lunes, enero 28, 2008

El aparatito de Lumiere - LOS CRÍMENES DE OXFORD

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Segunda película de Alex De La iglesia en inglés (tras Perdita Durango), una coproducción hispanobritánica (con una pequeña participación francesa) ambientada y rodada en la ciudad universitaria de Oxford. Basada en una novela del argentino Guillermo Martínez, pese a no ser la mejor película de De La Iglesia (que sigue siendo La Comunidad), si es la mas madura y la que confirma a De La Iglesia no ya solo como uno de los mejores realizadores, sino como un director de amplia proyección internacional. Si que le ha costado tiempo, pero con una filmografía mas que interesante pero algo irregular y15 años después de su primer trabajo, Acción Mutante, creo que ya por fin le ha llegado la hora de al consagración a escala planetario, y eso que Los Crímenes de Oxford, es un thriller bastante intermitente, pero con geniales momentos.

Martin (Elijah Wood), un joven doctorando en filosofía norteamericano viaja a Oxford con el fin de que el prestigioso profesor de lógica matemática Arthur Sheldon (John Hurt), dirija su tesis. Sheldon es un personaje genial pero desconcertante y poco accesible, cuyo su primer contacto con Martin provoca fricciones entre ambos a causa de las diferencias en ambos en cuanto a la concepción de ideas relacionadas con la verdad absoluta y las series lógicas. Una serie de crímenes acaecidos en la pequeña ciudad que parecen guardar relación con ciertas series matemáticas sobre las que ambos habían discutido propicia una alianza entre maestro y discípulo para tratar de ver cuales son las motivaciones de unos asesinatos que parecen seguir una pauta lógica y que podrían ponerles a ambos en peligro. La relación de Martin y Sheldon (actual y anterior) con la enfermera Lorna (Leonor Watling), es el elemento que provocará ams fricciones entre ambos a al hora de colaborar para resolver el misterio.

Aunque no conozco la novela original, es presumible que esta sea más intensa y concisa que la adaptación fílmica: la historia no solo se adapta mejor a un texto escrito narrativo con profusión de explicaciones, teorías y ensayos filosóficos y matemáticos insertados en los diálogos, si no que además es perceptible que se pierden bastantes cosas por el camino, principalmente a nivel de explicaciones detalladas, sub narraciones, ejemplos gráficos, etc. En resumidas cuentas, al película tiene un marcado sustrato intelectual que entusiasmará a degustadores de novelas de intriga culta tipo El Nombre de la Rosa y a aficionadas a las ciencias exactas y a la filosofía pura, pero puede que una parte importante del público se sienta aburrida ante una peli con no pocas disertaciones sobre lógica y metafísica. Y eso que esto se hace de una manera muy básica y muy poco profunda, pero ya se sabe, que a al gente no el gustan las películas de pensar mucho y menos las que manejan “palabras e ideas raras”. Los Crímenes de Oxford, no logra ser un thriller intelectual con todas las de la ley (es bastante fallido en ese aspecto) pero funciona muy bien en cuanto a divertimento inteligente.

Que nadie espere tampoco sustos fáciles ni imágenes sanguinolentas. De La Iglesia consigue hacer una película negra muy británica, pese a que un buen director del RU hubiese hecho una mejor película, y demuestra que es capaz de hacer un filme que, por vez primera en su carrera, prescinde de la comedia y se decanta decididamente por el drama, aunque no esta exento de ironía. El ambiente universitario de Oxford, pese a todo, no esta captado tan bien como debería, y existe bastante desequilibrio en los personajes secundarios (la mejor en esa faceta una inquietante Julie Cox). Los tres actores principales cumplen con creces, en especial John Hurt, mientras que Elijah Wood consigue una interpretación más que aceptable y Leonor Watling cumple con un personaje bastante desdibujado y accesorio.

