miércoles, agosto 24, 2022

VORTEX

 


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Hecha desde la honestidad, la incomodad y también desde la experimentación tenemos aquí una película singular cuya aproximación a la vejez y la decadencia además de ser lógicamente respetuosa no se conforma en caer en el drama convencional y sin dejar en ningún momento un realismo atroz empela recursos metacinematográficos que pese a no ser muy novedosos (pantalla partida con dos puntos tomas de cámara de un mismo plano desde distinto ángulo)  tiene desde luego su sentido narrativo. Gaspar Noe, cineasta francés provocador y con tendencia a no dejar a nadie indiferente ha conseguido un filme crudo y conmovedor en donde un anciano matrimonio (Françoise Lebrun como la esposa y el mítico director Dario Argento como el marido)  el con serios problemas del corazón y ella con alzhéimer viven sus problemas de salud como pueden dejando atrás un pasado de exitosos profesionales liberales (el hombre cineasta y la mujer psiquiatra) y encarando toda la miseria de su decadencia con la esforzada ayuda de un hijo cuarentón (Alex Lutz) que cuenta con serios problemas que impiden una plena asistencia a sus progenitores.  

El nudo en la garganta es constante durante todo el transcurso del filme; ver desavenencias creíbles y cotidianas excelentemente escenificadas por la pareja protagonista la cual hace un excelente trabajo (hay que tener en cuenta además que Argento no es un actor profesional) resulta una experiencia conmovedora y triste pero necesaria para espectadores que pidan algo más a una película. La aspereza del filme pese a todo esta atenuada por su ternura y por su bien medido tono poético y metafórico desde un prisma tanto intelectual como cotidiano. El envejecimiento pocas veces ha estado tan bien retratado como en esta película, que pese a todo también supone un hermoso canto a la vida  

lunes, agosto 22, 2022

LA BESTIA (BEAST)

 


 

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Las fechas estivales parecen siempre propicias para el cine de aventuras por lo que n no es extraño que nos haya llegado esta curiosa producción norteamericana que conjugando el thriller, la acción, el drama y un mensaje ecologista consigue su propósito de entretener con un producto más o menos resultón que cumple pero sin ninguna novedad ni visos de gran cine. El Africa Negra es el escenario de este nuevo retrato de la eterna lucha humano-animal con un león despechado en lucha por su supervivencia y vengándose contra los que mataron a miembros de su manada. El islandés Baltasar Kormakur (Everest) dirige con clase pero algo rutinariamente un filme emocionante muchas veces pero cuyo elemento dramático (bien insertado, ojo) no alcanza cotas de excesiva credibilidad mientras que su mensaje anti depredación humana parece claro pero en medio de un conjunto donde dominan la adrenalina y los sustos (mal endémico del cine intriga comercial) termina pasando desapercibido.  

Idris Elba, la actual superestrella británica negra por excelencia, encarna al doctor Nate Samuels, un médico norteamericano que viaja a Sudáfrica (país natal de su difunta esposa) con sus hijas para pasar las vacaciones reuniéndose con su amigo Martin Battles (Sharlto Copley) un biólogo especializado en leones. Extraños ataques aparentemente sin motivo de leones macho a personas empiezan a sucederse afectando a Battles, Samuels y a la familia de este, convirtiendo lo que debían ser unas plácidas vacaciones zoológicas en una pesadilla. Como en muchas películas de este tipo, la sombra mítica del Tiburón de Spielberg es más que notable y a decir verdad en ella se sustentan las virtudes de esta película. Con un interesante paisaje africano y unos aceptables efectos especiales con imponentes felinos realizados por ordenador incluidos, la película no escatima en momentos de tensión y cuenta con un desarrollo muy interesante, pero por desgracia poco más consigue. Cine de entretenimiento  con cierta chicha pero sin mucho relieve.