sábado, septiembre 18, 2010

Mis 50 discos que te cagas (6): THE BEATLES – REVOLVER (1966)


En 1966 los Beatles se estaban cansando de tocar en directo. Las giras eran agotadoras y los gritos del públicos muchas veces hacían imposible oír las canciones incluso a ellos. Después de la experiencia de Rubber Soul (1965) a los de Liverpool les quedó claro que el futuro del pop estaba en sacar el máximo partido al estudio de grabación, y entonces se tomó le decisión: los Beatles no volverían a tocar en vivo y se concentrarían en la elaboración musical. Se propusieron entonces grabar un disco usando innovadoras técnicas instrumentales y de grabación (aún más revolucionarias que en Rubber Soul) y en donde siguiese teniendo cabida instrumentos exóticos como el sitar o la tabla hindú, y, por que no, se incorporasen cosas por entonces tan tecnológicamente avanzadas como los loops (de cinta de cassette) o las voces procesadas electrónicamente. El resultado fue un disco que sorprendió a propios y extraños y que marcó un nuevo hito en el grupo, convirtiéndose en su mejor disco hasta la fecha. Y más de 40 después Revolver sigue considerándose unos de los mejores discos de todos los tiempos


En Revolver había efectos sonoros a tutiplén, cintas al revés, distorsión de guitarras y unas ganas enormes por hacer un disco de bandera. En realidad, musicalmente tampoco se había avanzado mucho respecto al disco anterior, pero el tono del álbum era claramente diferente: una atmósfera de cierta trascendencia y perfeccionismo y un deseo por hacer las cosas de una manera bastante enigmática (algunas letras pelín desconcertantes): Revolver era ya el primer disco psicodélico (o prepsicodélico) de los Beatles y con el iba a comenzar una nueva era para el grupo, el cual ya había empezado a experimentar con marihuana y LSD. El disco en sí rezuma variedad, en una especie de cruce de camino entre los antiguos Beatles de la era Beat y los que vendrán en la era Hippy. Hay baladas tan melosas como Here, There and Everywhere con un McCartney en su vertiente más pastelonamente romántica (pero, para que engañarse, efectiva), orientalismos psicodélicos de diverso pelaje como el sinusoso pop exótico de She Said She Said, que marcaría la futura tendencia psicodélica de John o el viaje místico hindú de George en Love You To, dos canciones que dejaron con la boca abierta al público, aunque no tanto como con Tomorrow Never Knows una auténtica revolución de tema con guitarras revertidas, cintas de cassette a todo trapo y la voz de John convertida en una etérea salmodia…y la letra, inspirada en Timothy Leary el Libro de los Muertos tibetano.


Además del megarriesgo musical había también momentos algo menos experimentales pero que no dejaban de ser innovadores. El disco se habría con un certero rock semibailable de George, Taxman, un tema irónico y delicioso con contundente riff guitarrero que hasta el momento era lo mejor que había hecho Harrison. Paul tiene su mejor momento dentro del disco con la inolvidable Eleanor Rigby, un tan entrañable como inquietante canto a las personas solas envuelto en excelentes arreglos de cuerda de George Martin. Good Day Sunshine es un tema pop que comienza a mostrar el gusto de McCartney por el Music Hall cruzado con el pop eléctrico, algo que es aún más notable en For No One. John por su parte enseña tan pronto cartas de pop-rock desenfadado (And You Bird Can Sing) como de baladas acústicas semifolkies al estilo de Rubber Soul (I´m Only Sleeping). En definitiva, todo un glorioso juego de contrastes.


Por vez primera, las fuerzas creativas de John y Paul se equilibraron dentro de un disco, y Lennon dejó de ser el miembro “ligeramente destacado” de los Fab Four, en un LP en donde por vez primera George aportó tres composiciones: proporcionalmente, la mayor contribución del guitarrista en un LP de los Beatles. Y bueno, ¿qué decir de uno de los himnos de la música popular de todos los tiempos, Yellow Submarine?. Solo los Beatles podían incluir una canción infantil en un LP serio sin que nada chirríe; Paul se encargó de componerla y Ringo de cantarla.


