jueves, diciembre 30, 2010

El aparatito de Lumiere - BRUC: EL DESAFÍO




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Podía haber dado más de sí esta nueva visión del casi legendario episodio histórico de “el tambor del Bruc” (o Bruch), un hecho que tuvo lugar en la guerra de la independencia de España contra Francia, concretamente en 1808 y en e el cual se cuenta que en la segunda batalla del Bruch, cerca de las montañas de Montserrat, en Catalunya, un pastorcillo repicó su tambor y su sonido se multiplicó por efecto del eco de las montañas, provocando la huida del ejército francés ante la creencia que se encontraban ante un numerosísimo ejército con miles de tambores. No es muy fiable esta leyenda pero fue explotada hasta la saciedad como ejemplo de heroicidad patriótica durante el franquismo, al tiempo que la propia batalla del Bruch acabó con el mito de la imbatibilidad del ejército napoleónico. Sin ser la primera vez que este hecho se lleva al cine, la cosa estaba en ver como se planteaba esta revisión contemporánea del hecho, con una premisa que de primeras suscita curiosidad, como es la de hacer una película de acción con clichés mas propios del siglo XX o XXI y cierto tono más hollywoodiense que español. Pues bien, este experimento llevado a cabo por Daniel Beinmayor (Paintball), no se puede calificar como feliz, sino más bien de un inofensivo estrambote que parece una revisión decimonónica, casi steampunk, de la saga John Rambo a mayor gloria de un actor en pleno crecimiento interpretativo (pero aún muy irregular) como es Juan José Ballesta, y en donde el rigor histórico se pierde en un vestuario poco posible para la época, caracterizaciones propias de cómic de aventuras y varios anacronismos de libro, como el de unas cruces rojas en los uniformes de los médicos de campaña 

En realidad, la película no cuenta el conocido episodio del tambor en Montserrat, sino acontecimientos que vinieron después y que tiene como protagonista al héroe del Bruc, interpretado por Ballesta (se cree que se llamaba en realidad Isidro Llusá, pero este dato aún se desconoce a ciencia cierta). Es la crónica de la persecución implacable a la que   se ve sometido por porte  de un ejército francés que humillado, busca venganza poniendo precio a la cabeza del joven (tradicionalmente, siempre se ha dicho que el tamborilero del Bruc era un niño…). Con momentos que remiten al cine de policial de persecuciones y a la aventura barata, la película no llega a convencer y ni tan siquiera es generosa en su ritmo. Hay algunas escenas muy bien rodadas, como los flashbacks donde aparece al famosa batalla del Bruch con los franceses de retirada, y el bello paisaje escarpado de las montañas de Montserrat esta muy bien captado, pero la película no esfuerza por se algo más que una anécdota y el espectador termina por pensar que le han dado gato por liebre. El reparto internacional, en el cual se encuentra un convincente Vincent Pérez como el pérfido militar francés que lleva a cabo la persecución contra nuestro héroe, se limita a cumplir con personajes que más bien parecen sacados de un tebeo o de una película de acción barata. Puede que resulte original el dar un tono contemporáneo a esta historia- inventada en esta película ya que no se sabe casi nada del personaje del pastor catalán metido a tambor- pero lamentablemente el resultado ha sido deficiente. Vistosa y entretenida a veces, pero totalmente vacía. Eso si, su director esta rodando ahora en EEUU, igual allí se le agradece más un trabajo como director de encargo.       

lunes, diciembre 27, 2010

Mis 50 discos que te cagas (15): VAN MORRISON – MOONDANCE (1970)


Aunque Astral Weeks (1968) es sin duda el mejor LP de Van Morrison, el disco más popular, exitoso, entrañable y tal vez influyente del león de Belfast es su tercer álbum Moondance. Si el anterior disco fue un feliz experimento folkie-blues-jazzístico que poca relación guardaría con la obra posterior de Morrison, Moondance es un bosquejo espontáneo pero sublime del Van Morrison de la primera mitad de los 70, el Morrison más inocente, rural, alegre, folkie y romántico que uno puede encontrarse en su extensísima discografía. Con él mismo ejerciendo por primera vez de productor (aunque bajo al tutela del artífice del sonido de Astral Weeks, Lewis Merenstein), Moondance  recoge diez temas que por si solos constituyen un perfecto y atractivo cancionero que va desde el R&B al folk pasando por el soul blanqueado y el jazz pero todo ello presentado de una manera mucho más accesible y comercial que en el LP anterior. Fue el primer gran éxito de Van Morrison en cuanto a LPs y a partir de ese momento el norirlandés afincado en Nueva York se convirtió en un nombre de referencia en la música popular, status que cuarenta años después sigue manteniendo       

Rodeado de músicos competentes, este baile lunar es una joya repleta de paisajes musicales y vocales entrañables, con un Van Morrison con unas cualidades canoras aumentadas y mejoradas respecto al disco anterior que son las que engrandecen sin lugar a dudas a Moondance. Aquí se encuentran algunos de los temas más populares de Van, caso de la pieza que da título al álbum y de And It Stoned Me, auténticos standards de la música del siglo XX. El primero es un sugerente e intenso tema en clave jazzística semi bailable con instrumentos tan poco usuales en el género como la flauta y la guitarra acústica, una canción inmortal en el repertorio de Van Morrison con belleza intimista, nocturna y de pub más que de club;  And It Stoned Me por su parte es un soulístico paisaje nostálgico de la infancia espectacular y afectadamente interpretado. Tras este esclarecedor prólogo, es fácil adivinar que todo el disco fluctúa entre lo delicado y lo vital, esto último en ocasiones de manera arrebatada y pasional. Dentro del capítulo intimista se encuentra la caricia melódica jazzy de Crazy Love, con emocionantes y dramatizadas inflexiones vocales de Van, o la intensa Into The Mystic, inspiración folk con envolvente aire poético, tal vez el tema que más se aproxima al espíritu de Astral Weeks, sin olvidar el regusto bluesístico decadente de Brand New Day. Los temas mas rápidos pueden combinar el poderío R&B con el glamouroso sonido de una sección de metal en un auténtico torrente rítmico de regusto algo gospel (Come Running), o ser una pegadiza tonada rural de sofisticación negroide (Glad Tidings), e incluso un reel de folk céltico imbuido de R&B (Everyone)    

Caravan es otro de los highlights del LP, una historia de nómadas gitanos en clave de medio tiempo intimista pero con ritmos bien marcados, arreglos de metal poderosos y una garganta que emociona. La mezcla se agita aún más con  These Dreams of You, que pese a su estructura bluesera hay sitio para New Orleans y el prácticamente omnipresente en todo el álbum sonido flokie. No cabía duda que Van Morrison se había sofisticado al máximo y había creado una nueva forma de ver el jazz, mucho mas asequible y cercana al pop y a la música popular negra (el soul, principalmente) que los experimentos de los grupos de rock progresivo con este tipo de música. Y además había contribuido a meter de lleno el folk irlandés en el mundo del rock y, lo que era mas importante, había creado un lenguaje musical propio que le acompañará durante muchos años, por no hablar del poder de atracción incluso hoy en día de sus emocionantes, cercanas y encantadoras letras. Moondance es un álbum que sigue entusiasmando y resulta especialmente adecuado en reuniones de pubs, momentos íntimos, y, a ser posible, a altas horas de la noche en cualquier contexto donde se trate de sentir, extender y compartir un sentimiento de felicidad. Si no lo has oído nunca, óyelo, merece más que la pena. 
 