De La Iglesia en esta ocasión se muestra irregular: momentos geniales combinados con una amnera un tanto anodina de narrar una historia que a priori es apasionante pero que no alcanza nunca el clímax. Algunos flashbacks o momentos narrativos insertados, como el prólogo sobre el filósofo Wittgenstein en la I Guerra Mundial o la historia del “crimen perfecto” de la Inglaterra victoriana, muestran que el bilbaino es un todoterreno nato y un realizador imaginativo y con recursos. Una buena e interesante película para ver, aunque tendremos que esperar un tiempo a que Alex De La Iglesia estrena su ansiado proyecto de al adaptación del cómic francés La Marca Amarilla, su proyecto mas ambicioso hasta el momento.

domingo, enero 27, 2008

REINVENCIÓN Y UNIVERSALIZACIÓN: 10 ÍCONOS DE LA CULTURA POP (y 2)

ANDY WARHOL. LA MUTACIÓN SALVAJE DEL HACEDOR DE ICONOS

Vida y milagros:

Andy Warhol (1930-1987), pintor, diseñador gráfico, cineasta, pope del Pop Art y padrino una generación de artistas excéntricos desde su centro neurálgico de “The Factory” en Nueva York es el padre de elementos hoy comúnmente considerados como iconos pop: sus cuadros de las sopas Campbell o sus serigrafías de colorines primarios sobre Elvis, Mohammed Alí y sobre todo, de Marylin son ya todo un estándar de la cultura popular, tal y como él deseó. Pero el mismo, después de su muerte, ha devenido en icono pop por derecho propio. Cierto es que sus famosísimas obras son más populares que su imagen, pero el culto tan obsesivo que han tenido estas en los 80, 90 y 2000 logró crear curiosidad y admiración por el inigualable e excéntrico padre de las criaturas: Andy Warhol, genio y figura.

Nadie como el profetizó el culto pseudorreligioso que los objetos de consumo iban a tener con el paso del tiempo. Nadie como el supo convertir la banalidad, el vacile y la tomadura de pelo en genialidad. Y es que a el se debe, indirectamente, el concepto de icono de la cultura popular. Sin el, este post os aseguro que no existiría.

Segunda vida: su currículum icónico:

Ya antes de su fallecimiento en 1987 las latas de sopa concentradas eran ya todo un símbolo generacional, lo mismo que sus Marylins. Cuadros, carpetas, anuncios, elementos de decoración aparecían en hogares de de todo estudiante de arte, intelectuales, admiradores de las vanguardias, o gente con gustos creativos. En los 90 el público se fue ampliando y ya se podían encontrar obras de Warhol en los sitios más insospechados. Pero la propia y estrafalaria imagen del artista neoyorquino, en los últimos tiempos, ha conseguido situarse a la altura de sus creaciones: En fin, un tío con gafas de sol, pelo blanco grotescamente peinado (bueno, a veces era peluca) y con cara de palo, pues quieras o no, vende. Y ya, si te fijas en su impresionante elgado en la cultura popular a través de su Factory (películas experimentales, producción musical de la Velvet Underground, mecenazgo de artistas variopintos), es inevitable hacer una genuflexión.

No obstante, hay que advertir que tal vez su nombre sea aún más popular que su imagen. Mentar a Andy Warhol produce el visionado de sus obras, ams que el de su jeta. Y es que tampoco hay que pasar por alto que el warholinismo esta viviendo un momento de popularidad más grande que en vida del artista: no hay más que ver esa nueva tendencia de hacerse retratos en cuatro partes y colorados al estilo Warhol.

Estrechas relaciones:

A parte de las sopas y los retratos de celebridades pintados en acrílico, otras creaciones de Warhol son ya un icono pop: tenemos el plátano de la portada de The Velvet Underground and Nico, al que ya nos referimos en Rayosc en un monográfico sobre la cantante teutona. No hay que olvidar tampoco que muchos de sus retratados, son en mayor o menor grado, iconos de al cultura Pop: Elvis Presley, Kennedy, Jackie O…

Otros muchos artistas del Pop Art han creado clásicos de la cultura popular, como Roy Linchestein y sus cuadros-cómic, pero ninguno se convirtió en todo un personaje como Andy Warhol, ya un icono en sí.

