al espectador que durante más de 120 años ha sentido, ha vivido, ha amado, ha reído y ha llorado con el séptimo arte.