lunes, mayo 26, 2008

El aparatito de Lumiere - INDIANA JONES Y EL REINO DE LA CALVERA DE CRISTAL (INDIAN JONES AND THE KINGDOM OF THE CRYSTAL SKULL)

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Parecía imposible, pero al final se ha hecho una nueva entrega (la cuarta) de la serie Indiana Jones, aunque se la friolera de 19 años después. El Doctor Henry Jones JR., más conocido como Indiana Jones, catedrático de arqueología y heroico cazador de reliquias en parajes exóticos y ante todo tipo de riesgos y aventuras descabelladas, se ha convertido por derecho propio en uno de los personajes de ficción mas legendarios de la historia del séptimo arte, tal vez el más famoso de los surgidos los últimos 30 años. George Lucas, productor de la saga y creador del personaje y su concepto, y Steven Spielberg, director de los cuatro filmes y responsable junto a su amigo Lucas de no pocos elementos argumentales de las historias y del personaje (pese a que los guiones siempre los han desarrollado otras personas) y de la factura visual de la serie, durante toda su larga y exitosa carrera se han visto en la obligación de rescatar al arqueólogo aventurero del sombrero fedora y el látigo en diversas ocasiones para ofrecer a un público que ya se entregó sin remisión desde En busca del arca perdida (1981), brillantes espectáculos de aventura, acción, humor, persecuciones, luchas entre buenos y malos, lugares exóticos, selvas, huidas increíbles, búsqueda de tesoros e intriga propia del folletín de aventuras. La saga Indiana Jones pretendía ser un homenaje a la “mitología” de la infancia de los sus creadores: los seriales de aventuras de los años 30, las novelitas baratas, el cine épico de David Lean, los cómics ambientados en parajes remotos, el Humphrey Bogart de El tesoro de Sierra Madre, Errol Flynn; pero al final ha conseguido ser un fenómeno cinematográfico por derecho propio, una celebración de la aventura y del cine de evasión que ha conseguido cautivar a un público de diferentes generaciones y que en los 80 consolidó el cine espectáculo, relanzando el concepto de superproducción que en aquella época parecía olvidado.

En realidad, con un Harrisond Ford de 65 años y un Spielberg con bastante miedo a atarse a una serie de películas, todo el mundo daba por finalizada la saga tras el cierre de la trilogía inicial en 1989 con Indiana Jones y la última cruzada, pero el poder de atracción del personaje sigue siendo tan gran que ni Spielberg, ni Lucas ni Ford han podido sucumbir a al tentación de volver a echar andar al aventurero por excelencia del cine. El hecho que durante el largo periodo de tiempo de ausencia de Indy en las pantallas haya proliferado multitud de videojuegos, libros, tebeos telefilmes y una serie de televisión sobre el personaje, indica hasta que punto Indiana Jones ha permanecido vivo en nuestra sociedad occidental. Así, tras varios años reintentos fallidos y guiones desechados, un Indiana Jones sexagenario pero aún en forme vuelve para hacernos vibrar y disfrutar una vez más, con un nuevo filme ambientado en los años 50 (como no podía de ser de otra forma transcurriendo las entregas anteriores en los 30), y que sin grandes alardes ni novedades cumple su cometido, que no es otro que emocionar y entusiasmar al público.

Este Reino de la Calavera de Cristal parte con la premisa de que Indy ha envejecido y que ya no es el de antes, aunque sigue en plenitud de facultades. Es más sabio y prudente y esta mas centrado en su actividad académica que en la búsqueda de reliquias por el mundo adelante. Con los rusos como malos de la función en vez de los nazis (estamos en plena guerra fría y en la paranoia nuclear), el Dr. Jones sobrevibe a un secuestro de los soviéticos en el desierto de Arizona, comandados por la pérfida agente de la KGB Irina Spalko (interpretado por una demasiado caricaturesca Cate Blanchett) y a una explosión nuclear en el prólogo del filme, aunque no logra evitar que los rusos se lleven un misterioso sarcófago que se encontraba en un almacén del gobierno USA. Un requerimiento de un joven greaser, Mutt Williams (Shia LeBouf) le vuelve a poner en acción para competir con el ejército de la URSS en la adquisición de las calaveras de cristal, unos objetos sagrados presuntamente tallados por civilizaciones precolombinas que se encuentran en el Perú y que una vez pertenecieron al mítico El Dorado. Hasta la selva del Amazonas se trasladará Indiana Jones con el joven Mutt, dispuesto a vivir una nueva y trepidante aventura en su tercera edad.

