lunes, abril 26, 2010

El aparatito de Lumiere - CIUDAD DE VIDA Y MUERTE (NANJING! NANJING!)

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La Concha de Oro del festival de Donostia estuvo plenamente justifica en el caso de esta película china filmadacon oficio, cuidado y sobre todo buen hacer. Una estupenda película histórica que recoge un trágico episodio en la historia de China, el genocidio ocurrido en1938 la ciudad de Nanking en plena guerra entre China y Japón. La escalofriante crónica de una orgia de odio, salvajismo y destrucción, la llevada a cabo por el ejército japonés contra la indefensa población civil china en los prolegómenos de la II Guerra Mundial. Filmada en blanco y negro con un estilo hiperrealista pero muy plástico y sugerente, Ciudad de vida y muerte es un filme que no deja indiferente a nadie gracias a su maestría plasmando de cabo a rabo y de manera totalmente creíble toda una serie de atrocidades, mostradas sin remilgos y sin artificiosidades dramáticas efectistas.

El único pero tal vez sea el poco hervor narrativo que adolece y su un tanto innecesaria frialdad, que al final terminan afectando al ritmo de la película. Se plasman casos y situaciones que ocurrieron realmente y se percibe que para su recreación el director y guionista, Lu Chuan, se ha documentado al máximo y se ha esforzado por tratar de reproducir tanta calamidad lo más fielmente posible, ayudado por unos actores de diferentes nacionalidades (chinos y japonenses, principalmente, aunque también europeos)que se dejan la piel. La película esta vista desde el punto de vista de las víctimas y el de los verdugos, pero lleva a cabo ninguna demagogia. Aunque es cierto que el ejército japonés aparece muy cruelmente retratado, también aparece algún nipón arrepentido y con su corazoncito, como el sargento Kadokawa.

Una película denuncia que pone los pelos como escarpias y que muestra un episodio de la historia del siglo XX poco conocido y que resulta realmente aterrador: matanzas indiscriminadas, violaciones masivas, esclavitud sexual. Todo mostrado sin mostrar los porqués, simplemente las aterradoras consecuencias. Una película tal vez no apta para sensibles pero que merece la pena verse.