miércoles, julio 16, 2008

15/07/2008: BRUCE SPRINGSTEEN ESTADIO DE ANOETA


Bruce Springsteen entusiasmó en Donosti. Fueron casi tres horas de concierto que no defraudaron en absoluto las expectativas de quienes habíamos acudido a ver el que, año tras año, sigue siendo el mejor directo del Rock. La capacidad de convocatoria del Boss, a sus 58 años y con más de 35 de carrera sigue siendo titánica e incuestionable. Un público intergeneracional vibró con un espectáculo en toda regla basado en la fuerza de un repertorio de primer nivel y en la energía que Springsteen y su E Steret Band derrocharon en todo momento, en un ritual rockista en toda regla, con todo lo que se esperaba: contacto directo con el público a través de una estratégica pasarela cerca de las primeras filas, interactuación con el respetable a la hora de amoldar el repertorio y los tempos de los temas, y una buena lista de momentos álgidos que levantaron el Estadio de Anoeta, incluidos bises apoteósicos.

Bruce demostró que su buena forma física es la calve de su energía escénica y de su longevidad en la primera división de la música popular. Esas carreras a alo largo del escenario y su tenacidad para mantener viva la entrega del público durante tres horas es algo que solo él puedo conseguirlo en el mundo musical actualmente, y eso teniendo en cuenta que estamos hablando de un músico de casi 60 años. Una noche inolvidable, en definitiva, y eso que el sonido no estuvo a al altura de las circunstancias, con varios altibajos, acoples, algún que otro pitido y una sensación de que no se llegaba a registros mas altos cuando se podía perfectamente. Estas deficiencias no empañaron el concierto, aunque tal vez dejaron una sensación de “podía haber sido aún mejor…”; pero, ¿alguien pensó en algún momento de la velada que eso sería posible? A las 10 y cuarto, un cuarto de hora mas tarde de lo estipulado, aparecieron sobre el escenario Bruce Sprigsteen y los nueve miembros actuales de la E Street Band: Roy Bittan (piano, sintetizador y acordeón), Little Steven Van Zandt (guitarras, mandolina, voz y coros), Clarence Clemons (saxo, percusión, voz y coros), Nils Lofgren (guitarras, voz, y coros), Garry Tallent (bajo y coros), Max Weimberg (batería), Soozie Tyrell (violín, percusión y coros), Charles Giordano (órgano, sintetizador y acordeón), que sustituye al legendario y recientemente fallecido Danny Federici, y como no, la sra. Springsteen, Patti Scialfa (guitarra, percusión, voz y coros); un formación que al margen de incorporaciones en los últimos años, se ha mantenido prácticamente estable desde mediados de los 70 y a pesar de que en los 90 Bruce decidiese desactivarla. El propio Boss, guitarras y harmónica, dirigió maestramente durante la noche a su fenomenal y mítico grupo de acompañamiento, todos vestidos de riguroso negro. Al fondo, tres pantallas, dos laterales rectangulares en vertical que ofrecían imágenes de la progresión de los músicos sobre el escenario, y una grande en el fondo que hacía las veces de fondo de paisaje ofreciendo vistosas imágenes fijas en concordancia con momentos estratégicos de la actuación.

Se abrió el fuego con Tunnel Of Love, un comienzo AOR, mediotempista en crescendo y nocturno, perfecto para ir ambientando una velada de pasión rockista y fuertes sensaciones. Y es que en esta segunda fase de su Magic Tour, el de New Jersey ha preferido relegar el repertorio procedente de su último LP, Magic, a favor de una selección de temas fundamentales de toda su discografía. Cuatro fueron en total los temas interpretados de su último álbum, tan bien recibidos como los temas más emblemáticos y explotados. Variando muy poco los temas clásicos, estaba claro que Springsteen y su banda desean que todo el público reciba sus temas favoritos prácticamente tal y como los conocieron, aún mucho más enriquecidos con la interpretación de más instrumentos que en las grabaciones originales y con sitio también para jams e improvisaciones instrumentales varias resueltas con profesionalidad y solvencia. Tras el preludio con el Bruce tecladista de finales de los 80 post-Born In The USA, regreso al presente con el estimulante primer single de Magic, Radio Nowhere que puso la primera gran traca explota estadios e insufló las dosis de adrenalina al público necesarias para afrontar el vendabal que se avecinaba. Luego, No Surrender, la declaración de principios del americano de clase baja con ansias de ascenso social convertida en canción-himno del partido Demócrata, sirvió para mostrar la pericia de los miembros de la E Street Band en sus respectivos instrumentos. Out In The Street, del mítico LP The River (1980) puso al público, ya entregado, a corear los “oh-oh-oh-oh-oh” , del estribillo de manera entusiasmada. Hungry Heart, del mismo LP y un tema clásico en el repertorio del boss y un auténtico estándar del rock, recibió más tarde la misma o mayor calurosa acogida que Out In The Street, destapando la vena soul del boss y el poder de fascinación que tiene este tipo de música negra interpretada en grandes estadios. El público coreando el pegadizo estribillo de este tema (que curiosamente iba originalmente destinado al repertorio de… ¡Ramones!), fue uno de los momentos mas emocionantes del concierto.

