miércoles, octubre 19, 2011

El aparatito Lumiere SOMEWHERE


 
***
 
No parece que esta película vaya a estar mucho tiempo en las carteleras y el hecho es que merece la pena verla, aún sin no ser nada del otro jueves. Sofia Coppola, la “hijísima” de un mito viviente del séptimo arte, con su cuarta película vuelve a demostrar que es una realizadora competente aunque no esté tan inspirada como en sus dos primeros filmes, Las vírgenes suicidas (1999) y Lost in translation (2003). Habrá que esperar aún para ver si es capaz de dirigir una obra maestra, porque talento no le falta en absoluto. Esta Somewhere precisamente recuerda bastante a Lost in translation en cuanto que su protagonista es también un actor norteamericano desorientado en un entorno que le es extraño, aunque aquí la star hollywoodiense retratada en el filme es más joven que el protagonista de Lost in translation y al contrario que el personaje que interpretaba en aquella cinta Bill Murray, este Johnny Marco que se nos presenta en esta película está a en el cénit de su carrera y disfrutando de los laureles de la fama…aparentemente. Sin una historia definida  y con al sensación en la mayor parte del metraje de que nunca pasa nada, al película- escrita por la propia Coppola- pretende reflexionar sobre la soledad del triunfador, ya que el personaje de Johnny, un hombre rondando la cuarentena, no es más que un ser superado por un matrimonio fracasado, sin nadie de verdadera confianza a su lado y terriblemente solo. Sus líos amorosos y caprichitos de niño rico y estrella excéntrica no son capaces de mitigar una sensación de pequeñez que solo empieza a superarla cuando Cleo, su inteligente hija de 11 años, pasa una temporada junto a él. Solo ene se momento Johnny parece alcanzar la felicidad.          

La película, rodada en gran parte en Italia, se desarrolla de una manera un tanto lenta y no abunda mucho en diálogos, lo cual puede exasperar al espectador además de no suponer plato para todos los gustos, pero si se sigue con paciencia puede llegar ser incluso disfrutable. Stephen Dorff, una joven promesa de los 90 que se quedó en nada, interpreta con total credibilidad a un personaje más complejo de lo que parece y con bastantes buenos momentos: puede ser el comienzo de su un tanto tardía explosión. Por su parte, la jovencísima Elle Fanning, vista en Super 8, se come la cámara en no pocos momentos con su presencia: mejor actriz que su un tanto cargante hermana Dakota. Una película de planteamiento sencillo pero con mucha miga en su mensaje que demuestra el buen hacer de Sofia Coppola como guionista y su habilidad para sintetizar las historias al máximo sin que dejen de ser totalmente sugerentes. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario