jueves, enero 20, 2022

PÁJAROS ENJAULADOS (HASTA QUE ESTEMOS MUERTOS O LIBRES) (BIS WIR TOT SIND ODER FREI)

 


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Historias reales que superaron la ficción. Como la extraña epopeya de Walter Stürm (1942-1999) conocido delincuente famoso en su país Suiza y media Europa por sus continuas fugas de prisión en las décadas de los 70 y 80 y la abogada y militante izquierdista Barbara Hug, quienes llegaron a unir sus destinos con el fin de denunciar la penosa situación de las prisiones helvéticas, aunque en el caso del primero solo buscase su beneficio personal. El director Oliver Rihs dirige con tino y aplomo esta coproducción suizogermana que no se detiene en trampantojos comerciales ni en golpes de efecto para atraer al espectador- esta película y con la misma historia  en manos hollywoodienses hubiese sido otra cosa muy diferente- y regala un filme realista, bien construido y que tampoco pretende ser muy amable con sus dos  protagonistas, antihéroes con un punto patético que sin embargo logran conectar con el espectador por su verosimilitud. Entre el drama y la comedia, Pájaros Enjaulados no deja nunca de ser la crónica de una época en la que los ideales progresistas en Europa aún estaban demasiado tiernos y las luchas politicosociales eran tan farragosas como contradictorias. No es cine político ni tampoco de acción e intriga sino más bien humanista y psicológico al ilustrarnos una extraña relación de conveniencia entre dos outsiders que logrando más o menso sus objetivos individuales no consiguieron halalr ninguna estabilidad personal.    

Marie Leunberger da vida a Hug, joven abogada luchadora pese a su enfermedad que de defender desde su bufete a activistas radicales de izquierdas vinculados algunos a la Rote Armee Fraktion alemana pasa a ser la abogada del rey de las fugas de Suiza,  Walter Stürm (Joel Basman) un simple atracador convertido en el hombre más buscado del país siempre oculto en sus evasiones en varias identidades falsas. Barbara Hug piensa que Stürm por su popularidad puede convertirse en el portavoz de la lucha por la dignificación de las cárceles suizas y se esfuerza en transformar al personaje de un -a ojos de la sociedad- simpático granuja en un activista social aunque en realidad él esté poco o nada convencido de su nuevo rol. Ambos intérpretes se esfuerzan en dar hondura a sus papeles - es más notable el trabajo de  Leunberger- y gracias a ello el filme logra una narrativa fluida pese a lo árido muchas veces de su temática y situaciones. La ambientación en lo 80 y 90 esta muy bien conseguida así como la galería de personajes- auténticos freaks bajo el punto de vista actual- es deslumbrante y de recibo así como sobran quizás algunos momentos más sentimentales y poco creíbles. Una película inteligente para amantes de buenas (y reales) historias.