viernes, marzo 23, 2012

Mis 50 discos que te cagas (46): U2 – ATCHUNG BABY (1991)

 

Llegaron los 90 y todos se preguntaban si U2 aguantarían en la cima del mundo. Muchos pensaban que el grupo estaba anquilosado en su mesianismo en directo y en el rock americano convenientemente renovado y enriquecido que cultivó con maestría en The Joshua Tree (1987) y en el cual reincidió en el irregular Rattle and Hum (1988), prácticamente su secuela. Pero lo cierto es que con Atchung Baby, publicado 3 años después de Rattle and Hum dejaron con la boca abierta a todo el mundo no ya solo por su cambio radical de sonido sino por la enorme calidad del álbum, junto con The Joshua Tree su obra maestra y lo que es más importante, por la total capacidad de adaptación que estaba demostrando el cuarteto dublinés que se apuntaba sin tapujos a nuevos sonidos de los 90 como el alternative dance, el rock industrial y el technorock en un LP insólitamente presidido por la electrónica en forma de guitarras tratadas, programaciones, loops electrónicos y teclados de todo tipo. U2 después de las agotadoras giras de finales de los 80 necesitaba reinventarse y durante año y medio preparó y grabó un LP con sesiones de grabación en Berlín y en Dublín. Fue un periodo de tiempo tortuoso en el cual Bono y The Edge compusieron los temas prácticamente sin contar con Adam Clayton y Larry Mullen y además las primeras sesiones no dieron los frutos deseados lo que aumentó las tensiones y puso al grupo, según se cuenta, al borde de la separación. Pero el buen hacer de los productores Daniel Lanois y Brian Eno, que volvían a trabajar con U2 tras The Joshua Tree limó las asperezas y el LP consiguió ser un trabajo perfecto y redondo, un álbum apasionante que puso en relieve un hecho incontestable, que U2 eran el mejor grupo del planeta. Atchung Baby cerró la boca a aquellos que decían que U2 era un grupo que era incapaz de evolucionar y lo cierto es que la banda, especialmente en los 90, no ha  dejado de evolucionar musicalmente adaptando sus sonidos a la vanguardia o la novedad del momento.

Aunque Daniel Lanois fue el productor principal de Atchung Baby, el papel de Brian Eno fue fundamental en la consecución de su inolvidable sonido de rock electrónico, a veces experimental, otras semi bailable, otras intenso. Eno con este LP y con los posteriores del grupo Zooropa (1993) y Music for Films I (1995)- firmado como Passengers e incluyendo al propio Eno como autor creativo- realizó el equivalente en los 90 a lo que hizo con David Bowie a finales de los 70 con la llamada “trilogía de Berlín”: renovación electrónica y además continuando en la cabeza del mundo musical. La historia se repetía. Steve Lillywhite, por su parte, también coprodujo y remezcló algunos temas en un disco que trataba de acercarse estéticamente a la idiosincrasia europea continental y a una lectura simbólica de la sociedad de la comunicación audiovisual, que explotará en la gira subsiguiente. Y es que el álbum presentaba a unos U2 con ganas de sorprender vía registros inéditos en ellos, como una guitarra de The Edge rítmica, obsesiva y continua (a veces procesada electrónicamente), beats de dance music y de Hip Hop, percusión bailable, rítmica marcada y en volumen alto, efectos electrónicos cuasi industriales, la voz de Bono procesada en algunos temas y además con nuevos registros como el peculiar falsete que aparece en temas como The Fly y que utilizará con asiduidad en lo sucesivo. Todas las canciones, por si fuera poco, son de bandera. El comienzo del LP con Zoo Station, dejaba a las claras la intención del grupo de mostrar algo bestialmente rompedor con lo que eran U2 antes mediante un industrialmente pegadizo tema de rock electrónico bailable con la voz de Bono distorsionada, tal y como ocurría con el primer single, The Fly (a la peña no le parecían al principio U2 ni de palo) un tema inquietante y bailable en donde Bono se desdoblaba en el personaje de The Fly y que aún resulta una delicia. Como también lo es One, uno de los mejores temas de siempre de U2 y ya una balada clásica de ruptura y desamor (Bono nunca ha entendido como hay gente que la pone en sus bodas), un tema sublime que demostraba como una canción de textura más o menos clásica podía tener una buena ración de overdubs y programaciones que además conseguían engrandecerla y de que manera. Misterious Ways tiene un tono funky tamizado con alternative dance electrónico que resulta sugerente y arrebatador además de demostrar que el grupo era capaz de acometer ritmos bailables con la propiedad y maestría propia de un combo grande. En línea similar, Even Better Than the Real Thing  mostraba al grupo en toda su apoteosis dance adobada con un adrenalinítico sonido ingrávido y futurista

