jueves, agosto 01, 2019

UN AMOR IMPOSIBLE (UN AMOUR IMPOSSIBLE)




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Hacer una película que cubre un amplio margen temporal es algo relativamente sencillo, pero cuando se busca centrarse en un determinado aspecto dramático y especialmente dentro del drama puro y duro la dificultad aumenta. Pero esta película, sin grandes alardes, consigue salir airosa en ese propósito y además se postula como una historia sólida y sugerente que trata de describir y poner en tela de juicio los muchas veces inexplicables mecanismos del amor especialmente desde la óptica de la mujer. Para ello se sirve de un personaje central, Rachel (Virgine Efira), cuya historia desde los años 50 a los 2000 es contada bajo el punto de vista de su hija Chantal quien al igual que su madre es también víctima de una relación de pareja y paterno-filial ambigua y tóxica  que termina condicionando el equilibrio emocional y la existencia de ambas mujeres, especialmente a Rachel. La figura de Phililippe (Neils Schneider) el hombre ideal que no resulta tal es pivotal en esta historia, aunque tal vez el personaje pudo haberse explotado más pero esto no resulta muy importante ya que Rachel es un personaje que literalmente se come la película con su profundidad psicológica y la estupenda interpretación de  Virgine Efira.    

Planteada como una crónica familiar temporal, el punto fuerte de la película es lo bien refleja el proceso evolutivo de su protagonista a la hora de asumir la extraña relación con un hombre a quien ama pero con quien no llega a casarse y de los altibajos de sus sentimientos que terminan influyendo en su propia existencia. No obstante, el filme pega un bajonazo cuando nace la pequeña Chantal (interpretada por varias actrices en sus diferentes edades con Jenny Beth como la Chantal adulta) y el drama familiar pasa a complejizarse con una más que interesante variante, esta vez en la relación padres-hijos, pero deficientemente desarrollada. No faltan momentos duros y diálogos certeros en un drama muy bien presentado que puede no gustar a todo el mundo pero que se agradece dentro de las siempre demasiado comerciales carteleras de verano.