viernes, noviembre 06, 2015

MI GRAN NOCHE




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No conviene ir a ver ciertas películas con una predisposición demasiado crítica cuando la premisa que se nos ofrece es la que es: diversión, aunque como en este caso se encuentren añadidas buenas dosis de crítica, sátira social y el no siempre plato para todos los gustos humor negro. Alex de la Iglesia, un director que a lo largo de su carrera ha sabido rentabilizar la comedia esperpéntica y a veces salida de madre como un arte mayúsculo la mayoría de las veces hibridada con otros géneros (drama, acción, fantástico, terror) vuelve a ofrecer su versión más iconoclasta -aunque este cineasta también tiene otros recursos y géneros como ya demostró en Perdita Durango y Los Crímenes de Oxford) – en un filme de comedia excesiva y astracanada contemporánea ayudado por un reparto coral muy bien dirigido con el resultado final de una película tan inteligentemente divertida y llena de corrosiva mal uva (algo habitual en las comedias del cineasta bilbaino)como excesiva y a ratos irregular y vacua. El punto de partida del proyecto puede sonar discutible y en cierto modo populachero y cutre: un homenaje al cantante Raphael con la intervención estelar del veterano y mítico cantante andaluz encarnado a un trasunto de si mismo (un mítico cantante melódico llamado Alphonso) con su consabido display de histrionismo y egolatría caricaturesca. Llevaría mucho tiempo hacer un análisis del fenómeno Raphael como persona-personaje-producto-caricatura y su devenir a lo largo de su largo carrera y sobre todo su manierístico estatus de artista atemporal en el mundo del espectáculo español en la actualidad, pero Alex de la Iglesia consigue sintetizar la significación al personaje de Raphael en este filme de un manera tan brillante como esperable en su resultado echando mano de metahomenajes de diverso talante en medio de una historia absurda y caótica pero con encanto y gancho. No obstante, el cantante no es el protagonista absoluto de una película donde no hay ningún personaje principal (aunque tal vez el que encarna Pepón Nieto sea el que catalice las diferentes subtramas y el poseedor del McGuffin de la función)  y si varias historias todas ellas con un punto en común: la lucha contra la falsedad y lo impostado en un sociedad donde se mira más a la forma que el fondo en medio de una sociedad enfrerma.

Con prácticamente solo un espacio -el plató de televisión donde se graba un programa especial de nochevieja- Mi Gran Noche nos remite a un mundo en donde todo es alegría por obligación en un rodaje de una falsa nochevieja en octubre donde los figurantes del público llevan semanas grabando sus intervenciones hastiados, molestos por estar controlados constantemente por los responsables del programa y con ganas de irse  para casa mientras que los presentadores de la gala, un matrimonio fuera de las cámaras (Hugo Silva y Carolina Bang) se tiran los trastos a la cabeza mientras fingen felicidad, la realizadora del programa (Carmen Machi) pasa de todo y un serio conflicto de egos se cierne entre las dos actuaciones musicales estelares del programa: el veterano, egocéntrico y déspota Alphonso y el ídolo del momento, el cantante de música latina Adanne (Mario Casas) cuyo admiración por Alphonso no es en absoluto correspondida ni agradecida por este y su condición de estrella no deja de meterle en absurdos embrollos propios de la más cochambrosa crónica rosa que estallarán durante esa noche. José (Pepón Nieto), un paradigma de muchos españoles en la actualidad, un parado capaz de hacer cualquier cosa para ganar un dinerillo, acepta el empleo de extra en el programa por medio de una ETT sin esperar que esa noche se esta convirtiendo en una auténtico y salvaje caos y en la que él se convertirá en un involuntario protagonista. Fans admiradores enfermos y psicópatas, managers artísticos sin escrúpulos, ancianas dementes pero increíblemente lúcidas, chonis dispuestas a conseguir la fama de la manera más cutre, mafiosos del Este de Europa, chantajistas, pobres diablos desposeídos, manifestantes en contra de las políticas de despidos de las empresas, productores televisivos dispuestos a todo con tal de alcanzar la máxima audiencia o mujeres jóvenes con “poderes gafes” se dan cita en un gran giñol provisto de muy buenos momentos pero tal vez algo irregular y excesivo en su afán caricaturesco, algo a lo que no ayuda una resolución final no excesivamente trabajada. Además de los citados se encuentra en el reparto Carlos Areces, Terele Pavez, Ana Polvorosa, Enrique Villén, Blanca Suarez, Jaime Ordoñez, Tomás Pozzi, Toni Acosta, Dani Guzmán, Santiago Segura, Luis Callejo o Carmen Ruiz, todos ellos más que correctos en el filme y dispuestos a despojarse del encasillamiento al que la filiación televisiva de la mayoría les ha impuesto de cara al público. Una película simpática y excelentemente realizada que puede no convencer a todos los espectadores.