lunes, diciembre 30, 2013

El Aparatito Lumiere TRES BODAS DE MÁS




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Cumplir a rajatabla las leyes de la comedia no es tarea fácil, pero cuando se pone empeño y ganas en lograr una obra divertida y apta para un amplio espectro de público el resultado es siempre satisfactorio. Y así lo ha conseguido Javier Ruiz Caldera con Tres Bodas de Más: una comedia desenfadada y espontánea pero equilibrada al mismo tiempo basada en los personajes y en la concreción sin fisuras de la historia, en realidad tres historietas-situaciones que de por sí podrían funcionar independientemente pero deslumbran como un todo atravesado por el relato troncal del filme que no es otro que el de la complicada situación sentimental-existencial de su protagonista Ruth, brillantemente interpretada por la cada vez más versátil Inma Cuesta. Aunque se trata de una comedia romántica que nadie espere encontrar almíbar barato y gags tontosdelculo como en las pelis USA del género ya que se apuesta por el humor inteligente (escuela inglesa por una parte y por que no, Billy Wilder por otra) el apunte surrealista en la más genuina tradición del la mejor comedia española con elementos de Berlanga y la comedia madrileña de los 80 pero todo pasado por un tamiz genuinamente contemporáneo para situar a la historia en unas perspectiva temporales concretas (la sociedad de las redes sociales y youtube, los nuevos modelos de relación de pareja, la sempiterna mediocridad de la sociedad española más caciquil) que resultan muy familiares para el público- especialmente el que tenga entre 25-45 años- y en ese sentido este neocostumbrismo ibérico es de lo más logrado del filme más allá de que el manejo de las diferentes anécdotas y situaciones relacionadas con estos temas no siempre compongan un collage perfecto y coherente. Y puestos a mirar peros, también se hecha en falta una mayor coherencia en el tono del conjunto ya que se pasa del esperpento y el surrealismo a la alta comedia con demasiada facilidad minando a veces la credibilidad de muchas situaciones, algo que no gustará a los espectadores mas quisquillosos.   
       
Aunque no se trata de una película coral el nutrido reparto funciona muy bien cada uno en sus personajes-estereotipo con una Inma Cuesta encantadora en su papel de Ruth, una treintañera investigadora bióloga que tras la ruptura con su última pareja, Pedro (Berto Romero)  vive unos momentos de zozobra personal importantes que se acentúan cuando es invitada en un corto espacio de tiempo a las bodas de sus tres ex: Pedro, un meticuloso irascible, Alex (Laura Sánchez) que ahora es una mujer y Mikel (Paco León) un hedonista e insustancial surfer. Con Dani (Martiño Rivas) el veinteañero becario de su laboratorio sirviéndole de confidente y de peculiar Pepito Grillo, Ruth no logra evitar el caos personal y situacional tanto en las bodas como en su vida personal aunque la irrupción de Jonás (Qim Gutiérrez) dará algo de luz al apagón. Con momentos verdaderamente desternillantes y otros no tanto, la película regala al espectador una sonrisa en todo momento. Lástima que el previsible final y algún cliché de comedia romántica resten consistencia a una película que se caracteriza precisamente por su afán por no ofrecer deja vus típicos de la comedia y por mantener un discurso convincente y sin nada de tontería.   

domingo, diciembre 29, 2013

DE LOS CILINDROS DE CERA AL COMPACT DISC (y II)




Disco de vinilo (1948-  )

El disco de vinilo, el formato comercial de reproducción audio pregrabado principal durante el siglo XX, sustituyó al disco de gramófono de shellac de 78 rpm que fue despareciendo paulatinamente en la segunda mitad del siglo. El disco de vinilo (el “vinilo”, como se le conoce tras su destronamiento por parte del CD) trató de comercializarse a principios de los años 30 por parte de RCA Victor (discos de 12 pulgadas/ 30 cm, el tamaño estándar del LP) y de Columbia (de diez pulgadas), pero las compañías, en grandes problemas tras la Gran Depresión, no pudieron manufacturar para el consumo normalizado el nuevo formato hasta 1948. El nuevo disco de vinilo podía girar a 33 revoluciones por minuto en los gramófonos lo que permitía que cada cara pudiese durar hasta los 10 minutos en los casos de discos de 12 pulgadas además de tener un ruido de reproducción mucho mas bajo y ser muy difícilmente rompible en comparación con los discos de 78. Durante varios años antes de comercialización definitiva, el disco de vinilo se utilizó limitadamente para anuncios radiofónicos y para emitir programas de radio pregrabados. Durante buena parte de los años 40 se utilizaron discos de vinilo en radio y para uso profesional o militar (durante la II Guerra Mundial) tanto de 78 como de 33  rpm. En 1948 Columbia lanzó el Long Play de 33 rpm y un año después RCA Victor comercializó el single de 45 rpm de 7 pulgadas (17 cm.): Los primeros LPs ya permitían la reproducción de varios temas y desde finales de los 50 su duración aumentó, mientras que el single de 45 podía albergar solo un tema por cara. El “record player” o tocadiscos fue el aparato que acompañó el surgimiento del disco de vinilo crándose a mediados de los 50 el aparato stereo que revolucionó la reproducción de sonido grabado con su sonido estereofónico. También llegó a haber en los primeros años del vinilo discos de 16 pulgadas, pero solo para uso radiofónico ya que no existían en el mercado tocadiscos adecuados para este tamaño. Hasta la aparición del Compact Disc en los 80, el disco de vinilo ofrecía la máxima calidad en cuanto sonido (la Alta Fidelidad)

A partir de la segunda mitad de los 50, los discos de vinilo se convierten en el formato de reproducción de audio más popular. A finales de esa década surge el Extended Play (EP) de 33 rpm que podía albergar 2 canciones por cara y que tuvo cierta aceptación popular mediados de los 60. Durante buena parte de la década de los 60 el single fue el formato más popular y de mayores ventas de todos los vinilos (también existió el disco de 10 pulgadas, con una duración menor que el LP y que en cierto modo fue remplazado por el EP) pero a partir de finales de la década en pleno auge comercial del rock y el pop el álbum de 12 pulgadas se fue convirtiendo en el formato más vendido. Diferentes variantes en cuanto a combinación de revoluciones y tamaño (maxisingle de 45) se fueron sucediendo a lo largo de la historia hasta que en los 90 el Compact Disc digital le fue ganando terreno al LP de vinilo hasta su práctica desaparición como formato de audio principal, aunque hoy en día aún siguen fabricándose álbumes de vinilo debido al cierto revival que dicho formato ha venido experimentando desde hace unos 10 años y a la adecuación de este soporte para las mezclas de DJ. El vinilo, pese a todo, se resiste a morir.


Cartucho RCA (1958-1964)

Antes de la aparición del Cassette  Compacto o Musicassette hubo otros formatos comercialmente fallidos de reproducción de sonido que aprovecharon la cinta magnetofónica para obtener soportes de reproducción más cómodos y menos costosos que las bobinas de cinta magnetofónica pregrabadas de principios de los 50 reproducibles en magnetófono. En 1958 la compañía RCA lanzó el cartucho de cinta magnetofónica, que permitía la reproducción estereofónica de una grabación de larga duración (unos 30 minutos) casi análogamente a un LP de vinilo pero con una fidelidad en el sonido algo más baja en comparación con ese formato. La cinta magnetofónica estaba insertada en una caja de plástico (el cartucho) de 127 x 197 x 13 mm enrollada en unas bobinas que se movían cuando el cartucho era reproducido en el aparato: en definitiva, una versión grande del futuro musicassette. Los cartuchos RCA también eran aptos para la grabación directa de sonido aunque preferentemente voces más que música y tenían al igual que el cassette compacto dos caras de reproducción/grabación susceptibles de ser autorreversibles en los aparatos. Muy costoso de producir y con pocos títulos de grabaciones en el mercado, el nacimiento del Compact Cassette supuso la puntilla a este formato que desapareció en 1964.        


Cartuchos Stereo (años 60-años 80)

Además del cartucho RCA, otros formatos de cinta magnetofónica fueron creados a lo largo de los 50 y 60 aunque con escasa aceptación. El Muntz Stereo Pack o cartucho de cuatro pistas nació en 1962 en EEUU inspirado en un sistema de reproducción de cinta empleado por la radio americana en los 50. Este cartucho consistía en una caja de plástico que contenía una bobina con una cinta magnetofónica “unida” que se deslizaba en la misma al ser reproducido el  cartucho. Este formato se diseñó para los aparatos stereo de los automóviles y el usuario tenía dos programas de dos “pistas” con varios temas cada uno (según la duración de los temas dentro de la pista) a elegir manualmente en el formato stereo o un programa de cuatro pistas en algunos cartuchos monoaurales. Además de ser un soporte de manejo engorroso al tener que cambiar manualmente los programas, la cinta de estos cartuchos se rompía fácilmente, lo que hizo de los cartuchos de cuatro pistas un formato no muy popular a pesar de ser el primero que podía ser reproducido en equipos de música de los coches.