El reino de la calavera de cristal no esta a la altura de En busca del arca perdida y de El templo maldito, pero supera a La última cruzada, pese a ser un filme con menos escenarios que aquel y con más concreción de personajes. Sigue la estela de la saga de mezclar realismo, aventura desaforada, ocultismo y algunos elementos fantásticos, y en ese sentido, todo sigue igual. No hay mucho elemento sorpresa ya que cuando este intenta aparecer, resulta totalmente previsible a tenor de lo que el espectador puede deducir. Esta deja vu no logra sin embargo ensombrecer un filme Indiana Jones 100% en donde tanto los fans de al serie como los que no lo son tanto disfrutarán de lo lindo con situaciones inesperadas, sustos, lugares inquietantes, persecuciones automovilísticos y paisajes espectaculares, todo dispuesto de una manera tal vez demasiado perfecta y con poco margen a la espontaneidad. El regreso del personaje de Marion Ravenwood, interpretado por Karen Allen en En busca…es una buena noticia para los fans de Indy, ya que el personaje cumple con todas las expectativas. En caunto a nuevos personajes, hay aciertos, como el desequilibardo profesor Oxley que encarna el gran John Hurt, y fallos, como George McHale (Ray Winstone), un arqueólogo colego de Indy fatalmente desarrollado en el guión. La inclusión de elementos de ciencia ficción en al historia no debe espantar a los seguidores de al saga, ya que están bien insertados (aunque de manera muy simplona), lo que resulta en cambio poco perdonable es que el final del filme, supeditado precisamente a ese elemento, sea tan tópico y vago.

Referencias a filmes anteriores de al saga y curiosas bromas a costa de estos constituyen pequeños e inofensivos atractivos, a los que se une la presencia simbólica de las efigies de Sean Connery, como un ya fallecido profesor Henry Jones Sr, y del fallecido en la vida real Denhom Elliot, el inolvidable Marcus Brody de los filmes anteriores. No faltan tampoco referencias a la serie de Las Aventuras del joven Indiana Jones (otro guiño a fanáticos). Mención aparte merece la interpretación de un Harrison Ford que se esfuerza por seguir dotando de vitalidad al ya maduro personaje (incluso ha rodado algunas escenas de acción sin especialista). Presencia mayoritaria de efectos especiales tradicionales en detrimento de los digitales y acción y emoción por un tubo en un retorno que responde a las expectativas, minimamente, es cierto, pero que nos quiten lo bailao: Indiana Jones es un icono demasiado grande como para defraudar a nadie.

domingo, mayo 25, 2008

LA DAMA SE ESCONDE: UN DESEO SECRETO

Entre 1984 y 1994 el pop-rock español contó con un grupo francamente irrepetible, un dúo que llegó a unos extremos de elegancia, cultismo, intelectualidad y exquisito sentido artístico, que ni antes ni después el pop en castellano conocerían. Y todo ello sin perder en ningún momento el sentido de la inmediatez comercial. Nacho Goberna e Ignacio Valencia forjaron en Donostia un mito que en su momento solo tuvo un éxito mediano, aunque el grado de culto alcanzado durante y después de su existencia ha terminado poniendo en relieve la grandeza de este grupo de pop-rock electroacústico arty. ¿El mejor grupo vasco de la historia? Posiblemente. ¿Una de las mejores bandas del Estado Español de todos los tiempos? Casi seguro. Una auténtica catarsis musical y conceptual envuelta en letras de claro contendido poético-metafísico e instrumentaciones cromadas, que siempre se recordará con devoción por los amantes del rock ibérico. Amigos del amanecer y hermanos del Rey Sol. La Dama se Esconde.

