sábado, noviembre 21, 2015

SPECTRE




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Decididamente, el filón de James Bond 007 ya no da para mucho más. No sirve de nada tratar de relanzar la eterna saga con un producto moldeado a base de un elevado presupuesto y un guión inteligentemente efectista como ya se hizo con Skyfall (2012) si después se vuelve a lo de siempre con una absoluta flan de imaginación algo que por otra parte la serie venía adoleciendo desde principios de los 80 aunque las relativamente buenas taquillas de los filmes 007 han logrado no interrumpir definitivamente la franquicia. Spectre, al igual que Skyfall dirigida por Sam Mendes, vuelve a reincidir en la “humanidad” del agente 007 tal y como esta siguiendo la imagen canónica del personaje desde que Daniel Craig comenzó a encarnarlo, pero además de no dar el pego en ningún momento desde la vertiente dramática- otra vez refiriéndose al pasado del superagente- se echa en falta una historia más elaborada y apasionada y no una sucesión de clichés sobre el personaje y de todo lo que se espera de sus películas, algo de lo que adolece la serie desde tiempo inmemorial. Pero parece que el público no se cansa de recibir siempre lo mismo al menos hasta el momento (aunque la serie ya tuvo su momento crítico a finales de los 80) y no nos engañemos, no cabe esperarse mucho más de un filme de James Bond.

Spectre vuelve a jugar con la mitología de un personaje de ficción del que ya se ha dicho y hecho de todo y tras superar algunos impedimentos legales los responsables actuales de la franquicia vuelven a introducir Spectre (Spectra, como siempre se ha conocido en castellano), la peligrosa organización criminal internacional con ansias de dominar el mundo creada por junto con el personaje de Bond prácticamente desde sus comienzos como personaje literario de la mano de Ian Fleming, y con ella retorna su cabeza visible, el carismático supervillano Ernst Stavro Blofeld encarnado con convicción pero sujeto a lo más o menos esperable por ese gran actor que es el austriaco Christoph Watz. Y tal y como cabía esperarse, pese a reinventarse dicho personaje para la ocasión con una sugerente conexión con Bond, el homenaje fácil y el pastiche hacen su acto de aparición relativizando bastante el buen trabajo de Waltz en el papel: una pena. Mexico DF, Roma y Túnez son algunos de los escenarios en donde se desarrolla la historia trufada de acción trepidante, explosiones, persecuciones imposibles motorizadas, luchas cuerpo a cuerpo y bases secretas de alta tecnología con villanos muy malotes. Una cierta crítica a la corrupción de las élites gobernantes intenta abrirse paso en un espectáculo predecible y malamente grandilocuente donde los efectos visuales son los claros protagonistas. Sam Mendes, eso si, trata de poner su impronta de gran director pero la premisa es mas endeble que en Skyfall y poco puede hacerse. Y es que ya todo lo relativo a 007 es reiterativo y aburrido.       

viernes, noviembre 20, 2015

3 CORAZONES (3 COEURS)




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Últimamente se echaban falta en las pantallas dramas verosímiles y creíbles, y burla burlando ha llegado este estupendo filme francés que con un minimalismo narrativo y escénico bastante notable, una historia sugerente y a su manera tremenda sobre todo y grandes dosis de introspección psicológica y humana tanto desde su vertiente más pesimista como esperanzadora, ha logrado una película sugerente y extrañamente conmovedora que demuestra que detrás de los pirineos se encuentran grandes orfebres del drama como el director Benôit Jacquot, un veterano que domina la narración en imágenes como nadie incluso metiéndose en extraños vericuetos estilísticos. 

Apoyada por un reparto eficaz, la película se sustenta en sus personajes para contar una extraña relación a dos bandas que se sucede durante varios años, surgida por azar y con un final que se antoja incierto. El belga Benôit Poelvoorde, uno de los más solicitados actores de lengua francesa de los últimos años, encarna con una total solvencia a un personaje dubitativo e incierto que se mueve entre lo patético y lo sublime: Marc, un inspector de hacienda con problemas del corazón que tras ver esfumarse accidentalmente lo que podía ser la cita de su vida con Sylvie (Charlotte Gainsbourg) una joven lastrada por sus problemas emocionales y de matrimonio, emprende poco después una relación con Sophie (Chiara Mastroiani) una mujer también casada que termina dejando a su marido y que es la hermana de Sylvie sin que Marc -durante bastante tiempo aún con el recuerdo de ella- lo sepa. Una historia sobre casualidades, fatalidades, oportunidades perdidas e intercambio de roles (el destino de las hermanas termina siendo intercambiado) todo bajo el poderoso influjo de los sentimientos y el corazón, que en el caso de Marc se encuentra enfermo en el sentido literal de la palabra. Gainsbourg y Mastroiani demuestran ser bastante más que dos “hijas de” (curiosamente la mítica Catherine Deneuve, madre de Chiara -junto con Marcello Mastroiani- interpreta a la madre de las chicas) y componen magistralmente sus papeles de dos hermanas a las que la fortuna les ha deparado una suerte dispar por causa indirecta del mismo hombre, viviéndolo de manera extrema y descarnada. Con algún apunte de comedia, momentos de puesta en escena un tanto simbólica y utilización de recursos casi descontextualizados (la voz en off que narra algunos pasajes de la historia en los momentos más tensos) 3 Coeurs se postula como una película que pese a su amargura formal, se deja ver y mucho.