La portada de Klaus Voorman, los efectos del submarino en Yellow Submarine, los coros no acreditados de Brian Jones y Marianne Faithfull entre otros, los arreglos de cuerda y viento, el sonido de las guitarras distorsionadas en algunos temas…todo el Revolver sueña Beatle y entrañable. Fue su tour de Force y les salió tan complejo que rehusaron a tocarlo en directo en su gira de despedida de 1966. Ya en casita, oyeron el Pet Sounds de los Beach Boys, se picaron, empezaron a consumir LSD a granel y planearon hacer un LP que superase al de los norteamericanos y a Revolver.



FICHA TÉCNICA


Géneros: Pop, Pop-Rock, Psicodelia, Etnopop

Publicación: agosto 1966

Producción: George Martin

Duración: 34:59

Músicos:

John Lennon: voz, guitarra eléctrica y acústica, piano, hammond, harmonium, loops de cinta, efectos de cinta y de sonido, percusión

Paul McCartney: voz, guitarra eléctrica y acústica, bajo, piano, clavicordio, loops de cinta, efectos de sonido, percusión, dirección de orquesta

George Harrison: voz, guitarra eléctrica y acústica, sitar, efectos de sonido, percusión

Ringo Starr: batería, percusión, voz

George Martin: piano, Hammond, efectos de cinta, orquestaciones, dirección de orquesta

Alan Civil: cuerno francés

Anil Bhagwat: tablas

Tony Gilbert, Sidney Sax, John Sharpe, Jurgen Hess, Stephen Shingles, John Underwood: Octeto de cuerda en Eleanor Rigby

Eddie Thornton, Ian Hamer, Les Condon, Peter Coe, Alan Brascombe: metales en Got To Get You Into My Life

Geoff Emerick: loops de cinta

Mal Evans: bombo, coros en Yellow submarine

Brian Jones, Donovan, Marianne Faithfull, Neil Aspinall, Pattie Boyd: coros en Yellow submarine



Track listing


1- Taxman

2- Eleanor Rigby

3- I´m Only Sleeping

4- Love You To

5- Here, There, And Everywhere

6- Yellow Submarine

7- She Said She Said

8- Good Day Sunshine

9- And Your Bird Can Sing

10- For No One

11- Doctor Robert

12- I Want To Tell You

13- Got To Get You Into My Life

14- Tomorrow Never Knows

martes, septiembre 14, 2010

El aparatito de Lumiere - ADELE Y EL MISTERIO DE LA MOMIA (LES AVENTURES EXTRAORDINAIRES DE ADÈLE BLANC-SEC)


* y 1/2


El cine francés últimamente también se apunta a la moda de la adaptación de cómics, porque, entre otras cosas, tiene una materia prima que en nada tienen que envidiar a los norteamericanos. Hasta hace unos años el asunto de los efectos especiales era bastante complicado para el cine europeo, pero, tal y como demuestra este filme, la cosa se ha homogeneizado bastante en cuanto a recursos tecnológicos para el cine europeo, y los argumentos propios del cine fantástico pueden ser acometidos- con mayor o menor fortuna- por países del viejo mundo. Precisamente lo que nos propone el ya veterano Luc Besson - uno de los directores galos más internaciones y autor de películas como Subway, Nikita, El Profesional o El Quinto Elemento, amén de otros éxitos comerciales como productor- es un filme de aventuras con elementos fantásticos y de comedia basado en uno de los álbumes protagonizados por la heroína del cómic francés Adèle Blanc-Sec, una reportera - aventurera de los años 10 creada por Jaques Tardi, un personaje popular en Francia. El resultado ha sido una película muy discreta, que aunque hace muy bien en no tomarse en serio a si misma (curioso sentido del humor) no logra los mínimos que se requieren para una interesante película de aventuras y entretenimiento. Todo esta muy poco trabajado en una peli de andar por casa que defraudará tanto a los amantes del cine de aventuras exóticas como a los seguidores del noveno arte en su vertiente más fantasiosa.