Mucho se ha hablado de la tradición musical popera donostiarra, una vez, en los 80 y primeros 90, brillante y entrañable, un ecosistema único en donde habitaron especies tan únicas y singulares como 21 japonesas, M-ak, Itoiz, Le Mans, La Buena Vida, Family, capitaneadas a nivel comercial por la banda easonense mas exitosa, Duncan Dhu. Estos popularmente aceptados como los cabezas visibles de la camada musical de Donosti y como la culminación del “Donosti Sound” (algo que objetivamente nunca existió), en realidad no fueron la mejor banda donostiarra de la historia, aunque si la que mejor combinó el binomio caldiad-comercialidad. Ni por supuesto, tampoco entrarían en esta pugna los últimos productos musicales salidos de la capital guipuzcoana, de cuyo nombre prefiero no acordarme, y que ni poseen el espíritu musical de la ciudad ni, por su puesto, tienen un cuarto del talento de los mejores grupos que surgieron de allí. El mejor grupo donostiarra fue La Dama Se Esconde, un dúo que durante 10 años y a través de cinco LPs de estudio, un LP de remezclas y un EP, demostraron ser uno de los combos más singulares de la historia del pop español. Un sonido que comenzó siendo postpunk y elegantemente oscuro para pasar a un pop-rock entre sintético y acústico de fascinante afectación melodramática, y que término en un sofisticado pop eléctrico-electrónico ambiental, exuberante y cuidado. Letras a veces oscuras y rebuscadas, otras veces metafóricas y simbólicas, siempre con clara vocación lírica y literaria, rebosantes de imágenes y atesoradotas de un universo poético propio que rebasaba cualquier convencionalismo. Las singulares influencias literarias del dúo les situaron en un plano al que ningún grupo de la década de los 80 llegó jamás y al que todavía nadie ha llegado dentro del rock hispano.

Nacho F. Goberna, voz, guitarra, teclados, programaciones y compositor de casi todos los temas y e Ignacio Valencia, bajo y coros, ambos nacidos en Donosti en 1965, fueron los dos elementos de aquel extraño meteorito que a mediados de los 80 aterrizó en el panorama musical español y del que nadie en aquel entonces supo averiguar su procedencia ni su naturaleza exacta. Y hoy todavía, seguimos igual. Es que no ha habido nada como La Dama. Ni posiblemente, lo volverá a haber, sobre todo tal y como anda el panorama musical popular patrio: una banda con influencias literarias de Tolkien, Kafka y Orson Wells es algo que a día de hoy resulta muy poco digerible. Pop culto e intelectual, ¿existe eso ahora? Musicalmente, influencias de The Cure, Psichodelic Furs, New Order, los primeros U2, o Cocteau Twins forjaron un sonido brillante y rico, en donde teclados y sintetizadores habitaban en perfecta armonía con guitarras eléctricas y acústicas y líneas de bajo robustas, para cincelar un sonido elaborado y deslumbrante, puro art pop, como solo se podía hacer en los ochenta. Y por si fuera poco, la enorme voz de Nacho Goberna relatando de una forma apasionada y sentida fascinantes historias de desengañó, lucha, introspección, esperanza, vitalismo o miserias de la condición humana. Una auténtica delicia.

Fue en 1981 cuando los destinos de los dos Ignacios, Goberna y Valencia, convergieron musicalmente. A estos dos mozalbetes de 16 años estudiantes de instituto les fascinaba el sonido afterpunk de bandas británicas del momento como Joy Division, Magazine o The Cure, en una ciudad que musicalmente ya había parido en años anteriores, aunque con cuentagotas, alguna gema de la música popular como La Orquesta Mondragón o años antes el grupo matriz de el combo de Gurruchaga (aunque sin él), Brakamán. Había cantantes folk y grupos que cantaban en euskera (como Itoiz), y todo ello estaba poniendo a al capital gupuzcoana en al rampa de lanzamiento para ser considerada en pocos años como una de las ciudades punteras de la península en el mundillo del pop-rock, aunque en aquel 1981 aún estaba a años luz de otras citys como Madrid, Barcelona, Valencia o incluso Vigo. De lo que no cabía duda era que era al capital musical de Euskadi. A Nacho e Ignacio, a parte de la música de las bandas afterpunk también les gustaba lo inquietante y rebuscado de sus letras, ese elemento intelectual y filosófico-pesimista de jóvenes leídos e inteligentes y de buenas notas en el insti. Decidieron llamar a su primer grupo Agrimensor K, en referencia al protagonista de El Castillo, de Franz Kafka, uno de los escritores preferidos de ambos. La primera formación de Agrimensor K estaba compuesta por Ignacio, voz principal y guitarra, Nacho, guitarra, y José Manuel Gandasegui, batería. Entre 1981 y 1982 realizaron sus primeras actuaciones, en donde mostraron su tendencia a realizar un postpunk oscuro e inquietante (voces tenebrosas, guitarras tenues, bajos cacofónicos, ritmos minimalistas y sincopados) con las letras oscuras y siniestras de rigor (mortis, lo siento, el chiste era fácil). En 1982 la discográfica DRO, una de las compañías más dinámicas de la bullente movida madrileña les ficha para grabar un single: Principio y Fín En navidades del 82 colocan un tema en el LP colectivo de nuevos aristas de DRO Navidades Radioactivas, la thecuriana Resurrección Blanca. Hay que señalar que por entonces en Euskadi no había muchos grupos de rock siniestro como Agrimensor K, ya que se estilaba más el punk tradicional o el rock de garaje. Derribos Arias, grupo dosnostiarra-madrileño bastante reputado en aquellos primeros 80 sería la excepción dentro la pequeña escena punki-siniestra vasca, algo que era más habitual en los madriles de la mano de grupos tan significativos como Parálisis Permanente. En 1983 Gandasegui se va y el duo restante publica el último single del Agrimensor: ¿Juegas al escondite?.