Tras los temas iniciales, Bruce desató definitivamente su rol de comunicador nato y en la pasarela al efecto, comenzó se “mezcló” con el público a lo largo de dicha plataforma, la cual ocupaba la longitud del escenario. Apretones de manos, palmadas, y recolección de carteles hechos a mano por el público, en donde en algunos figuraba el título de algunos temas del músico que la gente deseaba que interpretase, terminaron de establecer la comunión absoluta entre el intérprete y su público. Sin separarse de sus guitarras en los primeros compases del recital (y de las que mas tarde iría prescindiendo), el Boss echó el resto con The Promised Land o Prove It All Night, el rock desengañado, proletario y loser del LP Darkness On The Edge Of The Town, con abundantes solos de Van Zandt y Lofgren, cada uno en su magistral estilo guitarrístico. Se echaron en falta mayores duelos instrumentales por parte de Bruce y los miembros de su banda, tan solo el impromptu final entre Springsteen y Little Steven de Prove It All Night sirvió la catarsis de diálogo virtuosista que muchos del público esperaban, aunque los problemas en las torres de sonido no ayudaron mucho. Por el contrario, cuando el de New Jersey se largó unos espectaculares solos en otros temas, afortunadamente no hubo ningún inconveniente y se pudo disfrutar de los punteos de un guitarrista voluntarioso pero menos brillante que los dos acompañantes antes citados, quienes tuvieron también sus abundantes momentos de protagonismo a lo largo de la noche. Una aguerrida versión de Summertime Blues de Chuck Berry puso descaro y energía teenager a la experimentada banda, en general como un reloj en el escenario. El saxo de Clarence Clemons (fenomenal showman) sonó imponente en todo momento, Max Weimberg demostró ser un batería fuera de serie, Nils Lofgren puso la cadencia country rock (esa distorsión steel guitar), Van Zandt la sureña (y su complicidad escénica con el jefe) y Roy Bittan y Garry Tallent, siempre más discretos, el inconfundible colchón sonoro y ambiental que siempre ha acompañado a Bruce en disco y en directo durante más de 30 años. La Scialfa derrocha más carisma que talento, Soozie Tyrell demuestra que ha sido un fichaje acertado (un violín en la E Street Band, ¿por qué no?), y Giordano sigue perfectamente los pasos del llorado Danny Federici.

Llegaron los momentos de emoción: a petición de uno de los carteles que portaba alguien del público, Bruce regresó a sus comienzos de canción de autor rescatando su 4th of July, Asbury Park (Sandy) de The Wild, The Innocent And The E Street Shuffle, amarga baladita folkie que Springsteen reinterpretó con suma sensibilidad con el apoyo del acordeón de Bittan mientras el escenario se quedaba a media luz y la pantalla grande ofrecía imágenes de un desierto parque de atracciones. Con la carne de gallina tras el interludio intimista, la banda recupera energía pero en dosis moderadas ofreciendo la enérgica versión eléctrica de uno de los temas acústicos mas conocidos de la carrera de Bruce, Atlantic City, batería imponente de Weimberg, pianos poderosos, espectaculares cambios de ritmo y la voz de Springsteen echando el resto con al complicidad de un coreante público. Livin In The Future y Long Walk Home fueron, a parte de Radio Nowhere, las canciones del ultimo álbum de las que el boss echó mano fuera de los bises y fueron bastante bien recibidas y mucho mejor interpretadas, con esa mixtura soul y folk en la primera, y el tono rabioso y reivindicativo de la segunda. Ninguno de los temas de Magic parecía desentonar en un repertorio mayormente de clásicos. Con mensajes concienciados en esforzado castellano Bruce trató de crear la atmósfera anímica anti-bush previa a Long Walk Home, pero esta claro que es más efectivo el lenguaje internacional de la música ante las dificultades idiomáticas.