Una mejora del cartucho de cuatro pistas fue el Lear Jet Stereo 8 o cartucho de 8 pistas. Su apariencia, mecanismo y funcionamiento era similar al de cuatro pistas, pero esta vez permitía la reproducción de cuatro programas cada uno con dos pistas de varios temas con lo que la duración era mayor y además cambiaba de programa automáticamente aunque el sonido perdía calidad. Hasta principios de los 70 este formato tuvo éxito como reproductor de música grabada en aparatos stereo de automóviles llegando a hacer desaparecer al cartucho de cuatro pistas e introduciéndose también en los hogares cuando los reproductores de este formato se popularizaron. Sin embargo este éxito prácticamente solo se circunscribió a  EEUU, en donde la mayor parte de las marcas y modelos de automóviles se vendían con su equipo de Stereo 8. A partir de la segunda mitad de los 70, la irrupción de aparatos de cassette compacto en los automóviles y las desventajas técnicas del formato (imposibilidad de rebobinar, rápido deterioro de la cinta) hicieron que el Stereo 8 cayese en barrena en EEUU (en otras partes del mundo no existió) hasta su desaparición a mediados de los 80.


Cassette compacto (1962-)

El segundo formato más popular durante el reinado del disco de vinilo y el soporte definitivo para la cinta magnetofónica, tanto para la reproducción como para la grabación. El Compact Cassette nació en 1962 de la mano de la multinacional holandesa Philips pretendiendo ser una alternativa más cómoda y económica al magnetofón de cinta magnética para las grabaciones. Esta versión reducida del cartucho RCA revolucionó también los aparatos de grabación magnetofónica que se hicieron más cómodos y pequeños aunque hasta principios de los 70 el formato no se consolidó como reproductor de música pregrabada y una alternativa más barata al LP hasta que se consiguieron fabricar reproductores de Cassette más manejables y el sonido del Cassette logró alcanzar la Hi Fi aunque sin llegar a la calidad del sonido de los LPs. En la década de los 70 era ya el segundo soporte musical por excelencia (muy barato y popular) y además las cintas grabables vírgenes eran de consumo muy habitual no solo para grabación externa de sonido en magnetofón sino para grabar el contenido de LPs y de otros cassettes, gracias a equipos musicales con doble compartimento para cassettes grabales y/o musicassettes (con sonido pregrabado) o con tocadiscos y cassette, además de que los equipos de audio de automóviles y vehículos motorizados comenzaron también a contar con reproductores de cassette. Esta situación de relativa bonanza del cassette compacto duró hasta bien entrados los 80.  

La aparición del Walkman de Sony en 1979, reproductor portátil de musicassettes (y a veces grabador), revolucionó el consumo musical en los 80 por lo que no es de extrañar que en la mayor parte de los países los musicassettes se vendiese más que los LPs. Sin embargo, la irrupción del CD y su expansión a partir de mediados de los 80 como un soporte muy cómodo para oír música y además con una calidad de sonido superior a la de cualquier formato de audio anterior propició el declive del cassette y en los 90, parejo con la paulatina desaparición del vinilo, el musicassette fue languideciendo progresivamente hasta su final en la mayor parte de los países del mundo. Esto conllevó que la mayoría de los equipos musicales (incluidos los de los automóviles) a partir de finales de los 90 careciesen de reproducción de cassettes, aunque en la actualidad algunos equipos aún disponen de ellos básicamente para función grabadora. Pese a todo aún se siguen fabricando compact cassettes de grabación, aunque bastante difíciles de conseguir. Los mussicassettes aún perviven de manera normalizada en países como la India       


Compact Disc (1982-)

El actual formato de audio dominante en el mercado nació en 1982 inicialmente como soporte de reproducción de sonido (el primero digital de la historia), pero con el tiempo se ha convertido en un formato multimedia con múltiples versiones que almacenan y reproducen archivos informáticos de todo tipo, imágenes, fotografías, filmaciones, etc. Un soporte sin duda fundamental en la revolución digital de finales del siglo XX, el Compact Disc se desarrolló gracias a la investigación de la tecnología LaserDisc en los 70. Fue en 1974 en los laboratorios de Philips donde se dieron los primeros pasos en la concepción del CD, consiguiendo aquel año un disco óptico de 20 cm. de diámetro que podía reproducir sonido en una calidad muy superior a la del disco de vinilo. Tres años después se consiguió una versión más pequeña, de 11,5 cm. también fabricada en plástico de policarbonato, reproducible en aparatos más manejables por medio de la lectura por laser del propio disco: había nacido el compact disc.  Paralelamente, a finales de los 70 Sony trabajaba en un prototipo de reproductor de audio digital bastante más engorroso. Tanto Philips como Sony presentaron sus prototipos a principios de 1979 y más tarde en aquel año ambas empresas unieron sus fuerzas para crear el disco de audio digital definitivo. Tras haber estandarizado sus características en 1980 (diámetro 12 cm, duración máxima de 80 minutos) en 1981 el CD se demostró públicamente en televisión en el RU con el disco Living Eyes de Bee Gees y en agosto de 1982 se lanzó comercialmente el primer CD, una grabación de valses de Chopin a cargo del pianista chileno Claudio Arrau.

Durante el periodo 1983-1984 el CD y los reproductores de CD trataron de normalizarse en todo el mercado mundial con la gran calidad de su sonido digital como bandera; el nuevo soporte fue especialmente bienvenido entre los amantes de la música clásica por la alta fidelidad de la reproducción del sonido orquestal, pero los seguidores del rock y otras músicas populares no tardaron a advertir las ventajas del nuevo soporte además del sonido (mas manejable, desaparición del concepto de las “dos caras” gracias a su reproducción continua, mayor duración que el LP o el MC). No obstante, aún hubo de pasar un tiempo hasta que su consumo alcanzase  los niveles de otros soportes ya que al principio tanto los CD como los equipos con reproductor de CD eran bastante caros. A partir de 1985 era ya normal que diferentes artistas lanzasen la versión CD de sus álbumes simultáneamente con los otros formatos y además se comenzaban a reeditar discos antiguos en CD. Ya a finales de los 80 las ventas de CDs se disparan y a principios de los 90 superan ya la de los LPs. El CD se convierte en el formato de audio por excelencia y salen al mercado reproductores portátiles y para el equipo musical del automóvil, además de CDs grabables. Paralelamente, otras versiones mejoradas de audio CD salieron al mercado durante la década de 2000: DAT, MiniDisc, DCC, DVD A, SACD, etc aunque por el momento ninguna ha logrado suceder a la primacía del CD

A partir de mediados de los 2000 el auge de las descargas de música en internet y de los consiguientes reproductores de audio digital portátiles con la música descargada (MP3, Ipod) originó un descenso en las ventas de CDs en todo el mundo aunque por ahora el formato resiste como principal soporte de lanzamiento comercial de sonido pregrabado. Veremos hasta cuando.

jueves, diciembre 26, 2013

El Aparatito Lumiere DOCE AÑOS DE ESCLAVITUD (TWELVE YEARS AS A SLAVE)




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Es una buena señal que los grandes estudios hollywoodienses apuesten por películas tan honestas, sugerentes, realistas y sin artificios como esta adaptación de un best seller biográfico de 1854 que contaba las vicisitudes de Salomon Northup, un ciudadano negro libre de Nueva York que en 1841 fue engañado y secuestrado en Washington para ser vendido como esclavo en el sur esclavista de Estados Unidos en la época anterior a la abolición. Un relato estremecedor y cruel que además de retratar una dolorosa etapa en la historia de Estados Unidos muestra la desgarradora realidad de los esclavos afroamericanos del siglo XIX, forzados, humillados y tratados como mercancía en un país que aspiraba a ser el más avanzado del mundo. Aunque el esclavismo norteamericano se ha tratado en innumerables veces en el cine, este filme nace expresamente con vocación de ser la película definitiva sobre la esclavitud en EEUU y con la duda que lo haya conseguido o no desde luego el resultado cinematográfico es más que excelente con un filme realista y muy descriptivo que fusionando el drama psicológico, el intimismo y la crónica biográfica no deja indiferente al espectador. Un drama puro y duro trufado de momentos duros y en el que es clave el excelente trabajo que hace Chiwetel Ejiofor como Northup para conseguir que el espectador se identifique con el personaje y viva en carne viva su injusto y desesperante drama personal. Tanto en los momentos dialogados como el los silencios, Ejifour logra una interpretación memorable en la piel de un hombre al límite en una situación infrahumano y que sin embargo a base de tesón y esperanza logra mantener su humanidad y su cordura durante doce años de injusto castigo.



