viernes, febrero 13, 2009

STORM THORGERSON: IMAGEN METAFÍSCA DEL ROCK


















Pink Floyd. The Division bell (1994)
Muse. Black Goles ahd Revelations (2006)


Meeting Storm
Thorgerson


Si la música generase imágenes, esas serían las que durante más de 40 años ha creado el diseñador gráfico británico Storm Thorgerson (Poters Bar, 1944). Genial creador de imágenes fotografías artísticas desde finales de los 60, Thorgerson ha ilustrado algunas de las mejor portadas de discos de la historia, consideradas auténticos iconos del mundo del rock y de la cultura popular.


Desde sus comienzos en 1968 como cerebro del mítico estudio de diseño Hipgnosis (1968-1983), Thorgerson ha sido un maestro en la creatividad conceptual artística en el campo de la fotografía, concibiendo auténticas pinturas hechas de imagen real, en donde lo surrealista, lo onírico y lo sorprendente presiden la función, consiguiéndolo a base de la descontextualización y la conversión de lo cotidiano en algo sorprendente y a veces absurdamente inquietante. Sin usar apenas el fotomontaje y el postratamiento de estudio y prefiriendo la fotografía en paisajes y lugares reales y en ocasiones con artesanales retoques, la obra de Storm Thorgerson se antoja genial tanto desde el aspecto técnico como del artístico. Rodeado siempre de un buen equipo de fotógrafos y grafistas, sus míticas portadas de LPs son ya consideradas como auténticas obras de arte. Es especialmente memorable su trabajo en la década de los 70, aún dentro de Hipgnosis, donde reinventó el concepto de cubierta de discos siguiendo, el devenir y el substrato símbólico y filosófico de la música popular en una década tan crucial para ella como fueron los 70.


Arr: Pink Floyd. Delicate sound of thunder (1988)
Ab: Nice. Elegy (1971)

Led Zeppelin, AC/DC, Yes, Anthrax, Peter Gabriel, Muse, Alan Parsons, Audioslave, 10CC, y sobre todo, Pink Floyd, son algunos de los grupos y artistas de diferentes épocas que en algún momento requirieron los servicios de Thorgerson y sus muchachos. La colaboración de Thorgerson con Pink Floyd, que abarca la mayor parte de la discografía de la banda de Oxford y que comenzando en 1968 aún continúa, es sin duda para el gran público lo más conocido del diseñador en todo el mundo. Casi se puede decir que Thorgerson creó la imagen de Pink Floyd, tanto en discos como en carteles e imágenes promocionales o videoclips. El modo de proceder de Thorgerson es siempre inspirarse en la música y el las letras del disco en cuestión para extraer una imagen, un “algo” que represente lo que se esta escuchando o el sentido y la esencia del disco, siempre desde una perspectiva poética y simbólica, de ahí lo surrealista o a veces extravagante de su arte. El resultado final, siempre es de enorme belleza: una fotografía clara y limpia, espaciosa, que resulta visualmente evocadora e impactante.

Arr: Syd Barret. The madcap laughs (1970)
Ab: Styx. Pieces of eight (1978)
No todo es fotografía: Thorgerson ha cultivado el campo del videoclip y de los documentales y últimamente esta trabajando con ahínco en el DVD y en los diseños de páginas web. Casi siempre relacionada con el mundo del Rock, la obra del creador gráfico ha sido compilada en libros, y en numerosas ocasiones se han organizado exposiciones con sus imágenes (portadas, posters, carteles). Más allá del mundo de la música, concebidas por Thorgerson ha concebido fotografías para ilustrar libros o carteles de diferente tipo, siempre con su peculiar e inconfundible estilo.


