lunes, agosto 08, 2011

Elaparatito de Lumiere - EL HOMBRE DE AL LADO



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De nuevo, una grata sorpresa llegada desde el cine argentino, con esta curiosa e interesante película entre el drama y la comedia con un original planteamiento. El hombre de al lado es la crónica pormenorizada de un conflicto entre dos personas muy diferentes que a partir del origen del mismo unirán sus destinos de manera irremediable mientras cada uno de ellos lucha por su causa particular. Como inusual escenario, una vivienda de Buenos Aires diseñada por Le Corbusier en donde vive con su familia desde hace tiempo Leonardo (Rafael Spregelburd) , un brillante diseñador de mobiliario y metódico profesor de diseño que hasta este momento no tenía ningún problema de gravedad en su existencia, y por otro lado su nuevo vecino Víctor (Daniel Araoz), un vendedor de coches práctico, mundano y algo rudo empeñado en construir una ventana en el patio interior del cool edificio, origen de discordia, ya que la ventana da hacia la de Leonardo y su familia, algo que al diseñador le inquieta ya que entonces ve peligrar su intimidad y la de su familia. 

La metáfora de la nueva ventana que abre un mundo nuevo es en lo que se basa esta película, un mundo nuevo para ambos hombres que consiste sencillamente en que cada uno de ellos es partícipe de un modo u otro de la vida de su vecino. Y todo esto contado de una manera verdaderamente inteligente, desdibujando un poco las fronteras de la narración convencional (durante el transcurso de la misma, el espectador no sabe a ciencia cierto si sucede algo o no de importancia  en esta historia) y utilizando a conciencia el curioso escenario donde se sucede la mayor parte de la historia (la vivienda Le Corbusier) y unos planos casi subjetivos verdaderamente deliciosos que refuerzan el carácter metafórico de la película. Otra serie de matices estilísticos situados casi como notas al pie o “entre corchetes” no hacen sino  enaltecer la enorme capacidad de sugestión de esta película, que prefiere el guiño de complicidad a la emotividad. Un más que interesante trabajo cinematográfico puede que un tanto árido estilísticamente pero con mucho intríngulis.