martes, junio 25, 2013

El Aparatito Lumiere HIJO DE CAÍN





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El que en los últimos años pululan nuevos directores españoles dispuestos a hacer un más que interesante cine de género con vocación internacional es un hecho incontestable, y no solo eso, sino que además la mayor parte de las veces les salen películas bastante sugerentes. Tal es el caso de Hijo de Caín, debut del catalán forjado en el campo del corto Jesús Monllaó basado en la novela Querido Caín de Ignacio García-Valiño. Es esta una película que cumple con creces los mandatos para hacer un buen thriller y que además sabe resultar muy inquietante dentro de una sobriedad formal y narrativa bastante acusada. El guión es sencillo solo en su apariencia, ya que la película tiene bastante intríngulis gracias a diferentes niveles de lectura y un mensaje final bastante desasosegante. Es un aplicado ejercicio de estudio del mal en la adolescencia inadaptada a través de la historia de Nico (soberbio debutante David Solans) un chaval de 15 años hijo mayor de un matrimonio barcelonés de posición acomodada que además de mostrarse incomunicativo y aislado manifiesta un comportamiento agresivo que deriva poco a poco en lo psicopático. Solo el ajedrez parece ser su principal interés, y así lo entiende Julio (Julio Manrique) el psicólogo que le trata y también aficionado a este juego, que indagará con ahínco en al raíz del extraño comportamiento del chaval pero eso no resultará nada fácil por variadas circunstancias.  

Con un buen manejo de la intriga desde su vertiente más inquietante y psicológica, la película pronto enseña sus cartas de estudio psicológico de una personalidad desviada pero no se queda en eso y pronto deslizará el peso de la trama por el drama familiar, aquel que enfrenta a Nico con un padre obsesivo, manejador y de dual comportamiento (José Coronado, una vez más genial) y con una madre atemorizada pero con bastante que esconder (María Molins), además de con el tercer vértice que es el personaje de Julio. La historia se ha planteado según el director como una partida de ajedrez y tal vez esa sea la clave para entender algunos recovecos del guión que pueden resultar áridos o carentes de sentido en un primer visionado: es esta una película que posiblemente haya de ser vista más de una vez para entender su alcance, pero el primer contacto en absoluto deja indiferente e insatisfecho al espectador. La trama se reserva interesantes giros de guión y momentos muy bien presentados pero muchas veces presenta altibajos fruto de una no muy completa composición de los personajes y un guión a veces hermético que sin embargo triunfa en mostrar los lados más turbios gracias a las omisiones y las preguntas sin respuesta que se quedan en el aire al finalizar el filme. Aunque hay momentos duros, en absoluto resulta un filme de visión incómoda y los amantes del thriller psicológico disfrutarán con los momentos finales. Como uno de los peros más notables, decir que la película, rodada originalmente en catalán y castellano, se ofrece en versión doblada y no oímos por ejemplo la voz original del prometedor David Solans, aunque la voz de Coronado se oiga todo el tiempo en sonido directo ya que rodó su personaje en castellano. Un pequeño gran acierto del cine español que seguro tendrá su recompensa en cuanto a su distribución internacional    

domingo, junio 23, 2013

SUPERLÓPEZ, 40 AÑOS DE UN SUPERHÉROE DE ANDAR POR CASA (I)




En 2013 se cumplen 40 años de la creación de uno de los personajes más originales y significativos del cómic español: Superlópez. El hijo de papel y tinta del gran Jan ha sido un referente en la cultura popular de muchos españoles que devoraron sus historietas con fruición (especialmente en la década de los 80) y hoy está en el olimpo de las leyendas del cómic humorístico español, todo un subgénero que floreció gracias a la labor de editoriales como Bruguera, empresa en donde se editaron los mejores álbumes de Superlópez en su época dorada de 1979 a 1985. Cuarenta años desde su primera aparición, este superhéroe torpe, despistado, hiperactivo e histriónico pero de gran corazón y proverbial sentido de la justicia  que nació como parodia genuinamente ibérica de Superman y del género comiquero de los superhéroes en su extensión, sigue con sus divertidas y disparatadas aventuras sin edad dentro de su curioso y surrealista universo propio. Felicidades, Superlopez! Mecachís…!!