En Until the End of the World  U2 muestra su cara mas líricamente trascendente con una letra filosófico-religiosa y un tema intenso y conseguido con una total interpretación vocal de Bono  y unos sugerentes juegos de guitarra a cargo de The Edge envueltos en loops y ambientaciones electrónicas “Enonianas”: un tema que aún estremece de emoción. No resulta menos visceral y emocionante Who´s Gonna Ride Your wild Horses, baladón épico escuela genuina U2 de hermosa letra y envolvente sonido progresivo. En fin, que todo es enorme en Atchung Baby y así temas certeros y pegadizos como Ultra Violet están dispuestos en el álbum para hacer subir la intensidad en un momento estratégico dado como en su momento lo hacen otros cortes del disco. Inicialmente, parte del público y de la crítica se quedaron desconcertados ante el radical cambio sonoro de la banda incluso algunos renegando de ella, pero solo fue la primera impresión y al poco tiempo terminaron alabando un LP original y rompedor que no solo mantenía a U2 en lo más alto del podium de los grupos sino que reforzaba aún más si cabe su posición. Estéticamente el grupo también cambió y tanto en la portada del LP como en los videoclips del mismo (magníficos, por cierto) mostraba una imagen colorista, urbana, callejera y tecnológica. El disco fue todo un éxito comercial  y la gira Zoo TV no le fue a la zaga con un impresionante espectáculo multimedia en donde el video y la cultura audiovisual de finales del siglo XX  jugaba un papel fundamental. Y es que los ya treintañeros U2 querían ser el grupo del siglo XXI además de ser los más grandes y ciertamente consiguieron estar en la cúspide durante toda la década de lo 90 sin dejar de renovar su sonido y de echar mano a todas las nuevas tecnologías musicales que iban surgiendo. Atchung Baby fue el triunfo de un grupo inconformista y que sabía que debía reinventarse para seguir siendo la mejor banda del mundo. Venció y convenció, y lo que es más importante, consiguió hacer un LP absolutamente magistral e irrepetible.


FICHA TÉCNICA

Géneros: Pop Rock Alternativo, Electrónica, Techno Rock, Alternative Dance, Rock Industrial
Publicación: noviembre 1987
Sello original: Island
Producción: Daniel Lanois, Brian Eno y Steve Lillywhite
Duración: 55:27
Músicos:
Bono: voz, guitarra
The Edge: guitarra, teclados, coros
Adam Clayton: bajo
Larry Mullen Jr: batería, percusión
Brian Eno: teclados adicionales
Daniel Lanois: guitarra adicional, percusión adicional
Duchess Nell Catchpole:  violin, viola

Track listing

1- Zoo Station
2- Even Bettter Than the Real Thing
3- One
4- Until the End of the World
5- Who´s Gonna Ride Your Wild Horses
6- So Cruel
7- The Fly
8- Misterious Ways
9- Tryin´ to Throw Your Arms Around the World
10- Ultraviolet (Light My Way)
11- Acrobat
12- Love is Blindness

lunes, marzo 19, 2012

El aparatito Lumiere - LOS IDUS DE MARZO (THE IDES OF MARCH)



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Algo falla en un filme que a priori resulta interesante y que demuestra que George Clooney en su faceta de director es capaz de hacer trabajos de cierta envergadura, como fue aquel Buenas noches y buena suerte. En The Ides of March, Clonney una vez más trata de hacer un trabajo comprometido utilizando como vehículo el cine político en una historia ambientada en las primarias del partido Demócrata en Ohio en donde Stephen Meyers (Ryan Gosling) el joven y avispado jefe de prensa de uno de los candidatos, Mike Morris (George Clooney) se encuentra en la encrucijada ante los cantos de sirena de la dirección de la campaña del otro candidato con ofertas de cambio de chaqueta, filtración de datos confidenciales y un hecho inesperado que terminará por ponerle contra las cuerdas. La lealtad, la traición y la disyuntiva entre apoyar al caballo ganador o seguir con el perdedor por principios son los ejes de esta película que se queda escasa en su intento de denuncia de los trejemanejes en las camapañas y precampañas electorales en EEUU más que anda porque insiste en centrar todo el acontecer del filme en el personaje que interpreta Ryan Gosling, una especie de retrato de un ciudadano y trabajador honesto que ha aparecido en el cine hasta la saciedad y que realmente no aporta nada nuevo, aunque la interpretación de Gosling- que ya fascinó en la relativamente reciente Drive- es muy sólida y convincente.

George Clooney se esfuerza en dar a su película un tono ente Costa-Gavras y aquellas películas protagonizadas por un moralmente recto James Stewart, pero la cosa no llega a niveles que puedan calificarse de notables más allá de lo correcto. El tono de thriller en realidad predomina por encima de todas las cosas y termina por eclipsar todo el plano psicológico-moral de los protagonistas e incluso  el propio carácter de denuncia de la película. Eso sí, todo el embolado de las primarias en las elecciones americanas y los juegos de poder y las rivalidades encarnizadas entre los candidatos de un mismo partido aparece reflejado de manera intensa y apasionante. Una película de factura esforzada y buenas interpretaciones que por desgracia no consigue despegar.