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Fue Miguel Gila (1919-2001) uno de los más grandes humoristas de la historia de España y un personaje dotado de una biografía peculiar que abarcaba casi todas las vicisitudes y acontecimientos de nuestro país en el siglo XX, incluidas la Guerra Civil, en la cual tomó parte siendo poco más que un adolescente y el régimen franquista en el cual comenzó su trayectoria profesional como dibujante humorístico, humorista teatral y actor; su vida, marcada precisamente por su participación en la infausta contienda bélica en la cual se libró milagrosamente de la muerte por fusilamiento y que le dejó una peculiar visión tragicómica de lo absurdo de la guerra, pedía alguna adaptación a la ficción que en 2024 se ha llevado a cabo en forma de este largometraje que centrado en las vivencias del joven Gila en la guerra trata de reflejar y de una manera que podemos calificar como exitosa la influencia de aquel trágico episodio de la historia de España en la personalidad y el humor de Miguel Gila (el ya estandarizado concepto en España de “la guerra de Gila”). Un biopic comedia-drama con tonos a veces esperpénticos, otros más realistas y costumbristas y algunas pinceladas fantasioso-alegórico-poéticas que resulta muy grato de ver en su deconstrucción del cine bélico y el drama puesta al servicio de todos los matices de la visión del personaje no solo sobre los conflictos, las guerras, la relación vida-muerte y el odio sino también las ansias de vivir, la felicidad, la amistad, la familia y las relaciones humanas. Puede que tal amplitud de temas no haya sido abarcada con mucho detalle en esta cinta pero el resultado final como película es muy convincente.
Rodada con mimo y con sumo respeto hacia el sujeto de esta biografía (o mejor dicho memorias de juventud) y una cuidada ambientación de finales de los años 30, el director Alexis Morante ha debutado en el largo de ficción de una manera bastante brillante gracias en buena medida a un guion muy eficaz firmado junto con Raúl Santos que trata de aunar los diferentes datos biográficos con un retrato de la personalidad de Gila (más acorde e identificable con el Gila maduro humorista que todos conocidos) tierna, irónica e ingeniosa y un claro mensaje antibelicista. La denuncia de los injustos horrores de la guerra, retratados aquí con elaboradas escenas de batallas cuerpo a cuerpo, capturas de prisioneros y barrabasadas varias, es lo que vertebra el sentido de este filme en donde la figura de Gila se erige como un heraldo antiguerra, algo que él siempre fue. El joven actor valenciano Oscar Ledesma está inmenso como Gila, notándose que se ha preparado su personaje a conciencia con un modo de hablar y un acento castellano-madrileño calcado,) además de gestos y manierismos, vislumbrándose un enorme futuro para este intérprete. Brilla también el resto del reparto, con Carlos cuevas como su entrañable amigo caído Pedro Tabares, Salva Reina como un cabo y posteriormente sargento chusquero andaluz, Natalia de Molina como una fanática miliciana o Vicente Romero como un teniente de armas tomar -todos ellos compañeros de armas socialistas en las filas republicanas de Gila- además de Adelfa Calvo e Iván Villanueva como los abuelos del cómico. Interesante banda sonora de Miguel Santos, logrados efectos visuales incluyendo alguna animación que homenajea los dibujos de Gila (su faceta de dibujante, menos conocida, es reivindicable) y en definitiva esforzado e interesante trabajo repleto de humor, humanismo y ternura no exentos de momentos amargos que cumple con creces su objetivo de homenajear merecidamente a Gila y de lanzar a los cuatro vientos un grito de lo injusta y cruel que es la guerra.