miércoles, diciembre 04, 2019

LA HIJA DE UN LADRÓN




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Directo y sin edulcorantes, así es el primer largo de Belén Funes, una realizadora al que habrá que seguir la pista en lo sucesivo; lo mismo que se puede decir de su actriz protagonista Greta Fernández, todo un descubrimiento con una Concha de Plata a la mejor actriz en el Festival de Donostia. La joven actriz borda un dificilísimo papel en un drama social realista de tono ahogado y pesimista que nos muestra la realidad de muchas familias desestructuradas en donde hijos que han sufrido una infancia penosa llegan a la edad adulta totalmente lastrados y sumergidos en problemas de todo tipo. Sara, la muchacha protagonista, es una joven madurada a marchas forzadas: madre a sus 22 años, con dificultades para encontrar empleo, sola tras la separación de su pareja, tutora de su hermano de 9 años recluido en un centro de acogida a menores y marcada por una niñez de la que no se nos habla de manera explícita pero sin duda condicionada por al figura de su padre, un convicto al que le acaban de dar la libertad. El regreso de Manuel (Eduard Fernández, padre real de Greta y excelente como siempre) complicará aún más las cosas para Sara aunque sus problemas parecen aumentar por si solos y sin ayuda de nadie.

No hay mucho espacio para buenos momentos vividos por los personajes en una historia con un correcto planteamiento lineal y una autenticidad cotidiana rayana con lo documental en donde la naturalidad de sus actores es creíble y absoluta. Sara, además de ser víctima de una situación familiar extrema, es también víctima de una sociedad marcada por la falta  de empatía y por un sistema ineficaz. Greta Fernández otorga al personaje una reconocible humanidad y hace que el espectador sea partícipe total de sus desavenencias logrando adueñarse de la película de principio a fin. Puede que a este filme le falte más concreción y mayor desarrollo descriptivo además de perderse a veces en momentos costumbristas un poco forzados, pero la verdad es que poco es reprochable en una ópera prima tan arriesgada. El momento final servido por la protagonista es por cierto desgarrador.