viernes, enero 16, 2015

JOSÉ CABRERO ARNAL, PIF Y PIF GADGET: EL DIBUJANTE QUE SOBREVIVIÓ AL HORROR Y EL PERRO QUE CONQUISTÓ FRANCIA (y II)




 El nacimiento de Pif el perro

En 1946 José Cabrero Arnal comienza a trabajar como humorista gráfico y dibujante de historietas para L´Humanité, el periódico oficial del Partido Comunista Francés. Allí comenzó a publicar tiras dirigidas al público adulto con cierto contenido político (Clopinet, Bouldegomme et Zépherin). Muy poco después fue requerido para colaborar con Vaillant, un semanario infantil creado en 1945  por miembros de al Resistencia Francesa. Allí Cabrero Arnal -con la firma de C. Arnal- creará una nueva serie, Placid et Muzo, un zorro y un oso con aventuras propias de pareja cómica al estilo de Laurel & Hardy. Sin salirse del estilo gráfico que cultivó en los años 30 los dibujos de Arnal se van haciendo paulatinamente más detallados y los gags son más chispeantes e ingeniosos con ciertas dosis de costumbrismo dentro de  un mundo fantástico de animales antropomórficos.  En 1948 L´Humanité le pide crear una historieta destinada al público infantil y entonces es cuando nace el 28 de marzo de 1948 una leyenda del cómic europeo, Pif le chien. Inicialmente, en las páginas de este periódico, Pif era un perro doméstico propiedad de una familia de clase trabajadora formada por un padre, una madre y un hijo, pero tenía la facultad de hablar y de comportarse como un ser humano trayendo de cabeza a sus dueños con sus ocurrencias y su afán por ayudarles no siempre de la mejor manera posible dentro de en un entorno en donde los personajes bascaban solucionar problemas típicos de la postguerra como la búsqueda de comida o de empleo. Marrón y amarillo y con reminiscencias evidentes de personajes de dibujos animados (ahora el estilo de Arnal era más de Warner que de Disney) Pif era una variante gráfica del perro Top creado por el dibujante en su etapa española en los años 30. Por otra parte, al dibujante se le niega la nacionalidad francesa, principalmente por su trabajo en un medio comunista. Cabrero Arnal nunca obtuvo la nacionalidad española.   

El éxito de Pif fue enorme y ya a principios de los 50 era el personaje de cómic mas popular de Francia pese a aparecer en un periódico ideológicamente tan concreto como L´Humanité. Arnal había dejado de dibujar a Placid et Muzo en Vaillant para centrarse en las andanzas del descacharrante can, que en 1950 contará con la amistad del gato Hercule (Hércules), un hiperactivo y alocado minino blanco y negro con el que compartirá aventuras y protagonista en los años sucesivos hasta convertirse en una pareja inseparable y emblemática del tebeo francés del siglo XX. En 1952 Cabrero Arnal deja L´Humanité para instalarse en Vaillant a donde se llevó a Pif, que abandona definitivamente a su familia humana y se “independiza” para vivir en un mundo donde humanos y animales confraternizan y viven juntos disparatadas situaciones. Vaillant se estaba convirtiendo en un magazine de referencia en el cómic francés, el cual estaba despegando con creaciones que nada tenían que envidiar a los productos anglosajones. Pif en poco tiempo se convirtió en la estrella del semanario, apareciendo en la cabecera de la revista y dando nombre a la sección de pasatiempos. A partir de 1954 las historietas de Pif se publicarán en la portada de  Vaillant. Con un humor blanco e inocente pero con mensaje, Pif y su amigo Hércules (con el que parecía que se llevaba a matar pero en realidad eran grandes amigos y aliados) rivalizaban en sus propósitos descabellados, vivían viajes y aventuras increíbles entre lo cotidiano y lo fantasioso y en definitiva, entretenían y entusiasmaban a los niños y niñas de toda Francia durante buena parte de la década de los 50 en un país dispuesto a olvidar la amargura de la II Guerra Mundial como prácticamente toda Europa. Un hombre que había estado al borde de la muerte y había vivido auténticas penosidades se estaba convirtiendo en el dibujante y guionista  más conocido de Francia con una obra que rezumaba optimismo, alegría y colorido y sin ninguna nota política pese a la filiación comunista del medio donde se publicaban las historietas. Decir que en Vaillant además de Arnal también publicaron grandes del cómic francés como Paul Gillon o Raymond Poivet.