Legado y significación:

Las predicciones de Warhol sobre la fama de la gente de la calle, el mundo del espectáculo y la sociedad del consumo se han ido cumpliendo una por una en los 90 y 2000. Solo por esto Warhol merecería un lugar preeminente en loa altares de la intelectualidad occidental. Sin que a ciencia cierta sepamos la distinción entre personajes, creador, creaciones, símbolos y significado (tal vez, como el pretendió), lo que esta claro es que el icono Andy Warhol ha superado con creces los 15 minutos de fama. La cultura popular le debe tanto a el…


SIMBOLO ROLLING STONES. ES SOLO UN DIBUJO, PERO ME GUSTA


Vida y milagros:

Sin duda alguna, el símbolo por excelencia del rock y la identificación genuina de una de las bandas más legendarias: The Rolling Stones. Ha llegado a trascender incluso al propio grupo (aunque no en cuanto a eclipsar su popularidad, ojo) en cuanto a símbolo independiente, requisito indispensable para todo icono pop.

En realidad, el célebre logo de los labios con la lengua fuera nació bastantes años después de la creación del grupo. Fue en 1971 cuando vio la luz, en al carpeta del álbum Sticky Fingers, uno de los mejores de la banda. El logo fue diseñado por el prestigioso grafista británico John Pasche, quien continuó haciendo variaciones del lenguaraz para los stones hasta mediados de los 70. En no pocas ocasiones, se ha atribuido erróneamente la creación del logotipo Stones al recientemente citado Andy Warhol, quien en realidad fue el que diseñó la portada de Sticky Fingers.

El logo ha ido apareciendo en prácticamente todos los discos de los Rolling y en postres y carteles promocionales oficiales, ya bien sea en su primigenia versión o en variaciones realizadas por diversos artistas contratados al efecto (de uno u otro color, con la lengua “complementada”)

Segunda vida: su currículum icónico:

El logo Stones nació con vocación de ser la imagen publicitaria o de marca que identificase al grupo, y ya desde el momento de su aparición cumplió su papel con creces, estando presente en camisetas, posters, pines (entonces llamados insignias). Lo impactante y sugerente de su diseño ha hecho que visualmente sea una imagen atractiva para incluso gente que los Rolling Stones, ni fu ni fa. Omnipresente en bares, tiendas de discos o viviendas privadas, nadie puede negar el poder de atracción de un dibujo que ha terminado de plasmar como nadie algunos de los principios más importantes de la filosofía rockera: despreocupación y cachondeo.

Estrechas relaciones:

En el mundo del rock muchos grupos y artistas, voluntaria o involuntariamente, se hicieron con un símbolo visual que los identificase, pero ninguno ha sido tan popular como el creado por John Pasche. No obstante, hay que admitir que la imagen cada vez mas representa una época, digamos, obsoleta del rock y prácticamente es inevitable identificarla exclusivamente con los viejos dinosaurios del rock, de los que los Rolling Stones son en la actualidad sus máximos exponentes.

Legado y significación:

Como símbolo genuino no solo de los Rolling Stones sino del Rock, y, por que no, del siglo XX, es lógica su oblicuidad en la cultura popular y en al vida cotidiana. Aunque el tiempo pasa factura, no se puede decir sin embargo que sea un símbolo desfasado y anticuado: ahí esta su aceptación intergeneracional, por motivos estéticos principalmente, aunque haya perdido ya gran parte o todo su sentido rebelde. Estaba bien hecho, fue impactante y conectó con el público: esas fueron las razones de su universalización. ¿Qué más se puede pedir?


BETTIE PAGE. LAS CONSECUENCIAS DE ADELANTARSE A SU TIEMPO


Vida y milagros:

En los años 40 y 50, el fenómeno de las pin ups o chicas de poster en EEUU hizo de una generación de modelos (del que salió alguna actriz, como Betty Grable o Marylin Monroe) auténticas estrellas del show business. En 1950 comenzó su carrera Bettie Page (Nashville, 1923), hasta entonces una actriz fracasada que provó suerte en el modelaje fotográfico pero introduciéndose en un terreno absatnte underground, atrevido y mal visto para la época: la fotografía erótica y de desnudos.

