jueves, enero 21, 2021

MANUAL DE LA BUENA ESPOSA (LE BONE ÉPOUSE)

 


 

** y 1/2

No se ha manejado muy bien la mezcla de crítica social histórica y comedia más o menos surrealista en este filme francés, un trabajo de agradable visión que cumple las expectativas de ofrecer una visión crítica del machismo en la Europa (en Francia más concretamente) de mediados-finales del siglo XX utilizando la comedia pero cuya irregularidad e inconsistencia le lastra sobremanera. El realizador Martin Provost se ha esforzado en ofrecer un filme original y visualmente atractivo especialmente en el curioso tratamiento del momento histórico en el que se desarrolla la historia (el año 1968 en los momentos previos a los célebres acontecimientos del mes de mayo en París) escorándose a la caricatura y un manierismo cuasi teatral que bebe precisamente tanto del medio escénico como del cómic humorístico (con su impronta francoblega, claro) o el cine de Wes Anderson, pero pese a algún momento más o menos logrado e delicioso al final el conjunto es un tanto estrambótico a lo que no ayudan mucho unos momentos finales en donde utilizando el recurso de la ruptura de la cuarta pared el elenco del filme se marca un número musical que puede que tenga su lógica e incluso componente emotivo, pero chirría bastante con el tono del resto del filme.

Juliette Binoche vuelve a demostrar su solvencia y profesionalidad como actriz protagonista y ella es claramente la que hace mover el filme metida en la piel de la directora de un internado para chicas adolescentes dedicado a enseñar las “tareas de una buena esposa y ama de casa”, un tipo de centros que realmente existían en Francai en los años posteriores a la II Guerra Mundial. Las chavalas, casi todas ellas obligadas por sus familias a asistir por la fuerza a semejante bizarrada, aunque tratan de aprender las ya por entonces trasnochadas enseñanzas sin apenas rechistar, en realidad se lo toman todo a rechifla e intentan sortear la autoridad de su abnegada y un tanto neurótica directora madame Van Der Breck y el resto del personal del centro, y observan con curiosidad los cambios sociales que perciben (aunque solo sea a través de los medios de comunicación) en la sociedad occidental en aquellos decisivos finales de la década de los 60 del siglo XX los cuales chocan con lo que se les inculca en el internado. Las buenas interpretaciones de las jovencísimas actrices que dan vida a las alumnas también son dignas de mencionar dentro de un filme que se ve casi siempre con una sonrisa pero que no termina de ser plenamente convincente. Buena ambientación de la época, ingeniosos puntazos paródicos (ese programa de televisión) y una brillante y fotografía que trata de homenajear al colorismo sesentero son algunas de las mujeres armas de una película reivindicativa aunque de una manera un tanto simple y que puede fascinar más por la forma que por el fondo.