domingo, agosto 16, 2009

El aparatito de Lumiere - ENEMIGOS PÚBLICOS (PUBLIC ENEMIES)


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Está bien que en verano se estrenen también películas buenas, en medio de tanto saldo cinematográfico evasivo estival. No obstante, calificar a Public Enemies como un filme bueno a secas es quedarse corto, ya que esta recreación de las andanzas y golpes del legendario atracador de bancos de los años 30 John Dillinger, interpretado de manera más que convincente por Johnny Depp, es un exquisito plato con multitud de ingredientes de buen cine que tal vez peque de excesivamente retórica y a veces un poco lenta. Michael Mann, excelente realizador forjado en la televisión (fue el creador de la mítica serie Miami Vice) y responsable de películas como Heat o El Dilema, muestra ser un director fuera de serie, más allá de su identificación con el cine de acción, capaz de combinar el drama con el cine negro o el biopic con la intriga policial, de una forma tan peculiar que uno no sabe a ciencia cierta a que género pertenece esta cinta. Porque acción lo que se dice acción hay la justa, a favor de un homenaje al género negro en su vertiente más clásica (años 30, 40) y no olvidando que lo se cuenta es una historia real, tan fascinante como cualquier título mítico de dicho género en la historia del cine.


Sustentada en una ambientación de los años 30 impecable, la película parece tener un doble protagonismo, el del propio Dillinger y el de su antagonista, el avispado y ambicioso agente del FBI Melvin Purvis (Christian Bale). En definitiva, dos personajes que siguen cada uno su código de conducta y su propio modo de vida, sintiendo Purvis el deber irrenunciable de detener a Dillinger, el bandido no gangster más famoso en los EEUU en aquel momento. La película, oscura y sinuosa hasta un peculiar encanto, se sigue con enorme interés y es fácil identificarse con sus protagonistas, tanto principales como secundarios, debido excelente trabajo que efectúan sus intérpretes, en donde se encuentra también la francesa Marion Cotillard, quien compone un personaje bastante complejo, el de Billie Frenchette, la novia de Dillinger, una mujer entregada a su amor a pesar de la oscura personalidad de John. En resumidas cuentas, una más que recomendable opción cinematográfica veraniega.

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