Con una cuidada ambientación histórica y un ritmo narrativo correctamente adaptado a las circunstancias, Twelve years as a slave no tiene apenas concesiones al melodrama o al efectismo dramático ya que trata de contar una historia como se supone que fue. El director afrobritánico Steve McQueen (nada que ver con el mítico actor norteamericano del mismo nombre), un personaje realmente polifacético, ha firmado un gran filme que entre la crónica y la denuncia histórica resulta toda una experiencia cinéfila y humana. Coproducida por Brad Pitt, que también interviene en el reparto como un abolicionista canadiense, la película cuenta con unos intérpretes eficaces combinando algunos rostros semidesconocidos (Lupita Nyong’o, Liza J. Bennet, Sarah Paulson) con estrellas de diferente calado (Michael Fassbender, Benedict Cumberbatch, Alfre Woodard, Paul Dano, el propio Pitt) en una epopeya humana cuya crudeza en algunas escenas puede que no sea del gusto de todos los públicos. Opción más que recomendable.      
 

miércoles, diciembre 25, 2013

DE LOS CILINDROS DE CERA AL COMPACT DISC (I)




Diferentes formas de oír sonidos grabados a lo largo de la historia. Han pasado casi 150 años desde que Edison inventase el fonógrafo, un artilugio gracias al cual ahora podemos escuchar Compact Discs e Ipods. Esta es una breve historia de los soportes de sonido grabado que la humanidad ha podido disfrutar.   


Fonoautógrafo y fonoautogramas (1857-1860)- antecedentes remotos

Antes de la creación del fonógrafo en 1877 hubo otros intentos de crear aparatos que grabasen sonidos y además los reprodujesen. En 1857 el impresor francés Léon Scott creó el fonoautógrafo un artilugio que grababa y representaba gráficamente las ondas de sonido en hojas de papel mediante un diafragma vibrante. Estos gráficos de ondas, llamados fonoautogramas, lógicamente no podían reproducir sonido alguno pero ya en el siglo XXI se ha conseguido extraer de ellos sonidos escaneándolos digitalmente. Sin saberlo, Scott consiguió con los fonoautogramas el primer formato reproductor de sonidos grabados de la historia, pero aún tendrían que pasar más de 15 años para el surgimiento de los cilindros de cera y el fonógrafo    


Cilindros fonográficos y fonógrafo (1877-1929)- año 0


Con el fonógrafo nace oficialmente el sonido grabado. Fue en el 18 de julio de 1877 cuando el genial Thomas Alva Edison (1847-1931) consiguió grabar la canción infantil por el tarareada Mary had a little lamb en un cilindro de cartón envuelto en papel de estaño situado en una caja de madera. Edison presentó sus inventos a finales de 1877 y patentó el gramófono en febrero de 1878, pero la cosa estaba aún muy verde para poder comercializarse. A mediados de la década de 1880, Edison inventó los cilindros de cera como medio para grabar y reproducir sonidos en los fonógrafos y tras muchas pruebas en 1888 comercializó el gramófono y un año mas tarde los cilindros de cera. Se trataba de cilindros macizos de 10 cm. de largo y 5 cm. de diámetro hechos de este material en los cuales se podía grabar sonido en los surcos que había en el exterior de los mismos, al tiempo que el sonido grabado se podía reproducir en el fonógrafo. Los primeros cilindros que se comercializaron contenían ya música o canciones pregrabadas por las primeras  compañías fonográficas (Edison Records, American Gramophone, Columbia Phonograph) usando el rudimentario proceso de grabación en un fonógrafo directamente a cilindros. Años más tarde se comenzó a copiar mecánicamente los cilindros y en 1902 se comenzó a usar un cilindro master para efectuar cientos de copias de una misma grabación. Primero se utilizó la parafina para la fabricación de estos cilindros pero a partir de 1890 los cilindros fonográficos estaban fabricados de cera de carnauba. Estos soportes se colocaban en un mandril en el interior del fonógrafo y allí eran reproducidos. Los primeros cilindros solo podían ser reproducidos unas 20 veces ya que se iban desgastando, pero también existía la posibilidad de que el consumidor “borrase” la grabación mediante un mecanismo en el fonógrafo que dejaba el cilindro liso y así poder hacer él sus propias grabaciones desde el mismo fonógrafo.  Los primeros cilindros de cera solo podían albergar 2 minutos de grabaciones. 

A partir de comienzos del siglo se mejoró la idea del cilindro de cera y comenzaron a fabricarse cilindros de cera mas dura que podían ser reproducidos más de cien veces. La comercialización de los cilindros se hacía en tubos de cartón en los que solo tardíamente comenzó a aparecer el tema y el artista que lo interpretaba, así como también comenzó a figurar información sobre la grabación impresa en el propio cilindro a partir de los años 10.  Los cilindros desde finales del siglo XIX tuvieron que competir con los primitivos discos de gramófono, con la ventaja de que el sonido grabado en los cilindros era mejor que el de los primitivos discos y que estos permitían grabar, cosa que no se podía hacer en los discos. Ya en los comienzos del siglo XX, nuevos materiales se introdujeron en la comercialización de los cilindros fonográficos como el celuloide (1900) que daba como resultado cilindros irrompibles. Los nuevos cilindros indestructibles llamados cilindros Lambert eran negros o azules en contraste con los cilindros de cera marrones y pese a que no podían ser regrabados ofrecían una reproducción por primera vez permanente. En 1909 se lanzaron cilindros de cera más dura con una duración de cuatro minutos. A partir de la I Guerra Mundial, los discos de gramófono, comenzaron a ser fabricados en mayor medida que los cilindros por compañías como Edison, que hasta entonces solo había fabricado cilindros mientras que Columbia decidió dedicarse exclusivamente a al fabricación de discos, más baratos de producir a pesar de su sonido más deficiente. En 1929 Edison Records deja de comercializar definitivamente los cilindros y el fonógrafo y el soporte reproductor desaparece.


Dictáfono de cilindros (1881-1945)

Paralelamente al fonógrafo, hasta la II Guerra mundial se fabricaron los dictáfonos de cilindros, el antecedente directo al magnetófono, un aparato en el que se podía grabar la voz humana muy cómodamente en cilindros. El dictáfono fue creado en 1881 por los laboratorios Volta (fundados por Alexander Graham Bell) usando al invención del cilindro por Edison. Aunque en 1929 se produjo la la desaparición de los cilindros de cera y celuloide, el dictáfono de cilindros siguió empleándose hasta la II Guerra Mundial como método profesional-popular de grabación de voz. Las grabaciones por cable y magnéticas propiciaron su desaparición.        


Discos Berliner y gramófono (1889-1894)


En 1889 Emile Berliner, inventor norteamericano de origen alemán, creó los discos de grabación, que podían ser reproducidos en un nuevo aparato de su creación llamado gramófono, el primer tocadiscos propiamente dicho de la historia. Berliner solo pudo mantener durante cinco años sus primitivos discos, más pequeños que los singles de vinilo del siglo XX  (13 cm) y únicamente reproducibles de manera mecánica al girar la manivela del primitivo gramófono. Los discos Berliner y el primer prototipo de gramófono no llegaron a comercializarse normalizadamente y solo eran exhibidos en ferias y exposiciones como curiosidad o publicados como juguetes. A partir de 1894, Berliner junto con Eldridge R. Johnson comenzaron a desarrollar nuevas formas de reproducción de sonido grabado basadas en el disco. Ese año ambos hombres crean la Victor Talking Machine Company, fundamental para el desarrollo de la música grabada.