En la primera mitad de los 50, la bella Bettie Page protagonizó innumerables reportajes fotográficos muy atrevidos para la época: lencería, topless y lo que fue mas revolucionario, ¡sadomasoquismo! No era extraño que las fotos de Pge circulasen semiclandestinamente por los USA, que escandalizasen a al opinión pública y que la modelo fuese obligada a declarar en el Subcomité de Delincuencia Juvenil del Senado norteamericano. Muchos de los negativos de sus fotos fueron destruidos por dicho comité, pero se han conservado muchos más.

En 1957, Bettie Page dejó repentinamente su carrera de modelo al convertirse al Cristianismo. A partir de ese momento se aleja totalmente de la vida pública, dedicada a tareas apostolares y de pedagogía religiosa. Sigue viva en la actualidad, tiene 84 años, aunque solo ha dado señales inequívocas de vida desde principios de los 90, concediendo escasas entrevistas (con motivo de su revival iconográfico en los últimos tiempos) y solo dejándose ver en una ocasión, en 2003, siendo ya una ancianita de 80 años.

Segunda vida: su currículum icónico:

Bettie Page tuvo un breve momento de mini popularidad como escandalosa musa erótica de 1950 a 1957, pero su desaparición pública posterior hizo que su figura cayese en el más absoluto de los olvidos. A finales de los 70, sin embargo, se editan libros de recopilación de sus fotografías que captan la atención tanto de mitómanos del glamour de los 50 como de seguidores de revistas como Playboy. En los 80 las reediciones de antiguas fotografías de Page se suceden y sorprenden a amantes de la fotografía y fanáticos del mundo de la moda por su atrevimiento en relación con la época en las que se tomaron, además de por la singular belleza de una starlette que era para muchos una desconocida.

Total, que en los 80 Bettie Page se convierte en objeto de culto entre públicos variopintos, abarcando el mundo de la moda, las artes plásticas, la fotografía, la industria porno, el cine serie B, la nostalgia de los felices 50, el sadomasoquismo y la cultura underground. Nuevas generaciones de estudiantes de arte y jóvenes afterpunks adoptan a la Page como icono y la imagen de la modelo se convierte en un símbolo erótico y contracultural. En los 80 y 90 se suceden artículos y reportajes en prensa y se ensalzará el prototipo de belleza de

Bettie como ejemplo del genuino canon de la época inmediatamente posterior a la II Guerra Mundial con un insólito plus fantaerótico-sexual. El dibujante Dave Stevens toma como modelo a Page para la heroína femenina de su cómic Rocketeer. En 1990 la propia Page se convierte en protagonista de un cómic. A finales de los 90 algunos cortometrajes de Sado-Bondage protagonizados por la modelo y actriz se editan en DVD, y en 2006 se estrena el filme biopic The Notorious Bettie Page , en donde Gretchen Mol encarna a Bettie.

Estrechas relaciones:

Aunque la belleza de Bettie Page no difería demasiado de otras sex symbols de los 50, es evidente que su morena imagen (cuando en los 50 “los caballeros las preferían rubias”) añade un elemento diferenciador al canon por entonces imperante que resulta fascinante. Además, esa insólita mezcla de glamour del Hollywood clásico con la cultura Playboy de finales del siglo XX resulta tan explosiva como culturalmente interesante por su carácter anticipatorio.

Legado y significación:

Musa de nuevas generaciones de cinéfilos y consumidores de cultura popular, hay que reconocer que Bettie Page aún no puede ser considerado un icono pop en su plenitud ya que su popularidad aún no es tan mayúscula como otros elementos presentados en esta serie, pero que duda cabe que esta en vías de serlo. No hay más que aproximarse a sus fotografías o a su fascinante biografía para descubrir la singularidad del personaje. Fotogenia absoluta, glam, perversión, descaro pre rockero, encanto underground. Muchos atractivos en una imagen única.