Arr: Cramberries. Bury the hatchet (1999)
Ab: Pink Floyd. Echoes (the best of Pink Floyd) (2001)
Como ya dijimos, Storm Thorgerson comenzó su andadura en el mundo del diseño gráfico en 1968, tras estudiar literatura inglesa y filosofía en la Universidad de Leicester y al tiempo que estudiaba cine y televisión en Royal College of Art, en Londres. En esta ciudad funda junto con Aubrey Powell Hipgnosis, un estudio de diseño gráfico basado en la fotografía, dirigido principalmente al mundo del espectáculo y en especial al de la música Rock, la más emergente, joven y creativa industria británica del momento. Con el tiempo, el equipo Hipgnosis se enriquecerá con las aportaciones de Peter Christopherson, George Hardie, Paul Maxon, Richard Evans, Colin Chambers, y Richard Manning. Hasta la ruptura de los estudios en 1983, Hipgnosis se ganó la más importante reputación dentro del diseño de portadas de discos y postres promocionales de músicos y grupos. Thorherson escribiría además libros sobre el arte de las portadas de LPs, editados por Hipgnosis. En 1983 se embarca en el mundo de la imagen en movimento fundqando la productora de videoclips Green Back Films, que dura hasta 1985. Dispuesto a trasladar gran parte de su aportación en al fotografía al nuevo campo, dirige interesantes trabajos para Yes, Nick Kershaw, o Paul Young. Después de la desaparición de Green Back, seguirá realizando videos para Pink Floyd y ya en los 90 dirigirá documentales sobre temas tan sugerentes como los efectos de al droga en los artistas o la existencia de extraterrestres.



Pink Floyd. Wish you were here Single (1975)


En cuanto a la fotografía, ya fuera de Hipgnosis, Thorgerson ha continuado desde principios de los 80 su fecunda labor. En esta nueva etapa tiene como colaboradores principales a Peter Curzon, Jon Crossland, Finlay Cowan, y los fotografos Tony May y Rupert Truman, aunque también seguirán colaborando Chambers y Manning. El diseño de libros (muchos sobre cubiertas de LPs), páginas Web y DVDs son los nuevos campos a los que Storm Thorgerson se acerca en los 90 y 2000.



Algunas portadas de antología


PINK FLOYD. The Dark Side Of The Moon (1973)

Una de las más conocidas portadas de la historia de la música. Una fotografía hecha no de una imagen real sino de un dibujo, ejecutado, en su mayor parte al aerógrafo, por George Hardie. El prisma piramidal y el inusual espectro de luz de seis colores del que surge, sobre fondo negro, siguen siendo un primor para los ojos. Los latidos del corazón-batería, el grito en Hi-Fi…respira…El espectro se expande, y la música también. Bienvenidos a la cara oculta de la luna.




PETER GABRIEL I (1977)

Peter Gabriel tras la luna delantera de un Lancia Flavia en su primer álbum en solitario (sin título como los 3 siguientes, el numeral es solo para distinguirlo de estos) en ¿un día de lluvia? Pues no, Richard Manning, quien coloreó de azul el Lancia en al foto en B y N. añadió además gotitas. Excelente fotografía y excelente trabajo




UFO. Phenomenon (1974)

Banda señera del Hard Rock en los 70, UFO tuvo como portada de uno de sus mejores álbumes una curiosa instantánea, en donde Thorgerson y sus muchachos captaron el momento en que un matrimonio ve una “cosa volando” y la toman por un Ovni (UFO en inglés). No era tal, pero la escena venía que ni que ni pintada para un grupo llamado Ovni. Uno de los escasos ejemplos en los que Thorgerson utilizo la “realidad”, pero sin perder todas sus señas de identidad gráficas e iconográficas, lo cual resulta enormemente insólito.




LED ZEPPELIN Presence (1976)

Tradicional familia feliz ante una me
sa. Mirando algo que esta en el centro, ¿Qué es? Ni Thorgerson ni la gente de Hipgnosis ni Led Zeppelin lo supieron jamás, pero era eso, un “presencia extraña”, pese al rostro de felicidad de los personajes. Ese precisamente fue el origen del nombre del penúltimo LP de la mítica banda de Robert Plant y Jimmy Page.