Pif Gadget y El triunfo de Pif

A finales de los 50 y principios de los 60 José Cabrero Arnal convierte a Pif en un fenómeno social con multitud de juguetes y artículos de merchadising con su efigie o la del gato Hércules. Aún Asterix de Uderzo y Goscinny no se encuentra en la cima de su popularidad (esto ocurrirá a mediados de los 60) y por el momento Pif es el personaje de cómic de Francia por excelencia. Aunque en el cómic francés se estaban poniendo ya de moda las historietas con continuación publicadas en revistas y que posteriormente se recopilaban el álbumes y el magazine Pilote era ya la revista de cómics más popular de Francia, Pif y la publicación Vaillant gozaban de una inmensa popularidad aunque el tipo de dibujo de Arnal y su querencia por los Funny Animals le alejaban de una escuela franco-belga en alza y con tendencia al cómic de aventuras, ya bien sean realistas o humorístico-caricaturescas.  


En 1965 Vaillant pasó a llamarse Vaillant, le Journal de Pif (el Períódico de Pif)  consolidándose allí las historietas de Pif y su peculiar universo: el sufrido Hércules y su esparadrapo rojo en el hocico, Pifou el hijo de Pif o el malvado supervillano Krapulax  que introducirá en la serie un elemento aventurero muy sugerente aunque todo siempre tamizado por el humor y el surrealismo. Además de publicarse en otros países francófonos como Bélgica y Suiza, los cómics de PIf comienzan a editarse a finales de los 60  en países como Italia o Alemania, pero nunca alcanzarán la popularidad obtenida en el país galo. En 1969, los directores de la revista, conscientes de que Vaillant, le Journal de Pif – aún regido por personas de ideología izquierdista- debía de ofrecer algo diferente al ya superpoblado mercado comiquero francés, deciden ampliar su formato a más páginas, aumentar la tirada y contratar a nuevos dibujantes con nuevos personajes y series ya que hasta el momento la revista estaba demasiado centrada en Pif. Será no obstante Pif el estandarte absoluto de esta nueva etapa, ya que el 24 de febrero de 1969 le Journal de Pif pasa a llamarse Pif Gadget aunque conservando la numeración que se inició con Vaillant. Dos novedades principales eran el principal atractivo de la cabecera: la apuesta por historietas autoconclusivas en lugar del “continuará” de la mayor parte del cómic francobelga, y sobre todo los sencillos juguetes de regalo que el semanario ofrecía en todos sus números: peonzas, aviones pequeños, sencillos juegos de montar… 

Pif Gagdet aparecía todos los jueves y en los 70 se convirtió en todo un fenómeno editorial siendo la revista semanal de cómic más vendida en Francia. Su tirada llegó a oscilar entre los 700.000 y el millón de ejemplares. Fue la revista favorita de la chiquillada francesa que disfrutaba con las aventuras de Pif y del resto de personajes de la publicación y se lo pasaba pipa con los gadgets que regalaba. Pif Gagdet en un número podía prescindir de las aventuras de Pif u otros personajes y publicar  mini-álbumes completos de una determinada serie al mismo tiempo que otras semanas se publicaban series con historietas más cortas. En los 70, la época dorada de Pif Gadget, publicaron Hugo Pratt (su mítico Corto Maltese), Marcel Gottlib (Gai-Luron), Nikita Mandryka (Les Aventures potagéres du concombre masqué) y otras series emblemáticas del cómic francés como Rahan, Les Pionniers de l´Espérance o Arthur le Fantome Justicier. La revista, como muchas otras en Francia, ofrecía una interesante combinación de tipos y estilos de cómic que la hacían un objeto preciado para diferentes públicos. Pese a la calidad del resto de series, las historietas de Pif continuaron siendo la estrella de Pif Gagdet hasta la muerte de Arnal.