El superhéroe español del cómic por antonomasia no es no atlético, ni atractivo, ni se puede decir que invencible. Viste un traje similar al de Superman pero se asemeja más a un pijama viejo. Ni tan siquiera todo le sale bien. El superhéroe o Superman español es un personaje creado para provocar la risa pero también para deleitar al lector de sus cómics con emocionantes aventuras trufadas de surrealismo, costumbrismo español, fantasía y un disparatado y alocado sentido del humor apto tanto para el público infantil como para el adulto, heredero de la escuela de la mítica Editorial Bruguera, la editorial en la que el personaje vivió su mejor época en la década de los 80.

Creado en 1973 para la editorial Euredit por Juan López Fernández, “Jan”, uno de los más grandes maestros del tebeo humorístico español de todos los tiempos, Superlópez a día de hoy y cuarenta años después de su creación cuenta con un impresionante legado de 63 álbumes de historietas que se han ido lanzando hasta 2013 año tras año por su infatigable y veterano creador. Un personaje con multitud de fans (hoy en día la mayor parte adultos seguidores del personaje desde sus inicios) que ya es considerado como una de las mejores obras del cómic humorístico español y uno de los highlights de la llamada “Escuela Bruguera”, aunque no sea uno de los personajes más conocidos de la misma y ni tan siquiera su estilo sea un exponente genuino del de la editorial barcelonesa. Más que una parodia-sátira de los géneros de superhéroes, acción o aventuras o del propio personaje de Superman, Superlópez es un tebeo en donde se cuentan con notable sentido de crítica social y de sátira blanca historias absurdas y surrealistas en un entorno realista como es la España de los siglos XX y XXI, siempre con la aventura y la fantasía como pretexto llevando al lector a una realidad alternativa donde lo grotesco y lo absurdo campan a sus anchas. Multitud de historias, viñetas, aventuras, escenarios y personajes fijos, recurrentes u ocasionales para uno de los más encantadores y entrañables cómics españoles de siempre. Esta es su historia y avatares, la historia del superhéroe moreno, bajito y con bigote: Superlópez   



¿Quién es Superlópez?

Superlópez es un extraterrestre de características humanas dotado de espectaculares superpoderes que vive en Barcelona bajo la identidad secreta del oficinista Juan López Fernández y se dedica a proteger al mundo y luchar por la justicia combatiendo el mal y la delincuencia. Al igual que Superman, es capaz de volar, tiene visión de rayos X, superfuerza, y cuenta con velocidad supersónica. Si, es el Superman español, pero su baja estatura y su bigote de españolito medio de los 70 delatan que vive en la España de charanga y pandereta. De constitución más bien esmirriada pese a sus superpoderes, Superlópez inicialmente se dedicaba a luchar contra villanos algunos también con superpoderes pero más tarde pasó a vivir todo tipo de aventuras: policiacas, terroríficas, de viajes, de ciencia-ficción, de intriga, de búsqueda de tesoros y muchas veces se ha visto metido en originales y surrealistas embrollos y acontecimientos más allá de la aventura. Su carácter es nervioso, un tanto paranoico y muchas veces su razonamiento es ingenuo y bordando la idiotez. Mete la pata cada dos por tres pero al final las cosas le salen bien. Es un simpático antihéroe, un hombre de a pie que quiere ser un superhéroe, o un superhéroe que no es más que un hombre de a pie, un oficinista mediocre que trata de ser un “dios “como Superman gracias a unos poderes que no siempre le sirven de mucho.     

Con Luisa , una novia peculiar
Superlópez nació en el planeta Chitón (parodia del Krypton de Superman) con el nombre de Jo-Con-El y siendo un bebe fue enviado por error a la tierra, a Catalunya concretamente. Fue adoptado por los López con el nombre de Juan y pronto mostró sus superpoderes y decidió dedicarse con ellos a la defensa de los más débiles. Como Juan López trabaja en una empresa que cambia de actividad cada dos por tres. Allí Juan conoció a su novia Luisa Lanas (parodia de Lois Lane), una mujer mandona e irascible pero de gran corazón que ama a Juan pero que odia a Superlópez al que le llama “medianía con capa”, y a su mejor amigo (aunque al principio rival), Jaime González. El jefe de Juan es el típico empresario español autoritario y déspota aunque siempre muestra su lado débil sobre todo cuando se ve envuelto en las aventuras de Superlópez. En realidad, el carácter de Juan López no difiere mucho del de Superlópez, ambos son perezosos, neuróticos, histriónicos y con tendencia a no dar una a derechas pero nadie sabe que son la misma persona.  La indumentaria de Superlópez, parodia, de la de Superman, consiste en una arrugada camiseta azul con una gran s amarilla en el centro, capa roja, calzoncillo por encima del pantalón negro (y no rojo, como el de Superman) y pantalones azules similares a los de un pijama (y sin las botas rojas del héroe americano). En el universo de Superlópez hay una gran cantidad de simpáticos personajes fijos, además de los citados, a cada cual mas delirante: el Inspector Holmez, el General Sintacha, Martha Holmez, Chico Humitsec, Al Trapone, el Supergrupo…a todos ellos nos referiremos más adelante, ahora es momento de reseñar como se creó este singular personaje.


