sábado, junio 28, 2025

THE LAST SHOWGIRL

 


***

Todo ha sido una sorpresa con esta película: la confirmación de la benjamina del clan Coppola como directora (Gia Coppola), el excelente aprovechamiento de un tema poco tocado en el cine como es el del envejecimiento de la mujer relacionado con el edadismo y los cánones de belleza, y de manera significativa el un tanto tardío descubrimiento como actriz de la estrella televisiva de los 90 (y sex simbol) Pamela Anderson. Si, la que fuera reina de la pequeña pantalla en la mítica serie Baywatch y carne de la prensa rosa americana se reivindica como una intérprete sólida a sus 58 años haciendo un papel casi autobiográfico en una historia que podía ser una parábola de su vida: la caída de una bella estrella del espectáculo despreciada tras haber llegado a una edad. La protagonista de la historia, Shelly Gardner, es una bailarina de espectáculo de cabaret-variedades en un casino-teatro de los alrededores de Las Vegas que vivió épocas mejores. El cierre del complejo dejará sin trabajo a las showgirls, algunas aún jovencitas y otras muy veteranas como Shelly, otrora una joven despampanante y ahora una cincuentona que encontrará muchas dificultades en encontrar un trabajo similar, circunstancia que se unirá a otras también bastante desfavorables para la mujer como su ya de por si precaria situación económica y su mala relación con su hija de 22 años.

Pese a que Gia Coppola por su filiación familiar pertenece a una“realeza” de la cinematografía estadounidense ha seguido los pasos de su abuelo Francis Ford y de su tía Sofia iniciándose en el cine independiente y los resultados en este su tercer largometraje no distan mucho del mejor cine indie estadounidense de principios del siglo XXI con una impronta que remite a Sean Baker o yendo más atrás en el tiempo a los Hermanos Coen. The Last Showgirl es una película centrada en su protagonista y sus circunstancias y como todo le va afectando mientras trata de aceptar el paso del tiempo, las nuevas situaciones y un futuro que amenaza con ser caótico mientras se culpa de decisiones pasadas y del rumbo (equivocado) que tomó en su vida. Pero su afán de lucha contra viento y marea es el mensaje más positivista de un filme que quiere dejar claro que siempre hay esperanza pese a que vivimos en una sociedad que desprecia a las personas mayores y que no acepta los cambios inevitables por el discurrir de los años. Una fotografía imperfecta y granulosa intenta ser realista y nada agradecida con las mujeres protagonistas, seres metidos en un mundo un tanto cutre y decadente que choca con el sex appeal y el aparente glamour que ellas tratan de representar en su trabajo. Pamela Anderson está excelente como una mujer desesperada, desprovista de maquillaje en la mayor parte de las escenas del filme y dejando una doble patina de fortaleza-desvalidez que hacen de su personaje un auténtico hallazgo. Personajes como la veterana camarera que interpreta Jamie Lee Curtis, una mujer modelada en su pasota histrionismo por sus años de trabajo en el un tanto sórdido mundillo de los casinos de Las Vegas, el conciliador pero desnortado propietario del complejo encarnado por un Dave Bautista que demuestra que es buen actor o las jóvenes vedettes compañeras de Shelly dan contrapuntos muy interesantes a esta película. No es ninguna obra maestra pero supone un buena bocanada de aire freso para el cine americano.