Disco de gramófono 78 rpm (1895-1947)


En 1894 la Victor comienza a comercializar discos de grabación como formato alternativo a los cilindros, con grabaciones en las dos caras del disco. Los primeros discos Berliner estaban fabricados de diferentes tipos de resina y de goma, pero a partir de 1894 se impone la resina de shellac como material estándar hasta 1947 aunque también se emplearon otros materiales episódicamente como el celuloide, plástico flexible o Durium. Los primeros discos fabricados por Berliner tenían tamaños variados y giraban a cantidades de revoluciones por minuto también variadas, pero a partir de 1894 los discos comercializables se estandarizan en 17,5 cm. de diámetro con un tema en cada una de las dos caras reversibles del disco, siendo este el formato más popular durante años. En 1903 se lanzan los primeros discos de 12 pulgadas o 30,5 cm. (el actual formato álbum) para música clásica, ópera, diálogos cómicos o música popular. A partir de 1910 se publicaron discos de 25,5 cm. que con el paso del tiempo se convirtieron en el formato más popular en los primeros años del disco de gramófono. Aunque al principio los temas de los discos solo podían durar 2 minutos como máximo los discos de 25 cm podían ofrecer hasta tres minutos y medio de duración por cara y los de 30 más de cuatro. A partir de 1925 los discos de gramófono tendrán de modo universal 78 rpm.

La introducción de la grabación eléctrica en los años 20 permitió mejorar la calidad sonora de los discos de 78 y se logró superar el pobre sonido de la anterior grabación acústica de este formato, además de la de los cilindros. Nuevos tipos de gramófonos reproductores comenzaron a comercializarse para reproducir lo mejor posible el nuevo sonido como la Victor Ortophinic Victrola o ortofónica (acústica pero para discos grabados eléctricamente) y la electrola (eléctrica). Debido a las limitaciones de duración, los discos de gramófono de 78 muchas veces tenían que dividir temas en las dos caras (solo cabía un tema por cara independientemente del tamaño del disco) generalmente en los casos de música popular o lanzar obras de música clásica y ópera en colecciones de varios discos que hacían dividir la obra en varias partes.


Grabación por cable (1898-1954)

Además de los formatos reproductores, se comenzaron a comercializar en el siglo XX métodos de grabación que permitían reproducir inmediatamente lo grabado, como el dictáfono, pero fue la grabadora por cable el primer modo de grabación magnética que se creó y que en cierto modo revolucionó la reproducción del sonido grabado ya que dio paso definitivo al magnetófono que consiguió popularizar la grabación de sonido casera hasta extremos insospechados. Aunque la primera grabación por cable se consiguió en 1898 para grabar conversaciones telefónicas no fue hasta 1946 cuando este método de grabación rápida se consolidó ya que hasta entonces el dictáfono de cilindros había sido el aparato más extendido para este cometido. Hasta 1954, las grabadoras magnéticas por cable se emplearon para uso profesional y para grabaciones caseras, modalidad en la cual derrotaron a las efímeras grabadoras de discos, ya que permitían grabaciones de larga duración en contraste con los escasos minutos de las otras grabadoras además de ofrecer una gran fidelidad en el sonido.        


Magnetófono y cinta magnética primitiva (1935-1979)


El magnetófono convivió durante algunos años con el dictáfono de cilindros y la grabadora por cable como método para grabar y reproducir pero a partir de los años 50 del siglo XX se fue imponiendo como el método de grabación profesional y casera mas extendido. La cinta magnética, creada en 1928 además se convertiría en un soporte de sonido grabado muy extendido a finales del siglo XX, pero vayamos por partes. La cinta magnética fue creada en 1928 en Alemania por Fritz Pfleumer añadiendo óxido férrico a un pedazo de papel, algo que permitía la grabación magnética de sonido. Las empresas BASF y AEG mas tarde fabricaron las primeras grabadoras y cintas magnéticas pero todos estos avances se mantuvieron en secreto por el régimen nazi alemán hasta el final de la II Guerra Mundial. Las tropas aliadas dieron cuenta de esta tecnología en los últimos compases de la guerra y desde finales de los años 40 el magnetofón con sus bobinas de cinta y la cinta magnética se extendieron internacionalmente. Los primeros usos de las grabaciones magnetofónicas tras la II Guerra Mundial fueron el Hollywood para grabar sonido y en la radio estadounidense para grabar música “enlatada” con el cantante Bing Crosby como principal defensor y valedor del nuevo invento. A partir de los 50 los magnetófonos se introdujeron en los hogares de todo el mundo para grabaciones caseras desplazando a la grabación por cable, al tiempo que el uso de la cinta magnetofónica en la radio comenzó a hacerse muy extendido para reproducir actuaciones pregrabadas o jingles publicitarios.

En 1949 se crearon las primeras cintas magnetofónicas pregrabadas (susceptibles de ser reproducidas en magnetófonos) con grabaciones musicales, pero apenas tuvieron éxito al comercializarse principalmente por lo aparatoso que resultaba el transporte y manejo de las bobinas de cinta además de ser mas caras que un álbum de vinilo. La introducción a finales de los 50 y principios de los 60 de otros formatos de audio inspirados en la cinta magnetofónica  como el cassette compacto o los cartuchos hizo languidecer las bobinas magnetofónicas pregrabadas a lo largo de los 60, desapareciendo prácticamente en la década de los 70. El magnetófono, por su parte, continuó fabricándose con regularidad hasta 1979, pero una vez más la cinta compacta de cassette terminó firmando el acta de defunción del formato de grabación-reproducción         


CONTINUARÁ

martes, diciembre 24, 2013

jueves, diciembre 19, 2013

El Aparatito Lumiere EL HOBBIT: LA DESOLACIÓN DE SMAUG (THE HOBBIT: THE DESOLATION OF SMAUG)




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No fue muy buena idea dividir en tres películas la adaptación de la mítica novela infantil fantástica The Hobbit (un solo volumen) de JRR Tolkien en tres películas, siendo además la idea inicial la de hacer dos entregas, esto ya lo comenté en su momento y esta segunda parte de la adaptación cinematográfica de Peter Jackson, responsable también de la excelente versión a la pantalla grande de la trilogía de El Señor de los Anillos (2001-03), no hace sino confirmarlo. Si la primera parte de las andanzas del hobbit Bilbo Bolsón, el mago Gandalf el Grís y los trece enanos en su búsqueda por recuperar su reino perdida en la montaña de Erebor arrebatada por el dragón Smaug era un inteligente y brillante entretenimiento (aunque bastante por debajo de la saga cinematográfica de ESDLA), La Desolación de Smaug se antoja como un filme fantástico mediocre. Efectivamente, pese a que Peter Jackson demuestra su oficio con hermosas imágenes, una narración bien presentada, espectaculares efectos especiales y una vez más una deslumbrante recreación de la Tierra Media de Tolkien en preciosos parajes naturales de Nueva Zelanda, aquí se nota ya que la historia de The Hobbit no da para mucha más ya que entre otras cosas es mucho menos elaborada que la de ESDLA y su tono más infantil no consigue aquella épica legendaria de Los Anillos. Las apariciones y referencias en estos filmes a personajes de la trilogía literaria posterior (y que no figuraban en la novela original de El Hobbit) para engarzar un tanto impostadamente con aquella si bien dan un tono mas oscuro a la historia lo único que consigue es crear una innecesaria segunda trama en la narración que da la impresión de que no pinta nada en el desarrollo del argumento principal. Un exceso combates y escenas de acción para dar empaque “adulto” a la historia no consigue más que lograr el aburrimiento del espectador ante una narración que se interrumpe innecesariamente cada dos por tres.
         


Pese a todo, la película atesora buenos momentos, especialmente cuando Martin Freeman (Bilbo) e Ian McKellen (Gandalf) ocupan la pantalla con el excelente buen hacer en sus personajes. Vuelve Orlando Bloom como el elfo Legolas de ESDLA y se incorporan Stephen Fry como el señor de la Ciudad del lago y Benedict Cumberbatch dando su voz y gestos al dragón infográfico Smaug, cuyos momentos en el filme son de lo mejorcito y más salvable del mismo. Una peli de entretenimiento navideño como otra cualquiera, pero Tolkien siempre se merece mucho más.              
  

miércoles, diciembre 18, 2013

LLEGAN LAS NAVIDADES DE LA CRISIS (UN AÑO MÁS)


ENTRE RECORTES, DESPIDOS, CHORIZOS, CORRUPTOS, POLITIQUILLOS, INCAPACIDAD DE GOBERNANTES Y ADMINISTRACIÓN, ENGAÑOS, FALTA DE LIBERTADES Y DE DERECHOS BÁSICOS Y PATADA EN EL CULO AL ESTADO DE BIENESTAR, SOLO NOS QUEDA UNA COSA: GOZAR CON ESPERANZA Y POSITIVISMO  DE ESTAS FIESTAS DE NAVIDAD

