lunes, julio 06, 2020

DIVINO AMOR



**

Es significativo que llegue desde Brasil (país que en este momento tiene un gobierno ultraconservador) esta historia distópica de anticipación en donde se imagina un Brasil de 2027 en donde la religiosidad y espiritualidad domina las vidas a todos los niveles de los cariocas. Puede que no pretenda ser una fabulación de del devenir de la evolución sociopolítica del país sudaméricano (es difícil discernir si este Brasil futuro se daría como aceptación o rechazo de la situación actual), pero precisamente su sustrato espiritual y new age en realidad trufado del cristianismo tradicional y todos sus valores se puede ver como una parábola de la búsqueda de un nuevo humanismo en al sociedad occidental actual. De todas formas, estas buenas intenciones y esta interesante premisa al final se quedan muy frías en este interesante pero irregular filme dirigido con clase por Gabriel Mascaro, quien ha logrado dar un tono internacional a esta original cinta que se pierde irremediablemente por vericuetos un tanto pretenciosos y malamente melodramáticos.      

Una sociedad en donde desde una incierta religión monoteísta (escorada al cristianismo) se enaltece el amor incondicional en la pareja, la fidelidad y la concepción de hijos y en donde la obsesión de toda persona es  alcanzar el contacto con Dios es en donde se mueven los personajes de esta historia. Joana (Dira Paes), una joven que trabaja como asesora de parejas a punto de separarse para que vuelvan (algo que normalmente consigue) vive un feliz matrimonio con Danilo (Julio Machado) aunque no consiguen tener hijos- prácticamente el fin último de esa sociedad- y pese a participar en unos curiosos rituales sexuales-místicos (imágenes de sexo muy explícitas). Esa situación produce en ella una crisis espiritual que parece mitigarse cuando se entera que está embarazada, pero no todo será lo que debería parecer. El tono entre psicodélico, lynchiano y costumbrista funciona bien en su finalidad de dar un empaque diferente a una historia más o menos futurista, pero el guión es tan impreciso y el desarrollo de su protagonista tan sinuoso que al final todo se queda a medias. El final se acelera demasiado y el empacho de pretensiones termina en cierta pedantería lo que termina lastrando todo el filme. Con todo, un buen intento del cine latinoamericano en cuanto a lograr obras originales y de cierta calidad.