Pese a que el filme apuesta por la fidelidad al cómic original (con un espíritu de la acción cercano a Tintín) en lugar de irse por el camino más fácil y tomar la senda de Indiana Jones, la plasmación de las aventuras de viñeta en imágenes en movimiento es poco efectiva y espesa. Pocos momentos de emoción y de acción en medio de un universo de los años 10 entre realista y caricaturesco (muy interesantes las caracterizaciones extremas de gran parte del reparto) que al final resulta insulso y ramplón. Tampoco es que la premisa argumental del filme sea un prodigio de la coherencia narrativa (los intentos de la intrépida Adèle por resucitar la momia de un famoso médico real hallada en Egipto y la resurrección accidental paralela de un pterodáctilo en el museo del Louvre el cual causa el caos en París) pero esto en cómic resulta mucho más interesante y entretenido que las sinsorgadas en las que muchas veces cae esta peli. El personaje de Adèle, interpretado por la bella Louise Bourgoin, puede resultar interesante por lo que tiene de mujer adelantada a su tiempo, independiente y otros mil tópicos, pero no se le saca prácticamente nada de verdadero provecho. El clímax final de la película esta fatal, y ojo que anuncia una secuela. Una película con muy poquita chicha que desatiende a la función por la que fue concebida: la de entretener y divertir.

domingo, septiembre 12, 2010

MI PRIMER GRAN LIBRO DE RICHARD SCARRY



¿Quién es el autor de libros infantiles con mayores ventas en toda la historia? Richard Scarry (1919-1994), escritor e ilustrador estadounidense con más de 300 libros publicados y más de 100 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo. Scarry es recordado por especialmente por sus libros didácticos dirigidos a preescolares protagonizados por toda suerte de animales antropomorfos, en especial los correspondientes a la mítica serie conocida como Best Ever o Busytown, que en España solía llevar el prefijo “Mi Primer Libro de…”. Estos libros se publicaron originalmente entre 1963 y 1981, aunque Scarry no dejó de publicar nuevos títulos de otras colecciones hasta su muerte en 1994. Aquel mundo de animales que se comportaban como humanos en la vida cotidiana y que enseñó a varias generaciones de niños a leer y contar además de todo tipo de palabras y conceptos merece ser recordado y no caer en el olvido. Este es el homenaje que Rayos C realiza a Richard Scarry



De paseo por Busytown



En la década de los 70 se vendían como rosquillas los libors infantiles de un tal Richard Scarry, un norteamericano autor e ilustrador de los mismos cuyo inconfundible estilo gráfico y el hecho de que sus libros estuviesen exclusivamente protagonizados por animales hicieron que sus libros fuesen inequívocamente reconocibles e identificables por sus pequeños lectores. La vasta obra de Richard Scarry abarca 45 años (de 1949 a 1994) y mas de 300 títulos, la mayor parte escritos e ilustrados por él aunque también hay bastantes libros en los que el era únicamente el ilustrador. Casi toda su producción cien por cien propia estuvo dirigida a los niños y niñas en edad preescolar (de 2 a 6 años) y su intención era claramente pedagógica. Fue un pionero en los libros conceptuales para niños o si se quiere, en las “primeras enciclopedias” rudimentarias: diccionarios de imágenes, libros sobre países, oficios, vehículos, máquinas, números, edificios, además de libros con cuentos tradicionales o historietas inventadas, todos ellos con los entrañables animales habitantes de la ficticia localidad de Busytown (Ciudad Atareada; en traducción literal). Combinando las narraciones con las descripciones y las exposiciones didácticas, según fuese el concepto del libro, Scarry logró una enorme popularidad entre los niños todo el mundo especialmente en los años 60 y 70, época del auge de su serie Best Ever que comenzó en 1963 con Best Word Book Ever (Mi Primer Libro de Palabras, como se titulo en el Estado Español). En España precisamente Richard Scarry gozó de una enorme popularidad en la década de los 70 con sus libros de los animales de Busytown retitulados todos como Mi Primer Libro y editados por la mítica Editorial Molino. Todo un referente generacional para gente nacida entre 1968 y 1976 ya que fueron muchos, muchísimos los que aprendimos a leer con los libros de Richard Scarry y conocimos muchos aspectos, objetos y cosas varias de la vida de cada día gracias a los Mi Primer Libro. En España, el relevo generacional a principios de los 80 hicieron languidecer los libros del autor, que serian publicados por Plaza y Janés en dicha década pero ya sin el éxito de antes. No obstante, diferentes reediciones de los libros de Richard Scarry en todo el mundo en las décadas de los 80, 90 y 2000 confirman la intemporalidad de la propuesta de un auténtico visionario. En los últimos 25 años, los libros de Scarry han sido llevados en forma de dibujos animados al vídeo (década de los 80 y 90), televisión (años 90) y DVD (90).