Agrimensor K, a finales de 1983, decide disolverse, o mejor dicho, reinventarse. Nacho e Ignacio abandonan el nombre kafkiano y pasan a llamarse La Dama Se Esconde, otro nombre homenaje esta vez al gran Orson Welles, director de La Dama de Shangai, uno de los filmes favoritos de los jóvenes músicos. El sonido inicial de La Dama seguía siendo oscuro y tenebroso como el del Agrimensor, pero basado esta vez en las guitarras acústicas en lugar de las eléctricas y con un tempo más rápido que daba a la música de la rebautizada banda un tono abiertamente experimental y muy en consonancia con el incipiente pop rock alternativo británico de gente como Echo and The Bunnymen. La pareja artística enfoca esta etapa sin abandonar sus referencias literarias, filosóficas y estéticas anteriores (existencialismo, sabiduría oriental, simbolismo poético, Rimbaud, Kafka) añadiendo la presencia de J.R.R Tolkien y su universo de la Tierra Media: Frodo, Gollum, Gandalf el Grís y la magia épica creada por el escritor sudafricano serán omnipresentes en la primera etapa del grupo y permanecerán en mayor o menor medida durante toda la trayectoria de La Dama.

En la navidad de 1984 el sello Grabaciones Accidentales (GASA) publica el doble LP colectivo, La única alternativa, un álbum con canciones de grupos debutantes cultivadores de un sonido en teoría fuera de los circuitos comerciales del momento. Allí La Dama Se Esconde publica sus dos primeros temas, Un avestruz y El Cielo Azul, el primero de sus muchos temas que hacían referencia a la Tierra Media. En esta nueva etapa se produjo además un cambio significativo que además será clave para el devenir del grupo: Nacho pasaba a ocuparse de la voz principal, y además será él el proveedor principal de temas y el letrista e ideólogo de La Dama, mostrando su enorme talento como compositor, arreglista y cantante. Curiosamente, en aquel La única alternativa, solamente otra de las bandas participantes consiguió grabar LPs, y no eran otros que sus vecinos y amigos Duncan Dhu.

La Dama Se Esconde firma con GASA para la grabación de un EP de seis temas y se dedica en la primera mitad de 1985 a actuar por al geografía española mientras prepara su primer trabajo. La crítica que acude a verlos se quedan maravillados ante el nuevo grupo y su sonido original y novedoso, cuando ya por entonces estaban en un nuevo estadío de transformación de su música de cara a su primer EP: guitarras eléctricas y acústicas en un pop-rock épico y melodramático con temas de clara pretensión intelectual. La cadencia tecno de los temas que presentaban anunciaba un inminente recurso a los sintetizadores y las cajas de ritmos en su debut en el estudio. Emisoras como Radio 3 siguieron con entusiasmo al grupo meses previos a la publicación de su disco; no obstante, en las entrevistas que los medios lograron realizarles en aquel periodo, el dúo mostraba una total parquedad de palabras que indicaba que se estaba ante un grupo bastante difícil. Paco Trinidad, uno de los productores con mayor proyección del momento (también produjo aquel año el primer LP de Duncan Dhu) será el responsable de Avestruces, el EP de presentación de La Dama se Esconde. El trabajo aparece en marzo de 1985 ye s recibido con entusiasmo por la crítica. Pop rock postpunk en la onda de los The Cure de aquel momento, más luminosos y bailables que en sus inicios, y con un innovador recurso de sintetizadores, secuenciadores y programaciones, discurriendo entre logrados y perfeccionistas juegos de guitarras eléctricas y acústicas. La voz y la manera de interpretar de Nacho Goberna fue comparada con la de Robert Smith y el grupo pronto fue considerado por la prensa musical como los The Cure españoles, además de cómo uno de los grupos hispanos revelación del año 85.