El 6 de abril de 1970 Pif Gagdet consiguió una tirada de un millón de copias con su número de aquella semana, algo que se repitió en septiembre de 1970. Ambos records continúan vigentes como el mayor número de cómics vendidos en Europa. La media de ejemplares vendidos cada semana de la revista en Francia era de más de 700.000 ejemplares. A mediados de los 70 la revista se empezó a publicar en Suiza y en Bélgica y se hicieron versiones para los países de Europa del este, algo insólito en la época de la guerra fría en donde los países de Europa occidental no veían factible ningún tipo de relación comercial con los miembros europeos del “Bloque Comunista”. Obviamente, la ideología comunista de Pif Gadget influyó en esto y así países como RDA, Rumanía, Hungría o Polonia pudieron disfrutar por vez primera de un cómic de la Europa occidental. En lo que a las aventuras de Pif respecta, estas siguieron igual de frescas de siempre con las nuevas correrías y catástrofes de Pif y Hércules, si bien la fórmula ya daba muestras de agotamiento. Desde la segunda mitad de los 70 Arnal- al que buena parte del público tomaba erróneamente como un francés de posible nombre “Claude Arnal”- comienza a padecer problemas de salud y recurre entonces a diversos ayudantes que comienzan a dibujar y guionizar historietas de Pif completas. A finales de los 70 llegarán a las páginas de la revista dibujantes de gran valía como el español Alfonso Font (Los Robinsones de la Tierra)


Redescubriendo a Cabrero Arnal

En 1978 la editorial española Tuc S.A editó la versión en español de Pif Gadget titulada Pif.  Era la primera vez después de la Guerra Civil española que cómics de Cabrero Arnal se publicaban en España. El dibujante estaba completamente olvidado en su país de nacimiento e incluso los creadores y aficionados al cómic españoles más jóvenes pensaban que era un autor francés. El Pif español tenía bastantes menos páginas que su homólogo francés pero regalaba también los célebres Gadgets (“cada semana un juguete distinto”, rezaba el slogan) La edición española no obtuvo éxito y desapreció en 1979 tras 37 números. A principios de los 80, Arnal ya apenas dibuja a causa de su salud, con las historietas de Pif realizadas por otros artistas. El 7 de septiembre de 1982 fallece en Antibes, un día después de cumplir 73 años. Su muerte fue apenas reseñada en la prensa francesa: en realidad, poco se había llegado a saber sobre él en su país de adopción: había concedido pocas entrevistas y no se dejaba ver demasiado por salones del cómic y actos públicos, aunque sus creaciones con Pif a la cabeza seguían gozando de enorme fama en Francia. Desde su exilio en el país galo a finales de los años 30 José Cabrero Arnal jamás regreso a España, donde él y sus tebeos franceses eran casi unos completos desconocidos y ni siquiera la fallida publicación de Pif en España pudo cambiar la situación. Las historietas de Pif se siguieron editando en Pif Gadget- junto a reediciones de planchas antiguas firmadas por Arnal- dibujadas y escritas por otros artistas y guionistas; mientras el creador había muerto la criatura había alcanzado la inmortalidad. Pif Gadget estuvo publicándose hasta abril de 1993, pero la revista ya había entrado en una imparable decadencia desde mediados de los 80 al tiempo que las ediciones publicadas en los países del este de Europa fueron desapareciendo fruto  de los repentinos cambios que estos países experimentaron desde finales de los 80 con la caída del bloque comunista: y es que una revista comunista en su origen, por muy dirigida al público infantil que fuese  ya poco futuro tenía a finales del siglo XX. Para entonces, La revista Pif había comenzado a incluir cómics serializados contraviniendo los propósitos de sus orígenes, que era ofrecer historietas completas.

Tras su muerte, la figura de José Cabrero Arnal fue cayendo en el olvido en Francia, aunque Pif siempre se ha seguido considerando un personaje emblemático del cómic francés. No obstante, los cómics de Pif comenzaron a ser infravalorados por parte de algunos sectores de la crítica especializada por su carácter eminentemente infantil y esto hizo mella en la valoración en su justa medida de Cabrero Arnal. En 2004 hubo un intento de revivir Pif Gadget, pero tres años después la compañía editora fundada para la ocasión (Pif Editions) quebró. Con todo, Pif y Cabrero Arnal nunca dejaron de tener sus defensores entre las gentes de la historieta y el público en general y desde la década de los 80 fueron muchos los que le dedicaron artículos y glosaron la influencia de Pif en su infancia constatando además que Cabrero Arnal contribuyó decisivamente al boom del cómic franco-belga después de la II Guerra Mundial. En España varios autores y periodistas empezaron a interesarse por Cabrero Arbal desde mediados de los 80 rescatando y valorando su obra en la II República española y descubriendo la increíble biografía del artista, bastante desconocida en Francia por entonces.  A partir de finales de los 80 en Francia se empieza a valorar a Arnal en su justa medida (se llega a hacer una serie de dibujos animados sobre el personaje) y en el momento actual ya es considerado uno de los grandes del cómic francés a la altura de Hergé, Uderzo o Goscinny. En España, historiadores e investigadores del cómic se esmeran desde la década de 2000 en divulgar la obra española de Cabrero Arnal en exposiciones, páginas web o reediciones de sus cómics de los años 30, así se han editado en un solo volumen Guerra en el país de los insectos, sus curiosas historietas sobre una guerra entre insectos aparecida en la revista Pocholo y álbumes recopilatorios del perro Top y de Paco Zumba. En 2011 el profesor de Historia y dibujante francés Phillippe Guillen, nieto de exiliados aragoneses, publicó la primera biografía de José Cabrero Arnal :José Cabrero Arnal. De la République espagnole aux pages de Vaillant, la vie du créateur de ‘Pif le chien’ escrita tras un minucioso proceso de investigación que le llevó a entrevistarse con familiares españoles del dibujante y amigos y conocidos, varios de ellos también exiliados españoles. Guillen entre otras cosas llegó a averiguar el verdadero lugar de nacimiento del dibujante que siempre se había creído que fue Barcelona