ES DIFÍCIL...PERO SE CONSIGUE!


martes, diciembre 10, 2013

El Aparatito Lumiere LA GRAN BELLEZA (LA GRANDE BELLEZZA)




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Fabricar una obra maestra con diversos materiales muy heterogéneos entre sí y algunos de difícil trabajo es un esfuerzo muy arduo y totalmente meritorio y esto es lo que ha hecho uno de los mejores cineastas italianos vivos, Paolo Sorrentino: un director que se doctora con su sexto filme, una película sorprendente, diferente y que pese a parecer contener bastantes significados ocultos y explícitos tiene un mensaje bien claro aunque eso sí con infinidad de matices. Y ese mensaje no es otro de que todo se va en esta vida: las cosas, las personas, los ideales, las convicciones, las relaciones, la riqueza, la belleza y en definitiva todo lo amado y por mucho que uno viva todo esto con intensidad e incluso convierta su vida en una fortaleza para defender todo aquello que quiere y en lo que cree. Roma, la ciudad eterna, es la metáfora principal en esta historia como una capital decadente con varios estratos históricos de podredumbre física, moral, social y espiritual en donde el protagonista Jep Gambardella interpretado magistralmente por el gran Toni Servillo, actor fetiche de Sorrentino, trata de encarar su madurez en un entorno en donde todo es ya un esperpento sin aparente posibilidad de solución, aunque siempre quedará la voluntad propia tratar de ver las cosas de otra manera y encontrara elementos de esperanza en lo más insospechado. A sus 65 años recién cumplidos, Jep, un veterano periodista  que en su juventud escribió una única y exitosa novela, va viendo como todo aquello que siempre estuvo en su vida y en lo que el creyó es ahora una patochada con la que no sabe como actuar, un mundo de hedonismo barato, personas al límite de la manera más ridícula, antiguos amores fallecidos cuyo apasionado recuerdo regresa inesperadamente, ricos decadentes, nobles venidos a menos, antiguos amigos reconvertidos en su propia caricatura, maduros que quieren comportarse como eternos jóvenes y todo con el testigo de una los vestigios de una antigua Roma gloriosa de palacios renacentistas y restos de la época romana bien conservados pero inevitablemente ajados.



Sorrentino mira descaradamente al Fellini mas iconoclasta para componer este más que sugerente y estimulante fresco de comedia-drama con marcadas connotaciones poéticas y trufado de una extraña mezcla de caricatura y realismo mágico con un desfile de personajes a cada cual más curioso y rico en elementos. Siguiendo la estela del mítico creador de La Dolce Vita, Sorrentino no duda en convertir a su peculiar antihéroe Jeb en un personaje que no desentona en absoluto con muchos que interpreto Marcelo Mastroianni para Fellini y en ese sentido el actor Toni Servillo se desenvuelve con enorme fuerza en ese registro Mastroianniano de un maduro galán en un entorno afectado y maldito. Hecha con sensibilidad y también con mala uva y repleta de imágenes espectaculares y memorables así como de diálogos más que interesantes, La Grande Bellezza es una de las más agradables sorpresas del año y una delicatessen para cinéfilos que no defraudará a quienes quieran ver un espectáculo diferente y estimulante.    

domingo, diciembre 08, 2013

NELSON MANDELA (1918-2013) IN MEMORIAM


Un símbolo de nuestro tiempo y todo un ejemplo de lucha. Descanse en paz

miércoles, diciembre 04, 2013

El Aparatito Lumiere EL CONSEJERO (THE COUNSELOR)





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La asociación de Ridley Scott con el reputado escritor Cormac McCarthy (No es País para Viejos, La Carretera) ha resultado una pequeña decepción aunque vista la trayectoria en los últimos años del mítico director británico tampoco cabía ninguna una maravilla fílmica y sí una película que pese a sus buenas intenciones no pasa de ser un producto del montón. Un narco-thriller con connotaciones filosóficas y humanistas del que Scott no logra sacar demasiado a causa principalmente de una historia irregular y no muy bien contada con multitud de personajes que a veces pululan sin tom ni son y por un innecesario constreñimiento en  los esquemas maniqueos y artificiosos del thriller contemporáneo, algo en lo que Scott cae con demasiada frecuencia. Cierto es que el veterano realizador no ha hecho el canelo como otros directores de trayectoria contrastada (véase Oliver Stone) tratando de jugar a ser Tarantino y mostrando todos los tópicos habidos y por a ver del mundo del narcotráfico en la frontera de Estados Unidos-México, pero realmente este The Conseulor es un trabajo menor que bien podía ser firmado por su malogrado hermano Tony, el “mediocre” de los dos.



El consejero del título es un joven y hábil abogado (del que no conocemos el nombre) interpretado con mucha convicción por el cada vez más en alza Michael Fassbender, que empeñado en meterse en los turbios negocios de tráfico de armas y estupefacientes para mejorar su calidad de vida y sin que hasta el momento haya tenido ningún problema gracias a su amistad con hampones, pronto se verá envuelto en un enorme problemón que amenaza su vida y la de su mujer, Laura (Penélope Cruz, mucho más convincente que otras veces). Reiner, un rico magnate y capo delincuente encubierto (Javier Bardem), la novia de este, la intrigante Malkina (Cameron Diaz) y Wenstray, un traficante canadiense (Brad Pitt) se mueven alrededor de las tribulaciones de este “consejero” de narcos en esta suerte de western contemporáneo con unas falsas tierras desérticas de la frontera mexicana (en realidad las Bardenas de Navarra, no te lo pierdas) y una en definitiva artificiosidad bastante cansina. Es cierto que la segunda parte del filme se muestra más dinámica, interesante y con más variedad de registros tras unos torpes inicios y aquí es donde la película muestra (por fin) sus intenciones y exhibe su mensaje de manera correcta y segura principalmente por el estupendo trabajo de Fassbender como un supuesto titán con pies de barro que comprenderá tarde su error en un mundo que él creía dominar pero que le ha sobrepasado. El resto del reparto “estelar” realmente es un pegote: cansa ya bastante ver a Cameron Díaz haciendo el mismo papel una y otra vez y película tras película, lo mismo que un Javier Bardem al que Hollywood le ha encasillado definitivamente como un villano bizarro y sin carisma y a un Brad Pitt en un papel meramente testimonial. Desfilan como secundarios (a veces casi cameos) nombres internacionales como Bruno Ganz, John Leguizamo, Goran Visnjnic, Rosie Perez o Rubén Blades en uno de los escasos momentos memorables del filme con homenaje a Antonio Machado incluido. De todas formas, da pena que Ridley Scott este terminando así.                 

lunes, diciembre 02, 2013

ONCE FLASHES DE LA RUTA DEL CARES

De Poncebos (Asturias) a Caín (León), una ruta mágica en el norte de la península ibérica. Aquí se encuentran once instantaneas tomadas en mayo de 2013 que muestan la magna belleza de esta ruta pedrestre junto al río Cares







 





viernes, noviembre 29, 2013

TORO SENTADO (SITTING BULL), GRAN JEFE INDIO





La historia de Estados Unidos, especialmente a ojos de su ciudadanía y gobernantes,  está llena de héroes, figuras míticas y  campeones de libertades y derechos. Pero de entre todos los protagonistas de la historia nortemericana siempre destacan por su especial significación aquellos legendarios nativos del norte de América que en los primeros años de la historia de EEUU, cuando el país empezaba a gestar lentamente su hegemonía mundial lucharon por su pueblo indígena reivindicando su derecho a vivir y disfrutar de las tierras americanas. A finales del siglo XIX, varios caudillos indios llegaron a convertirse en mito en su lucha territorial- casi siempre encarnizada y cruel-  contra el hombre blanco, pero uno de ellos siempre será el más recordado: Sitting Bull (Toro Sentado) (1831?-1890) jefe espiritual tribal perteneciente a la tribu Sioux Lakota que unió a los diferentes pueblos Dakota (Sioux) en una lucha guerrera contra el Gobierno norteamericano y sus políticas desterradoras contra la población indígena americana durante los años 1860-1880 en plena era de la expansión del legendario Far West. Sin duda alguna el indio norteamericano más conocido de la Historia- el Gran Jefe indio por excelencia-  y toda una figura legendaria del Lejano Oeste, Sitting Bull ha sido y sigue siendo todo un ejemplo para la comunidad indígena en EEUU (fue el único caudillo indio que consiguió unir a varias tribus en una lucha común, llegando a ser jefe supremo de la Nación Sioux) y un icono norteamericano. Pese a que su historia y vida han sido revisadas por literatura, cine y televisión infinidad de veces y su figura estudiada por numerosos historiadores en EEUU, Toro Sentado es un personaje del que nunca sobra el ser rememorado como un ejemplo de héroe aferrado primariamente a la tierra y a su gente.