FICHA TÉCNICA

Géneros: Folk Rock, Rhythm & Blues, Jazz Rock, Blue Eyed Soul
Publicación: febrero 1970
Sello original: Warner
Producción: Van Morrison (Lewis Merenstein prod. ejecutivo)
Duración: 38:14
Músicos:
Van Morrison: voz, guitarra, pandereta, harmónica
Jack Schroer: saxo alto y soprano.
Colin Tilton: flauta, saxo tenor.
Jeff Labes: órgano, piano, clavinet
John Klingberg: bajo
John Platania: guitarra
Gary Malleber: batería, vibráfono
Guy Masson: conga
Emily Houston, Judy Clay, Jackie Verdell: coros


Track listing

1- And It Stoned Me
2- Moondance
3- Crazy Love
4- Caravan
5- Into the Mystic
6- Come Running
7- These Dreams of You
8- Brand New Day
9- Everyone
10- Glad Tidings

viernes, diciembre 24, 2010

RAYOS C EN LA OSCURIDAD OS DESEA....

FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO 2011!


Y QUE LOS RAYOS C SIGAN BRILLANDO ALLÁ DONDE VAYAIS 

martes, diciembre 21, 2010

El aparatito de Lumiere - BALADA TRISTE DE TROMPETA



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La obra maestra de Alex de la Iglesia.18 años después de su debut en el largometraje con Acción Mutante, el presidente de la Academia del Cine Español firma su filme más redondo y espectacular, un siniestro, cruel y surrealista drama mediante el cual se trata de hacer una caricatura critica tan despiadada como gruesa de la historia reciente de España y del carácter ibérico. La metáfora elegida, el mundo del circo y más concretamente, los payasos. Porque al cineasta bilbaino, según confesión propia,  desde pequeño siempre le ha aterrado los payasos y esto unido al hecho de que estos personajes tiene un potencial dramático y simbólico inconmensurable desde infinitas vertientes, y el que España siempre ha sido un país en donde la cultura payasil, entendida como se quiera, siempre ha triunfado, pues hacía indispensable la figura del clown para confeccionar esta especie de cartoon de carne y hueso, este espectáculo granguiñolesco de venganza, violencia, sadismo, odio, celos e irracionalidad que conjuga elementos de comedia negra con drama desde las tripas, mucha mala uva y ausencia total de mensaje positivo. Un cruel y acidísimo retrato de la condición humana que no reconforta en absoluto y que viene a decir que el hombre es un animal cruel y vengativo en todas sus facetas, incluso para provocar la risa es necesario el salvajismo.

Esta película es la más cara de las rodadas por de la Iglesia, pero aunque si bien es cierto que se apuesta por el espectáculo y la acción no es menos cierto que Balada triste de trompeta es en realidad un drama estructurado de una forma abrumadoramente simple en su planteamiento, nudo y desenlace pero con una enormidad de matices sorprendente en cuanto una historia de dos payasos de circo que se disputan el amor de una mujer, una bella equilibrista, se interconecta en momentos dados con el feroz retrato de la España tardofranquista (casi toda la acción del filme se sitúa en 1973) mostrado con todo tipo de recursos metafóricos y reescribiendo de manera esperpéntica episodios históricos de la época. De la Iglesia presenta con la tragicómica historia de enfrentamiento entre Javier el payaso listo (Carlos Areces) y Sergio el payaso tonto (Antonio de la Torre) a un país convertido en un patético guiñapo por culpa de la dictadura franquista, un ridículo y absurdo circo lleno de personajes esperpénticos pero que se han hecho fuertes con el uso indiscriminado del odio, la irracionalidad, y sobre todo, la fuerza bruta, el arma de los cobardes. La película se abre con un muy logrado prólogo ambientado en la guerra civil en donde asistimos al origen de las tribulaciones del personaje de Javier, marcado por el encarcelamiento de su padre (Santiago Segura) un payaso que no duda en unirse al ejército republicano en mitad de una actuación y dejar escapar su instinto más salvaje en una brutal carnicería contra los nacionales, motivo por el cual es detenido por los fascistas. Ya a principios de los 70, Javier adulto, también payaso como su progenitor se encontrará ante el mismo dilema de su padre: como hacer reír (o no hacer reír, siendo el “payaso triste”) viendo todo lo que hay delante de sus narices, empezando por su compañero Sergio, sádico y  psicópata, que no duda en maltratar y vejar a su mujer y amor prohibido de Javier, Natalia (Carolina Bang) 

La película, con una muy enorme carga de adrenalina- especialmente en la segunda parte- apuesta por la acción y el cine espectáculo para reforzar su elemento caricaturesco y absurdo cercano a veces al cómic o los dibujos animados, además de con el recurso del gag de comedia absurda con momentos bastante cómico-patéticos.  El tono muchas veces oscuro se asemeja al del cine de terror especialmente cuando los dos protagonistas se transforman literal y físicamente (ya lo eran moralmente) en horribles monstruos sádicos con sed de sangre y venganza.  La ambientación de los setenta es más manierista que otra cosa pero esta muy lograda y se antoja creíble. Las interpretaciones son más que de recibo, con un Antonio de la Torre (Gordos, Azuloscurocasinegro) inconmensurable como siniestro payaso  psicópata y un Carlos Areces que puede tener su nominación al Goya como actor revelación, y eso que yo no estaba convencido de la idoneidad de este dibujante metido a actor en un papel protagonista y con un personaje tan complejo como el de un hombre que evoluciona desde lo tristemente anodino hasta el mal absoluto. La película tiene un largo reparto en donde se encuentran Manuel Tafallé, Manuel Tejada, Sancho Gracia, Alejandro Tejerías, Terele Pavez, Paco Sagarzazu, Enrique Villén, Fernado Guillén Cuervo, Fran Perea… y la también prometedora (y bella) Carolina Bang. De la Iglesia se marca algunas de las mejores escenas de toda sus carrera, como el espectacular final en la cruz del valle de los caídos o la recreación (la segunda en la historia del cine) del atentado contra Carrero Blanco- trufado de surrealismo y absurdo-  y demuestra ser un director con multitud de registros. La violencia en esta película, se advierte, es extrema y por ello puede que este filme no sea plato para todos los gustos, con mutilaciones, patadas, sangre, maltrato a mujeres y disparos por un tubo. Una película original, emocionante y sugestiva que disecciona lo más oscuro del alma humana y una época muy oscura de la historia de España de le mejor manera posible: contando una gran historia.     

domingo, diciembre 19, 2010

EL EXTRAÑO CASO DE WILL MORE



 
Responsable de una de las mejores interpretaciones de la historia del cine español, la que hizo en el mítico filme de culto Arrebato (1979) de Iván Zulueta, muy poco se supo entonces, se supo después e incluso se sabe ahora sobre el actor que respondía al nombre artístico de Will More. Muso efímero de Zulueta y el primer Almodóvar y con una filmografía reducida a tres escasos largometrajes y algunos cortos, Will More, personaje eso sí identificado entre los círculos de la movida madrileña de los principios de los 80, desapareció casi sin dejar rastro a principios de los 90 y solo hasta hace muy poco se ha vuelto a saber de él. La sociedad internetizada de la información global ha sacado a al luz nuevos e interesantes datos biográficos sobre este enigmático y fascinante personaje, tan arrebatador, encantador y oscuro como el Pedro que interpretaba en la obra maestra zuletiana. Actor, mito, enigma, icono de la modernidad española de principios de los 80, este es el extraño caso de Will More    


