sábado, octubre 30, 2021

LA CRÓNICA FRANCESA (DEL LIBERTY, KANSAS EVENING SUN) (THE FRENCH DISTPACH (OF THE LIBERTY KANSAS EVENING SUN))

 

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Ya se puede decir definitivamente que Wes Anderson es uno de los mejores directores del mundo hoy en día. Es muy posible además que con The Frech Dispatch haya realizado su obra maestra en todos los sentidos ya que esta comedia satírica (la comedia es prácticamente el único género que ha tocado este director) sin rehuir de todos los elementos de la marca de la casa Anderson (estética colorista y manierista y visualmente deslumbrante inspirada en la fotografía, el diseño y el cómic, estilo narrativo sinuoso y peculiar, diálogos y situaciones que combinan lo sesudo con la ironía, fotografía pulcra y manierista) demuestra una total solidez y madurez como producto de un cineasta superdotado y más que hábil que en definitiva ha conseguido un película más que deliciosa. De nuevo con un reparto coral- y de hecho más coral que nunca- plagado de actores habituales en la filmografía del cineasta, en esta ocasión el formato de “filme de antología” cobra una nueva dimensión en cuanto las convenciones narrativas de este tipo de películas con recursos del mundo de la literatura y el cómic muy bien transplantados a las imágenes en movimiento; como resultado tenemos ante nosotros un espectáculo cinematográfico de primer orden.

El mundo de Wes Anderson es como siempre un mundo alternativo e irreal, que aunque si bien quiere aproximarse a una época concreta- en este caso la década de los 60 del siglo XX- en realidad resulta una realidad atemporal provista de todo tipo de detalles visuales -en decoración, atrezzo o vestuario- que despistan sanamente al espectador pero que no le distraen en un ningún momento de lo que se cuenta. Ambientada en una Francia manierista y de tarjeta postal entre el folleto turístico antiguo, la comedia de Jacques Tatí y la Bande Desinée francobelga (esta última fuente de inspiración más que evidente) la película es de hecho un homenaje al humor francés y europeo y en general a la historia e idiosincrasia del viejo continente a finales del siglo XX pero con una deconstrucción desde la cultura pop americana: el suplemento editado en Francia de una revista americana (el ficticio Kansas Evening Sun) es el marco desde el que se narran cuatro descacharrantes historias diferentes  que dicho suplemento ha recogido y cuyos cronistas nos narran visualmente en una especie de crónicas periodísticas visuales: la curiosa historia del pueblo de Ennui, donde se encuentra la sede del suplemento La Crónica Francesa,  la trayectoria como exitoso artista plástico de un convicto por asesinato y su peculiar arte, el desarrollo de una peculiar y nonsense revolución estudantil en Ennui con reminiscencias bufas del mayo del 68, y la crónica negra de un secuestro en donde cumple un papel principal un chef-policía. La redacción del French Dispatch es un quinto segmento que une las diferentes historias. Como cabe esperarse, la sucesión de personajes estrambóticos es de órdago y no lo menos el de las situaciones surrealistas y de cartoon trufadas de un humor sardónico inteligente y trabajado que bebe del comic humorístico (al loro con la secuencia de animación homenaje al estilo de la Línea Clara y a Tintín), Monty Python, Chaplin, Peter Sellers-Blake Edwards y el ya comentado Tati. Bill Murray, Léa Seydoux, Owen Wilson, Timothé Chalamet, Frances McDormand, Benicio del Toro, Tilda Swinton; Mathieu Almaric, Jason Schwartzman, Adrien Brody, Lyna Khoudri, Willem Dafoe, Jeffrey Wright, Liev Schreiber o Bill Murray son algunos de los más que competentes intérpretes que desfilan en esta delicatessen de fino humor y locura visual. Wes Anderson es sencillamente un director magistral.           

miércoles, octubre 27, 2021

EL BUEN PATRÓN

 


 

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El regreso de Fernando León de Aranoa no ha defraudado. Si, tal vez El Buen Patrón se trate de su mejor película (incluso por encima de  Los Lunes al Sol) y además no cabe ninguna duda que el realizador madrileño ha alcanzado su madurez como director demostrando enormes recursos en esta comedia con tintes dramáticos que utiliza la sátira de un modo muy comedido y convincente para hacer una acertada crítica social, algo esto último habitual en la filmografía de León de Aranoa. Se puede decir que el realizador se ha recuperado de sus traspiés en sus últimos filmes (Amador, Un Día Perfecto, Loving Pablo) y vuelve por sus fueros en un filme que es de lo mejor del cine español en 2021.

De nuevo nos encontramos con Javier Bardem como protagonista en una cinta de León de Aranoa; además de ponerse de manifiesto la total compenetración entre el actor y el director Bardem nos regala una interpretación antológica como el patrón al que hace referencia el título: Blanco, un empresario de mediana edad propietario de una exitosa empresa de básculas que ante el reto de optar a un premio a la excelencia empresarial quiere sublimar su carácter de patrón aparentemente bondadoso y paternalista ante sus empleados en una semana previa a la visita de los evaluadores que resulta inesperadamente accidentada. La actuación del actor español más internacional con permiso de Banderas es de las mejores de su carrera, entre la seriedad y el esperpento para dar vida a un personaje contradictorio, hipócrita y engañoso fiel reflejo de muchos pequeños y medianos empresarios españoles. Sobra decir que mediante el personaje de Blanco el mundo de la convivencia y relaciones en el entorno laboral (con sus extensiones inevitables fuera de ese mundo) aparece aquí retratado en toda su fiereza, entre el costumbrismo, el apunte naturalista y la chanza. Aunque muchas cosas que aquí se nos cuentan pueden parecer cómicamente exageradas, en realidad no resultan muy diferentes de muchas experiencias vividas en infinidad de trabajos y empresas.   

El guión firmado por el director apuesta por una temporalidad más o menos limitada (una semana) y por el recurso de las historias entrecruzadas con los esfuerzos del empresario por hacer recuperar la “normalidad” a su compañía ante un acontecimiento clave: por ello la coralidad en los personajes se impone brindando un estupendo espectáculo narrativo del que debe mucho las excelentes interpretaciones de un reparto eficaz ante una galería de personajes muy trabajada. Está el jefe de producción y amigo íntimo del jefe con problemas personales que afectan a su rendimiento (Manolo Solo), el despedido que se manifiesta todos los días a la puerta de la planta poniendo en un aprieto al patrón (Óscar de la Fuente), el transportista quemado con su trabajo (Tarik Rmili), el veterano empleado entregado al jefe en sus últimas consecuencias (Celso Bugallo) o la joven becaria cuya contratación esa misma semana terminará afectando decisivamente en los acontecimientos (Almudena Amor). La historia, en donde las “viñetas” y el desarrollo de situaciones determinadas marcan el paso, termina convergiendo en una catarsis en donde las enseñanzas que se sacan son más bien devastadoras. A la espera de conocer si entrará finalmente en la terna de las cinco películas nominadas al Oscar de mejor filme en lengua no inglesa, lo cierto es que El Buen Patrón es ya uno de los mejores filmes hispanos del año.