Los dandys de Londres
La imagen externa mod en los 60 se construyó a base de su amor por la moda y pronto marcó tendencias en la primera mitad de la década cuando fue adoptada por todos los jóvenes de la época, independientemente si fuesen mods o no. Precisamente fue esa popularización de algunos rasgos externos mod uno de los factores que acabaron con el movimiento a finales de los 60. Hacia 1963 abandonaron el purismo de la moda italiana, y customizaron sus chaquetas con de manera bastante patriótica con los colores de la Union Jack, o las rediseñaron con vivos colores al estilo pop art e incorporaron a jerseys y camisetas el emblema circular de la RAF, que con el tiempo ha pasado a convertirse en el símbolo mod. Las corbatas estrechas, las chaquetas de Kashemir, los jerseys de lana cuello alto o en forma de v, los zapatos winklepinckers, las parkas del ejército británico y los peinados a la Nouvelle Vague francesa copiados a Jean Paul Belmondo fueron los signos distintivos de los chicos mods de los sixties. Las chicas adoptaron masivamente la minifalda de Mary Quant, jerseys cortitos y pantalones de corte masculino; llevaban poco maquillaje y también se pirraban por la los colorines en la ropa. No obstante, pronto parte de esas trazas serían adoptadas por otros y otras jóvenes no mods.
Cosas de mods
Hacia 1966 los mods entraron en decadencia. Ya muchos se habían casado, adquirieron responsabilidades y no tenían tiempo para concentraciones masivas de sooters y clubbing. El tren de vida de los mods era el más caro de la juventud británica y eso no se podía mantener por mucho tiempo. Los Who, Small Faces y otros pronto cambiaron de estilo e iconos mods de la moda como la modelo Twiggy también lo hicieron visualmente. El Swinging London era mayoritariamente psicodélico y los mods quedaban confinados al no muy popular mundo del arte, tal y como refleja el filme Blow Up, de Antonioni, filme objeto de culto de los mods conterporáneos. Los hippis se hicieron con el control de la cultura juvenil en el RU a finales de los 60 y los mods y sus clubs se esfumaron. Muchos se convirtieron a una nueva subcultura, los skin-heads, surgidos de los barrios obreros ingleses y que, como los mods, tenían querencia por la cultura negra, representada en esta ocasión por la música jamaicana (el ska y el reagge). A finales de los 70, en el RU la New Wave hizo resurgir el movimiento mod, vigente con más pena que gloria hasta el momento. Muchos jóvenes redescubrieron a The Who y el movimiento mod y lo adoptaron, fascinados por su estética y su música. Volvieron las parkas y las scooters. Grupos como The Jam, capitaneados por Paul Weller, fueron la referencia de los nuevos mods defínales de los 70 y principios de los 80. En los 80 y 90 seguirá habiendo bandas pop-rock de corte genuinamente mod (ninguna de relevancia), aunque la estética y maneras de la tribu aún persistirá en bandas como Blur o Oasis.
Hoy día los mods sobreviven en todo el mundo siendo fieles a su subcultura, demasiado banalizada, a decir verdad. En España, lo mod entró en la Movida de principios de los 80 y tuvo un fuerte estímulo musical con grupos como Los Elegantes, Mermelada, Biscuter, Brighton 64 o Desperados, quienes explotaron toda la mitología mod fusionada con otras tendencias sesenteras. Ya a principios de los 90, el grupo leonés Los Flechazos encabezó una nueva generación de mods ibéricos con buenos temas pero demasiada banal entrega a lugares comunes sixties, mods o no. Este grupo convirtió a partir de esa década a León en la capital mod española con la celebración anual del Purple Weekend, el fin de semana de encuentro y confraternización de tos los mods peninsulares, y en donde se rinde tributo a toda la cultura del movimiento (en arte, moda, ropa, cine, etc.). Está claro que si una movida así sigue siendo recordada, reivindicada y practicada es que algo tuvo. La cultura pop y rock, el mundo de la moda, la cultura y el consumismo juvenil, y por qué no, la soiedad británica, no hubieran sido las mismas sin los mods.