El chico moreno y delgado

En 1979 cuando Iván Zulueta comenzó en Madrid el rodaje de Arrebato (para más información sobre la película, ver en este blog el post Al borde del Arrebato) apareció por allí un joven moreno, enjuto y pálido pero atractivo, que al parecer iba a interpretar uno de los papeles más importantes de la película, el de Pedro, el enigmático amigo del protagonista, el director de cine José Sirgado (Eusebio Poncela); Pedro era un personaje verdaderamente inquietante y original, un joven de mentalidad infantil adicto a filmar con una cámara de cine súper 8 y que deseaba filmarlo todo, todo y todo. Era un adicto al cine, al celuloide (y también a la heroína), adicción que le generara una total dependencia que desembocará en le hecho de que la cámara llegue  incluso a alimentarse de él, literalmente a vampirizarle. Aquel joven actor tenía un supuesto nombre artístico de inspiración anglosajona,  Will More, pero nadie sabía como se llamaba en realidad, ni el mismo Iván Zulueta, director de la película y descubridor del actor. Una de las actrices de Arrebato, Marta Fernández Muro decía sobre “wilmor” (al parecer era así llamado por amigos y conocidos, juntando los falsos nombre de pila y apellido) que “nadie sabía de donde había salido”, ni entre actores ni entre técnicos ni entre productores. Solo su buen amigo Iván Zulueta parecía conocer el origen completo de un actor que se mostró como más que  talentoso, pero el realizador donostiarra se guardó da aportar mucha información tanto a su equipo como a prensa a buen seguro y se llevó a la tumba (falleció en 2009) muchas cosas que sabía sobre Will More, al que conoció a principios de los 70. Tras el plató, Will More pronto se mostró como un joven carismático, simpático, locuaz y buen compañero además de un gran profesional como actor, pero tras el rodaje del filme y algún acto promocional la mayor parte de  sus compañeros de reparto le perdieron la pista     



Según las notas de producción de Arrebato, Will More nació en Madrid el 27 diciembre 1949 (en 1979 aparentaba menos edad de los casi 30 años que tenía) y estuvo estudiando interpretación en EEUU donde ejerció como modelo, para después volver a Madrid donde al parecer se ganó la vida con el modelaje durante gran parte de la década de los 70. Zulueta contó con él por primera vez en el cortometraje  Mi ego esta en babia, en 1975 y posteriormente intervendría en otros tres más del iconoclasta y desgraciadamente toxicómano director guipuzcoano, Aquarium (1975), Complementos (1976) y Fiesta (1976). Hasta Arrebato, su primer largometraje, Will More no intervino en ningún otro trabajo cinematográfico firmado por un director que no fuese Zulueta. No cabía duda que Iván había encontrado en Will More su muso. En las notas de producción y la ficha promocional de Arrebato, el propio Zulueta no cita en ningún momento el verdadero nombre del actor, ¿lo sabía en aquella época? Es muy probable que el propio Will More no deseaba que nadie supiese su verdadero nombre y lo cierto es que lo ha conseguido hasta hace bien poco. Un dato que se ha sabido recientemente es que More pudo haber intervenido en una serie norteamericana en 1972 coincidiendo con su estancia en EEUU, The Fenn Street Gang, si es que  no hubiese habido un actor con ese mismo nombre aquel año.  


El enigma Willmore

La interpretación de Will More en Arrebato es sencillamente antológica. En un papel tan complejo como el de un joven con dos caras (una inocente e infantil otra afectada, pedante y filosófica) obsesionado con algo tan peculiar como el cine y la filmación, Will lo dio todo y compuso un personaje absolutamente fascinante e inolvidable. Pedro, auténtico yonki del cine y enigmático ser de maniático y a veces oscuro comportamiento, en realidad no difería mucho de la propia imagen de Will More, todo un enigma para quienes lo conocían ¿Cómo se llamaba en realidad?, ¿Quién era su familia?, ¿Por qué trabajaba tan poco en la interpretación, siendo precisamente un grana actor?. De hecho, desde Arrebato hasta su siguiente largometraje Entre Tinieblas (1983) de Pedro Almodóvar, Will More no realizó ningún otro filme, pero vivió en aquellos años su época de mayor popularidad, aunque dicha fama estaba prácticamente solo circunscrita a la ciudad de Madrid y al mundo de la mítica Movida madrileña, en el cual Will se convirtió en un personaje fundamental dentro de las noches, si bien ya desde finales de los 70 y antes de Arrebato, según se dice, ya se dejaba ver por locales como el Pentagrama. De su más o menos habitual presencia en la Movida surgieron todo tipo de leyendas cuando a principios de los 90 More desapareció de la villa y corte como por arte de magia y el creciente culto a Arrebato dio lugar a una febril obsesión entre los amantes del cine y de las modernidades audiovisuales por todo el mundo de Zulueta y sus satélites; ese fue el momento en el cual Will More pasó a convertirse en un personaje mítico en algunos círculos cinematográficos, culturales y periodísticos. 
W.More con Iván Zulueta
En Entre Tinieblas, Will More, (que se acreditó como Willmore, como en alguno de sus cortos) interpretó un papel secundario que no le permitió lucirse como el buen actor que era y ni mucho menos llegar a los niveles excelsos de Arrebato. Aunque no se sabe mucho sobre la vida del actor a principios de los 80, es seguro que durante al menos una vez en algún momento entre 1978 y 1983, Will More estuviese enganchado a la droga, concretamente la heroína. Su amigo Iván Zulueta fue heroinómano durante gran parte de los 80 y en Arrebato la droga cumple un papel fundamental, hasta el punto que Eusebio Poncela, cuyo personaje era levemente toxicómano, llega a inyectarse realmente en el rodaje de las escenas del filme. Poncela y la principal intérprete femenina de Arrebato, Cecilia Roth, coqueteaban con la heroína en aquellos años, junto con otros muchos personajes destacados de la Movida (músicos, artistas, escritores) en una época en la droga había penetrado con fuerza en varias capas de la juventud española. Es fácil imaginarse al escuálido pero elegante  Will More, vestido de negro y con gafas de sol buscando una dosis en algún garito de las noches madrileñas en donde los jóvenes gatos de la villa y corte que por el día tenían diferentes colores (muchachos y muchachas de barrios obreros, hijitos de papá, universitarios intelectualoides, adolescentes atribulados, músicos punkis, modernillos nuevaoleros y algún joven escritor neorimbaudiano) por la noche se tornaban todos pardos.  Sea como fuere y no se sabe si a  causa de la droga, por desidia, por falta de fortuna, de un agente artístico como dios manda o por lo que fuese, Will More solo protagonizaría hasta 1990 tres cortometrajes y un pequeño papel en un largo: Una Reina (1984) de Bruna Calderón, Patas en la Cabeza (1985) primer corto  de un joven y desconocido Julio Medem, Por los viejos tiempos (1990) de Miguel Ángel Toledo, y un pequeño papel en el largometraje Continental (1990), de Xavier Villaverde. Resulta también significativo el parón de cinco años entre Patas en la Cabeza y la película siguiente, como también es curiosa al presencia de la hoy olvidada modelo y actriz Cyra Toledo en Una Reina y Por los viejos tiempos. ¿Estaba viviendo Will una no publicitada relación con Cyra Toledo a finales de los 80? (nótese que los dos cortometrajes son de directores diferentes) No hay respuesta a esta pregunta. Hay que destacar en esta última corto-filmografía su interpretación en Patas en la Cabeza, cortometraje estructurado en torno a una conversación en donde el personaje de More lanza una rápida y nerviosa verborrea que en cierto modo recuerda a la del personaje de Pedro. Julio Medem siempre ha admirado el filme Arrebato y el trabajo de Will More y no dudó en contactar con cada vez más semirrecluido actor para su primer trabajo profesional. Después de 1990, pasaron algunos años hasta que a finales de los 90 Will More se dejara ver de nuevo, como mas tarde relataremos.         