El nacimiento y primeros pasos de Superlópez (1973-1978)

Juan López "Jan"padre de Superlópez
El creador de Superlópez, Jan (Juan López Fernández), jamás supuso que aquel personaje que creó por encargo en 1973 fuese la principal ocupación de su vida. Este dibujante y guionista- cuyo verdadero nombre sirvió para bautizar a la identidad secreta de nuestro héroe- nació en Toral de los Vados (León)  el 13 de marzo de 1939 aunque a temprana edad se fue a residir a Barcelona junto con su familia. A los seis años perdió la audición pero eso jamás le supuso (y ni le ha supuesto) ningún lastre a la hora de aprender, comunicarse y adquirir conocimientos y habilidades de todo tipo. Desde su niñez empezó a destacar en el dibujo, un arte en el que se decidió centrar ya que su discapacidad no suponía ningún obstáculo para llegar a ser un maestro en dicho cometido. En 1956 con 17 años y después de haber trabajado en fábricas y talleres (estudió delineación mecánica), Juan López entro a trabajar como rotulista, dibujante y animador en los míticos Estudios Macián de dibujos animados (la empresa puntera de la animación en España En aquel entonces) al tiempo que dibujaba sus primeras historietas en la revista Yumbo. En 1959 emigró a Cuba junto con su familia y allí siguió como dibujante de dibujos animados (en la Televisión Cubana y en el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos) y como dibujante de historietas en diversas publicaciones infantiles. Si en Yumbo firmó como López, en los cómics cubanos firmó como Juanjosé. Allí creó varios personajes humorísticos como Lucas y Silvio, que obtuvieron popularidad en el país caribeño. Permaneció en Cuba hasta 1969, año en el que vuelve a Barcelona y colabora en revistas de tebeos como Gaceta Junior y Strong creando a personajes como Don Talarico, ya con el pseudónimo de Jan

Una tira de Superlópez de 1973 (coloreada)

Jan permaneció hasta 1973 en Strong, y ese mismo año la editorial Euredit contacta con él para encargarle un libro de tiras cómicas mudas para la colección de libros de historietas Humor siglo XX, el la que diferentes dibujantes creaban en cada número una parodia de famosos personajes de ficción del cine o del cómic.  A Jan se le encarga un libro de tiras y chistes de una viñeta en donde se parodie a Superman y a los superhéroes del cómic en general. Jan crea entonces a un Superman con bigote y sin botas rojas para unas historietas mudas en blanco y negro en donde el superhéroe paródico vive todo tipo de desventuras tratando de luchar contra el mal y deshaciendo entuertos pero en realidad mostrando su debilidad y su torpeza: ha nacido el primer esbozo de Superlópez, ya que es así como llamará al libro y al personaje en cuestión El volumen, apaisado y con 48 páginas, muestra unos chistes cortos mudos de escasas viñetas (o solo de una) de un humor más bien ramplón y con muy poca gracia, ya que Jan no se tomó con entusiasmo el encargo y además el aún no se consideraba un buen humorista. El primer Superlópez tenía un dibujo muy simplista pero ya tenía los inconfundibles rasgos característicos del personaje. Aún no aparecían la galería de secundarios de sus historietas de a partir de la etapa Bruguera ni ninguno de sus escenarios y ambientes propios del personaje, aunque ya aparecía con gafas en su identidad civil, al modo de Clark Kent y el rasgo primigenio del héroe que era el de ser un (patoso) superhéroe que trataba de resolver asuntos domésticos (incendios, atracos, extravíos): un hombre común metido a superhéroe. Como curiosidad, decir en estas historietas aparecía un personaje que no volverá a aparecer más en los cómics del personaje, que es el de la mujer Superlópez (nada que ver con Luisa Lanas), una maruja oronda casi tan dominante como Luisa.  No hay que olvidar que Superlópez guarda mucha similitud con uno de los primeros superhéroes satíricos españoles del cómic, Plim el Magno, creado por Escobar a finales de los 60. Al igual que Superlópez, Plim era un superhéroe-hombre corriente español bigotudo, que volaba y al que todo le salía mal. El hecho de si Jan tuvo en cuenta a este personaje para caracterizar a su Superlópez es algo que se ha comentado muy pocas veces, pero puede ser posible.

