domingo, noviembre 02, 2025

UNA BATALLA TRAS OTRA (ONE BATTLE AFTER ANOTHER)

 


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En medio de una situación política estadounidense insólita y caótica donde cualquier cosa (perjudicial) puede ocurrir teniendo en el despacho presidencial a un sujeto como Donald Trump ha emergido una curiosa película que en clave de política ficción con un tono asaz desmadrado e incluso paródico ofrece la historia de una confrontación entre una organización terrorista revolucionaria norteamericana y el gobierno y el ejército de Estados Unidos aunque este sea solo el trasfondo de un relato aún más profundo de luchas introspectivas, intrigas militares, relaciones familiares imposibles, traiciones, y sobre todo denuncia de corrupción moral en la sociedad americana. Es un nuevo a cierto de Paul Thomas Anderson, director bien dotado y excelente narrador aunque irregular en su filmografía que en esta ocasión ha realizado un buen filme aunque lejos de los mejores momentos de Magnolia, Pozos de Ambición o incluso su inmediatamente anterior Licorice Pizza.

De nuevo con un reparto coral estelar- algo habitual en los filmes de Anderson- la película apuesta por una puesta de escena caótica y una historia de discurrir veloz al mas puro estilo noventero tarantiniano echando mano de los recursos del cine de acción tradicional ya que la cinta pretende ser engañosamente eso, un thriller de acción que en realidad esconde una crítica sociopolítica envuelta en tonos paródicos y recursos de comedia. Multitud de personajes,algunos escorados a la caricatura, desfilan por la película: Pat “Guetto” Calhoun (Leonardo Di Caprio) más tarde conocido como Bob Ferguson uno de los miembros destacados del comando revolucionario izquierdista 75 Francés, convencido de su lucha pero convertido en un guiñapo inseguro, toxicómano y paranoico cuando oculta su identidad tras ser apresados la mayor parte de sus camaradas, Perfidia Beverly Hills (Teyana Taylor), compañera sentimental de Pat, luchadora despiadada y fría y objeto del morboso deseo del principal antagonista del comando, el Coronel Lockjaw (Sean Penn) un repulsivo y fascistoide militar WASP obsesionado con encontrar diecisesis años después de la desarticulación del 75 Francés a la supuesta hija de Pat y Perfidia, Willa (Chase Infinity), ahora una adolescente desesperada con su padre que quiere conocer su pasado, y discípula de Sergio San Carlos (Benicio del Toro), que opera una red clandestina de ayuda a refugiados mexicanos que también cae de cabeza al ejército norteamericano y las facciones más duras del gobierno USA.

Paul Thomas Anderson trata tal vez de abarcar tematicamente demasiado (la tendencia de la extrema derecha más bizarra en EEUU, la situación de la inmigración ilegal procedente de Mexico, la falta de esperanzas y perspectivas entre la población joven estadounidense) y en cierta media la credibilidad del filme, lastrada también por su tono esperpéntico y de cómic, se resiente aún cuando las intenciones son muy sólidas. El uso descarnado de la violencia es bastante notable en un filme que no debe quedarse en un simple entretenimiento de acción e intriga. El reparto por otra parte funciona muy bien sobre todo con unos con un Di Caprio y Penn que ofrecen un buen duelo interpretativo con unos personajes que son una especie de versión bufa y deliberadamente cutre de los Jean Valjean y Javert de Los Miserables de Victor Hugo. Película con muchos argumentos cinematográficos, sin alardes, pero que con sus excesos mostrados puede hacer reflexionar.