Joaquín Vs. Will More

Durante varios años se ignoró por completo el verdadero nombre de Will More, pero desde finales de los 90 (coincidiendo con la nueva desaparición del intérprete tras un breve regreso a Madrid)  comenzó a circular un bulo en círculos periodísticos que daba auténtico nombre a Will More, del que siempre se sospechó (mejor dicho, se tenía la certeza) de que se trataba de un niño bien de buena familia, uno de esos muchos pijos rebeldes de la España transicional pre Movida que se rebelaron contra su semi aristocrático origen y contra los valores carcas de sus enmohecidos mayores, que no pocas veces repudiaron de sus vástagos cuando estos se hicieron rockeros, artistas, “titiriteros”  o se cambiaban de sexo o se hacían drogatas. Aquel supuesto nombre se confirmó hace ya algunos años y ya se sabe que el verdadero nombre de Will More es el pomposo y casi nobiliario Joaquín Alonso Colmenares-Navascúes García Loygorri de los Ríos. Lógicamente, era recomendable acortar el nombre. Este dato, a tenor de las fuentes consultadas, es muy posible que fuese conocido por varios camaradas de juergas en las noches madrileñas (Zulueta y Almodóvar entre ellos) y por periodistas especializados en cine y en cultura juvenil, pero no se hizo público hasta la década de los 2000 y que se sepa nunca ha sido conformado ni desmentido  por el propio actor. La prensa e internet en los últimos años también han arrojado datos muy interesante sobre la vida de Joaquín Colmenares-Navascúes/Will More. Su familia procedía de Donostia- San Sebastián y era de las más ricas de la capital guipuzcoana, especialmente por parte de la madre, de los García Loygorri de los Ríos. No parece muy claro, no obstante, que por parte de padre (Colmenares-Navascúes) el origen sea también donostiarra. Sea como fuere, a finales de los 40 estaban residiendo en Madrid, donde nació Joaquín Alonso y su hermana María del Carmen. La madre del clan, Mari Carmen, falleció a los 45 años de edad. En los 70, los jóvenes Joaquín y Carmen  (nacida a principios de los 50) empezaron a frecuentar los ambientes del nuevo Madrid de la tardotransición en el último tercio de los 70 y se hicieron muy populares, si bien no se ha sabido con certeza  hasta hace poco que la tal Carmen, una bella joven muy conocida en el Madrid joven de aquellos años, era hermana de Will More, que por su cuenta era ya toda una celebridad especialmente después de Arrebato. Ambos cayeron en las redes de la heroína y se cuenta además que Carmen, chica guapísima y según Alaska, que la llegó a conocer, alta y blanca como su hermano y con “unos tacones de impresión” fue novia a principios de los 80 de Antonio Vega, e incluso se dice que fue ella quien le inspiró la mítica canción Chica de Ayer.  Pero también se dice (Alaska entre otras personas lo afirma) que fue Carmen quien inició a Antonio en la heroína. Al igual que su hermano, Carmen Colmenares desapareció de Madrid, más o menos hacia 1984. El  hecho de que Carmen, que llegó a ser toda una musa de la noche madrileña, fuese bisexual (tuvo una rollito con una joven Alaska cuando esta andaba experimentando) esta conectado con la sospecha perenne de que Will More también anduvo probando de todo un poco, al igual que su personaje en Arrebato.         


 A finales de los 90 se produjo una breve reaparición de Will More con motivo de un reportaje documental televisivo sobre Arrebato en el cual se entrevistaba a los diferentes actores, productores y técnicos del filme de culto del cine español por antonomasia, Will More entre ellos. Un casi cincuentón Will More mostraba un aspecto algo más escuálido y el pelo algo encanecido, pero seguía manteniendo casi casi el poder de atracción del Pedro de Arrebato, su característico verbo fácil y su trato afable, en nada un inasequible divo recluido. Aunque no se llegó a saber nunca a ciencia cierta, Will More al parecer llevaba algunos años viviendo en algún país de Sudamérica. Después, nueva desaparición, ninguna noticia sobre él en varios años  y de nuevo todo tipo de hipótesis sobre su paradero y destino, hasta que en 2008 vuelve a dar señales de vida.    


Buscando a Pedro

En la década de 2000, con la revalorización de Arrebato, y el culto creciente hacia esta película, la figura de Will More comienza a ser también objeto de culto ferviente, no solo por su alucinante interpretación en el filme, sino por que la existencia de escasísimos datos biográficos sobre su persona y la ausencia de noticias sobre sus paradero le estaban convirtiendo en un personaje pseudomitológico y maldito, un bello enigma cuya resolución era todo un reto y el trazar hipótesis (por infundadas que fuesen) todo un placer mitómano (¿había sido atrapado por el celuloide, como su personaje en Arrebato?).  Así, en 2008, en algunos foros cinéfilos de Internet surgió la pregunta de que había sido de Will More y pronto aparecieron respuestas (bulos) de todo tipo: que si padecía el SIDA y había estado recluido en una residencia en Madrid (había incluso quien lo había visto en una de esas instituciones), si residía retirado y lastrado físicamente por las drogas en la capital de España (había quien hablaba con él “a menudo”), si había muerto, si vivía en Sudamérica. Muchas personas afirmaban que residía en Miami desde años atrás y lo cierto es que un 14 de septiembre de 2008, en un foro donde los usuarios se preguntaban por su destino (muchos dando por hacho que había fallecido), el propio Will More intervino de su puño y letra con estas palabras: Hola muchas gracias por recordarme. Aquí estoy yo vivito y colendo en mi casa de Miami Beach. Disfrutando de la vida. Will More. Era el verdadero Will More, estaba vivo.
 
 Will More en 2010

En Marzo de 2010 se produjo un hecho histórico, la reaparición física de Will More después de muchísimos años. El actor fantasma, el muso de la movida, el intérprete oscuro maldito del cine español, iba a concurrir en Madrid a una conferencia con motivo del 30 aniversario de Arrebato y en la que se iba a homenajear al recientemente fallecido Iván Zulueta en la Academia del Cine Español, junto con el productor del filme, Augusto M. Torres, y algunos intérpretes del mismo como Eusebio Poncela, Helena Fernán Gomez y el crítico Antonio Gasset. Will More, de 60 años, con el pelo blanco, bigote, tan delgado como siempre y lógicamente más avejentado, conservaba según los asistentes a la charla, su voz profunda y su decadente elegancia. Habló de sus primeros cortos con Iván Zulueta y de su amistad con el recordado cineasta guipuzcoano, con quien, según desveló, realizó viajes a Formentera, y a varias ciudades europeas además de Marruecos, donde ambos terminaron en la cárcel. Will More había llegado a Madrid procedente de Miami y allí volvió días después. Quienes le vieron  en ese acto han tenido la  suerte de por fin ver a Will More como un ser de carne y hueso, algo que muy poca gente, incluso hace 25 años, pudo hacer.