Temas del primerísimo Springsteen como Growin´ Up parecen tener sitio en el repertorio en directo del músico en esta década tras haberlos arrinconado durante años, y la verdad es que la oportunidad de su recuperación es total: rock de cantoautor intenso y afectado reivindicable y efectivo en estadios a más no poder. Los momentos más intimistas se combinaron magistralmente con los más callejeros y canallas como Darlington Country (otro tema adueñado por el público), y surgieron sorpresas como la versión de Because The Night, el clásico que Bruce escribió a pachas con Patti Smith y que esta interpretó en 1978, logrando hacer saltar y bailar al público al son de su enérgico y pegadizo estribillo (sensación la que se hizo sentir al oír los primeros compases de piano de la canción). La emoción fue en crescendo con la envolvente balada Tougher Than The Rest , interpretada con alta intensidad junto con Patti Scialfa en uno de los momentos cumbre del recital. Había que terminar el concierto antes de los bises y era momento de alargar los temas y buscar el delirio del respetable: Prove It All Night tuvo varios falsos finales, She´s The One sonó tan negra, arrebatadora y bluesrockera como su original del 1975 y Mary´s Place puso al público de pie con su alegría entre sureña y de Rythm and Blues.


Tras hacer el mutis de rigor, Bruce y los suyos reaparecieron a lo grande concatenando temas de alto voltaje: Badlands , inmortal tema en el repertorio springsteeniano volvió a hacer revivir la época de la crisis del petróleo y sus consecuencias en el campo estadounidense, con su inolvidable riff teclístico y su palmeable y pegadizo estribillo que hizo enloquecer al público. The Last To Die devolvió al Springsteen más políticamente comprometido de los últimos años a través de un rock americano afectado e intenso que no hizo decaer la fiesta final que se estaba viviendo. The Rising, otra vez el Springsteen más maduro de los 2000 en impecable medio tiempo rock para grandes audiencias, fue uno de los temas que precedió a al traca final: el inmortal Born To Run, la pieza por la que jamás pasará el tiempo y que seguirá entusiasmando e inspirando a rockers de diferentes generaciones (porque vagabundos como nosotros, nena, hemos nacido para correr…) dejó definitivamente en pie a la audiencia que aún permanecía postrada en sus asientos, mientras se coreaba su ooooh!...Otro clásico mítico, Dancing In The Dark, el brillante primer single de Born In The USA (1984), el disco que convirtió al boss en un fenómeno de masas, se presentó tan encantador, urbano y ochenteno como le conocidos, aunque su conocidísimo riff de sintetizador fue interpretado por varios instrumentos, y coreado compulsivamente por un público enloquecido, mientras Bruce aún mantenía su chorro de voz pese al largo tiempo que llevaba cantando (se alquila esta pistola, incluso cuando estamos bailando en la oscuridad…). El cierre vino de la mano de American Land, el himno de folk céltico que el boss dedica a todos los inmigrantes de todas partes del mundo que contribuyeron a forjar el pueblo y la nación americana, con toda la banda en primera línea de fuego y el público enfervorizando. Parecía que este iba a ser el último tema, pero no: la propina inesperada llegó con una versión del Twist And Shout fusionado con La Bamba, con la complicidad del público. El respetable, ya estaba pleno de ajetreo y entusiasmo y despidió a Bruce y la E Street Band con una enorme ovación y gritos de entusiasmo.


Aunque suene cursi, fue una noche mágica. Una fiesta plena con un anfitrión de lujo, una leyenda de la música al que alguna vez en la vida, hay que haberle visto. Trabajo, pasión, honestidad, profesionalidad, buen hacer. Todo lo que toca el Boss se vuelve grande. Y todos los que de alguna manera hemos conectado con su música, también sentimos haber hecho algo grande. Todos queremos ser como Bruce.

lunes, julio 14, 2008

El aparatito de Lumiere - FUNNY GAMES (FUNNY GAMES U.S.)


