viernes, diciembre 03, 2021

LA CASA GUCCI (HOUSE OF GUCCI)

 


 

 ** y ½

Con un ritmo de películas que ni Woody Allen, Ridley Scott a sus 84 años sigue estrenando casi anualmente y por desgracia sigue haciendo añorar el buen director que fue. Cuando su anterior El Último Duelo sigue aún en algunas salas nos encontramos ahora y casi en estreno simultáneo este filme basado en acontecimientos reales que trata de demostrar con poco éxito el supuesto estilizamiento de Scott a la hora de sumergirse en temas netamente europeos. Con un enfoque entre el thriller, el biopic y la soap opera televisiva, House of Gucci no deja de ser un filme irregular pese a contar con una dirección de producción esforzada y un eficaz reparto multinacional de rostros conocidos. La historia del asesinato de Maurizio Gucci -presidente durante un tiempo de la próspera empresa familiar italiana de artículos de lujo Gucci, en 1995 instigado por su mujer- es evidente que cuenta con interés dramático así como los tejemanejes del singular clan de millonarios trasalpino, pero un guión mejorable y con un discurrir temporal bastante poco claro y unos diálogos que no llevan a ninguna parte terminan por hacer de esta película un producto meramente pasable y escaso de emoción.

No cabe reproche alguno al excelente reparto encabezado por Lady Gaga como Patrizia Reggiani, la esposa de Maurizio y Adam Driver como el interfecto ya que se ve de lejos que la preparación en sus papeles ha sido encomiable en especial el de Lady Gaga dando vida a una mujer de clase media-baja desquiciada por la ambición en el momento que pasó a formar parte de una familia próspera (la cantante puede tener una enorme carrera como actriz como ya ha demostrado en otras ocasiones) pero la manera tan vaga con la que se nos presenta todo narrativamente hablando termina sumiendo en el sopor. El resto de personajes, que incluyen al patriarca Aldo Gucci (Al Pacino), el inestable improbable heredero e hijo de Aldo Paolo (Jared Leto), el apdre de Maurizio Rodolfo (Jeremy Irons) y la cómplice de Patrizia Pina Auriemma (Salma Hayek) pese a lo convincente del trabajo actoral parecen navegar entre la caricatura y el sensacionalismo y con ello la película pierde credibilidad. No obstante tampoco habría que obviar buenas escenas y secuencias y algún excelente momento de tensión dramática, pero los intentos de Ridley Scott por hacer un calco del cine europeo continental para el consumo del público de las superproducciones hollywoodienses no resulta nada acertado a la hora de mantener una credibilidad que el realizador ha ido perdiendo con el paso de los años.