El mundo de internet ya ha desvelado mucho del enigma Will More, aunque aún quedan preguntas sin respuesta, como de que ha estado viviendo los últimos 20 años (a tenor de sus propias palabras, ya no trabaja en nada) y por que se prodigó tan poco en su carrera interpretativa. ¿La droga? ¿Otros problemas aún desconocidos? Sea lo que fuese, ya es una cosa pasada.  Lo que importa ahora es que Will More una vez nos dejó un trabajo exquisito como fue su Pedro de Arrebato  y nos sentimos al borde del arrebato total. Una estrella fugaz, una supernova entre Venus y Plutón que explotó para siempre, un extraño caso en la historia de la cultura española hermosamente oscuro.

lunes, diciembre 13, 2010

El aparatito de Lumiere - BIUTIFUL


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La más que merecida Palma de Oro al mejor actor en el festival de Cannes obtenida por Javier Bardem es sin duda el mejor reclamo para la nueva película del mexicano internacional Alejandro González Iñarritu, el responsable de obras maestras de los 2000 como Amores Perros, 21 gramos o Babel  y maestro en un tipo de cine crudo, realista, directo, áspero y con un componente dramático universal que aplica con el mismo cosmopolita y sabio rasero a diferentes contextos, países y situaciones en una filmografía que comenzó en su México natal, continúo en EEUU y que ahora se asoma al cine español, aunque en coproducción con el país azteca.  Biutiful no alcanza a su obra maestra, 21 gramos, ni tampoco tiene las aristas de Babel (un filme de factura algo más comercial) o Amores Perros, tal vez por que ya no tiene junto a él al lúcido coguionista Guillermo Arriaga, pero no cabe duda que se trata de un excelente filme magistralmente dirigido y en el que Javier Bardem consigue tal vez la mejor interpretación de su carrera.

Biutiful tiene como escenario la ciudad de Barcelona y dentro de ella el submundo de los inmigrantes ilegales, principalmente africanos y asiáticos, quienes viven constantemente al límite y sin ninguna certeza sobre su futuro. Pero la situación de muchos “autóctonos” de las zonas suburbiales barcelonesas, no es mucho mejor, como lo demuestra el personaje central Uxbal, quien divorciado de mala manera de una argentina con problemas mentales (Maricel Alvarez) y con dos hijos menores a su cargo, trata de subsistir en un modestísimo apartamento gracias a los turbios negocios con la inmigración ilegal que lleva conjuntamente con su hermano (Eduard Fernández) y a pesar que le ocasionan más problemas que otra cosa. Un cáncer terminal le acecha y entonces surge una nueva angustia, esta más intensa, enigmática e irracional,  pero ¿Estaba ya presente la muerte antes en la vida de Uxbal?, ¿es mejor escoger la muerte que seguir en un mundo que para él es pero incluso que esta?

La película combina varios tipos de drama: el drama social, el drama psicológico y el drama más o menos metafísico, con un tono shakespeariano y una atmósfera entre naturalista y de pesadilla que verdaderamente consigue un efecto bastante inquietante para el espectador. Hay momentos que parecen sacados del western (la persecución de los inmigrantes africanos, todo un prodigio de dirección y montaje), el cine negro (los oscuros trapicheos de todo tipo, en especial los de Uxbal y el munipa corrupto) o del cine fantástico en alguna extraña escena de regusto onírico o/y poético. La recreación de la sordidez en todos sus matices (social, de vivienda, personal) esta conseguida con un realismo verdaderamente atroz y por ello el filme es bastante incómodo de ver, más que otros trabajos de Iñárritu. Y el mensaje, como en otras de sus películas, vuelve a ser poco esperanzador: colectivos abocados a la nada, la imposibilidad total de cumplir los sueños, y la insuficiencia e hipocresía de la supuesta sociedad occidental de bienestar. Otros muchos más matices se dan cita en esta película, en donde se viene a decir que la muerte, en ciertas situaciones, al final es lo preferible y que la vida, en dichos contextos, es algo más que un infierno. Biutiful es un filme de recomendable visión pese a su aparente pesimismo (que al final no resulta ser tal) ya que hace pensar sobre lo malita que esta la cosa en nuestra sociedad y todo el trecho que queda para superar todas sus deficiencias, pero también es un buenísimo espectáculo cinematográfico que por ahora es de lo mejor que se puede ver en las pantallas en estas fechas prenavideñas

sábado, diciembre 11, 2010

Mis 50 discos que te cagas (14): THE BEATLES – ABBEY ROAD (1969)

 
 
Los Beatles se estaban cansando de ser los Beatles a mediados de 1969. Ya a principios de año las sesiones de grabación de su proyecto de disco y película Get Back se dejaron archivadas tras las tensas relaciones que salieron a la superficie en dichas sesiones, John Lennon empezaba a experimentar musicalmente en solitario junto con su esposa Yoko Ono, y los otros tres se encontraban más a gusto trabajando solos. Pero si el fallido LP Get Back (editado finalmente en 1970 como Let It Be) al menos había conseguido hacer volver a los Beatles al modus operandi de interpretar y grabar en cuarteto (muy al contrario de cómo se grabó el White Album, con los cuatro generalmente desperdigados en el estudio) merecía la pena volver a intentarlo con un álbum diferente al futuro Let It Be, con canciones más pulidas, instrumentadas y menos acústicas que las que habían creado para el abandonado proyecto….aunque fuese (como fue el final) el último LP grabado por The Beatles.

Era el acto final y John, Paul, George y Ringo (siguiendo el sempiterno orden jerárquico establecido por la prensa y biógrafos) lo sabían y optaron por hacer un LP que fuese además una obra maestra, nada de “vuelta a las raíces” como lo fue Let It Be. Y lo cierto es que Abbey Road, llamado como la calle donde EMI tenía sus estudios y en donde el grupo grabó la mayor parte de sus discos, es sin duda alguna una de las obras maestras de los Beatles en cuanto a álbumes se refiere. ¿El mejor? Tal vez, aunque la crítica siempre prefiera poner otros trabajos encabezando la discografía de los fabulosos de Liverpool. El caso es que entre julio y agosto de 1969 los Beatles por última vez se encerraron en un estudio de grabación (Abbey Road, por supuesto) y de allí salió el espectacular canto de cisne del mejor grupo de la historia y  uno de los más grandes LPs de todos los tiempos, además de ser uno de los primeros en utilizar regularmente el primitivo sintetizador moog.