En 2015 ya muchos aficionados al cómic conocen quien fue en realidad José Cabrero Arnal, un superviviente del horror que parecía abocado al olvido después de su muerte pero que afortunadamente no ha sido así: un hombre sencillo, vitalista y genial cuyas ganas de vivir le ayudaron a sobrevivir a guerras, a campos de exterminio y al hambre y que se convirtió en una de las primeras figuras de éxito masivo del cómic francés, una de las principales potencias mundiales del noveno arte.


Y sirva también esta semblanza de un gran dibujante y humorista radicado en Francia para mostrar la indignación de rayosc con los bárbaros atentados contra la revista Charlie Hebdo. Una persona como Cabrero Arnal se habría indignado también

martes, enero 13, 2015

El Aparatito Lumiere BIRDMAN (O LA INESPERADA VIRTUD DE LA IGNORANCIA) (BIRDMAN OR THE UNEXPECTED VIRTUE OF IGNORANCE)




 
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Interesante salto de Alejandro González Iñárritu a la comedia con un producto inteligente y lleno de mala uva que más bien podría calificarse de comedia-drama. Aunque muy bien fundamentado en el trabajo actoral en conjunto, la película se basa en la actuación de Michael Keaton y en los múltiples matices de un personaje patético y tragicómico y con bastante punto de amargura: un actor de mediana edad en decadencia que en los 90 fue estrella de la pantalla gracias a la interpretación de su personaje el superhéroe Birdman y que ahora con una larga listas de fracasos profesionales y personales tras su época gloriosa trata de gozar de prestigio (más que de fama) preparando un ambicioso montaje teatral. Efectivamente, un pastiche del status de efímera estrella que el actor tuvo con las dos primeras entregas de la serie Batman.  Es evidente que Iñárritu ha contado en todo momento con la complicidad de Michael Keaton para dar vida al complejo personaje el resultado salta a al vista con un Keaton que hace la mejor interpretación de su carrera (¿oscarizable?) y que curiosamente recupera su maltrecha carrera, al igual que pretende en el filme su personaje de Riggan Thomas.  


Aunque los momentos de comedia son abundantes en este filme, en realidad es el drama lo que abunda, un drama eso sí de risotada ante situaciones ridículas o tremebundas donde el humor negro campa por sus anchas. Las tribulaciones de Riggan en el mundo del teatro y su empeño por sacar adelante su obra en Broadway sirven de metáfora de las dificultades, contradicciones y  absurdeces del mundo del espectáculo en EEUU, tratado despiadadamente por Alejandro González Iñárritu y plantando interesantes cuestiones sobre la relación de los creadores con la crítica, las expectativas y los gustos del público, o las miserias de la profesión de actor. Un buen reparto de secundarios con Naomi Watts, Edward Norton, Zach Galifianakis o Emma Stone secunda perfectamente a Michael Keaton con momentos antológicos, especlamente los servidos por Edward Norton en su papel de un intérprete egocéntrico, desquiciado y arrogante. Quizás no sea un filme que guste a todos los públicos pero es un mordaz y elaborado entretenimiento lleno de crítica y una nueva muestra de las habilidades de ese gran cineasta que es Alejandro González Iñárritu.