miércoles, octubre 02, 2019

BLINDED BY THE LIGHT





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Pequeña sorpresa la de esta película británica que burla burlando ha conseguido encandilar a crítica y público (aunque este último a mediana escala) con su curiosa mezcla de drama social y la música de Bruce Springsteeen, ahora que están tan de moda los musicales con canciones preexistentes y los homenajes cinematográficos a estrellas del rock. Este inusual encuentro entre el primer Stephen Frears (o ya si me apuras Ken Loach, aunque aquí la orientación es mas bien comercial) dentro del mundo proletario del Reino Unido y  el universo iconográfico de la música del norteamericano Bruce Springsteeen repleto de caravanas habitadas, obreros de refinerías, camioneros del medio oeste y losers urbanos (lo que cinematográficamente nos remitiría a los Scorsese o Ashby setenteros) se ha saldado con una credibilidad total que pone de manifiesto varias cosas: la universalidad de las letras del Springsteen más social y urbano (aunque este profundamente adscrito a la realidad estadouinidense), el carácter conciliador y global de la música, y como las diferencias y barreras culturales pueden romperse de la manera más inesperada. Y además, Blinded by the light no se queda solo en eso, triunfa y entusiasma como un áspero pero lleno de esperanza drama social, resulta cien por cien convincente a al hora de retratar la realidad de una ciudad obrera de UK a finales de los 80, muestra con honestidad y sin cortarse un pelo la difícil situación de la minoría pakistaní en las islas británicas, es una ejemplarizante historia de superación personal y sin duda alguna hará flipar a los fans del boss con la profusión de sus canciones en el filme, todas ellas versiones originales. Esto se ha lograda principalmente porque este filme es una historia biográfica, la de su guionista, el periodista británico de origen pakistaní Sarfraz Manzoor.  

La directora angloindia Gurinder Chadha (Quiero ser como Beckham, 2002) parecía una realizadora idónea para plasmar en imágenes parte de la adolescencia de Manzoor en al ciudad de Luton y ha cumplido con las expectativas firmando su mejor película. El trasunto de Sarfraz Manzoor es este filme Javed (Viveik Kalra), un chaval de origen asiático que en 1987 no se siente nada a gusto ni con su familia, que no ha acabado de integrarse en la sociedad británica y vive apegada a las tradiciones pakistaníes detestando cualquier aculturación occidental, ni con su entorno como adolescente, despreciado por muchos por ser un Paki y temeroso, como el resto de inmigrantes y originarios asiáticos, de las acciones de los fascistas del National Front todo ello dentro de la depauperada clase trabajadora de la Gran Bretaña de Margaret Tatcher y sus abominables medidas económicas. Un amigo sij, Roops (Aaron Phagura) le presta unas cintas del boss, cantante que él apenas conoce, y con sorpresa contempla como en las letras de sus temas están las respuestas a muchos de sus miedos e inquietudes pese a la distancia cultural entre el Reino Unido y Estados Unidos y su condición de asiático en un mundo de caucásicos. Sarfraz, que aspira a ser escritor y entrar en la Universidad de Manchester, accede entonces a un nuevo mundo mientras su personalidad se empodera y vence a sus temores, empezando por la difícil relación con su familia e incluyendo la relación con la decidida Eliza (Nell Williams). Una cuidada ambientación ochentera -en donde además de canciones de Bruce hay otros temas de otros artistas de la época- y un montaje dinámico pero tal vez sobrado de golpes de efecto hacen de este filme una deliciosa experiencia cuyo pero sería una falta de riesgo y concesiones a la comercialidad. Pero realmente su visión hace subir el ánimo, palabra.