El track listing del álbum estaba formado por descartes de The Beatles, material concebido para Get Back (aunque la mayoría de este se editaría en Let It Be) y las últimas composiciones de la banda. El álbum tiene dos partes bastante diferenciadas, por un lado la primigenia cara A del vinilo recogía seis variados temas de diferentes estilos y la cara B, una suite de nueve canciones entrelazadas, generalmente cortas, a manera de falso popurrí (aunque el tema que la inaugura para muchos no forma parte de dicho largo tema) más una primera canción suelta convencional abriendo la cara y una último pequeño corte encubierto. Se puede decir que la segunda parte del disco fue un feliz y novedoso experimento que puso las bases de la estructura de muchos discos de rock progresivo o sinfónico, pero lo que en realidad importa es que Abbey Road  contiene algunas de las mejores canciones de los Beatles (bueno, ¿Qué disco de los Beatles no contiene alguna de sus obras maestras en lo que a temas se refiere?) como Come Together o Something, que fueron highlights de los últimos esfuerzos creativos de la banda. Estas dos canciones son precisamente las que abren el LP y fueron los singles del mismo; la primera pieza es una muestra de la evolución compositiva que estaba viviendo John Lennon, quien se marcó aquí un Rythm & Blues con ecos americanos presureños y de Rock progresivo con unos “pantanosos” guitarreos y profundos bajos, mientras que Something es la mejor canción compuesta por George Harrison dentro o fuera de The Beatles, una de las mejores baladas de los Beatles y del rock en general que sigue emocionando a todo quien la escucha con la afectada interpretación vocal de Harrison y su característica melodía de guitarra de inicio.

El resto de la primera parte reúne acierto tras acierto: Paul McCartney se desmelena vocalmente con la bluesistica, negroide y swampy Oh! Darling y se pone humoroso con Maxwell´s Silver Hammer otra de sus vodevilescas granny songs esta con irónica letra de humor negro y en donde uno no puede dejar de pensar en Monty Python. John Lennon muestra su lado más intenso con el Blues Rock progresivo de I Want You (She´s So heavy) tema  de casi 8 minutos que contiene una elaborada sección instrumental en donde destaca el rotundo Hammond de Billy Preston, casi el quinto beatle en los dos últimos discos del grupo. Ringo aporta una composición, el simpático e inofensivo pop rock de Octopus´s Garden. Antes de llegar a la suite, George Harrison abre la cara A con el precioso rock acústico de Here Comes The Sun, otro de sus mejores temas y todo un clásico. Because, queriéndolo o no, prepara al oyente al fantástico viaje Beatle de la suite a manera de obertura vocal, con las voces de Paul, George y John hermosamente armonizadas.

En el popurrí de cachitos de canciones previamente inexistentes- que va del minuto y pico escaso de Mean Mr. Mustard hasta los 4 minutos de You Never Give Me Your Money y en donde hay cinco cortes que no llegan a los 2 minutos, esta claro que el propósito era hacer una gran suite de emociones musicales con temas variados en estilo y por lo general bien diferenciados unos de otros produciendo en muchos momentos alucinantes momentos de contraste. Solo así se entiende el medio tiempo de rock melodramático de You Never Give Me Your Money preceda a la psicodélica pieza lennoniana Sun King (con delirante inclusión de letra en castellano, italiano y portugués)  y que a continuación John encadene dos mini temas que pasan del rock arty al semihard guitarrero. She Came in Through the Bathroom Window es el logrado tema de transición a cargo de Paul que da paso al espectacular finale de la minisinfonía rock (y del disco) con tres piezas antológicas paridas por el propio McCartney: Golden Slumbers, solemne balada pianística de eminente factura McCartniana suntuosamente orquestada, Carry That Weight que recupera parte de la melodía de You Never Give Me… con pegadizo y enérgico estribillo vocal con los cuatro Beatles, y The End  con un largo set instrumental con solos de guitarra de John, George y Paul y de batería de Ringo…y al final el amor que tu coges es igual al amor que ofreces. Guau. Segundos después, irrumpe un diminuto tema oculto de Paul que fue incluido a última hora tras descartarse de la sinfonía, Her Majesty.

Abbey Road es un disco que merece la pena ser descrito con detenimiento porque jamás los Beatles estuvieron tan maduros, profesionales y auténticos. La banda más grande del mundo estaba en las últimas y ellos lo sabían, las relaciones eran tensas y John deseaba irse por su lado con sus nuevos proyectos musicales y así lo hizo a finales de 1969. En primavera de 1970, coincidiendo con la publicación de Let It Be, los Beatles dejaron de existir. Abbey Road, su última obra grabada, más allá del hecho de que su famosa portada se haya convertido en todo un icono y que a través “las pistas” vistas en ella algún tarado quiso ver la muerte de Paul y su reemplazamiento por un doble, sigue  siendo un disco inmortal y entrañable que explica por si solo la grandeza del mejor grupo de todos los tiempos.    

FICHA TÉCNICA

Géneros: Pop Rock, Blues Rock, Rock Progresivo, Psicodelia, Art Rock
Publicación: septiembre 1969
Sello original: Apple
Producción: George Martin (con The Beatles, sin acreditar)
Duración: 47:23
Músicos:
John Lennon: voz principal, coros, guitarra eléctrica, guitarra acústica, guitarra de 12 cuerdas, piano eléctrico, piano acústico, Hammond, Moog, efectos de sonido, electrónica, pandereta, maracas
Paul McCartney: voz principal, coros, guitarra eléctrica, guitarra acústica, bajo, bajo distorsionado, piano eléctrico, piano acústico, Hammond, Moog, palmas, percusión, efectos de sonido, arreglos y dirección de orquesta.
George Harrison: guitarra eléctrica, guitarra acústica, voz principal, coros, bajo, Hammond, harmonium, Moog, palmas, percusión, arreglos y dirección de orquesta.
Ringo Starr: batería, percusión, piano, cascabeles, yunque, palmas, voz principal, coros.
George Martin: piano, clavicordio eléctrico, harmonium, percusión, arreglos y dirección de orquesta.
Billy Preston: Hammond en I Want You (She´s So Heavy) y Something
Mike Vickers: programaciones de Moog

Track listing

1- Come Together
2- Something
3- Maxwell´s Silver Hammer
4- Oh! Darling
5- Octupus´s Garden
6- I Want You (She´s So Heavy)
7- Here Comes The Sun
8- Because
9- You Never Give Me Your Money
10- Sun King
11- Mean Mr. Mustard
12- Polythene Pam
13- She Came in Through the Bathroom Window
14- Golden Slumbers
15- Carry That Weight
16- The End
17- Her Majesty


lunes, diciembre 06, 2010

El aparatito de Lumiere - ENTRELOBOS



**

Esta basada en hechos reales por increíble que parezca esta estimulante pero irregular película española dirigida por Gerardo Olivares que cuenta la alucinante infancia y juventud de Marcos Rodríguez Pantoja, un andaluz de Sierra Morena que abandonado a su suerte siendo un niño cabrero cuya familia vivía en la miseria trabajando para el señorito de turno, sobrevivió solo varios años viviendo con una manada de lobos, casi como uno de ellos hasta que fue capturado por la guardia civil. Una especie de Tarzán o Mogwli español cuyas andanzas tuvieron lugar en los años 50 y 60 del siglo XX (Marcos aún vive). La verdad es que visualmente Entrelobos atesora unas imágenes espectaculares, algunas muy bellas y resulta una película muy deliciosa para todos aquellos que gusten de la naturaleza y los animales. Rodada en los escenarios donde se desarrollaron los hechos, es de suponer que supuso todo un esfuerzo el convocar, rodar y entrenar  a varias especies animales que intervienen en la película y que son casi las estrellas absolutas: águilas, ciervos, jabalíes, jinetas, hurones, y por supuesto, lobos.    