Avestruces era un disco de seis cortes realmente excepcional: el primer single de La Dama, Un regalo, era un tema inusual para le época, una enérgica y preciosista composición con una rica instrumentación de guitarras acústicas y mandolinas y una letra pesimista y lánguida, uno de los rasgos más característicos de la banda en su primera época, además de abierta a múltiples interpretaciones. Otros temas como El Gris y Aventuras, el segundo sencillo, remitían al universo de Tolkien y El Señor de los anillos. Aunque con este primer disco estaban lejos de ser un grupo de éxito, ya eran una banda de culto entre jóvenes y adolescentes frikis de lo fantástico, universitarios de letras y amantes del postpunk o del pop-rock alternativo británico, que por entonces eran una minoría. Aunque la crítica se deshizo en elogios, no fueron pocas las voces que reprocharon la dificultad de sus letras poéticas y metafísicas y el excesivo cultismo del grupo.

Ante este positivo panorama, no era de extrañar que la discográfica se volcase en la producción del que iba a ser el primer LP grande del dúo. En 1986, en un panorama musical donostiarra (y vasco en general) que se encontraba en plena ebullición con multitud de propuestas de todo tipo (aunque al final siempre calaba más el rock radical), La Dama se Esconde estaba llamada a ocupar un papel reinante. Con Paco trinidad de nuevo como productor, Armarios y camas ve la luz en mayo de 1986. La producción es más cuidada y perfeccionista, y la pericia instrumental y vocal de los chicos ha ganado enteros. Predomina el enfoque acústico, pero sin que la electrónica (bastante avanzada para un grupo español de la época) pierda mucho terreno. Las letras reflejan una madurez conceptual que ningún grupo español de los 80 había logrado hasta entonces: líricas intrincadas, simbolistas, deslumbrantes, pero enormemente versátiles desfilaban en un disco que se postuló como uno de los mejores del rock español aquel año. Tanto para describir agridulces recuerdos de la infancia (Tarde lluviosa), como para trazar cantos al vacío de la existencia (Un error de apreciación), el grupo presentaba una lucidez literaria realmente fascinante. La temática de sus temas seguía siendo original al máximo, hacer un homenaje a la mítica colección de libros infantiles Los tres investigadores en Somos tres o el convertir una agria protesta contra el maltrato psicológico infantil en un himno pop melodramático como Amenazas era algo que proclamaba que La Dama se Esconde no era un grupo más: era una brillante rara avis, una extraña gema que cautivaba a todo aquel con un mínimo de sensibilidad intelectual o que sencillamente, buscaba un material artístico de alto, altísimo voltaje emocional. El grupo consiguió con sus actuaciones televisivas y su frecuente presencia en las radiofórmulas ser algo más conocido. Amenazas, fue el single que mejor quedó en las listas de éxitos hasta la fecha llegando al top 20, además de haberse convertido en un clásico del pop en castellano. No obstante, el mejor tema hasta el momento era Un error de apreciación, un medio tiempo lánguido y amargo pero enormemente evocador que aún sigue entusiasmando a multitud de audiencias. En el LP Armarios y camas colaboraron músicos de enorme valía como Suso Saiz o Xavier Paixariño, que aportaban arreglos de cuerda, viento y percusiones programadas.