Traducidos a más de 30 idiomas, a la larga los libros de Richard Scarry han sido de los más vendidos en la historia de la literatura infantil y las ventas en su conjunto a lo largo del tiempo convierten al autor en el escritor de libros infantiles que más libros ha vendido. ¿La clave de su éxito? Sería muy difícil de averiguar, tal vez por lo atractivo de su mundo de animales que vestían y se comportaban como humanos (la traslación del mundo real a otro imaginario en donde los animales eran la “especie dominante”, el sueño de muchos niños) y por lo bien que el autor sabía captar el interés de los infantes de corta edad mostrando todas las cosas que estos podían ver en la vida real: diferentes tipos de edificios, los diferentes oficios, tipos de ropa, vehículos, utensilios, herramientas y un sinfín de objetos. En realidad sus libros estaban dirigidos a críos de diferentes subespectros de edad, por ejemplo títulos como Mi Primer Libro de Palabras eran para niños de 2 a 5 años (para que se lo leyesen sus padres o aprendiesen a leer, mientras que otros como Busy, Busy World (creo recordar que en castellano se título Mi Primer Libro de los Países del Mundo) o Best Storybook Ever (Mi Primer Libro de Cuentos), con más texto y con narraciones en el sentido estricto estaban más dirigidos a chavales hasta los 6 o 7 años.




La mayoría de los personajes de los libros de Richard Scarry a partir de principios de los 60 eran, como hemos dicho los habitantes de la ficticia localidad de Busytown (no recuerdo como se tradujo en castellano) y había una serie de personajes mas o menos fijos o recurrentes: la familia Gato, el sargento de policía (un perro), el gorila Bananas, el alcalde (un zorro), los cerditos bomberos (Smokey, Sparkey y Snozzle). La Familia Cerdo, la maestra osa (Miss Honey), Gorgojo (Goldbug) el bicho motorizado, etc. Predominaban los mamíferos (cerdos, gatos, hipopótamos, osos, tigre, perros…) pero también había algún insecto, crustáceo, gusano (la mítica lombriz Lowly) o reptil y muy pocas aves. Todos con sus ropas, hábitos y comportamientos humanas



La vida de Mr. Scarry


Richard Scarry nació en Boston el 5 de junio de 1919, en el seno de una familia de exitosos comerciantes. En 1937, el joven Scarry, que ya había demostrado talento apra el dibujo, decide matricularse en la facultad de Empresariales, pero pronto dejaría esa carrera para cursar en la Escuela del museo de Bellas Artes de Boston. Debido a su participación en el ejército norteamericano durante la II Guerra Mundial, no terminó la carrera hasta el fin de la guerra, momento a partir del cual comienza a trabajar de ilustrador paria varias editoriales y publicaciones. Durante su estancia en la contienda bélica, Scarry pasó la mayor parte del tiempo en Europa y en Africa y se responsabilizó de la edición y redacción de algunos boletines informativos para el ejército norteamericano



En 1949 se mete de lleno en la ilustración de libros infantiles al ser contratado para hacer dibujos e inventar cuentos para Little Golden Books, famosa colección de libros infantiles en EEUU. Two Little Miners (Dos Pequeños Mineros) fue su primer libro, publicado en 1949, un año después de casarse con Patricia Patsy Murphy, escritora de cuentos infantiles que introducirá a Richard aún más en el mundo de la literatura para niños. Sacarry trabajó durante los años 50 casi en exclusiva para la editorial Simon and Schuster, la cual editaba los Little Golden Books, con libros en ocasiones coescritos junto con su esposa y casi siempre protagonizados por animales cada vez más antropomórficos.