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En 1997 el director austriaco Michael Haneke rodó en Alemania Funny Games, una polémica película de estructura casi teatral en la que se hacía una siniestra reflexión sobre la violencia como espectáculo, tanto desde el punto de vista narrativo como visual (aunque significativamente casi todas las escenas violentas eran omitidas mediante elipsis), criticando de paso la manipulación que se hacía (y se sigue haciendo) de cara al público de la violencia en el cine norteamericano. Once años después, el veterano realizador, quien cuenta en su currículo con premiados filmes dirigidos en varios países como la - no menos polémica - cinta francesa La Pianista (2002) o Código Desconocido (2000), ha llevado a cabo un remake de Funny Games en inglés y producido en USA aunque en coproducción con varios países europeos. El asunto era llevar a más público una película de culto, pero siguiendo fielmente el guión original y calcando plano por plano todas y cada una de las secuencias del Funny Games teutón. Es decir, que esta nueva versión sigue totalmente el espíritu de la película original: provocación continua al espectador mediante la catarsis de uno de los temas mas recurridos en el cine de los últimos tiempos: la violencia-espectáculo desde su vertiente más gratuita. Y claro está, sin renunciar en absoluto a presentar una teoría propia sobre la articulación de la violencia en la vida cotidiana y en cualquier contexto. El resultado es una película tan desasosegante y de incomoda visión como al original, aunque, como hemos dicho antes, la violencia salvaje no se ve explícitamente.

La actriz Naomi Watts es la productora y protagonista femenina de este nuevo Funny Games, en el cual incorpora a Ann, la madre de familia que junto con su marido George (Tim Roth) y su hijo, el pequeño Georgia (Devon Gearhart) son las víctimas en su propia casa, un lujosos chalet en una idílica urbanización cerca de un lago, del sadismo de dos misteriosos veinteañeros. Todo comienza cuando la familia recibe a los muchachos (interpretados por Michael Pitt y Brady Corbet), los cuales al parecer eran invitados de sus vecinos, pidiendo unos huevos para al comida que esta preparando su supuesta anfitriona. Con modales extremadamente exquisitos, pero un tanto compulsivos e inquietantes, los jóvenes (los cuales utilizan varios nombres y apodos a lo largo del filme), vestidos de impecable ropa deportiva en blanco inmaculado y ataviados con guantes blancos, se las ingenian para retener a los tres integrantes de la familia, y sin razón alguna, les someten sus “inocentes” juegos. Comienza entonces una narración angustiosa que va más allá del thriller y del cine de asesinatos adentrándose en el terreno del juego y del azar, ni más ni menos, para mostrar lo inverosímil que puede ser el origen de la violencia más irracional e injustificada. Todo es presentado tratando de hacer cómplice al espectador, mostrando recursos metanarrativoss e incluso “interactivos” - incluidos varios momentos en el que los jóvenes visitantes se dirigen directamente al público- en donde no se sabe a ciencia cierta si se están riendo de nosotros o simplemente nos están poniendo ante una situación tan límite que el tomar partido se hace inevitable, a costa poner en evidencia nuestras debilidades.

Filme inteligente y que da mucho que pensar, no es sino una muestra de las consecuencias de la cultura de al violencia en nuestra sociedad, que afecta hasta a las personas más insospechadas. La violencia como juego. Puede que no sea palto para todos los gustos, pero merece la pena ser vista.

domingo, julio 13, 2008

LOS RAYOS C SE VAN A VER A BRUCE SPRINGSTEEN EN DONOSTI


Este martes día 15 de julio veré por primera vez en vivo a Bruce Springsteen, uno de mis mas loados ídolos musicales. Sobra decir que será una experiencia inolvidable y personalmente un momento verdaderamente emotivo y recordable para el resto de la vida. Por ello me dispondré a compartir con todos vosotros, en estos Rayosc, la crónica del concierto en Donostia del músico de Freehold, que espero este lista antes que finalice la próxima semana.

El creador de Born To Run, The River, Badlands, Hungry Heart, Thunder Road, Racing In The Street, Promise Land, Out In The Street, responsable de discos tan fundamentales en la historia del rock como The River, Born To Run o Born In The USA, y uno de los cronistas mas intensos, auténticos y honestos de la sociedad americana y del universo rockista nos deleitará, junto a su mítica E Street Band, con su profesioanlidad y buen hacer sobre el escenario, aunque en esta gira este mostrando ya el paso de los años (se acerca a la sesentena).

En los próximos días, teneis una cita con la cróncia del concierto. hasta entonces.