Convertido en uno de los grupo españoles mas prestigiosos, pero aún con escaso éxito comercial, La Dama firma a principios de 1987 un contrato con al multinacional WEA en lo que supone un salto cualitativo de la banda donostiarra, ya que se abren nuevas expectativas artísticas (y comerciales) para el dúo. A finales de 1987 aparece el segundo LP de la banda, La tierra de los sueños, en donde se vuelve a hacer patente que el grupo se encuentra en plena progresión en la calidad de sus trabajos. Hay cambios sustanciales en el sonido, en donde las guitarras cobran protagonismo, se refuerza la batería y los teclados y sintetizadores dejan de ser el principal argumento rítmico (que a partir de ahora será el bajo de Ignacio Valencia) para pasar a ser un perfecto acompañamiento de fondo entre ambiental y etéreo. La tierra de los sueños era en definitiva un LP de pop-rock elegante, sofisticado y maduro, con tendencia al synth pop y a los sonidos de New Order, Simple Minds, Psichodelic Furs o Aztec Camera. Temas como el que da título al disco, todo un himno escapista, se convierten hits en aquel año, introduciendo al grupo a audiencias más amplias. Nunca he entendido a las sirenas es una de las mejores canciones del grupo y tal vez de la historia del rock español, una inquietante pero raramente bella balada de desamor envuelta en teclados ambientales y guitarras distorsionadas en donde la cada vez mas imponente voz de Goberna narra una agria historia de fracaso en la cual la incomprensión y el rechazo de la mujer amada se corresponden a la imagen poética de las mitológicas e inaccesibles sirenas (si me muevo no vienen a mi). Cuatro direcciones, por su parte, muestra que el grupo aún tiene un pronunciado afán experimentador, incorporando ritmos indígenas americanos en un tema que remite a una temática que cada vez iba tomando más fuerza en el universo conceptual de la banda, el de al naturaleza y su difícil relación con el hombre. La banda, que seguía combinando magistralmente en sus letras la visión poética de la cotidianeidad, la ironía amarga, y el vitalismo intelectual, experimenta cierto cambio en su imagen, abandonando las ropas de colores severos de sus inicios por prendas estampadas y coloristas, pero sin renunciar a los cardados y maquillaje que constituían una de sus imágenes de marca.

Nacho Goberna (en primer término) e Ignacio Valencia

El relativo éxito del LP La tierra de los sueños y de la gira subsiguiente en 1988 puso al dúo de Donostia en al primera división del pop rock español en cuanto a reconocimiento comercial y popular, aunque aún era mejor su acogida en el seno de la crítica, que ya les consideraba uno de los mejores grupos ibéricos de la década de los 80 y junto con los todopoderosos Duncan Dhu en el mejor grupo vasco del momento. Por ello, se esperaba como agua de mayo un nuevo disco de Goberna y Valencia, quienes ya tenían un grupo de fans no muy nutrido pero fiel y apasionado. En verano de 1989 aparece Coge el viento, sin duda el mejor disco de La Dama, y un auténtico clásico de la historia del rock español. Incidiendo en la línea de su álbum anterior, pero con un aún mayor potencial melodramático y una total demostración de versatilidad, ya que la pareja consiguió abordar a la perfección los ritmos sintéticos secuenciados en temas semi rockistas, el power pop acústico en temas épicos y pegadizos, y la inclusión de guitarras contundentes en tonadas semibailables. Temas como Capturado, Desafiándote, Princesa, o Coge el viento fueron singles que sonaron con frecuencia en las emisoras de radio durante toda al segunda mitad de 1989, y el disco se convierte en el mas vendido del dúo hasta la fecha. En este disco están algunas de las letras más bellas que Nacho Goberna escribió jamás, como las de la canción que da título al álbum (coge el viento en un mano y en la otra ten tu libertad / es la luna un gran amigo con el que poder hablar) o la sensual y épica Princesa, con la que el grupo rodó su primer videoclip (los videos nunca les hicieron demasiada gracia).

Tras Coge el viento, estaba claro que el grupo había tocado techo. No era uno de los grupos más conocidos ni más exitosos, pero sus seguidores les amaban y tenían a la crítica obnubilada. Es que cada nueva entrega musical suya era una agradable caja de sorpresas, una entrega de bellezas musicales que ningún grupo del momento era capaz de ofrecer. Lo que más se lamentaba es que el grupo no consiguiese más éxito, por que en realidad lo merecían, pero en aquellos finales de los 80 y primeros 90, como todos sabemos la comercialidad y la calidad en la música popular española iban tomando caminos separados. Con todos los honores, La Dama Se Esconde edita a finales de 1990 Lejos del puerto, su último disco producido por Paco Trinidad. Con un sonido aún más cuidado en donde los teclados de Nacho Goberna tomaron protagonismo, el grupo demostró tener ya un universo musical y poético propio y consolidado que además estaba influenciando a no pocas bandas noveles. El disco, no tan bueno como su predecesor, es sin embargo de lo mejor de la banda; aún así, las expectativas de superar el éxito comercial de Coge el viento fracasaron totalmente. Algo muy injusto, ya que canciones como el vibrante primer single No tienen otro sitio donde ir, un arrebatador y sombriamente bello canto ecologista presentado con un precioso videoclip, y Ciudad Fuego, eran de lo mejor escrito por La Dama. El grupo se va de gira en 1991.