Desde el punto de vista antropológico, la película es interesante ya que muestra la miserable vida en la Andalucía profunda del régimen franquista y en donde la brutalidad estaba a la orden del día, así como otras cuestiones como la realidad de los miembros del bando republicano huidos al monte y todo el cainismo que había dejado como herencia la guerra civil. No obstante, se hecha en falta una visión un tanto más completo de cómo fue todo el proceso de supervivencia de Manuel y que ocurrió después de que fuese “devuelto a al civilización”. La relación primaria entre un ser humano -criado en un entorno de humanos aunque más salvaje que el de muchos animales-  con las bestias que pueden ser más humanas que muchos hombres es el leiv motiv de un filme tan honesto y esforzado como fallido por su simplicidad y su esquematismo. Manuel Camacho, el joven actor que interpreta a Manuel en su infancia es todo un descubrimiento, mientras que Juan José Ballesta, que encarna a un Manuel preveinteañero pasa algo más desapercibido más que nada por que su intervención es de poco más de 10 minutos. Sancho Gracia, Carlos Bardem, o Alex  Brendemühl son otros de los actores de esta cinta con interesante fotografía e interesante música, pero con poca chicha. 

domingo, diciembre 05, 2010

TRAS LA PISTA: DETECTIVES LITERARIOS DE LEYENDA (y II)



 
Comisario Maigret, detección a la francesa

 
Así es y esto es lo que hace

Aunque Jules Maigret, comisario del Sureté francés en París, no es un detective privado en su lucha contra el crimen emplea una espectacular intuición detectivesca que el convierte en el más sagaz de los policías y detectives franceses del siglo XX (en la ficción, claro). De mediana edad y siempre con su abrigo, su sombrero y su pipa (influencia evidente de Sherlock Holmes), el comisario Maigret se conoce París al dedillo y es el terror de sus criminales, pero debido a su fama investiga por toda Francia e incluso en otros países durante sus más de cuarenta años de andanzas documentadas. Metódico e impasible, no pierde ocasión en cada asunto que investiga de tomarse una sidra en algún café o bar y de paso un almuerzo mientras cabila el caso en cuestión y repone fuerzas.    

Maigret ha visto múltiples cambios y acontecimientos en su país, Francia (incluida una guerra)  ya que sus aventuras transcurren entre 1931 y 1972. El comisario no suele actuar solo en muchos casos, ya que cuando se traslada a diferentes ciudades suele contar con la ayuda de oficiales de policía locales cuyo papel muchas veces es importantísimo en la resolución del crimen


Creador y origen

El comisario Maigret nació de la pluma de un escritor de bandera, Georges Simenon (1903-1989) que curiosamente no era francés sino belga francófono, aunque en 1922 se estableció en Paris para después de la guerra vivir en EEUU, Canadá y Suiza, donde falleció. Autor prolífico y viajero infatigable, solo de Maigret escribió 75 novelas y 28 relatos, comenzando con Pietr le Leton (Pietr el Letón). Este personaje muy posiblemente fuese creado como la respuesta francesa y chauvinista a famosos detectives de creación anglosajona como Sherlock Holmes o Hércules Poirot. No obstante, pronto el personaje del Comisario Maigret tuvo un enorme éxito en todo el mundo, incluido en los países de habla inglesa.

 
Su curriculum, sus aventuras

Jules Maigret nació supuestamente en la década 1880  (aunque en los años sesenta era aún sesentón) en la ficticia localidad de Saint-Fiacre y hacia 1908 se incorpora al Sudeté en París como agente de policía tras abandonar la carrera de medicina. Pocos años después ingresa en la policía judicial y en 1928 es nombrado comisario jefe. Se retira en 1956, al parecer con 69 años, aunque seguirá ejerciendo de investigador y criminólogo gasta principios de los 70.   
 
Maigret esta casado con Louise (Madame Maigret) y no tienen hijos, si bien el matrimonio tuvo una hija que murió al nacer. Ambos viven en el 132 del Boulevar Richard-Lenoir. Tras la jubilación del comisario, se trasladarán a un apartamento en la Place des Vosgues.   
 
 La “larga trayectoria” de Maigret ha dado para todo: investigaciones en Holanda (Un  Crimen en Holanda), el origen de unos misteriosos disparos furtivos (El Perro Amarillo), inquietantes sucesos en un anodino pueblo normando (La Casa del Juez) o asesinatos truculentos (Maigret y el Cadáver Sin Cabeza). El comisario se topa con todo tipo de personajes inquietantes y extraños además de otros supuestos sospechosos con pinta de no haber roto nunca un plato. Maigret siempre trata de comprender las motivaciones y el los sentimientos de las personas implicadas en los affaires a veces tratando de vivir y actuar como ellos. Dentro de la muy prolífica bibliografía de Maigret es muy difícil escoger algún título como el mejor de la serie, pero los citados antes son sin duda algunos de los más imprescindibles y conocidos.



Encarnaciones y legado

El Comisario Maigret posee una imagen bastante iconográfica del inspector de policía del siglo XX, sombrero, abrigo amplio, pipa, afición al alcohol, pero al contrario que muchos detectives de ficción del siglo XX creados en el ámbito anglosajón, el comisario era un hombre de mayor edad, sin afición por el gatillo fácil, nada violento y más humanista que otra cosa, además de resultar un hombre mayor en edad que investigadores como Sam Spade, Philip Marlowe, o Mike Hammer. El personaje ha sido trasladado al cine, la radio y la televisión en diferentes países. Jean Gabin es sin duda el mejor Maigret de carne y hueso que ha existido jamás y su imagen esta totalmente asociada a la del personaje, interpretándole en tres películas. Otros Maigrets memorables han sido Bruno Cremer (en los 90 y 2000), Jean Richard, Rupert Davies o Michael Gambon.    

El comisario Jules Maigret ha sido modelo de no pocos inspectores y detectives creados en la segunda mitad del siglo XX y sus casos son algunos de los más apasionantes que existen en el género policial y detectivesco. Los lobros de Simenon sobre el Comisario Maigret siguen vendiéndose ampliamente en los países de habla francesa.  
 

Philip Marlowe, el hombre de la gabardina


Así es y esto es lo que hace

Taciturno, reflexivo, cínico, atlético, amante del Whisky y el coñac y duro como el solo, Philip Marlowe es el mejor investigador privado de Los Angeles entre 1934 y 1959. Investiga casos donde se suceden crímenes dentro de turbios negocios, muertes fortuitas de personas conocidas (ex novias), asesinatos en serie, maquinaciones del crimen organizado…en resumidas cuentas, el mundo de la novela negra. Muchas veces se mete en líos, sus enemigos se la juegan, las mujeres fatales le tratan de utilizar e incluso es acusado de asesinato, pero, como es de suponer, sale victorioso de toas las tribulaciones. Utiliza la violencia justa (aunque le es imprescindible para desenvolverse en un entorno tan hostil como en el que trabaja) y en su apartamento reflexiona profunda y filosóficamente sobre las situaciones que vive e investiga, se prepara una buena taza de café o juega al ajedrez consigo mismo.

Detective solitario, frío y con un gran sentido de la moral, Philip Marlowe es un personaje con cierto poso poético (el mismo es un amante de la poesía) que encarna como nadie el prototipo del detective privado norteamericano de los años 40 y 50: sombrero, gabardina, ademán afectado. Observa y reflexiona toda la podredumbre social y moral que se encuentra a su alrededor y no es nada optimista con respecto a la condición humana. Todo un arquetipo del héroe de la Serie Negra.


