lunes, agosto 20, 2018

SOLO






** y 1/2

Un esfuerzo técnico muy bien llevado, que añadido al propósito de mostrar una tremenda historia real de superación con difícil plasmación cinematográfica- algo de lo que sale airoso este filme- fuerza las pretensiones del cine español, aunque por desgracia los propósitos al final se quedan algo lejos del resultado final. Y es que la odisea del surfista canario Álvaro Vizcaíno, que sufrió un accidente en Fuerteventura que le mantuvo dos noches en un inaccesible acantilado de la isla con varias fracturas y heridas y nada de alimento y logró sobrevivir pese a las penurias era un material de primer orden para una interesante película, pero las limitaciones espacio-temporales de la historia y su difícil sustrato dramático al final no han ayudado a hacer un gran trabajo pese a todo el esfuerzo invertido.

El veterano Hugo Stuven, un viejo zorro de la televisión con una carrera fundamentalmente en TVE que arranca a finales de los 60 en varios programas de todo tipo y que sólo había dirigido un largometraje hasta la fech,a Anomalous (2012), consigue momentos sobrecogedores gracias a una espectacular puesta en escena y un hilo narrativo coherente, todo ello ayudado por un montaje dinámico aunque a veces demasiado “estilo DJ” y una fotografía pulcra que capta magistralmente mar y playa sn obviar momentos submarinos. El pero se encuentra en una cadencia demasiado televisiva y en una insuficiente y algo confusa conjugación entre lo real y lo que le pasa por la cabeza al atribulado protagonista con momentos oníricos mediocremente insertados y con empacho de pretensiones: una pena, por que los momentos más veristas, filmados al estilo casi documental logran atraer al espectador desbaratando todo por unos añadidos de dudosa conveniencia. Con todo, el drama psicológico-filosófico del protagonista ente una situación límite se esfuerza por aparecer poderoso- y lo consigue- con momentos de cierta poesía aunque tal vez algo rutinaria. Alain Hernández está más que correcto como Álvaro Vizcaíno y sabe sustentar todo el filme con una interpretación de chapó convenientemente preparada. Aura Garrido le secunda como su pareja, Ona, en un papel demasiado simbólico. Una lástima que tal esfuerzo técnico y humano al final le haya faltado tan poco para ser una estupenda película.    

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