jueves, julio 19, 2018

MARY SHELLEY




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Un esforzado y efectivo biopic de una de las figuras literarias más inusuales y sugerentes del siglo XIX, la de Mary Shelley (1797-1851) creadora de una de los relatos más inmortales de la literatura gótica (y romántica): Frankenstein o el Moderno Prometeo (1818), novela que publicó inicialmente de forma anónima y que sobra decir que ha sido fuente de inspiración de clásicos y obras maestras del séptimo arte. La misma historia real de la creación del personaje y todo el entorno y circunstancias que lo envolvieron - eterno paradigma de la era del romanticismo- también han sido por su indudable significación dramática objeto de atención de no pocos filmes: desde el prólogo de La Novia de Frankenstein (1935) donde se recreaba brevemente el reto que Lord Byron lanzó a sus amigos para escribir la historia más aterradora que fuesen capaces, otras películas se han ocupado de la historia de Mary y Percy Shelley y su estancia junto a Byron, Claire Clairmont y John William Polidori en Ginebra en el verano de 1816 bajo diferentes prismas: Gothic (1986) de Ken Russell, Haunted Summer (1988) y por supuesto esa joya que es Remando al Viento (1988) de Gonzalo Suarez, una de las obras maestras del cine español de todos los tiempos. Es cierto que muchos cinéfilos se apresurarán a comparar aquella película con esta Mary Shelley y dicha comparación hará salir a este filme mal parado, pero hay que señalar que esta suntuosa coproducción entre Reino Unido, Irlanda y Luxemburgo es la primera película que se centra principalmente en la figura de Mary Shelley y en la mayor parte de sus circunstancias vitales- algo que ya hacía la cinta de Gonzalo Suárez pero tomándose licencias poético-fantásticas- y por lo tanto puede considerarse por fin como la biografía cinematográfica definitiva de Mary Shelley, que aún tomándose bastantes licencias en cuanto a cronología o acontecimientos  y abarcando un periodo de tiempo incompleto y más bien breve resulta un trabajo cinematográfico esmerado y atrayente pero algo falto de pasión además de estar demasiado encorsetado a tics hollywoodienses.

La directora saudí Haifaa al-Mansour, responsable de La Bicicleta Verde (2012) debuta en el cine occidental de manera más que convincente y muestra cualidades para dirigir un filme de época ambientado en un entorno cultural que le es ajeno pero en el que se desenvuelve con soltura. La elección de Elle Fanning, una actriz norteamericana para el rol de Mary Goodwin-Shelley, parecía poco adecuada en un principio pero la joven intérprete está más que convincente y tiene momentos sublimes en el complejo papel de la muchacha rebelde, desde el punto de vista intelectual y emocional, que osó a desmarcarse a principios del siglo XIX de la autoridad paterna y familiar y de las convicciones morales de la época y se unió a Percy Bysshe Shelley (Douglas Booth en el filme), un personaje tan embaucador, contradictorio y altanero como fascinante con el que vivió una extraña y tortuosa historia de amor al más puro estilo romántico. En ese sentido, la película acierta en la presentación de los diferentes prismas de la escritora inglesa (inocente, feminista, rebelde, ilusionada, desgraciada) y ello se fundamenta principalmente en el excelente trabajo actoral de la más joven de las Fanning, una actriz con enorme futuro. La cuidada ambientación con diferentes ambientes de principios del XIX es de recibo con una fotografía pictórica muy adecuada al contexto a cargo de David Ungaro así como debe mencionarse la estupenda banda sonora de Amelia Warner, pero la película falla cuando trata de sumergirse en todo el entramado romántico de la historia de Shellley y resulta insuficiente cuando trata de ser poética. Tampoco ayuda un casting desigual de secundarios con Tom Sturridge que no convence en un rol tan goloso como el de Lord Byron y un Douglas Booth demasiado irregular, aunque Bel Powley como Claire Clairmont aporte buenos momentos. La historia a veces parece demasiado forzada al suprimir bastantes pasajes de la historia real, pero los momentos finales, que llevan a la verdadera confrontación de Mary con Percy y que resume el espíritu de la más famosa creación literaria de la escritora, justifican las razones para hacer esta película. Para amantes de las historias con verdadera enjudia, y por supuesto, de los libros.

domingo, julio 15, 2018

NO TE PREOCUPES NO LLEGARÁ LEJOS A PIE (DON´T WORRY HE WON´T GET FAR ON FOOT)



 ***  y 1/2
 


Últimamente los boipics sobre personajes inusuales y/o controvertidos, independientemente del grado de fama que llegaron a adquirir, son bastante habituales en el cine, hasta tal punto que esa explotación mainstream en el caso de las semblazas de arquetípicos rebeldes, malditos o transgresores muchas veces hace que ciertas historias pierdan encanto. Pero la virtud de esta cinta dirigida por Gus Vas Sant es que además de acercarnos a la figura de un curioso personaje prácticamente desconocido fuera de EEUU nos presenta una historia que huye de la catalogación y que no se queda con ningún registro fácil navegando entre el drama, la comedia gamberra, al nostalgia de los 70 y 80, la crónica de superación y la crítica social y todo ello de una manera lo suficientemente distante para no resultar nada sentimental en sus momentos teóricamente melodramáticos  y si enormemente ácida e irónica. John Callahan (1951-2010), un dibujante y caricaturista tretrapléjico con pasado alcohólico y difícil que además de superar sus adicciones y limitaciones se convirtió en un referente del cómic y del humor gráfico más políticamente incorrecto en los EEUU de los 80, es el sujeto de este brillante biopic, un proyecto que Van Sant alumbró en los 90 junto con el fallecido Robin Williams- quien iba a interpretar a Callahan- y que ve por fin la luz con un Joaquin Phoenix una vez más pletórico y demostrando lo buen actor que es más allá de sus rarezas personales y su errático comportamiento público.

Con una perfecta ambientación en los 70 y 80 y un estilo narrativo no lineal pero efectivo y adecuado, la historia personal de John Callahan se nos presenta como la usual crónica del perdedor del sueño americano, en este caso redimido a última hora, pero sin caer en lo fácilmente melodramático ni en la autocomplacencia. La ironía se agradece en la distensión del drama y en ese sentido la interpretación de Phoenix es fundamental para llegar con credibilidad y por que no, una sonrisa, a momentos más bien crudos. Callahan, un personaje contradictorio y oscuro del que en todo el filme se nos cuenta con cuentagotas su pasado- por que lo que importa es el momento presente narrativo-  resulta en la piel del actor algo sencillamente sobrecogedor, apabullante y carismático siendo casi imposible que el espectador no simpatice con él. Con secundarios como Rooney Mara, Jack Black o un irreconocible Jonah Hill, el filme es una perfecta contracrónica americana  donde tal vez sobra una tendencia a la glorificación de la autoayuda y algún momento demasiado convencional sobre el alcoholismo del protagonista. Un acierto que se nos muestre- de forma animada la mayoría de las veces- los chistes de Callahan para la comprensión del alcance del personaje.