Creador y origen

El norteamericano Raymond Chandler (1888-1959), maestro del género policial, es el creador de Philip Marlowe, al que el dio vida en 1934 en las páginas de la revista pulp policiaca Black Mask. En esa revista y en otras similares, Chandler publico varios relatos sobre el personaje aunque el detective tenía otros nombres (posteriormente reeditaría algunos de esos relatos con el nombre del personaje cambiado a Philip Marlowe). En 1939, en la novela The Big Sleep (El Sueño Eterno), es cuando el personaje adquiere su nombre definitivo. La serie Marlowe esta compuesta por 9 novelas y cuatro relatos. Tras la muerte de Chandler en 1959, otros autores han escrito novelas apócrifas sobre o con el personaje o han completado manuscritos originales inacabados de su creador.    


Su curriculum, sus aventuras

Marlowe es un hombre que en su vida literaria cabalga entre la treintena y la cuarentena. Natural de Santa Rosa, California, Marlowe trabajó antes de ser detective privado en la oficina del Fiscal del distrito de Los Angeles de la que fue despedido por insubordinación. En su vida profesional como detective ha vivido en diferentes lugaresen la ciudad de Los Angeles, siendo el más duradero el Hotel Bristol. Marlowe, que vive y trabaja solo, tiene su despacho en el piso sexto del 615 del Cahuenga Building.   

Philip Marlowe se ve involucrado en casos muy turbios como asesinatos con el crimen organizado detrás (El Sueño Eterno, 1939), la extraña muerte de su ex novia Velma (Adios, Muñeca, 1940), crímenes con extrañas relaciones por medio (La Ventana Siniestra, 1942)   o incluso un asesinato en el cual él es acusado como sospechoso (El Largo Adiós, 1954). Novelas como El Sueño EternoEl Largo Adiós son clásicos inmortales de la novela negra y de la literatura norteamericana del siglo XX. Las aventuras de Marlowe sin duda alguna han resultado de las más influyentes en la literatura detectivesca posterior y también en las coordenadas del género negro en cualquier medio, a lo que no es ajeno el más que atractivo retrato del personaje y su personalidad   


Encarnaciones y legado

Marlowe ha sido un detective muy cinematográfico; alguna adaptación de sus novelas son obras magnas del séptimo arte, caso de la adaptación de El Sueño Eterno a cargo de Howard Hawks (1942) o films de culto como El Largo Adiós (1973) de Robert Altman. Y es que las andanzas de Marlowe han sido una poderosa influencia para el cine negro y el género policial en cualquier medio. En la gran pantalla, grandes actores han dado vida al taciturno detective: Robert Montgomery, Robert Mitchum, James Garner, Elliot Gould y sobre todo la imagen casi icónica del Humphrey Bogart de la gabardina y el sombrero en The Big Sleep.     

Detective muy influyente en el género policíaco durante gran parte del siglo XX, Philip Marlowe es uno de los muchos arquetipos del héroe americano y siempre quedará como la imagen genuina del detective huraño y atribulado, altamente explotada en obras, productos y personajes de ficción posteriores



Mike Hammer, un duro en New York City


Así es y esto es lo que hace

Otra genuina muestra del detective de sangre fría de la serie negra americana, Mike Hammer es tal vez el detective de ficción mas duro y cafre de todos cuantos se han creado. La ciudad de New York es testigo de su lucha contra el crimen desde 1947 hasta finales de los 90, nunca envejeciendo y siempre con la misma (desfasada) actitud de detective de los 40 o 50. Cínico, machista, misógino y algo misántropo, Hammer no resulta un tipo especialmente amable, pero su carácter de hierro le es esencial para plantar cantar cara a peligroso criminales y utilizar si es preciso sus puños o su querido colt al que llama cariñosamente Betsy, no dudando en eliminar de la faz de la tierra a todo aquel que haga peligrar su vida o la de alguien.  A Hammer la ley y los trámites legales le resultan especialmente fastidiosos y no se anda con miramientos si alguna vez se tiene que saltar a la torera la legalidad.  Es además un furibundo patriota con un proverbial odio hacia el comunismo. Su apariencia es similar en atuendo a la de Marlowe, sombrero incluido.


Creador y origen

Mike Hammer fue creado en 1947 por el escritor neoyorquino Mickey Spillane (1918-1946), como protagonista de I, The Jury (Yo, El Jurado), un clásico de la literatura policiaca. Desde entonces, Spillane no abandonó nunca al personaje, escribiendo 13 novelas sobre él durante 50 años entre 1947 y 1997. Dos novelas inacabadas sobre Mike Hammer y finalizadas por Max Allan Collins se publicaron en 2008 y 2010. Mickey Spillane se inspiró en el veterano de guerra y policía de Nueva York Jack Stang para crear a Mike Hammer.
 

Su curriculum, sus aventuras

Mike Hammer es sus novelas siempre cuenta en primera persona sus aventuras y esto pone en evidencia al lector toda la naturaleza impulsiva y de “tipo duro” del peculiar detective privado. Hammer opera en New York en solitario aunque con la ayuda ocasional de su amigo el capitán Pat Chambers, jefe de homicidios del Departamento de Policía de Nueva York y con la indispensable asistencia de su fiel secretaria Velda, con la cual mantiene un constante flirteo y una indisimulada tensión sexual.

 Hammer, endurecido y curtido veterano de la II Guerra Mundial, confía muchas veces en la colaboración de la policía para resolver los crímenes- aunque es consciente de que podrían hacer mucho más si no fuera por las malditas leyes- e investiga turbios casos de corrupción, trata de blancas, homicidios en barrios bajos, secuestros, tráfico de drogas, sórdidos asuntos sexuales  e incluso la supuesta muerte de su querida secretaria Velda. En otras palabras, Mike Hammer es un detective que vive los principales problemas criminales de la segunda mitad del siglo XX mucho más sórdidos que cualquiera otros de tiempos pasados, asuntos que detectives literarios antecesores suyos jamás soñarían en toparse al menos con tanta frecuencia.

Algunas de las mejores novelas de Mike Hammer son la inaugural Yo, El Jurado (1947), Mi Bala es la Más Rápida (1950) o Los Cazadores de Chicas (1962).


Encarnaciones y legado

Las novelas de Mike Hammer no tardaron en tener un enorme éxito (I, The Jury fue un bombazo) e hicieron muy popular a Mickey Spillane. Pronto sus aventuras fueron trasladas al cine, en pleno auge del cine negro. Así, Yo, El Jurado fue hecha película en 1953 y dos años mas tarde Kiss Me , Deadly fue llevada al cine por Rober Aldrich, la mejor adaptación de una novela de Mike Hammer. En la gran pantalla han dado vida a Hammer Biff Elliot (el primero), Ralph Meeker o Armand Assante. El propio Spillane llegó a interpretar a su creación en la adaptación de The Girl Hunters (1963). En televisión Darren McGavin interpretó a uno de los Hammers más populares, aunque tal vez el título de la encarnación de Mike Hammer más famosa sea la de Stacy Keach, quien interpretó al detective neoyorquino en tres series de televisión en los 80 y 90 además de en una audio serie. Mike Hammer también fue adaptado al cómic a principios de los 50, con algunos guiones escritos por el propio Mickey Spillane.     

Otro prototipo del detective de la serie negra, es cierto que Mike Hammer hoy en día resulta bastante políticamente incorrecto, pero nunca ha dejado de ser uno de los detectives literarios más sugerentes y personales de cuantos han existido