THE ARTFUL DODGER (EL TRUHÁN). REINVENCIÓN POP EXTRATEMPORANEA

Vida y milagros:

De todos los personajes creados por Charles Dickens (1812-1870), principales o secundarios, Artful Dodger (traducido en castellano como El Astuto Truhán, El Perillán o El Tramposo), el pequeño y habilidoso landronzuelo de los arrabales de Londres al servicio del pérfido Fagin en Oliver Twist (1838 ), es sin duda el mas universal y entrañable. Aunque en la novela su rol era secundario –se encargaba de introducir a Oliver en los ambientes rateriles y se convierte en su mejor amigo dentro del mundo suburbano de Londres – su imagen es la más conocida de la inmortal novela, superando a la del propio Oliver. Su conocida estampa de preadolescente ataviado con levita varias tallas más grande, chalina, y sobre todo su viejo pero vistoso sombrero de copa (su elemento más característico) es ya tan popular en la literatura universal como la armadura y la bacía de Don Quijote. Sin duda alguna, uno de los personajes de Dickens más populares y un auténtico icono de la literatura juvenil.

Segunda vida: su currículum icónico:

Dickens se preocupó por dotar al pequeño delincuente en las páginas de Oliver Twist de encanto y carisma, basados en su picardía y su carácter de encantador granuja, más inteligente que muchos adultos. A lo largo de todo el siglo XIX, con el éxito de la novela, Dodger se estableció como el prototipo del ladronzuelo infantil de la Inglaterra de comienzos de la revolución industrial. En las adaptaciones cinematográficas de Oliver Twist fue siempre un personaje tratado con mimo, siendo los mejores Truhanes de la historia Anthony Newley en la adaptación de David Lean de 1948, y Jack Wild en la versión musical Oliver! dirigida por Carol Reed en 1968.

Precisamente fue el musical teatral de Lionel Bart en el que se basó la película de Reed el que en la década de los 60 puso a Dodger en su momento de mayor popularidad elevándole a al categoría de símbolo de la cultura popular. El personaje tenía allí mayor protagonismo que en la novela y en los sucesivos montajes que se realizaron en el RU en la década de los 60 fue encarnado por futuras estrellas del rock, por entonces niños: Davy Jones (Monkees), Steve Marriot (Small Faces) o Phil Collins se pusieron la mítica chistera para dar vida al ladronzuelo. Jack Wild retomó el personaje del Truhán cantarín en el cine y su interpretación la valió una nominación al oscar con 16 añitos.

Jack Wild, por el éxito de Oliver! Es el Dodger cinematográfico más recordado, consiguiendo hacer de su caracterización todo un icono que fascinaba tanto a niños como a adultos. Pronto surgieron bares y discotecas a principios de los 70 con el nombre de Oliver utilizando como imagen a Dodger/Jack Wild con su enorme levita y su sombrero. La imagen de Dodger fue adoptada a fianles de lso 60 y principios de los 70 por jóvenes mod y hippies que veían al héroe dickensiano como una encarnación del callejerismo, la rebeldía y la libertad: las chisteras y los abrigos largos de muchos jóvenes contraculturales y músicos de rock estaban directamente remitidos al personaje, reinventado como icono de el generación pop y beat. La chistera de Richie Blackmore, de Deed Purple, tenía un solo padre.

A finales de lo 70, con la desaparición de las melenas y barbas fruto de la revolución punk, la fiebre directa o indirecta por Dodger languidece y el culto al pequeño antihéroe se reduce a la literatura y al cine. Pero ahí continua, y el hecho esta ahí: siempre que se trata de visualizar a un personaje de Dickens, ¿quién viene primero a la cabeza?

Estrechas relaciones:

En los 60 Dickens se había convertido en un autor de culto en círculos estudiantiles fascinados por la visión relista de la Inglaterra del XIX plasmada por el autor, lo que propició que otros elementos de su universo creativo se convirtieran en objetos de moda. En la California prepsicodélica, por ejemplo, el líder de los Byrds Roger McGuinn introdujo el uso de las gafas de pequeñitas y cuadradas al estilo Pickwick. La imagen del propio Oliver Twist también compitió con la de Dodger por ser el icono dickensiano por excelencia, pero el angelical huerfanito pidiendo un plato mas de comida fue batido por el astuto y harapiento carterista.