ANTHRAX Stomp 442 (1995)

Un ejemplo del trabajo de Thorgerson en los 90. La enorme bola de chatarra, hecha de chatarra real, se formó juntando las fotografías de un cuart
o de esfera hueca, consiguiendo el efecto de esfera perfecta. La perspectiva, además, está perfectamente conseguida (obsérvese la sombra y el personaje de la derecha)





GENESIS The Lamb Lies Down On Broadway (1974)

Otro de los hitos de Thorgerson en su etapa de Hipgnosis. Para la imagen externa de su obra maestra, la banda de Peter Gabriel y Phil Collins contó por primera vez con los servicios del estudio para crear una portada en una línea diferente a las que habían hecho hasta entonces. Este maravilloso disco conceptual contaba la historia alegórico-iniciática de Rael, un joven neoyorquino en busca de su propia identidad. Thorgerson, a base de una serie de fotos en blanco y negro (en la portada y contraportada, trato de reproducir algunas de las escenas de esta opera- rock, con un mismo modelo interpretando al protagonista. Un diseño revolucionario que adelantaba algunos conceptos visuales de los 80




BRUCE DICKINSON Skunkworks (1996)

Un ejemplo de cómo Thorgerson es un maestro del efecto simétrico y de la captura de espacios abiertos. El antiguo vocalista de Iron Maiden contó con sus servicios con genial resultado. ¿Qué sería un paisaje de Strom Thorgerson sin una (insignificante) presencia humana? Gran foto de Tony May.





PINK FLOYD. Wish you were here (1975)


Una portada antológica que en la actualidad es todo un icono Pinkfloydiano. Reflejando el negocio de la música, encarnado por el mefistofélico saludo de dos trajeados individuos, uno de ellos en llamas (el modelo estaba ardiendo en realidad, con traje y peluca especiales). Los estudios de cine Burbank, en California, sirvieron de localización de tan asombrosamente surreal escena.




MUSE. Absolution (2003)

Las obras maestras de Storm Thorgerson no
concluyeron en los 80. Muse, una de las bandas más emblemáticas de los 2000, tiene en su Absolution, una de las mejores portadas de LP de la década. Con las sombras de las “figuras voladoras”, pintadas sobre el suelo, la imagen devolvió al gran público el sentido de la trascendencia y la poesía visual en ell mundo de la imagen asociada a la música. Thorgerson volvió con este trabajo a colaborar con un grupo de éxito masivo, como en sus mejores tiempos.




ASHRA Correlations (1979)

Esta (poco conocida) portada de un (poco conocido fuera de su país)) grupo alemán de Rock progresivo (heredero de Ash Ra Tempel), es una de la
s más sorprendentes de ST. Lo que se ve cerca de al boca de la mujer es un chorro de agua real, captado en una pequeña fracción de tiempo.




EUROPE. Secret Society (2006)

¿Qué mejor manera que una banda exitosa en decadencia recupere su credibilidad en parte con un excelente diseño de LP? (lo de la música…bueno, eso ya se verá). Y si es con ST, entonces ya ni te cuento. Los suecos que a finales de los 80 triunfaron con su exuberante y comercial Hair Metal, regresaron en 2006, y como presentación
una turbadoramente bella imagen de la factoría Thorgerson. Un hombre apartado en una esquina, con las manos sin cuerpo que le invitan a su sociedad secreta. Otro prodigio en el tratamiento de la simetría.




LED ZEPPELIN Houses of The Holy (1973)

Imagen completa (portada y contrportada) de una de las mejores cubiertas de LPs de la historia. Coloreado a mano a partir de una fotografía de Autrey Powell. ¿Pedofilía? De ninguna manera. El cielo anaranjado, aunque parezca que no, es el principal causante de la belleza de la imagen.


lunes, febrero 09, 2009

El aparatito de Lumiere - EL CURIOSO CASO DE BENJAMIN BUTTON (THE CURIOSUS CASE OF BENJAMIN BUTTON)