El gran guerrero Lakota


El año probable de nacimiento de Toro Sentado es 1831, y sobre el lugar aún no se sabe a ciencia cierta aunque es seguro que nació en lo que luego se  conoció en los jóvenes Estados Unidos de América (a partir de 1861) como Territorio Dakota, una zona que incluía los actuales estados de Dakota del Norte y Dakota del Sur y parte de Montana y Wyoming. Era llamado así por asentarse allí la tribu de los Dakota, uno de los nombres por los que fueron conocidos los Sioux, y en 1831 era una zona inhóspita y apenas explorada por el hombre blanco. Toro Sentado nació en realidad con el nombre de Tejón Saltarín en el seno de una subtribu de los Lakota, los Hunkpapa. Los Lakota era una de las siete ramas de los Sioux, concretamente la que habitaba en la zona más occidental del territorio Dakota. Muchos historiadores han establecido que Toro Sentado nació cerca del actual Grand River, en Dakota del Sur, pero entre sus descendientes existe la creencia de que en realidad nació en el actual estado de Montana, concretamente en Miles City. Durante sus primeros años de vida en el seno de los Hunkpapa, el joven Tejón Saltarín demostró ser un tenaz aspirante a guerrero y un valeroso adolescente al lograr cabalgar sobre un búfalo que trataba de embestirle a los doce, algo que le valió el más profundo respeto entre su gente. Pese a su carácter tranquilo e impasible (fue apodado en su tribu El Sosegado) pronto demostró fiereza en la batalla- una virtud muy valorada entre los indios americanos y especialmente entre los sioux-  cuando con su tomahawk hirió a un guerrero de la tribu enemiga crow en un enfrentamiento de  de sioux contra crow. A raíz de este hecho, su padre, Toro Saltarín, le otorgo en la ceremonia de paso a guerrero uno de sus otros nombre, Toro Sentado (Tatanka Lyotanka, en Sioux). Toro Sentado, ya superada la veintena, veía como su prestigio aumentaba entre su gente así como el cariño que se le profesaba. Se cree que hacia 1857 Toro Sentado fue nombrado hechicero o curandero gracias al conocimiento que había adquirido de la espiritualidad Lakota

Guerreros Sioux
Durante los años 1840-1860, los Dakota o Sioux eran -desde la llegada de los europeos a sus tierras en el siglo XVIII- un pueblo muy numeroso y el más extendido en USA ocupando territorios en los actuales estados de las dos Dakotas, Montana, Nebraska y Wyoming. Agrupados en el Territorio Dakota tras el tratado de Yankton de 1858 por el cual gran parte del que había sido territorio Sioux (concretamente la mayor porción de Dakota del Sur) pasaba a control del gobierno de EEUU - después, en 1861 se formaría oficialmente el Territorio Dakota- los sioux aún conservaban su cultura guerrera y su orgullo como pueblo, pero desde comienzos de la década de 1850 dependían en gran medida de las ayudas del Gobierno USA ya que la colonización del oeste por parte de los euroamericanos había acarreado la expropiación de muchos medios de substancia naturales de las tribus indígenas. Así, a finales de los 1850, el Gobierno comenzó a retardar y a incumplir varios pagos a los Dakota además de cometer varias infracciones territoriales en sus tierras. Los llamados agentes indios, funcionarios que se encargaban de supervisar y vigilar la situación de los nativos además de abastecerles, eran los culpables principales de esta situación con su inacción y desidia y esto estaba llevando a la mayor parte de los pueblos sioux a la hambruna y la muerte. Los Negociadores profesionales que muchas veces servían de enlace entre los agentes y los indios para negociar y transaccionar con ellos protestaban por la negativa del Gobierno de ser ellos quienes negociasen directamente el abastecimiento de los sioux con los agentes sin tener en cuenta los nativos, lo que agravó aún más la situación. En 1862 los Dakota reclamaron su abastecimiento al agente Thomas J. Galbraith, pero los negociadores se negaron a actuar si los agentes intervenían directamente con los Sioux en este cometido con lo que no se recibió el suministro. En respuesta a esta negativa, los Dakota atacaron varios asentamientos blancos en las zonas de Minnesota y Dakota durante meses con el fin de atemorizar y expulsar a los colonos ocasionando crueles y masivas matanzas que incluían a mujeres y niños y provocando así la Guerra Dakota de 1862, que enfrentó a los colonos del Territorio Dakota y al ejército norteamericano con los sioux y que terminó en con la rendición de la mayor parte de las bandas Dakota  y la ejecución de 38 guerreros de esta tribu el 26 de diciembre de 1862 además de la supresión más tarde de las reservas sioux en Minnesota. Los Hunkpapa de Toro Sentado, que ya tenía cerca de 30 años cuando la guerra estalló, no tomaron parte en la contienda pero sin duda alguna este conflicto influyó poderosamente en el joven guerrero.          


El rebelde de las llanuras de Dakota

A consecuencia de la Guerra Dakota, el ejército norteamericano se la tomó con los Sioux y en el periodo 1863-1864 atacó numeroso asentamientos Dakota al considerar a esta tribu como altamente hostiles.  En 1863 Toro Sentado participó por primera vez en un enfrentamiento contra el ejército y en 1864 un contingente de 2.200 soldados atacó una aldea en cuya defensa participó Toro Sentado y otros notables jefes guerreros sioux. Los Sioux tuvieron que retirarse pero emprendieron hostilidades contra los blancos en represalia durante los meses siguientes: en septiembre de 1864, una expedición de hunkpapas atacó a una comitiva que descansaba durante la reparación de un vagón de tren en Dakota del Norte. En el combate Toro Sentado fue herido sin gravedad en la espalda. Entre 1865 y 1868, los Hunkpapa de Toro Sentado y otros Lakota atacaron al mando del jefe militar (en realidad Toro Sentado no fue Gran Jefe de los Lakota sino más bien un jefe guerrero o líder espiritual) varios fuertes en el Territorio Dakota y a partir de 1866 efectuó hostilidades contra asentamientos coloniales y fuertes en la zona del río Missouri, colaborando así con el Gran Jefe Oglala (otra subtribu Lakota) Nube Roja en la llamada Guerra de Nube Roja (1866-1868) en la cual los Lakota, los Cheyennes y los Arapahoes disputaban con los colonos el control del Condado del Powder River en Wyoming (antiguo Territorio Montana). Tras el fin de la Guerra de Nube Roja en 1868, los indígenas americanos obtuvieron importantes ganancias territoriales refrendadas en el Tratado de Fort Laramie (2 de julio de 1868), en el cual las tres tribus antes mencionadas pasaron a poseer Black Hills (Dakota del Sur)- un lugar sagrado para los Sioux- y a controlar tierras de asentamiento y caza en Dakota del Sur, Wyoming y Montana además de asegurarse la salida del los euroamericanos de Powder River, un territorio que les pertenecía. También se estableció la Gran Reserva Sioux que incluía tierras de las actuales Dakota del Sur y Nebraska para los Lakota, aunque esto sirviese para expulsar de allí a la tribu de los Ponca, los auténticos dueños de una parte de esas tierras. El tratado también incluía la “reeducación” de los Lakota de la Gran Reserva Sioux y la instauración de un proceso de asimilación cultural de los indios hacia los conocimientos y costumbres blancas  gracias al establecimiento en la reserva de un edificio misional y la llegada allí de herreros, maestras, carpinteros, granjeros, ingenieros, molineros y un agente del gobierno que velarían allí por la “civilización” de los indios. Toro Sentado, al contrario que Nube Roja, el jefe Hunkpapa Gall y otros jefes de subtribus Lakota y de otros pueblos Dakota, no estaba de acuerdo con el tratado y siguió considerándose en guerra con el hombre blanco. Así, organizó expediciones punitivas con otros guerreros Hunkpapa en la zona alta del río Missouri hasta principios de la década de 1870. Toro Sentado no quería ser dependiente de las agencias gubernamentales como se habían convertido Nube Roja y otros jefes al aceptar vivir en las reservas ya que aún tenía presente la negativa experiencia que llevó a la Guerra Dakota. Además, el hombre blanco seguía acabando con los medios de subsistencia tradicionales de los nativos como los bisontes y esto no aseguraba que el gobierno pudiese satisfacer las necesidades alimentarias de estos.

