viernes, diciembre 30, 2022

BROKER

 

*** y 1/2

La cinematografía de Corea del Sur nos está regalando últimamente obras de enorme calidad confirmando que el cine coreano es en este momento el cine no occidental en mejor forma. Broker, un drama con pinceladas de road movie e insertos de comedia e incluso de thriller policial resulta una cinta estimulante, sugerente y bien narrada cuyo principal lastre es una duración un tanto excesiva para lo que se quiere contar (le sobran minutos), pero su honestidad y su tono más o menos optimista pese a lo oscuro del tema la alzan como una película cuyo visionado merece más que la pena. Hirokazu Koreeda, director japonés que ya sorprendió en 2018 con Un asunto de familia se asoma a la vecina Corea del Sur para dirigir con su habitual buen hacer este drama social en donde la relación entre los personajes principales (unos sujetos de alguna u otra manera al margen de la sociedad) y la evolución de estos vertebran la historia, que fluctúa con increíble plasticidad entre la feel good movie y el melodrama más descarnado.

La premisa nos presenta a dos vendedores de bebés huérfanos que recogen a lactantes en un buzón de bebés abandonados, Sang-hyeon (Song Kang-ho) y Dong-soo (Dong-won Gang) que reciben la visita inesperada de So-young (Ji-eun Lee) la madre cuyo último niño recogido y puesto en venta quien desea que el bebé encuentre los mejores padres posibles, por lo que y pese a la sorpresa mutua inicial  por amabas partes decide acompañar a los dos hombres en la venta de su hijo a parejas que desean adoptar, una búsqueda que les hará recorrer Corea del Sur en automóvil, sin saber que son seguidos por dos policías. La comitiva, a la que se une un niño huérfano de la misma institución en la que se crío Dong-soo la cual visitan, llega a funcionar como casi una familia mientras comparten dificultades y vivencias al tiempo que la marginalidad y la delincuencia de los protagonistas parece querer reformarse o disiparse por acontecimientos inesperados pero con cierta carga positiva. De lo oscuro a lo luminosos, de lo sórdido a lo optimista, Broker consigue encandilar al espectador pese a que lo irregular de su ritmo no consiga una entrega absoluta pero sus buenas interpretaciones y su estupenda puesta en escena naturalista consiguen hacer llegar todo a cotas muy altas.  

lunes, diciembre 26, 2022

EO

 


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Un animal como protagonista en una película destinada al público adulto no es algo muy habitual y más si se trata de un drama, pero este filme polaco (con participación italiana) demuestra que con medidas dosis de simbolismo, poesía y por supuesto fábula y son salir de modo alguno del realismo se puede hacer un excelente filme con un asno de protagonista. Porque es un burro, el Eo del título, el personaje central y el hilo conductor de una especie de road movie-historia iniciática en donde el equino, mientras cambia de propietario y ubicación a lo largo y ancho de Polonia, es testigo básicamente de  injusticias y de las mas viles bajezas de la especie humana teniendo muchas veces que padecerlas y en no pocas ocasiones al borde de perder la vida. Una mirada inocente, la del animal, que no comprende mucho de lo que ve y sólo se siente reconfortado lógicamente con las contadas muestras de bondad que encuentra como el cariño que le dispensaban sus primeros  propietarios. Imágenes subjetivas, cámara de tonos rojos y algún curioso inserto simbólico casi fuera de contexto pero con significado trazan un filme original e inusual que pese a su realismo cuenta con un constante tono de irrealidad casi teatral y pictórica y un simbolismo basado en poderosas imágenes dispuestas en momentos claves que hacen de Eo un filme hipnótico y delicioso  

Un asno que conoció la felicidad trabajando en un espectáculo pero que es apartado de este a la fuerza por denuncias de maltrato animal se expone a un futuro peor a aquella primera realidad que vivió siendo recluido en establo, huyendo y refugiándose en un bosque, encontrándose con humanos que se apropian de el o lo roban…una aventura dramática y desesperada que podía ser vivida por una persona pero que aquí es un animal el que sufre precisamente las mezquindades del ser humano, recordándonos lo destructivo de nuestra especie. Personajes muchas veces extraños, inquietantes y contradictorios -simbolizando usos humanos como el poder, el dinero, la religión, el sentimiento compartido  o la violencia gratuita-  se toparan con nuestro peludo protagonista, destacando la siempre turbadora presencia de Isabelle Huppert como una extraña millonaria. La película termina logrando que empaticemos totalmente con el burrito, el propósito de una fábula lúcida y elaborada que no debería para desapercibida en nuestras pantallas.