Fragmento de historieta de 1975

El librillo de Superlópez no tuvo gran repercusión y pronto quedó descatalogado. En 1974 Jan fichó por la editorial puntera en el mundo del cómic en España, Bruguera. Durante varios años, fue chico para todo en la editorial ya que si bien su intención inicial fue convertirse en dibujante de historietas en las famosas revistas infantiles y juveniles de Bruguera, las restricciones que pronto le impusieron en cuanto a guiones y creación de personajes hizo que perdiese el interés por el cómic y fue contratado  sobre todo para ilustrar libros de cuentos infantiles, cuadernos para colorear, revistas de pasatiempos y libritos troquelados para los más pequeños. Por entonces su estilo gráfico aún era poco detallado y esquemático, a veces naïf para adaptarse a muchos cuentos infantiles que él ilustraba. No obstante, durante el periodo 1974-1975 crea historietas de nuevos personajes como Felipe Gafe, con guiones de Jaume Ribera o del dibujante y guionista Conti, creador de Carioco. En 1974, Jan decidió recuperar el personaje de Superlópez para las revistas de Bruguera, pero la editorial le impuso guionistas como el propio Conti además de registrar el personaje como propiedad de la empresa según la práctica habitual de la casa. El personaje siguió publicándose en revistas como Pulgarcito o Zipi y Zape hasta 1975 a veces con historietas dibujadas por Conti. Eran historietas autoconclusivas de una o dos páginas en done el héroe paródico resolvía absurdos conflictos y metía la pata cada dos por tres, con un humor mediocre y muy ñoño típico de las historietas “de relleno” de Bruguera. Algunos de los últimos guiones estaban firmados por el joven Francisco Pérez Navarro, Efepé (Barcelona, 1953), y estos, aunque hechos también por encargo de la editorial y sin que los dos profesionales se conociesen antes, agradaron más a Jan. En estas historietas, Superlópez (y su identidad secreta Juan López) se hizo aún más torpe y el sentido del humor se sofisticó un poco más. Se recuperó además al personaje de la señora de Superlópez que no volvió a aparecer más en las historietas del personaje una vez de que en 1975 Jan decide dejar de dibujar al personaje.  

En 1978, tras un tiempo apartado de la historieta, Bruguera encarga a Jan un nuevo personaje de cómic, pero este vuelve a resucitar a Superlópez gracias a la insistencia de su colaborador Efepé, que se ofrece a escribir los guiones (a mediados de los setenta ambos creadores colaboraron conjuntamente en revistas de pasatiempos de la editorial). Las nuevas historietas de Superlópez del periodo 1978 serán de una página pero con un dibujo mucho más expresivo y dinámico, así como con viñetas más elaboradas fruto de la evolución y experiencia que el dibujante había alcanzado. Pérez Navarro, un fanático y experto en los superhéroes del cómic acentuó el carácter de parodia de los superhombres (y de Superman) del personaje y lo enfrentó con delirantes supervillanos haciéndole vivir surrealistas pero breves tramas fantásticas de una sola página. Las nuevas historietas aparecieron en la revista Mortadelo Especial  y huelga decir que sin duda la elección de Jan y Efepé (y de Bruguera) de recuperar el personaje fue debida a la popularidad que en aquella época estaba teniendo la película Superman de Richard Donner y que había vuelto a poner de moda al superhéroe más famoso de todos los tiempos.     


