lunes, mayo 20, 2024

HASTA EL FIN DEL MUNDO (THE DEAD DON´T HURT)

 


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Es ya sabida que desde hace muchas décadas el western, otrora género cinematográfico por excelencia, ya solo hace apariciones esporádicas por las pantallas y estas tratan de aportar novedades o revisionar el género. La incursión de un personaje tan polifacético como Viggo Mortensen en su segundo filme como director auguraba algo especial y singular (máxime cuando su anterior y primera película como realizador, Falling (2020), fue una gratísima sorpresa)y no ha defraudado. The Dead don´t Hurt – como se ve, el título original es más genuinamente west pero el título en castellano ha encantado al director-actor- coproducción entre EEUU, Francia, Dinamarca y México rodada mayormente en hermosos parajes naturales del país azteca- es un western-drama de sentimientos con un regusto más bien europeo (y no estamos hablando de ningún spagetti western o derivados) en donde la ambientación en el oeste americano en la época de la Guerra de Secesión es solo el trasfondo temporal de una historia de introspección y amor vista principalmente a través de los ojos de una mujer, Vivienne (la estupenda actriz luxemburguesa afincada en Francia Vicky Krieps), una francocanadiense recién casada con un huraño pero sensible granjero maduro danés, Holger Olsen (Mortensen) que tras una breve pero intensa historia de amor en un aislado pueblo en las montañas de California deben de separarse durante un largo tiempo debido a que Olsen decide alistarse en el ejército federado. Durante ese periodo, Vivienne deberá desenvolverse en un mundo de hombres asilvestrados, rudos y brutales, criar sola a un hijo y en definitiva luchar por su propio espacio de libertad mientras anhela el regreso de su hombre Sus recuerdos de infancia, als lecturas que leíaa de pequeña y la educación cristiana recibida, todo ello insólitamente mezclado en su cabeza, será lo que principalmente se aferre.

Esta es una película de contrastes en donde escenas violentas y pelín sanguinarias propias del western crepuscular de los 60 y 70 (que pese a todo son muy pocas) cohabitan con momentos más intimistas, escenas sin diálogos, escenarios naturales a toda pantalla que terminan casi adueñándose de la historia y fragmentos de corte simbólico como los flashbacks que muestran las fantasías infantiles de la protagonista y sus encuentros con caballeros andantes y con la mismísima Juana de Arco, su heroína y modelo. Los dos protagonistas desde luego que están más que estupendos: un Viggo Mortensen que se cree realmente su papel y se entrega a el con mimo y una Vicky Krieps que casi se puede decir que ella sola es la película. Mortensen además firma el guio, la música y es productor. Una manera muy inteligente de contar una historia de sentimientos y empoderamiento femenino con sutileza, cinefília (homenaje al western, claro), buen hacer y originalidad. Una de las sorpresas más gratas de los últimos meses.