jueves, julio 05, 2018

SICARIO: EL DÍA DEL SOLDADO (SICARIO: DAY OF THE SOLDADO)



*** y 1/2

De acuerdo, puede que la película en sí no aporte nada realmente nuevo al más o menos nuevo género del “narco-thriller”, que sus recursos western no sean excesivamente novedosos o que el retrato que se hace de del México fronterizo con EEUU y su complejo y agrio contexto políticosocial condicionado por la corrupción sea tópico y cargado de clichés, pero la secuela de la interesante Sicario (2015) que dirigió Denis Villeneuve, no sólo es un filme sólido, hábil e impactante sino que supera a la primera parte. El realizador italiano Stefano Solima realiza un estupendo trabajo siguiendo un potente guión de Taylor Sheridan que juega con varias cartas y niveles de narración tratando de explorar aún más en la personalidad torturada de su protagonista, Alejandro Gillick, de nuevo interpretado por Benicio del Toro.  

En esta ocasión nos encontramos ante una trama enrevesada en donde además de la corrupción y el mundo del narcotráfico en México se hace una descarnada crítica a la política exterior estadounidense y sus maniobras conspirativas al límite con la criminalidad, aspecto este encarnado por el personaje del agente de la CIA Matt Graver (Josh Brolin), el protector y “patrón” del sicario Alejandro. La intervención de USA en la guerra de cárteles de droga mexicanos para en teoría luchar contra el narcotráfico y la supuesta intervención de estos grupos en la introducción de terroristas islámicos en Norteamérica, lleva a secuestrar a la hija adolescente de un capo de la droga haciéndose pasar por miembros del cártel rival con el fin de provocar un enfrentamiento entre los bandos, pero la operación llevada a cabo por la CIA con la colaboración de Gillick, pronto se verá viciada y llena de contratiempos. Se combina en este filme de manera muy convincente el drama de personajes encarnado en varios de ellos- la relación de la joven Isabel con sus desconcertantes secuestradores, el siniestro recorrido de un adolescente mexicano, Miguel, por convertirse en un sicario- con escenas sobrecogedoras como la explosión en el centro comercial del comienzo del filme o los diversos asesinatos. Cargada de la consabida violencia que rodea a estas temáticas, El Día del Soldado resulta una película que pese a su dureza merece la pena verse ya sólo sea por su acierto para retratar la perversa y ambigua moralidad de (todos) los personajes: algo que no resulta muy reconfortante pero que por desgracia es lo que hay en este mundo que vivimos.