Los primeros álbumes y el Supergrupo (1979-1980)

Pese a todo, Jan no se sentía satisfecho con lo dibujado hasta entonces sobre el personaje y deseaba explotarle más, ya que veía que podía ser un filón humorístico de primer orden gracias al enfoque que Efepé Navarro le estaba dando y en donde se combinaba el humor cotidiano y costumbrista, el humor surrealista  y la parodia del cómic de acción. Así y gracias a un cierto aperturismo en la editorial merced a un cambio en su dirección con la joven Anna María Palé, consiguió que Bruguera accediese a editar las aventuras de Superlópez en sus publicaciones periódicas en un nuevo formato: historietas de ocho páginas que compondrían una aventura completa recopilable en un álbum que se editaría posteriormente, es decir, a la manera del cómic de la escuela francobelga.  Los álbumes serán a partir de ese momento el formato casi exclusivo en el que se editarán los cómics del personaje hasta la actualidad. Esta modalidad editorial en la empresa catalana estaba restringida en cuanto a personajes originales a Mortadelo y Filemón de Ibáñez y poco más, si bien estos personajes veían publicadas sus aventuras tanto en historietas de escasas páginas autoconclusivas como en aventuras más largas. A principios de 1979 se editan en Mortadelo Especial las siete historias autoconclusivas de ocho páginas que conformarían el primer álbum de Superlópez  Aventuras de Superlópez, en el que se añadió un episodio más. Estas eran historietas -con guión de Efepé-  que pretendían sentar el background del nuevo universo renovado del personaje y preparar así el terreno para presentar en los sucesivo aventuras largas que se publicarían originalmente en las revistas de forma serializada. En estas historietas aparece por primera vez Jaime González (parodia del Jimmy Olsen de Superman y caracterizado como un vil chivato de oficina que perseguía desenmascarar la vagancia de Juan López), el jefe de la oficina, la novia de Juan Luisa Lanas (y que detesta a Superlópez) y el descacharrante General Sintacha, un militar aparentemente inflexible pero que es en realidad un cobarde y un absoluto desastre (estaban muy presentes los militares del aún reciente franquismo como objeto de parodia), además de entornos como la oficina de nuestro personaje y su refugio ártico de Villa Soledad (la parodia de la Fortaleza de la Soledad de Superman). En la primera aventura El origen de Superlópez se nos cuenta el nacimiento de “Jo-Con-El”  en el planeta Chitón, quien aterriza en la tierra a los dos años  tras colarse en el proyectil inventado por su padre, un famoso científico del planeta que era un obvio trasunto de Jor-El (¡Pobres los terrícolas que lo encuentren!, exclama lloroso su progenitor al conocer el destino de la cápsula). Curiosamente el origen extraterrestre de Superlópez apenas se mencionará en aventuras posteriores. En el resto de historietas Superlópez se enfrenta con supervillanos inspirados algunos en malvados o héroes del cómic como Linterna Verde (Luz Luminosa) o Hulk (la Increíble Maza) aunque también hay supervillanos de invención directa como Chiclón, un robot gigantesco hecho de chicles, o el Gladiador Galáctico. El humor de estas páginas será a grandes rasgos el que seguirá el personaje a lo largo de su vida: costumbrismo urbano y cotidiano, humor absurdo y delirante (bastante más acentuado que en ocasiones posteriores), tendencia a ubicar las viñetas en escenarios realistas e identificables de la sociedad española del momento ( autopistas con caravana dominguera continua, tiendas de ultramarinos, oficinas rancias con jefes déspotas, pelotas, chupatintas y vagos, mobiliario urbano realista, vestimenta a al moda de la época, etc) y una caracterización muy cómica de los personajes. Pese a todo, los primeros guiones con Efepé aún no presentan muy matizadamente estos elementos, que explotarán con Jan como guionista en los siguientes, ya que el joven guionista Pérez Navarro estaba más interesado en la parodia del género de superhéroes y la editorial en presentar una sátira de Superman con el boom de la película sobre el superhéroe aún candente. El álbum número uno de Superlópez Aventuras de Superlópez se editó finalmente a principios de 1980 dentro de la Colección Olé, que recopilaba en cómics de 64 páginas historietas (serializadas o no) de los más famosos personajes de Bruguera. Para Superlópez se creó dentro de la serie Olé una subcolección específica debido a la naturaleza de sus cómics (todos aventuras largas de varias páginas), al igual que ya había hecho con el popular cómic belga Los Pitufos. Decir que esta primera etapa con Efepé de guionista aún se mantenía en cuanto a los guiones fiel a los postulados de la Escuela Bruguera, algo que cambiará una vez Jan asumiera el guión del personaje.