Legado y significación:

Símbolo inmortal de la literatura universal, The Artful Dodger vivió sus quince minutos de fama como icono de la cultura pop, estatus que por desgracia no ha podido mantener aunque ha dejado su impronta. Sin embargo, en cada nueva versión cinematográfica o teatral de Oliver Twist, el crío que le toca encarnar a Dodger sabe que le toca una gran responsabilidad, ya que debe de dar vida a todo un referente de la cultura popular, la encarnación de la perdida de la inocencia infantil en ambientes sórdidos y adversos, pero sin haber cedido un ápice de sentido del honor y ternura.


CHÉ GUEVARA. HASTA EN LA SOPA SIEMPRE

Vida y milagros:

Ernesto “Ché” Guevara, (Rosario 1928- La Higuera 1967), uno de los personajes centrales del siglo XX, ha suscitado tal fascinación que toda su influencia a nivel universal en política, filosofía, ética, arte, literatura, mundo militar y guerrillero e incluso en estética, por aceptación o por también rechazo, es irresumible en unas líneas. Mucho se ha escrito y dicho sobre el legendario guerrillero revolucionario y político panamericano, argentino de nacimiento pero protagonista fundamental de la revolución cubana y de la historia del país caribeño en general, por lo que no vamos a aburrir al personal una vez más. Pero si algo resulta significativo y fascinante en la figura del Ché es sin duda su fulminante proceso de conversión en icono pop.

Prototipo del luchador romántico y sempiterno inspirador de la izquierda, la evocación de su nombre se encuentra eternamente unida a su imagen mas célebre y que con el tiempos e ha convertido en una de las efigies mas universales de la historia: la fotografía tomó Alberto Korda como instantánea en un acto político y que ha terminado por convertirse en uno de los retratos de políticos mas conocidos de todos los tiempos, por no decir el que mas. Tras su muerte en Bolivia, la generación contestataria de los 60 adopta al Ché como referente y a partir de ese momento la foto de Korda da la vuelta al mundo convirtiéndose en objeto de culto casi religioso para toda una generación.

Segunda vida: su currículum icónico:

Desde finales de los 60 la imagen del Ché de Alberto Korda se ha venido reproduciendo año tras año y en los lugares y productos más insospechados. Primero comenzó como poster y graffiti y después el merchandising de la nueva izquierda en los 70 se encargó de difundir en todo el mundo (al menos en países en donde su figura por algún u otro motivo político no estuviese demonizada) el conocido rostro. Camisetas, posavasos, posters, mecheros, pegatinas…sería interesante inventariar cuantos artículos y productos se habrán hecho con la imagen del Ché Guevara en los últimos 40, aunque la lista sería eterna.

Total, que el Ché Guevara es todo un icono universal, y su obsesiva omnipresencia le ha convertido prácticamente en un objeto de consumo de una manera tan involuntaria como descontrolada. No es raro el caso de gente que lleva la imagen del guerrillero sin saber realmente quien era ni que hizo ni que significó lo que hizo. La múltiple deconstrucción que su célebre retrato ha experimentado, en algunas ocasiones lo ha reducido a un mero artilugio ornamental, muchas veces con vivos colores psicodélicos o al estilo Warhol. En fin, una reinvención pop tan fascinante como mercantilizada.

Estrechas relaciones:

A parte de ser objeto de veneración izquierdista, el Ché también es referencia habitual en la exaltación nacionalista (de cualquier signo, modalidad y ámbito) y en no pocas justificaciones burdas de la violencia con las que el Ché no hubiese comulgado. Pero también es un objeto de culto para snobs, gente con ganas de quedar de “guay” (y de izquierdas nada) y buenrrollistas en general, muchas veces sin comprender en su totalidad la esencia del personaje. Muchas veces da la impresión de que el Ché se esta revolviendo en su tumba ante algunos colectivos de seguidores que dicen que le adoran.

Legado y significación:

Como símbolo romántico de la lucha por la libertad y los ideales, el Ché Guevara siempre ha funcionado y funcionará con eficacia. Su megadifundida imagen forma ya parte de la cultura popular universal. Prácticamente, resulta imposible concebir un día al semestre en el que no se haya visto su efigie en alguna parte. Hasta lo mas revolucionario ya es un artefacto pop.