lunes, octubre 28, 2019

DIA DE LLUVIA EN NUEVA YORK (A RAINY DAY IN NEW YORK)



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A sus 84 años y con su figura seriamente tocada por las acusaciones de acoso y abuso sexual el sigue a lo suyo haciendo su filme anual y firmando casi siempre buenas películas. Woody Allen no ha hecho esta vez ninguna obra maestra y su nueva cinta no tiene ningún viso de convertirse en un filme memorable, pero muestra a un Allen con capacidad y soltura para conseguir una comedia romántica creíble e inteligente aunque sea más de lo mismo como cada vez que el director neoyorquino se acerca a esa género. A Rainy Day in New York aunque (como de costumbre) ingeniosa en sus diálogos y excelentemente narrada además de no aportar nada realmente nuevo resulta excesivamente clásica - esto va siendo cada vez más notable en el maduro Woody Allen-  y un tanto deslavazada en su resolución y en unos personajes de los 2010 que definitivamente le quedan lejanos a Woody, pero de nuevo nos encontramos con unas notables interpretaciones que de algún modo sustentan la película y la hacen alcanzar cotas más que convincentes.

Thimotée Chalamet y Elle Fanning, dos jóvenes talentos con enorme proyección  son la pareja protagonista de esta historia enmarcada en un fin de semana y plagada de equívocos y situaciones al límite en donde el personaje de Gatsby (Chalamet), un universitario de buena familia inteligente y arribista pero bastante irresponsable intenta por todos los medios no perder su reputación con la relación con Ashleigh (Fanning) una aspirante a periodista decidida e integra pero demasiado metepatas ya que el muchacho percibe que la joven ni será del agrado de su familia ni tampoco que al relación será muy tranquila. Diferentes situaciones imprevistas darán lugar a giros de guión tan divertidos como previsibles para el espectador. Diego Luna, como un actor hispano que pretende enrrollarse interesadamente con Ashleigh y Liev Schreiber como un director de cine sesudo en un mal momento personal son dos de los actores masculinos más importantes del filme interpretando a personajes que de algún modo consiguen desconcertar a Ashleigh y meter indirectamente en bretes sentimentales y existenciales a Gatsby, mientras que Selena Gomez da vida a Chan, un antiguo interés amoroso de Gatsby que se convertirá en la conciencia del desnortado joven. La vistosa fotografía de la leyenda viviente Vittorio Storaro y la perfecta puesta en escena dan empaque a una película que se deja ver pero que no resulta difícil de olvidar. Los fans más acérrimos de Woody Allen disfrutarán como siempre pero el público en general posiblemente no comparta el mismo entusiasmo