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Puede que la historia suena a muchas otras, pero el relato de The Penguin Lessons. Basado en e el libro de memorias del mismo título del ex profesor de secundaria británico Tom Michell resulta luminoso, simpático y muy esclarecedor para estos tiempos en que vivimos pese a que la acción transcurre en 1976. Esta coproducción angloespañola rodada en Argentina (y en España) con la mayor parte del reparto procedente del país sudamericano resulta una comedia-drama con tintes históricos y de superación muy bien presentada e hilvanada que sin grandes estridencias logra ser un filme más que convincente. Peter Cattaneo, siempre recordado por ser el responsable de la ya clásica Full Monty (1997) presta su oficio tras las cámaras y el siempre eficiente Steve Coogan pone su buen hacer y carisma dando vida a Tom Michell, un hombre inadaptado en un entorno que le es extraño y que además en ese momento estaba iniciando una parte muy oscura de su historia: ambos, huelga decir, aportan la entrañable idiosincrasia british requerida mientras que el resto del conjunto trata de navegar en el contexto argentino aunque siempre gane la primar opción. Un pingüino, adoptado como mascota por Michell, será el encantador y curioso mcguffin y elemento vertebrador de la historia convirtiendo esta crónica real en una sutil y sugerente fábula que hace incluir a este filme en el nicho de películas con animales, pero siempre con mensaje y espíritu adulto.
El protagonista, que haya al pingüino Juan Salvador (nombrado así en homenaje a Juan Salvador Gaviota, el libro de Richard Bach) en una playa de Uruguay embadurnado de petróleo, consigue salvarlo y convertirlo en su animal de compañía, introduciéndole en las clases del elitista colegio inglés de Buenos Aires en los que da clase y convirtiéndole en una entrañablemente querida mascota del centro, al tiempo que hallará en el ave el confesor de todas sus inquietudes. Michell mientras que trata de hacer su existencia y la de Juan Salvador lo más plácidas y normalizadas posibles pese a los cambios en la vida de ambos, ve con estupor como el país en donde vive y trabaja ahora se ve inmerso en una espiral de fanatismo, intolerancia y violencia propiciado por en gobierno dictatorial militar que llegó al poder tras el golpe de estado: la confianza en su mascota y el cuidado hacia ella parecen una vía tratar de atajar y combatir esta nueva realidad. Momentos de drama,de crónica histórico-política y de comedia se citan en un filme delicioso e interesante con un marcado mensaje de tolerancia. Puede que no pase muy percibida en este e, pero posiblemente esta película tenga su seguimiento de culto en próximos años.