A finales de 1991, La Dama Se Esconde graba en Inglaterra un disco de remezclas de temas anteriores de su etapa en WEA-Warner, De colores tu color. Peter Walsh (Peter Gabriel, Simple Minds) es el productor de este disco, en donde se revisan los clásicos del dúo donostiarra: Coge el viento, Capturado, Desafiándote, con un sonido más contundente y pleno de baterías y guitarras exuberantes. En general los temas se mejoran, como en el caso de al nueva versión de La tierra de los sueños, el single del álbum. No obstante, si el propósito era hacer justicia al grupo y su grandioso repertorio, esto no se consiguió, ya que comercialmente el disco pasó con más pena que gloria. La Dama es un grupo demasiado bueno para tirar la toalla, y en la primavera de 1993 lanza un nuevo disco Hoy, también producido por Peter Walsh, un LP maduro y con un sonido sintético y apacible donde los teclados son dueños y señores de la función. En este disco, donde los elementos étnicos y ambientales que el grupo había explorado en trabajos anteriores aparecen reforzados, brillan especialmente Coleccióname, Fugaces y Magia, este último recuperando su querida temática tolkieniana. El disco es un nuevo e injusto fracaso comercial. La banda, que decidió no realizar una gira de apoyo del álbum se empieza a replantear su continuidad en el negocio musical: son ya demasiados sinsabores en un panorama musical y cultural que parece dar la espalda a una propuesta que nunca fue entendida del todo. A principios de 1994, La Dama Se Esconde anuncia su disolución.

La desaparición de La Dama deja un hueco irrecuperable en el pop hispánico en los 90 y pronto surgen las voces de añoranza entre crítica y público. En 1996 se lanza un álbum recopilatorio que en realidad solo recogen los temas regrabados de De colores tu color mas algún otro que no se incluyó en ese disco de remezclas, pasando por alto la etapa en DRO-GASA. En 1999, se edita por fin una antología como dios manda, Lo mejor de la Dama Se Esconde, que por fin incluye canciones de su primera etapa, además de las dos rarezas de La única alternativa y un tema inédito que Nacho grabó en 1995, el atmosférico y new age A años luz. Los dos miembros de La Dama permanecieron inactivos durante algunos años hasta que en octubre de 2002 Nacho Goberna publica su primer LP en solitario, Transparente, un álbum de pop exquisito y adulto, una especie de evolución lógica de lo que podía haber sido el sonido de La Dama Se Esconde a principios de la década de 2000. Esto es hasta ahora lo último publicado por las huestes de La Dama De Ignacio Valencia, por su parte, poco se sabe. Han pasado ya casi 15 años desde la disolución del grupo y aquellos que vivieron sus años de esplendor siguen añorando aquel pop-rock de autor verdaderamente único y aquellas fascinantes letras en donde la descripción de la realidad acababa transformada en un canto escapista hacia mundos fantásticos, en donde las todas respuestas hallaban solución: Un deseo secreto, encuéntrame esta noche en la tierra de los sueños. Fantasía donde vive la realidad, el mundo soñado. También son muchos los que descubren a un grupo que incluso hoy grupo sigue siendo diferente, y que pondría en ridículo a muchos de los subproductos actuales en el pop y el rock españoles.

Durante su vida, La Dama Se Esconde no pasó de ser una banda de culto, pero hoy día lo es aún más. En los 90, su influencia se hizo notar en los también donostiarras Family o La Buena Vida (donde milita como vocalista Irantzu, la hermana pequeña de Ignacio), Sr. Chinarro, Chucho, La Habitación Roja, o incluso los exitosos Amaral. No obstante, nadie ha podido igualar a La Dama en aquel arte de convertir una canción de cuatro minutos en toda una obra artística, en una pieza de orfebrería musical de extraña y fascinante belleza.

Un regalo. Física y acción, nuevo espacio conocido. En tus palabras cien mensajes que encontrar. Un gran reino en tus manos, escondite y juego de los dos, fortaleza invencible dedicada siempre a disfrutar. Ellos mismos definían su música y su mundo de sensaciones. No habrá nunca un grupo como La Dama Se Esconde. Pero todavía nos queda su legado, hecho de sueños y belleza, y la gran felicidad de haberlos conocido.