1963 fue, como dijimos, el año en el cual Richard Scarry creó el primer número de la serie Best Ever y desde entonces decidió centrar sus principales esfuerzos creativos en el universo que había creado para aquel libro, el de Busytown y sus habitantes, así como optó por dedicarse en cuerpo y alma a una línea de libros didácticos para preescolares dejando un tato de lado (aunque no completamente) la narrativa tradicional. No siempre todos los títulos que Scarry publicará centrados en su mundo de animales tendrán el mismo formato inaugurado por Best Word Book Ever ni tampoco llevarán en su título las palabras Best Ever, pero estaba claro que desde principios de los 60, Scarry había dado forma a una serie de publicaciones infantiles con el mismo concepto (animales y pedagogía) que de alguna manera centraron su producción hasta su muerte, aunque el autor también ilustre en la década de los 70 y 80 libros ajenos o haga spin offs narrativos de algunos de los personajes de sus libros didácticos (y que por lo tanto pertenecen a la misma “serie”). Mi Primer Libro de Palabras fue en 1963 un superventas en EEUU y en todo el mundo en años sucesivos (7 millones de copias vendidas), mientras que Mi Primer Libro de los Países del Mundo (Busy, Busy World, 1965) no le fue a la zaga, ni tampoco Storybooks´s Dictionary, novedoso diccionario infantil ilustrado.





En 1966, Richard Scarry deja Golden Books y se pasa a Random House, donde además de nuevos títulos reeditará los primeros números de Best Ever. En 1968, Scarry se traslada con su familia a Lusana, en Suiza, donde continuará dibujando y escribiendo. Sus libros se reeditan (y con cada edición se modifican y mejoran) constantemente, muchas veces con títulos diferentes, y se traducen a multitud de idiomas, hasta el punto de que a mediados de los 70, Richard Scarry es un autor internacionalmente reconocido y su libros y su estilo de dibujo son ya populares entre todos los niños del mundo. En 1972 los Scarry se establecieron en una localidad suiza llamada Gstaad, donde Richard instalaría su estudio en el chalet que habían comprado allí. A medidos de los 80, Scarry comienza a perder visión pero no deja de trabajar. Fallece el 30 de abril de 1994 debido a un cáncer de esófago, a la edad de 74 años. Su hijo Richard Junior, Huck, también es escritor e ilustrador de libros infantiles.



Aquellos libros grandes



Como en el resto de países, en España la época de mayor éxito de Richard Scarry fue a finales de los 70, cuando Editorial Molino publicaba los libros de la serie Busytown y aledaños. Calculo que fue aproximadamente hacia 1972 cuando los libros de Scarry comenzaron a editarse en la península, conocidos como los Mi Primer Libro. Yo me acuerdo de haber tenido al menos cinco libros de Richard Scarry, editados entre 1974 y 1980, además de haber leído otros dos o tres títulos en la biblioteca escolar y de haber avistado más títulos en los escaparates de las librerías. Los Mi Primer Libro estaban editados en un formato relativamente grande lo cual los hacía inmensos para los críos más pequeños. El primer libro de Richard Scarry que tuve fue uno que me compraron cuando aún no sabía leer (con dos años), y creo recordar que se trataba de la célebre opera prima del universo Busytown Mi Primer Libro de Palabras, algo que no puedo corroborar ya que tanto ese libro como el resto los de Scarry que tuve terminaron en la papelera (cuando aún no existía el reciclaje). Aquel libro era mucho más infantil y “de bebés” que muchos que posteriormente leí del mismo autor y, como ya se ha indicado en líneas anteriores, estaba compuesto por imágenes y palabras, explicando de lo que era cada cosa: tipos de casas, colores, objetos de la escuela, cosas que te puedes encontrar por la calle, etc. Se puede decir que era un prólogo temático de muchos de los libros que después publicaría Scarry, en los cuales desarrollaría más a fondo diferentes conceptos determinados. Otros libros de Scarry que recuerdo son Mi Primer Libro de Números (Richard Scarry´s Best Count Book Ever), otro libro muy elemental, para aprender a contar; Mi Primer Libro de Cuentos, en donde se recogían cuentos tradicionales de toda la vida (Caperucita Roja, los Siete Cabritillos, Ricitos de Oro y los Tres Osos, los Tres Cabritos Gruff)con los animales Scarry de protagonistas; o un libro de vehículos (en inglés al parecer tenía el título original de Cars and Trucks and Things that go) compuesto por diferentes “paneles” de 2 páginas continuas en donde aparecían todo tipo de vehículos existentes (bicicletas, tipos de motos, bólidos, limousinas, camiones de bomberos, autocaravanas) o fantasiosos: una auténtica delicia en donde recuerdo especialmente los diminutos vehículos del insecto Gorgojo y su familia y el deportivo que en diferentes paneles conducía Dingo, un dingo australiano sombrero down under incluido.