**** y 1/2



La película más nominada de los Oscar realmente parece eso, una película para arrasar en la noche de los Oscar. Con un director con talento como David Fincher (que por cierto firma aquí su mejor película), un megaconocido actor protagonista como Brad Pitt, unos productores curtidos en mil y exitosas batallas como Kathleen Kennedy y Frank Marshall, antiguos socios de Steven Spielberg, y un guionista con un Oscar bajo el brazo como Eric Roth (Forrest Gump), no es extraño que este filme destile ambición por los cuatro costados. Tal ambición esta plenamente justificada ya que El curioso caso de Benjamín Button, es una gran película, y además de agradable visión y muy bien contada. No llega a obra maestra por su algo sobredesarrollada pretenciosidad y lo deficientemente explícito de su mensaje. El punto de partida, una novela breve del gran maestro de las letras norteamericanas Francis Scott Fritzgerald (1896-1940), escrita en 1921, suponía un enorme reto narrativo para una película, además de un esfuerzo técnico por lo peculiar de su argumento, la fabulosa historia de un hombre que nace con los síntomas de la ancianidad y que con el paso del tiempo va rejuveneciendo. En esta adaptación la acción, originalmente situada entre 1860 y la I Guerra Mundial, se atrasa unos años para hacerla coincidir con la época actual, concretamente entre 1918 y 2007, y en general la versión es bastante libre aunque se mantiene la esencia de la historia. La adaptación se ciñe una dimensión más vital e introspectiva que épica, merced a un buen ejercicio de estilo narrativo que hace creíble una historia rocambolesca y extravagante que no cae ni en el ternurismo impostado ni en la lágrima fácil. El transcurso del tiempo en la película (90 años) se refleja adecuadamente utilizando la progresión natural de la (peculiar) vida de un personaje sin mostrar sucesos verdaderamente extraordinarios en la existencia de este, ni tan siquiera importantes giros de guión. Ahí reside la genialidad de un guión, que pese a algunas carencias, termina seduciendo irremediablemente al espectador.

Esta película tampoco abusa de los convencionalismos de lo fantástico, (como en un principio se podría suponer, atendiendo a su premisa argumental) y contiene el melodrama; visto a esto a muchos les podría parecer una película sin atractivo para el público medio, pero esto en realidad no ocurre gracias a la sencillez y al claridad con que se nos narra este cuento de hadas. La crónica histórica americana que hace (mas costumbrista que de acontecimientos) esta muy bien conseguida y cada época del siglo XX aparece excepcionalmente reflejada; siempre a los ojos de ese Benjamín Button cuya extraña condición le hace concevir su existencia y la de los demás de un manera harto extraña: entre vital y temerosa, la pura dualidad del ser humanoLa bellísima fotografía, logra añadir un espectáculo visual acorde con las sublimes pretensiones del filme.


Nueva Orleáns es el lugar donde se desarrolla la mayor parte del filme y en donde Benjamin comienza su vida, en donde desde el priemr momento al muerte y al decrepitud han estado presentes, ya que ha sido criado en un asilo de ancianos en donde su padre, un rico industrial, le abandonó ante su “deformidad”. Con una bondadosa mujer negra, empleada del asilo, como madre adoptiva, Benjamin comienza a aprender de la vida de delante hacia atrás. Así, un amor que en un principio parecía imposible como el que vive con Daisy (Cate Blanchett), pronto encontrará su “final feliz” pero, pro desgracia y por los caprichos de ese tiempo que para el protagonista va hacia atrás, no será definitivo.

La interpretación de Brad Pitt, ultramaquillado (a veces con retoque digital, ojo) para dar vida a un personaje durante diferentes edades, es esforzada y conmovedora: su mejor interpretación. Blanchett no se queda atrás – sus escenas como una anciana son especialmente brillantes- en su actuación transtemporal, y es de mención la revelación de al película, al actriz afroamericana Traji P. Henson, como Queenie, la enérgica madre adoptiva del protagonista. Y, finalmente, mencionar los excelentes maquillajes los que se someten los personajes para reflejar el avance del tiempo y los efectos especiales, como los que superponiendo el rostro caracterizado de Pitt en el cuerpo de un niño consiguen crear un anciano de 7 años.

Lo más reprochable de la peli es que no sepa transmitir como es debido su mensaje, que es el de la dificultad de cómo encarar el paso del tiempo y el de la dramática relación del ser humano con la muerte, y que el público se quede con una historia de amor mas bien complicada. Hay muchos personajes de enorme atractivo (Nguda el aventurero pigmeo, la peculiar espía británica Mrs. Abbot, el incorregible capitán Mike, el senil Sr. Dawns), que van pululando en esta subvertida línea del tiempo que vive Button y que refuerzan los argumentos de caldiad de la película, lo mismo que el recurso a pequeñas y descontextualizadas historias insertas en la trama e imágenes de cierto sentido simbólico. Una película bella y estimulante, que justifica el paso por las salas en algún momento de las próximas semanas.