miércoles, febrero 14, 2007

El aparatito de Lumiere- DIAMANTE DE SANGRE




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Una muy interesante película que esta poniendo de actualidad el asunto del tráfico ilegal de diamantes procedentes de África. Rodada con amplia disposición de medios, esta ambiciosa producción, dirigida por Edward Zwik, trata de conjugar cine-espectáculo con cine-denuncia, tendiendo hacia lo primero, aunque tampoco se puede decir que su labor de mostradora de injusticias reales pase de modo alguno desapercibida. Diamante de sangre es, en definitiva, una buena película de testimonio sobre la realidad política internacional, centrada en las consecuencias de los enrevesados y mezquinos conflictos de intereses que tienen lugar en el continente negro, en donde para algunos son necesarios auténticos baños de sangre para conseguir sus objetivos.

La película cuenta con la presencia estelar de Leonardo Di Caprio, quien parece decidido a crecer como actor aceptando papeles tan ambiguos y ricos el que tiene en manos en este filme, y de la oscarizada Jennifer Connelly (Una mente maravillosa), quien al igual que Di Caprio realiza un trabajo interesante. La historia que se cuenta esta enmarcada en Sierra Leona, país africano que hasta principios de la década de 2000 mantuvo una cruel guerra civil que enfrentaba a milicias rebeldes contra el gobierno y en donde los abundantes yacimientos de diamantes condicionaban totalmente el desarrollo de la guerra, ya que tanto los insurgentes como el gobierno trataban de hallar el mayor número posible de diamantes para ponerlos a la venta en el mercado negro, tarea a al que se suman cazadores de diamantes “Free Lance”, como lo es Danny Archer, el personaje que interpreta Di Caprio. Todo ello con el conocimiento de las empresas joyeras y los bancos, quienes intentaban que la guerra durase para mantener su negocio. La película muestra como Archer, un ex mercenario blanco de Zimbawe, se ve en el dilema de ser fiel a su lucrativa profesión o de ayudar a su nuevo amigo Moses (Djimon Honsou, sensacional), un humilde pescador de Sierra Leona al que la guerrilla a recluido como prisioneros a su mujer y dos de sus hijos mientras que el mayor ha sido enrolado en la milicia insurgente, convirtiéndose en un soldado niño africano más. Un enorme diamante hallado por Moses durante su trabajo forzoso como minero es la llave que le puede llevar de nuevo junto con su familia, pero también es lo que puede propiciar la salida de Danny Archer de un país en guerra y de este negocio. Una periodista americana, Maddy, interpretada por Connelly, será testigo y cómplice de una huida desesperada hacia unos objetivos dispares dentro de un entorno violento y cargado de irracionalidad.

La película esta bastante bien filmada en unos espectaculares paisaje africanos. Son espectaculares las escenas bélicas, filmadas cámara al hombro casi siempre y sin concesiones a la espectacularidad barata, aunque con un realismo sobrecogedor. Las maquinaciones de los ejércitos y de los mercenarios tratantes de diamantes están muy bien mostradas, aunque en lo concerniente a la explotación del continente africano por los intereses de las multinacionales y su miserable situación fruto en gran parte de intereses mezquinos y de guerras de conveniencia se pasan más bien por encima. También el drama de los niños soldado tiene su reflejo en la peli, pero el tratar de abarcar tantas cosas y de tal trascendencia impide a que se llegue a profundizaciones. El guión, por otra parte, es bastante sinuoso y se muestra a veces incompleto, desmañado. No obstante, la película merece la pena verse. Por cierto, parece ser que esta película ha ocasionado que la venta de diamantes haya disminuido en algunos países, a pesar de que desde hace algunos años haya un control internacional en tráfico de diamantes. ¿Dejarán de ser los diamantes para siempre?

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