La Gran Guerra Sioux

Desde la firma del tratado de Fort Laramie hasta el estallido de la Gran Guerra Sioux de 1876, Toro Sentado vio aumentado su carisma no solo entre los Lakota sino entre todos los pueblos Sioux por su resistencia a confinarse en la Gran Reserva Sioux y pronto recibirá a guerreros de otras tribus sioux para unirse a su causa. A esto hay que unir sus dotes diplomáticas como pacificador entre tribus enfrentadas (Sioux y mas tarde de cualquier otro pueblo indígena) que de otra manera jamás se hubiesen unido en una causa común. Además de sus acciones en el río Missouri, desde finales de los 1860 se hicieron frecuentes sus acciones hostiles contra asentamientos blancos en el Territorio Dakota, como contra las prospecciones para el Ferrocarril Northern Pacific (aunque estuviesen acompañadas de tropas) en los territorios de los Hunkpapa: en 1873 el ejército norteamericano fue incapaz de diezmar y derrotar a los Lakota y esto obligó a retirar las prospecciones para el ferrocarril, cuya construcción por territorios sioux se canceló tras la grave crisis económica propiciada por el Pánico de 1873. Pero al año siguiente, el hallazgo de oro en Black Hills (territorio adjudicado definitivamente a los Lakota y otras tribus tras el tratado de Laramie) iba a suponer otra incursión de los blancos en suelo indio que Toro Sentado y su gente no estaban dispuestos a permitir. Aquí es donde irrumpe la figura de otra gran leyenda del Far West, el teniente coronel George Armstrong Custer (1839-1876), quien encabezó una expedición a Black Hills para  corroborar la existencia de oro en la zona y para fijar un emplazamiento de un fuerte que protegiese a los mineros y a los colonos de los indios. El estallido de la Fiebre del Oro de las Colinas Negras como era de esperar volvió a enfrentar a indígenas contra euroamericanos ahora que ya se había inaugurado una intensa actividad minera en el área además de haberse instaurado varios asentamientos blancos. El gobierno decretó en 1875 que los nativos que estaban en la zona la abandonasen y se trasladasen a la Gran Reserva Sioux antes del 1 de enero de 1877, contraviniendo el tratado de Fort Laramie. Toro Sentado y sus seguidores seguían oponiéndose - y aunque esto les convirtiese en infractores- y tras varios actos de pillaje Sioux de calado menor instigados por Toro Sentado, en noviembre de 1875 el gobierno ordeno a las partidas y clanes sioux que aún permanecían fuera de la Gran Reserva su inmediato ingreso en ella. Toro Sentado, sus seguidores y los demás indígenas en su situación desobedecieron la orden y el gobierno los declaró hostiles, lo mismo que el ejército. Había empezado la guerra entre Estados Unidos y Toro Sentado, ahora declarado enemigo número uno.


La Gran Guerra Sioux y la batalla de Little Bighorn: Custer contra Toro Sentado

Hacia 1875, los diferentes pueblos sioux comenzaron a aliarse con los Cheyenne, una tribu que estaba siendo literalmente masacrada por el ejército en las zonas de Minnesota, Missouri y Dakota del Norte. Toro Sentado se había convertido ahora en el caudillo nativo norteamericano más poderoso no solo de la época sino de todos los tiempos dando origen a lo que muchos historiadores llaman la Gran Nación Sioux, la alianza de los diferentes pueblos Sioux-Dakota (junto con otras tribus). Toro Sentado se había ganado el respeto y la admiración de no solo los Sioux, sino de diferentes tribus (generalmente “machacadas” por los blancos como Cheyennes, Arapahoes, Sans Arc y Brulé) ya que además de los Cheyenne hubo muchos miembros de diferentes pueblos nativos que se unieron al clan de Toro Sentado que vivía libre y errante – y sin contacto ni ayuda de los blancos, como en las reservas- en las llanuras de Dakota estableciendo campamentos nómadas. Toro Sentado además de una especie de Gran Jefe supremo se convirtió en líder espiritual, jefe militar y brujo de la nueva Gran Nación Sioux. Se cuenta que en 1875, cuando los Hunkpapa, los Oglala, los Sans Arc y los Cheyennes de Norte acamparon juntos en Rosebud Creek, Territorio Montana para celebrar la Danza del Sol y sellar su alianza guerrera contra los blancos que trataban de expulsarles de sus territorios, Toro Sentado estuvo ejecutando la Danza del Sol durante un día completo sin comer ni beber y tras recibir varios cortes rituales en su brazo como señal de sacrificio. Una vez terminada la danza, se desplomó de cansancio y más tarde aseguro haber tenido una visión en la que soldados e indígenas caían del cielo. Se dice que dijo “El Gran Espíritu nos ha dado a nuestros enemigos. Hemos de destruirlos. No sabemos quienes son. Puede que sean soldados” 

El ejercito norteamericano, a partir de 1876, comenzó a dar cacería a los indios que vivían fuera de las reservas. Toro Sentado decidió hacerse fuertes en un campamento y mandar expediciones para reclutar a guerreros sioux de las reservas. Así mismo, siguió recibiendo a huidos de las reservas de otras tribus (Cheyennes en su mayoría) que con un base de guerreros Hunkpapa fueron formando el mas basto y poderoso ejército indio de la historia. No solo llegaban guerreros, sino también mujeres, niños, ancianos y adolescentes de diferentes tribus, como los Cheyenne del Norte del jefe  Pierna de Madera, cuya aldea fue diezmada por el ejército USA.  A principios de 1876, Toro Sentado tenía un contingente de más de 10.000 personas. Los guerreros esperaban ansiosamente el día de la batalla que su líder había predecido, aunque este les había indicado que tras el combate no tomasen las armas, los caballos y los restos  de los blancos. 

Custer en la batalla de Little Bighorn

El 25 de junio de 1876 es la fecha de la batalla de Little Bighorn, el mayor enfrentamiento entre euroamericanos y nativos de Norteamérica. Cerca del río Little Bighorn, en Montana, era donde Toro Sentado y su gente habían instalado su enorme campamento tras la batalla de Rosebood, liderada por el Jefe Oglala Caballo Loco y que hizo retroceder al ejército en lo que fue un primer ataque para expulsar a los indios de la zona. La visión de Toro Sentado en Montana fue interpretada por los nativos como una señal de que algo iba a suceder y por lo tanto los guerreros estaban ya preparados para un ataque inminente. Más de 2.000 guerreros de diferentes tribus se habían unido a Toro Sentado en los últimos días y ahora el Jefe tenía un ejército más poderoso que nunca. Tal y como había vaticinado, el hombre blanco no tardó en atacar. El Séptimo de Caballería, al mando del teniente coronel Custer, comenzó a atacar el campamento sin darse cuenta de su extensión real y después de haber diezmado a varios Lakota y Cheyennes, el ejército vio como una descomunal masa de guerreros surgía de todas partes y se abalanzaba contra ellos, lo que obligó a Custer y a sus hombres a retirarse, pero tras haber huido a un valle, los nativos contraatacaron y aniquilaron al ejército incluyendo a Custer. Esta masacre afectó y horrorizó hasta extremos insospechados a la opinión pública norteamericana y obligó a multiplicar el número de efectivos militares que lucharían contra los Sioux y Cheyennes para su derrota definitiva y su confinamiento en las reservas. Hay que decir que Toro Sentado no tomó parte activa en la batalla de Little Bighorn ya que actuó como estratega y líder espiritual, ocupándose durante el combate de las mujeres y niños en el campamento.


