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El cine de animación para adultos ha dado muchas joyas a la historia del cine (muchas de las mejores películas animadas de todos los tiempos estaban pensadas y dirigidas para el público adulto), daría para largo enumerarlas, pero en los últimos años no se había estrenado un filme de estas características tan maravilloso como este. Usando la vieja técnica de la claymation (animación de figuras de plastilina), procedimiento que artísticamente casi siempre da mucho de sí, esta producción australiana consigue narrar una historia tierna, cruel, conmovedora, sarcástica, crítica, divertida y sobre todo muy humana que indaga en los más profundos sentimientos y reflexiones sobre el aislamiento humano y sobre todo aquello que hace que como los caracoles nos encerremos en nuestro propio mundo. La soledad y la tristeza pocas veces habían aparecido de manera tan delicada y sutil, con comprensión, sin ambages pero con mucha, mucha esperanza; bajo una perspectiva infantil- la de su protagonista, Grace- pero conectable con todas las edades: de ahí su inmediata sencillez que hace de esta historia, que no escatima en momentos más o menos terribles, una muy grata experiencia. Memorias de un Caracol es un cuento de hadas para adultos del que se sacan muy ilustrativas lecturas. Dirige y guioniza el especialista en animación stop motion Adam Elliot, quien ha realizado un estupendo trabajo en todos los sentidos: técnicamente es impecable (un esfuerzo de producción muy grande realizando un filme de estas características) y su libreto es sensacional y muy trabajado. La nominación al Oscar a la mejor película animada (se merecía alguna más) es uno de los numeroso reconocimientos que ha ido recogiendo esta película.
La protagonista, Grace Pudel, es al inciico de la películauna mujer de treintaytantos años o puede que ya cuarenta) que va narrando su vida a lo largo de loas décadas de lo 70, 80 y 90 del siglo XX: marcada indudablemente por su infancia (como casi todo el mundo), Grace creció en una bizarra y caricaturesca Australia (y el mundo en general) de cómic o de dibujos animados, sin madre desde su nacimiento, con un padre aspirante a ilusionista que devino en un ser fracasado y pelín grotesco pero de gran corazón y volcado con sus hijos que fallece cuando ella y su hermano mellizo Gilbert eran aún unos niños. Muy unida a su hermano, un niño vital e idealista que apira también a ser cómico callejero, pronto se separará d él cuando ambos sean enviados a diferentes hogares de acogida, ocasionando en Grace- ya de por si un ser retraido y muy emocional siempre víctima de bulling - una total tristeza y aislamiento del mundo. El amor de la muchacha por los caracoles- en una concha como ella- y la irrupción en su vida de Pinky, una vital y caótica anciana que será durante mucho tiempo su única amiga harán cambiar algo su existencia, pero siempre habrá dificultades, traspiés y maldad de otras personas. Sería muy difícil describir los muchos matices de sensibilidad y crítica social y antropológica de esta tragicómica historia, es preciso que sean captados cada uno a su manera por el espectador y que el/ella atrapen y sientan todos los mensajes. Imágenes en colores muchas veces tenues en concordancia con lso aspectos más grises de la historia que dan paso en bastantes ocasiones a tonalidades más alegres, un cuidado diseño de personajes que le debe mucho a Tim Burton y variados homenajes que van desde el mundo de la literatura hasta otros aspectos de la cultura pop estén presentes en un filme que burla burlando se ha convertido en lo mejor de lo producido en 2024.
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