sábado, agosto 10, 2019

303





***

La fusión de la road movie con el melodrama psicológico ha dado interesantes resultados en esta modesta pero eficaz producción alemana que pese a parecer estar dirigida a la generación millenial y a sus circunstancias generacionales vitales y amorosas en realidad plantea un mensaje intergeneracional y universal sobre las relaciones de pareja y sobre el destino y las casualidades/causalidades, lo que nos une y lo que nos separa. Una historia humanista al fin y al cabo trufada de ternura y buenos sentimientos con dos jóvenes protagonistas que destilan autenticidad en una relación más sinuosa y real que idílica pese a que la historia a veces pueda estar falta de credibilidad.

Una autocaravana es el escenario principal en el que se desarrolla la película en un curioso viaje iniciático que parte de Alemania y termina en Portugal atravesando Francia, Bélgica y España y todo en escenarios reales de dichos países con una cámara que capta todo el recorrido en carretera con una credibilidad y cotidianeidad increíble, tal y como cotidiana trata de ser la relación presentada entre Jan (Anton Spieker) y Jule (Mala Emde). Anton pretende viajar a Bilbao haciendo autostop para conocer su verdadero padre, un constructor de barcos y de paso hacer turismo por diversas localidades de los diferentes países que atravesará pero terminará haciendo el viaje exclusivamente en la autocaravana de Jule, una chica de su edad que quiere viajar a Portugal para reunirse con su novio. Tras un primer encuentro accidentado la relación entre los dos no parece nada cordial pero tras varias conversaciones ambos descubren que tienen los mismos pareceres sobre diversas cuestiones y sobre todo empezarán a configurarse una idea común sobre los límites entre la amistad y el amor. Comienza entonces un inusual y velado romance condicionado por varias circunstancias internas (de ellos mismos) y externas que es lo más llamativo del filme, apoyado por inteligentes y entretenidos diálogos con mayor y menor grado de fortuna. No obstante la película se muestra torpe para conseguir un ritmo narrativo coherente y por mantener el interés sobre lo que se nos cuenta, a veces supeditado a todo lo concerniente a sus protagonistas. Resulta muy curioso reconocer en el filme paisajes de Euskadi, Cantabria, Asturias aunque su aproximación sea meramente turística, pero en una película como esta donde las buenas intenciones planteadas con honestidad e inteligencia y poca tontería llo copan todo, esta y otras deficiencias son perdonables.