Técnicamente, esta nueva (y definitiva) etapa de Superlópez supuso una revolución en cuanto a la manera formal de hacer cómics humorísticos en Bruguera: Jan consiguió que la estricta la editorial le permitiese utilizar color directo (con acuarela y rotuladores) en lugar del de imprenta y además en lugar de la rotulación mecánica el mismo rotuló los textos. Si bien las viñetas eran aún pequeñas y de tamaño regular al modo de la editorial, a partir del álbum nº 4 Los alienígenas, pronto aumentarán de tamaño adaptándose a los cánones francobelgas. El dibujo, desde el principio de esta etapa, muy matizado y dinámico en el trazo y con proliferación de detalles más o menos realistas pese a ser un dibujo caricaturesco, se salía también bastante de los usos de Bruguera así como su expresividad y la secuenciación casi teatral de sus viñetas (en palabras del propio Jan, siempre ha pretendido que sus personajes “actuasen”) hacían de este cómic una rara avis dentro de la escuela humorística de Bruguera, a lo que había que unir un sentido del humor que paulatinamente se hará mas naturalista y con bastante componente de crítica social, algo poco estilado en la editorial barcelonesa.     

El Supergrupo

A lo largo de 1979 se publicaron en Mortadelo Especial las entregas de las dos primeras aventuras largas propiamente dichas de Superlópez: El Supergrupo (editado como álbum en 1980) y ¡Todos contra uno, uno contra todos!  (1981), que supondrían el fin de la colaboración con Efepé. Estos dos álbumes eran en realidad una misma aventura dividida en dos partes. Aquí se produce una ruptura con el universo presentado en el anterior álbum ya que no aparecen ni Luisa, ni el jefe, ni Jaime ni apenas Juan López ni la barriada barcelonesa del Masnou donde vive nuestro héroe. Por el contrario, aparecen nuevos personajes que acompañarán al torpe superhómbre en su aventura: el supergrupo, una parodia de los grupos de superhéroes tipo X Men, Los Vengadores, los 4 Fantásticos o la Liga de la Justicia. El supegrupo estaba conformado aparte de Superlópez por el Capitán Hispania (trasunto del Capitán América), El Mago (Dr. Extraño), Latas (Iron Man), El Bruto (La Cosa) y la Chica Increíble (un cruce entre Jean Grey y Wonder Woman). Cada personaje llevaba un elemento humorístico en forma de superpoder, indumentaria o imagen que lo hacía particularmente tronchante (los rulos explosivos de la chica Increíble, el hecho de que el Bruto en lugar de ser de bloques de piedra como la Cosa fuese de ladrillos). Con Superlópez al mando, la pintoresca troupe de superhéroes de pacotilla lucha contra un misterioso personaje (que resulta ser un androide) que pretende derrotarles creando clones del supergrupo y un gigantesco robot con los superpoderes de todos ellos, pero los miembros del supergrupo parecen más preocupados en ridículas disputas internas de quien es el jefe de todos ellos así como su incompetencia no da para más. Estas dos historias, pese a contener gags muy divertidos, son bastante mediocres y sin casi guión estructurado, planteadas más como una parodia de los superhéroes (que se estaban poniendo muy de moda en España, sobre todo los de Marvel) que otra cosa. Se desarrolla casi en un universo paralelo en donde los superhéroes viven como ciudadanos normales y que no volverá a aparecer en ningún cómic de Superlópez (aunque el supergrupo retornará puntualmente). Aunque estos dos álbumes no son del gusto de los fans históricos de Superlópez (ni de Jan), lo cierto es que el Supergrupo y sus miembros gozarán de cierta simpatía por parte de estos seguidores y pese a la mediocridad de estos dos números en la actualidad tienen relativo status de culto.  

Tras la publicación de los episodios de ¡Todos contra uno, uno contra todos! a principios de 1980, DC Comics la editorial americana que editaba Superman amagó con una demanda contra Bruguera porque la S que lucía el personaje en su traje era muy parecida a la de Superman. Jan tuvo que cambiarla por una S amarilla de trazo simple que será el elemento distintivo del antihéroe de ahora en adelante. Jan, no satisfecho con que su personaje fuese solo una parodia de los héroes superdotados del cómic, decidió tomar sus riendas en 1980 firmando el mismo los guiones y haciendo vivir al personaje en un mundo más cotidiano calcado al de la vida real y de sus avatares con unas historias si bien igual de fantásticas con muchos elementos costumbristas y de sátira de la sociedad española del momento utilizando un humor bastante más gamberro y corrosivo alejándose así aún más de los cánones bruguerianos.        


CONTINUARÁ