El exilio y el espectáculo

En el periodo 1876-1877 el ejército USA atacó y diezmó a los Lakota obligándoles a rendirse, incluyendo crueles masacres y ejecuciones de mujeres y niños. Toro Sentado, pese a las amenazas del ejército con exterminar literalmente a los indios,  se negó a la rendición y con un buen número de seguidores y familiares (se cuenta que cerca de 1.000) huyó de Estados Unidos hacia Canadá en mayo de 1877. Permaneció hasta 1881 en Wood Mountain rechazando la amnistía que le ofrecía el gobierno norteamericano. Durante ese periodo – en el que estuvo en una zona que pertenecía a Gran Bretaña- Toro Sentado entabló una entrañable amistad con el comandante de la Policía Montada del noroeste James Morrow Walsh, convirtiéndose en su principal valedor en suelo canadiense. También allí conoció al también exiliado Gran Jefe de los Pies Negros, Pata de Cuervo, cuyo pueblo había sido ancestral enemigo de los Lakota. Los dos Jefes exiliados olvidaron su enemistad y fumaron juntos la pipa de la paz. Toro Sentado y su gente pese a todo no encontraron en Canadá suficientes medios de subsistencia ya que había muy pocos bisontes en aquel país y esto produjo una hambruna entre los Sioux y Cheyennes  exiliados. Además, la estancia del Jefe Lakota en suelo canadiense produjo varias tensiones entre EEUU y Canadá – aunque Canadá se negó a otorgar una reserva a Toro Sentado y su gente- y el gobierno estadounidense comenzó a presionar a Toro Sentado para que se rindiese y regresase a USA. El 19 de julio de 1881, un melancólico y desesperado Toro Sentado junto con 186 famélicos hombres y mujeres indígenas regresaron a Estados Unidos y un día después se escenificó la rendición oficial en Fort Buford (Dakota del Norte), en la que el hijo de Toro Sentado, Pata de Cuervo (nombrado así en honor al Jefe Pies Negros) entregó su carabina Winchester al comandante Brotherton y el jefe pidió perdón oficial por sus acciones. Toro Sentado esperaba que los miembros de su gente que aún se encontraban en Canadá regresasen también en los días siguientes, pero eso no se produjo. Toro Sentado y sus 186 seguidores regresados del exilio fueron confinados por el gobierno en la base militar de Fort Yates en la reserva de Standing Rock (una subdivisión de la Gran Reserva Sioux para aislar a las diferentes tribus y subtribus Dakota-Sioux) en el límite de los dos  Dakotas. Allí fueron separados del resto de Lakotas por temor a que la influencia de Toro Sentado les soliviantase. A finales de 1881, Toro Sentado y un total de 172 seguidores censados fueron enviados como prisioneros de guerra a Fort Randall (Dakota del Sur) en un barco por el río Misssouri. En Fort Randall Toro Sentado recibió un trato bastante respetuoso por parte de los soldados y recibía las visitas de jefes indios que le pedían consejo, pero en mayo de 1883 él y su comitiva regresaron a Standing Rock donde el Jefe vio pasar los días apenado y con una enorme sensación de derrota pese a reunirse de nuevo con la totalidad de sus seguidores Hunkpapa.

Con Buffalo Bill
Una insólita carambola del destino permitió a Toro Sentado establecer su leyenda entre los blancos pasando de ser uno de los personajes mas odiados de EEUU ha ser alguien respetado e incluso admirado. Fue en 1885 cuando con aproximadamente 54 años el antiguo militar, cazador, aventurero y empresario de espectáculos William Frederick Cody, más conocido como Buffalo Bill (1846-1917) le ofreció formar parte de la troupe de su espectáculo promocionista (y mitificador) del Salvaje Oeste y sus gentes Buffalo Bill´s Wid West. A Toro Sentado se le permitió salir de la reserva durante cuatro meses para participar en el espectáculo itinerante que estaba de gira por EEUU, Canadá y Europa enseñando las costumbres del oeste y recreando episodios típicos (o históricos) como ataques indios a colonos, cabalgatas, campamentos indios o batallas en las praderas (como la de Little Bighorn) además de la actuación de pistoleros, jinetes o cazadores mostrando sus habilidades. Toro Sentado salía a caballo en un momento dado del espectáculo durante unos minutos provocando el entusiasmo y la admiración del público de todo EEUU, que lo empezó a ver como una figura mítica y como la encarnación más genuina del bravo Gran Jefe indio protector y luchador por su pueblo, difuminándose entonces la concepción que se tenía de él como un salvaje y un asesino aunque al principio muchos espectadores le recriminaban en público el episodio de Little Bighorn. La fotografía autografiada de Toro Sentado comenzó a hacerse muy popular y el público se pegaba por ella. Al líder indígena parece ser que no le gustaba mucho esa exhibición suya en el espectáculo ya que muchos historiadores señalan que, pese a los aplausos  murmurando maldecía al público en su lengua. Sea esto o no cierto, Toro Sentado no hizo malas migas con el carismático Bufalo Bill (le pagaba 50 dólares a la semana) y sobre todo le impresionó y entabló una entrañable otro de los miembros de la compañía, la joven habilísima tiradora de rifle Annie Oakley (1860-1926) quien también acabó por profesar enorme respeto al Gran Jefe. Toro Sentado aseguraba que Oakley tenía poderes sobrehumanos por su habilidad con el rifle y se convirtió en su mentor y consejero además de “adoptarla” como hija rebautizándola “Pequeño Disparo Certero” (Oakley era una mujer de diminuta complexión). Durante su estancia en el Buffalo Bill´s Wild West, Toro Sentado consiguió entrevistarse con el presidente Cleveland y logró hacer una pequeña fortuna que donó a los necesitados, ya que le horrorizó que los blancos tuviesen tanta gente `obre en su “tribu”.      


La muerte de un líder

De nuevo en la reserva de Standing Rock, Toro Sentado vivió como el resto de los Sioux Lakota en un entorno en donde se trataba de que los indios abrazasen la “civilización” y la cultura occidental –él mismo vivió en una cabaña de “hombre blanco” junto con sus dos esposas- mediante el trabajo en granjas, la agricultura y haciendo que sus hijos recibiesen la misma educación que los hombres blancos y se comenzaba a prohibir cualquier expresión de la cultura indígena. Las ayudas gubernamentales a las reservas Lakota disminuyeron al tiempo que la agricultura en los áridos terrenos de Dakota del Sur fracasó y ya no quedaban apenas bisontes, lo cual llevó a los Lakota de nuevo al hambre. Por si fuera poco, el gobierno consiguió disminuir la Reserva Sioux para entregar más tierras a los blancos a muy bajo precio  algo a lo que Toro Sentado se opuso firmemente sin éxito. Hacia 1890 Muchos Lakota, como consuelo a su depauperada situación se unieron al movimiento espiritual-religioso  de la Danza de los Espíritus liderado por Jack Wilson, Wovoka, que fue exageradamente considerado subversivo por el gobierno norteamericano. El agente de Fort Yates James McLaughlin consideraba erróneamente que Toro Sentado era el líder espiritual del movimiento y cuando varios Bailarines de los Espíritus Lakota planearon abandonar Standing Rock, McLaughlin pensó que Toro Sentado estaría entre ellos y ordenó su arresto en diciembre de 1890. El 15 de diciembre, las 5 y media de la mañana, un grupo de 39 policías y 4 voluntarios todos de origen Lakota  al mando del teniente Henry Bullhead se dirigió a casa de Toro Sentado para requerir su presencia  ante el agente de Asuntos Indios, asegurando Bullhead a Toro Sentado que después de entrevistarse con el agente podía regresar a su casa. Varios miembros del campamento se habían levantado y  estaban contemplando la escena; temiendo que ese era un arresto en toda regla se volvieron airadamente contra los que trataban de detener a su jefe y líder originándose un tiroteo en el que en un primer disparo por parte del Lakota Atrapa el Oso Bullhead resultó alcanzado por una bala. Bullhead disparó hiriendo a Toro Sentado en el pecho, al mismo tiempo que otro disparo procedente del oficial indio Hacha Roja le llegó a la cabeza. El Jefe fallecería horas más tarde a consecuencia de las heridas, pero una vez Toro Sentado cayese abatido el tiroteo continuó con el resultado de varios policías y miembros de la reserva muertos, entre ellos Pata de Cuervo, el hijo del Jefe. Toro Sentado fue enterrado en Fort Yates, pero en 1953 sus restos fueron trasladados por sus descendientes a Mobridge, Dakota del Sur, donde hoy descansan junto a un monumento conmemorativo, aunque no se sabe a ciencia cierto si estos restos son auténticos.      

En los años siguientes a su fallecimiento, especialmente a partir de comienzos del siglo XX, el proceso de rehabilitación de la importancia de cultura nativa norteamericana en la Historia de Estados Unidos- cuando la población indígena, cada vez confinada en reservas más pequeñas, se había reducido considerablemente   consiguió revalorizar la figura histórica de Sitting Bull como un gran defensor de los derechos de los pueblos indígenas de Norteamerica. Desde entonces, su leyenda no ha hecho más que engrandecerse gracias al cine, la literatura y la televisión al tiempo que numerosos historiadores en EEUU estudian su siempre controvertida figura de hombre de guerra y líder espiritual que buscó una situación lo más justa posible para los suyos, que estaban viendo como el hombre blanco les iba desposeyendo y diezmando. Toro Sentado, el Gran Jefe Sioux, aún continúa cabalgando majestuoso por las praderas de la Historia.