Es especialmente mencionable Mi Primer Libro de Países del Mundo por su comicidad y su simpatía para mostrar a diferentes tópicos y aspectos típico-turísticos de diferentes países del orbe por medio de personajes que representaban a dichos países y que vivían cada uno de ellos su correspondiente aventura narrativa: el sargento Yukon, un mapache de la Policía Montada del Canadá, el panda chino Ah-Chu, Manuel el leopardo mexicano y sus problemas con las tinajas o el cerdito irlandés Patrick, que para curar su problema de falta de habla besó la legendaria piedra de Blarney con inesperados resultados. En similar línea cuentahistorias se situaba Mi Primer Libro de Cuentos , otro de los libros más deliciosos de Scarry que recuerdo, con historias poco conocidas en aquel entonces para el público meditrráneo como El hombrecillo de Pan quemado (The Gingerbread Man) o La mujer pequeña pequeña.





Los dibujos de Scarry no eran ningún prodigio técnico pero estaban sumamente cuidados y detalladas a la hora de explicar todo lo que podía haber en un hospital, en una escuela, en un tren y en un barco, en cuanto a objetos, personas, habitaciones, estancias, etc. Toda una primeriza enciclopedia visual que sin duda ayudó a agudizarnos los sentidos y la atención a muchos niños y niñas que enseguida identificábamos en la vida real muchas de las cosas que aparecían en los libros de Scarry. Aunque culturalmente el universo animal Scarry tendía ligeramente a ser norteamericano, el autor, que viajó durante su vida por muchos países de los cinco continentes y residió en Suiza, se esforzó por crear un mundo lo más asépticamente occidental posible y de hecho no dudó en otorgar a algunos de sus personajes vestimentas típicas europeas (suizas, holandesas). Según el mismo afirmaba, se basaba en la observación para captar el mayor número de elementos susceptibles de ser plasmados en sus ilustraciones: “Allá donde voy estoy observando. Incluso de vacaciones, cuando estoy en el aeropuerto o en una estación de tren, miro alrededor, tomo fotografías y descubro como la gente hace las cosas. Algún dia todo se enseñará en un libro”


Aunque en los 80 y en los 90 la obra de Scarry llegaría al formato audiovisual por medio el video y la televisión, la popularidad del autor en las nuevas generaciones irá remitiendo hasta caer en el olvido. Las reediciones de los libros del autor han sido constantes sobre todo en EEUU - con algunas modificaciones sustanciales para hacerlos más políticamente correctos, como la eliminación de roles típicos femeninos en cuanto a profesiones o un retrato de los ciudadanos de diferentes países menos simplista en Busy, Busy World- pero no se han alcanzado las ventas de otras épocas. En España la cosa esta bastante peor, ya que editorialmente no parece haber ya interés en la obra de Richard Scarry, aunque se hallan hacho algunas interesantes ediciones bilingües de sus libros (en inglés y en castellano), publicadas por Luna Rising.


Richard Scarry fue alguien muy importante para varias generaciones de ciudadanos de este mundo. Nunca recibió un premio o un reconocimiento por su obra, algo imperdonable. Dedicó su vida a enseñarnos, de una manera bastante inocente, bastantes cosas de la vida y a mostrarnos lo divertido que podía ser el mundo…si estuviese poblado por animales. El mundo de Richard Scarry no era más que una arcadia ideal, un mundo en donde todos eran felices y eso, aunque se veía que la vida real no era así, al menos daba una visión esperanzada de la existencia, algo que siempre es necesario a edades tempranas. Cerdos bomberos, perros policías, zorros alcaldes, osas maestras o conejitas bibliotecarias, poblaban unas páginas que enseñaban mucho, divertían aún más y desde luego que siempre se quedarán en la memoria de mucha gente.